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Despertar Sexual -Onanismo y Castigo-


En esta segunda parte les voy a contar como continuó la historia y un poco más de mí, yo soy un adolescente un poco tímido, con las chicas tengo poco éxito, tengo calificaciones decentes y una gran obsesión: ver coger a mi mamá con Randy, sé que no está bien y es improcedente pero es algo muy fuerte y altamente excitante, siento una fuerte atracción sexual que no me deja racionar normalmente y me lleva a espiar como el cubano le mete verga, es como una adicción que tengo.

Les recuerdo que mi madre se llama Mariana y es una mujer deslumbrante de 38 años, su hermosa cabellera castaña casi pelirroja (aunque a menudo la tiñe de rubio) era larga hasta pasando sus hombros con ondas no muy pronunciadas pero desde que Randy está en el país a pedido de él se la cortó estilo carré, sus ojos son color almendra, un rostro lindo de nariz recta y boca pequeña con labios finos, mide 1.65 mts, su cuerpo es el de una mujer normal, acorde a su edad, no es una modelo pero vuelve loco a cualquier hombre con sus formas, sus senos son grandes, redondos y turgentes, de talla 110 cms, su copa de corpiño es una increíble DDD, sus caderas son amplias, cintura marcada, tiene dos o tres kilitos de más que le sientan muy bien, la hace más voluptuosa, sus piernas son carnosas, su culo es casi perfecto en redondez, tamaño y firmeza. Es una mujer sexy, tiene un rostro muy bello, no necesita maquillaje para verse guapa y cuando lo hace su cara se ve espectacular, sus caderas lucen espectaculares cuando usa jeans o faldas ajustadas y sus nalgas son impresionantes por los grandes y firmes.

Desde que observé a mamá con Randy, la descubrí como hembra, mi visión de mujer asexuada amorosamente maternal cambió, dejé de ser su hijo, para ser un admirador más de su hermoso cuerpo y de su sensualidad, cosa que antes pasaban inadvertidas en mí, cuando mi mirada encontraba su figura, mis ojos se inyectaban de sexo, de lujuria, de pasión, ella se convirtió en mi obsesión.

A partir de nuestro viaje a Cuba, ella pasó a ser el combustible de mis masturbaciones, mi mente repasaba permanentemente las imágenes de sus grandes tetas siendo chupadas por el negro, su imponente culo sobado por las fuertes manos de Randy y la vagina masacrada por la pija enorme de ese sujeto. Cuando me encontraba solo en casa me pajeaba con su ropa interior, buscaba sus tangas y corpiños en el canasto de la ropa sucia y aspiraba su olor. Trataba de ser reservado pero ella me excitaba tanto que cada día que pasaba perdía un poco más la cabeza y me llevaba a cometer locuras, como manosearme la bragueta delante de ella, la imagen erótica que tenía de ella me invitaba a pensar cosas muy sucias.

Otra cosa que pasó es que empecé a darme cuenta que mi madre al ser una hembra tan espectacular nunca pasaba desapercibida, los hombres la piropeaban frecuentemente, al principio eso me molestaba, pero a la vuelta de Cuba, llegó a excitarme mucho y a sentir mucho orgullo de tener a una hembra tan cogible como madre, acrecentando más mi obsesión por ella.

En mis fantasías lujuriosas mamá era la protagonista que siempre terminaba siendo cogida por un sin fin de hombres terriblemente dotados, imaginaba a mamá haciendo mamadas espectaculares a vergas venosas y luego pajas cubanas con sus enormes tetas, también siendo culeada por machos aguantadores que vacían sus huevos en su bello rostro. Eso aumentaba mi excitación, andaba casi todo el día con mi pija apuntando al techo; se empezó a volver casi algo obsesivo y muy deseado por mí, ver a esa espectacular hembra como una vulgar puta.

