Luego de haber pasado una de las noches más calurosas de verano, en donde hizo un grado menos que en el infierno , mal dormida me levanté para tomar un baño que me quite el cansancio y poder prepararles el desayuno a Miguel, mi marido y mi hijo. Caminando por el pasillo con los ojos semi cerrados por el sueño, al llegar al baño me asusté cuando vi salir de la ducha a un chico joven desnudo, alto, con un cuerpo atlético aun mojado, rubio de ojos claro, muy carilindo. En medio de mi aturdimiento lo miré de arriba abajo y las gotas de agua que desl izaban por las dunas de sus abdominales marcados me hipnotizaron por un momento, él al advertirlo sonrió y la vergüenza por ser pillada hizo que mis mejillas se sonrojen y me hiciera reaccionar, intenté marcharme y cerrar la puerta del baño cuando escuché: -Ya salgo mami, dame unos segundo para secarme. Ese adonis que recién acababa de ducharse no era otro que mi amado hijo Gustavo de 17 años. -Perdoname cielo, creí...
El Templo del Morbo: Un mundo de fantasías para adultos...