Antes de Randy no recuerdo haberla visto con algún hombre o en pareja, pero pretendientes, por obvias razones, nunca le faltaron, uno de ellos quizá el más lanzado fue Francisco, un viejo verde de 65 años, que vivía en la misma cuadra que nosotros y siempre lo encontraba mirándole las tetas o el culo, cuando se encontraban en el barrio, ella trataba de sacárselo rápido de encima y respetuosamente le agradecía todos los cumplidos que él le prodigaba, y el viejo pajero la retenía sacándole conversación comentándole hechos insignificantes de la vida cotidiana, ella siempre se ponía muy nerviosa al ver que Francisco nunca la miraba a la cara, su vista siempre se centraba lascivamente en sus lolas. Otro admirador de mamá era Rubén, que tenía una librería a pocos metros de nuestra casa, él era un cuarentón, alto, muy delgado y con un actuar más correcto que Francisco pero igual de libidinoso, una vez lo sorprendí tomándole fotos a mi madre mientras ella caminaba por la cuadra con un jeans muy ajustado, eso me me generó mucho morbo, lamentablemente al poco tiempo de esto, la policía lo arrestó porque se hizo publicó que tuvo sexo con una compañera mía de colegio, muy bonita pero de quince años, y por ser menor de edad marchó preso.

Ella jamás a ningún hombre tuvo en cuenta y de ahí el asombro que me causaba su comportamiento, quizás porque los otros no colmaban sus expectativas, no lo sé, tal vez tuvo alguna que otra relación a escondidas pensando que yo tomaría a mal que tuviese una pareja.

Ella es una mujer muy cariñosa y comprensiva conmigo, es una madre que muchos quisieran tener en cuanto al carácter y personalidad que tiene, siempre la obedezco y saco buenas calificaciones en la escuela por lo que nuestra relación es muy buena, muy raras veces me grita o llama la atención, nuestra relación de madre-hijo es amena, tantos años sin pareja hizo que nuestra relación fuera casi de amigos, pues nos tenemos mucha confianza y siempre salíamos juntos a todos lados, sea al cine, al parque, a comer, a tomar un helado, me llevaba a la cancha a ver mi equipo de fútbol, a cualquier trámite que ella tuviera que realizar la acompañaba, por lo general caminábamos tomados de la mano o ella me sujetaba de un hombro, no le agradaba despegarse de mí o perderme de vista, para que se den cuenta de nuestra cercanía, incluso cuando veíamos la tele juntos en el sofá, ella me abrazaba.

Hasta que se desencadenaron los hechos luego que ella conociera al negro, siempre fuimos muy compinches, nos contábamos todo, me ayudaba en todo y tenía en cuenta mis opiniones en las decisiones diarias.

Con los encuentros ocasionales con Randy, esperaba el regreso de ella cuando salían juntos, para buscar en el canasto de ropa sucia sus tangas manchadas con flujo y semen de él, me pajeaba en mi habitación oliendo esa prenda íntima imaginando la garchada que el negro seguramente le dio. Desde que el cubano apareció en su vida, ella cambió su forma de vestir, usaba ahora prendas provocativas que me volaban la cabeza, el culazo se le veía magnífico en los jeans skinny o los pantalones de lycra, sus piernas eran una tentación cuando usaba minifaldas y tanto las blusas como los vestidos eran escotados para lucir su monumental busto.

Ver a mamá tan sexy me excitaba mucho, siempre miraba como movía su culo al caminar mientras ella no me veía, fantaseaba con lo que pensarían muchos hombres que la veían. Cuando salíamos a algún lado como un radar estaba atento a como los hombres la miraban descaradamente o los piropos que le decían, la mayoría de ellos de un tono elevado, el bambolear de sus tetas era un movimiento hipnótico que ningún hombre que se aprecie de tal podía ignorar. Todos estos estímulos me desbordaron y llevaron a que me obsesionarme con ella, trataba de ser discreto cuando la veía, pero siempre me ponía muy nervioso y excitado cuando estaba con el negro o se vestía para salir con él, tanto que no podía dejar de masturbarme, a cada rato me encerraba por varios minutos en mi habitación o en el baño. El cambio en mi comportamiento hizo que mamá me preste más atención y mi calenturienta mente no se dio cuenta, una tarde en que ella usando un vestido ceñido a su cuerpo de color bordó y botas corsario hasta la rodillas, se estaba maquillando para encontrarse con Randy, corrí a mi cuarto olvidándome cerrar la puerta con llave y como a los quince minutos de estar pajeándome con bombacha usada que saqué de mi escondite, justo en el momento que estaba eyaculando, se me congeló la sangre al escuchar a mamá gritándome:

  • ¡¿Qué carajo estás haciendo?!.. ¡¡¡Contestame!!!
Al tiempo que yo trataba de taparme el pito con mis manos, cosa imposible porque estaba al palo y derramando leche para todos lados, ella comenzó a cachetearme duramente por todos lados. Sin intención uno de los chorros de semen fue a parar a la falda de su vestido, poniéndola realmente furiosa e incrementando la fuerza de sus golpes.

  • Asqueroso de mierda... degenerado...

Vaya a saber uno el motivo, pero cuanto más me pegaba, más erecto me ponía, a pesar de haber descargado, la erección no se me bajaba. Zamarreandome de un brazo me llevó al baño y así como estaba, desnudo de la cintura para abajo, me dejó bajo la ducha fría hasta que mi pene perdió su rigor y luego me ordenó:

  • Andá a tu habitación y vestite... a mi regreso vamos a hablar... estás castigado... se te acabaron las salidas, vas a ir de casa al colegio y del colegio a casa...

Al poco rato escuché desde mi recamara el portazo que dio cuando se fue de casa, del miedo no salí de mi pieza hasta que ella regresó y me llamó.

Ya más calmada y con voz suave me pidió que la disculpara, que luego de hablarlo con Randy, él la hizo comprender mis impulsos sexuales propios de cualquier adolescente, me mencionó que estaba abierta a cualquier inquietud que yo tuviera de sexo, que no dude en hablarlo con ella, que era mi madre y para terminar me pidió disculpas nuevamente.

Me enojó muchísimo saber que le contó a ese negro de mierda que me encontró pajeándome, pero permanecí en silencio, me daba mucha vergüenza hablar.

Los días corrieron y a pesar que me había levantado el castigo, trataba de no cruzarme con ella, evitaba coincidir en los lugares comunes de la casa, aunque era inevitable a la hora de cenar, momento incómodo para ambos. Por suerte Randy nunca intentó en hablar conmigo de lo sucedido, pero me miraba con una mueca sobradora.

La cantidad de masturbaciones diarias nunca decrecieron, era una costumbre diaria pajearme con sus tangas y/o medias sucias, aspirando ese olor íntimo que emanaban, pero tomaba precauciones a la hora de hacerlo. Por las mañanas al bañarse, dejaba a un costado de la ducha en un canasto, la ropa interior que se quitaba, con que la que durmió la noche anterior, yo esperaba a que ella saliera para ducharme y como un viejo pirata, buscar entre sus prendas un tesoro para masturbarme. Pero nada me empinaba la pija como espiarla cuando el cubano se quedaba a dormir y la clavaba por todos sus agujeros.

En una oportunidad, ellos dejaron la puerta de la recamara de mamá entreabierta y en la penumbra de la noche pude ser testigo privilegiado de la brutal cogida a mi madre; a la madrugada cuando ambos ya estaban dormidos, entré gateando a la habitación de ellos y me coloqué a un costado de la cama para aspirar el olor a hembra recién garchada, estaba tan concentrado pajeándome mientras pasaba mi nariz a centímetros de su piel, que no me percaté que ella despertó. Agarrándome fuertemente de mi pelo me llevó a mi habitación, encendió la luz y alzando algo la voz, pero no tanto como para despertar a su pareja, me preguntó:

  • ¿Te volviste loco? ¿Pervertido de mierda, soy tu madre, entendés?
Estaba tan enfadada que se le olvidó taparse con su bata, su cuerpo desnudo frente al mio también desnudo y la poca distancia entre los dos, provocó en mí la reina de las erecciones. Sus ojos al verla se le inyectaron de sangre, me pegó una sonora bofetada, le siguieron un par más y un golpe de puño.

  • Por favor perdoname, te juro que no lo vuelvo hacer más...
  • Sos un pajero depravado... mi hijo es degenerado...
Al fajarme nuestros cuerpos se rozaron y el sentir sus pezones en mi piel aumento la dureza de mi verga que en un momento pudo sentirla apoyada sobre uno de sus muslos, impactada me empujó sobre mi cama y me dijo:

  • Mañana vamos a hablar... voy a pensar que hacer con vos... esto no puede seguir así...

No pude pegar un ojo en lo que quedó de la noche, el miedo, la vergüenza y la excitación de sentir sus pezones tibios me desvelaron.

A la mañana, cuando bajé a desayunar, mi madre estaba en la cocina con el ceño fruncido, muy pensativa, me senté a la pequeña mesa junto a ella, con la mirada baja, ella sin mirarme a la cara, calmadamente me expresó:

  • Gustavo lo que hiciste anoche es algo inaceptable para mí... me doy cuenta que te atraigo físicamente... pero no es normal... entiendo que los adolescentes buscan la forma de desfogar su libido pero tenés que entender de una vez por todas que vos sos mi hijo... la falta de tu papá, de hablar con alguien que te inspire confianza de sexo y de un modelo a seguir puede que te lleve a hacer esto, pero te tenés que controlar, todo tiene un límite...
  • Má perdoname... fue una locura... estoy apenado...
  • Estoy cansada de escucharte siempre decir lo mismo...necesito saber que te lleva a hacer eso... (dijo mirándome directo a los ojos)
  • Esss queeee... me gustás... no me puedo controlar... desde que volvimos de Cuba estás distinta, te vestís sugerente y me cuesta verte como mi mamá...
  • Antes y después de ese viaje sigo siendo tu madre... me tenés que respetar... lo que hiciste anoche fue la gota que derramó el vaso, es algo fuera de lugar... soy una mujer joven y me visto como tal no como las putas esas que aparecen en las revistas que escondes en tu placar...
  • ¿Vos hablás de putas?
  • No te entiendo...
  • Me echas a mí toda la culpa, me llamás degenerado y sos vos la que se comporta como la puta de mis revistas...
  • ¡¡¡A mí me respetas!!!
  • Si querés que te respete no te hubieras comportado en Cuba como una trola... ¿O te pensás que no me di cuenta?.. Como se visten las putas y como lo hacés vos para salir con ese negro no hay diferencia... ¿Querés saber la verdad?.. te la digo, cuando estás con Randy no te comportás como mi mamá sino como su puta... ¿Te crees que no los escuchó?.. si vos no guardás reparo para encamarte en casa con el cubano no me pidas que no me pajee, si es como ver una película porno... el hijo de puta te la mete en donde quiere y vos te dejas... ¿Cómo querés que no me caliente?.. hace tiempo que dejaste de ser mi madre...
¡¡¡PLAFFF!!!

Del sopapo que me dio la cabeza me quedó girando, me rompió el labio y lo dejó sangrando.

A partir de ese momento mi casa parecía un cuartel militar, era todo muy formal y respeto a la autoridad, no podía abrir la boca a menos que ella me autorizara y nunca lo hizo. Me encerraba en mi habitación, no salia ni para comer.

No entendía como me animé a decir semejantes cosas, la ira del momento hizo que no pudiera reprimirme, pensaba y pensaba sin hallar la forma de arreglar las cosas con ella, rezaba para que se fuera ablandando con las semanas, pero fue todo lo contrario, con el paso de los días empecé a notar a mi madre más fría, enojada y distante. Para lo único que se rompió el silencio fue para decirme que iba a internarme pupilo.

Intenté hablar con Randy para que intercediera pero desde la discusión él dejó de venir y yo no sabía donde vivía. Ella tampoco aparecía por casa, pasaba casi todos los días con él, la necesidad hizo que tuviera que pedirle a mis abuelos dinero para poder comer y viajar.

Luego de un mes, una tarde apenas pasado el mediodía a mi regreso del colegio, encentré un almuerzo servido en la sala, pero ella no estaba, como en la cocina tampoco la hallé estimé que estaría en su cuarto, pero no me animé para ir a corroborarlo. Volví a la sala y al lado del plato había un papel escrito a mano que decía “es para vos”, me senté a comer con bastante de miedo por lo que pudiera acontecer, la idea de la última comida de un condenado cruzó por mi mente, tal vez ella mamá volvió para decirme que mi partida al instituto pupilo ya tenía fecha.

De repente escucho ruido de taconeo proveniente de la escalera y al girar mi cabeza en esa dirección quedé perplejo, a medida que mi madre bajaba los escalones se veía espectacular, lucía zapatos de taco aguja negros, medias de red, una escueta minifalda súper ajustada del mismo color que las medias y el calzado, el ombligo y su vientre descubiertos, su busto apenas tapado por un top escotadísimo blanco de mangas largas que dejaba sus hombros al aire, se había maquillado más de lo habitual, resaltando el brillo del rouge rosado de sus labios, el oscuro delineado de sus ojos, las pestañas largas y su peinado hacia atrás, quedé boquiabierto ante su sensual apariencia.

  • Hola mamá, me alegra verte...
  • Hola
  • Te ves muy linda... ¿Vas a salir?
  • A lo mejor...

Se sentó a mi lado, algo lejos de la mesa y cruzó sus piernas de una manera muy sexy.

  • Quiero pedirte perdón...
  • no quiero hablar de eso...
  • Ok...
  • ¿A qué hora vas a volver?
  • No lo sé...

Se levantó de una manera mucho más sugestiva de la que se sentó y se fue dejándome subyugado ante tanta belleza, me fue imposible resistir hacerme una paja recordando sus curvas, sus cuerpo voluptuoso e imaginando a donde iría vestida tan provocativa.

Para distraerme, permanecí toda la tarde encerrado en mi cuarto, tirado en la cama escuchando música con los auriculares puestos y cuando baje a picar algo serían casi las veinte horas, percibí un fuerte olor a cigarrillo, me alarmé porque mamá no fumaba, la sala apenas estaba iluminada y en la mesa ratona encontré vasos con whisky, cuando extrañado caminé hacia la cocina, escuché un grito ahogado seguido de varios gemidos fuertes que provenían de arriba, mi corazón empezó a latir a un ritmo acelerado sin entender lo que estaba sucediendo, a medida que subía la escalera los gemidos se hacían más fuertes y claros, el pasillo estaba a oscuras pero del cuarto entreabierto de mi madre salía luz, caminé con cautela escuchando más quejidos similares a la voz de mi madre, me asomé a su puerta encontrándome con una escena que me paralizó.

Randy junto a otros dos negros estaban cogiendo a mamá, en su cama. No pude reaccionar, como un boludo quedé parado en la puerta mirándolos. Ella se encontraba boca arriba, acostada sobre un negro que la estaba enculando, otro sobre ella la penetraba por la concha y Randy arrodillado a la atura de la cabeza de ella tapándole la boca con su descomunal verga.

Ella no paraba de gemir y quejarse de dolor, los negros eran igual o más pijudo que el cubano y la embestían con violencia. Dudé si se trataba de una violación, pero la mano de mamá masturbando la porción de verga que no entraba en su boca y la forma de mover su vientre de abajo hacia arriba acompañando el ritmo de las penetraciones, disiparon mi sospecha.

Tras unos minutos, como si fuera un carrusel intercambiaron agujeros para meterla. Uno de los negros desconocidos era un gordo muy fornido, pelado y con una pija extremadamente gorda que le causaba un dolor agónico a mi madre cuando se la enterró en el culo; el otro sujeto era de estatura normal pero con una verga anormal de larga, algo curvada a un costado, como si fuera un gancho, este, cuando fue el turno para que ella le hiciera sexo oral, prefirió sentarse en la cara de mamá y hacerse una paja cubana con sus enormes tetas, mientras ella le la mía el culo.

Mi madre estaba desatada, en un momento estaba arrodillada en la cama cabalgando a Randy y al mismo tiempo chupaba las dos pijas con las gordas cabezas metidas en su boca.

Se me vino a la mente la idea que mi madre había planeado que yo la encontrase así, pues no hallaba otra explicación ante tal situación, puesto que sabía muy bien que yo estaba en casa. Ese pensamiento me dio asco y ganas de vomitar, quise retirarme pero contemplar a mi madre en una orgía evitó que mis piernas se movieran, saqué mi pito del pantalón y empecé una paja divina viendo como le destrozaban los agujeros. Mamá mientras pedía más y más, el de la verga de gancho que se hacia una cubana con sus tremendas tetas se vino en ellas, los otros dos la penetraban salvajemente hasta el fondo, levantándola con cada pijazo recibido.

Transcurrió como media hora hasta que los negros acabaron en el interior de ella. Al tiempo que le limpiaba las pijas a los tres con su lengua mamá me miraba desafiante y libidinosamente, besaba con sus labios carnosos los glandes y tragaba los restos de semen. Al rato ella se levantó y cuando pasó al lado mio para ir al baño, me sonrió.

Mientras tanto, sin inmutarse por mi presencia, los negros se vestían y comentaban con tonada cubana lo puta que era mi madre y felicitaban a Randy por haberlos invitado.

Regresé a mi habitación con los huevos vacíos y me acosté en la oscuridad sin que mi pito perdiera erección, trataba de convencerme que no fue un sueño lo que presencié, cuando de pronto se abrió la puerta de mi cuarto, y encendiendo la luz apareció mi madre completamente desnuda. Yo sin saber que hacer, la vi estupefacto acercarse a mí, caminando descalza y sonriendo arrogante, permaneció un breve instante parada observándome para luego sentarse en mi cama con las piernas entreabiertas, apoyando sus manos en las rodillas, dejándome ver su irritada vagina lampiña y los marcados chupones morados de las tetas con los pezones parados.

  • ¿Te gustó lo que viste?.. ¿Te calienta ver como se cogen a tu mamá?.. ¡Dale, contestame!

Ante mi silencio, me abofeteó.

  • ¿No me dijiste que era una puta y que te excitaba ver como me la metían?.. bueno, andá a acostumbrándote porque lo vas a presenciar seguido... ¿No era eso lo que querías?..
  • Mamá perdoname por favor, yo no...
  • Shhh... no llorés como una nena... si fuiste tan hombrecito para decirme todas esas cosas, ahora aceptá las consecuencias... si te gusta ser degenerado lo vas a ser aun mucho más... por hoy tu diversión acabó, me voy al departamento de Randy para que mis machos me sigan usando...

Si yo fui altanero cuando le dije todas esas barrabasadas ella acababa de superarme. Al ver mi erección bajo la sábana, me estrujó el pito diciendo:

  • Con razón sos un pajero... ¿Qué otra cosa podes ser con esto?.. jajaja... te falta mucho para ser un hombre de verdad...

Se levantó de la cama y moviendo eróticamente su turgente culo, apagó la luz sin molestarse en cerrar mi puerta.

Los negros la estaban esperando en el pasillo, ella regresó a su recamara y volvió a aparecer con unas sandalias de taco alto y un sobretodo abierto, sin ropa interior.

  • Vamonos a la mierda...
  • Claro que si putica... preciosa, aun nos queda mucha leche en los cojones para darte jajaja...

Desde donde yo estaba escuché el automóvil de mamá arrancar. Solo y abatido, me masturbé frenéticamente imaginando que le estarían haciendo esos hijos de putas vergudos a mi madre.

A las 6:50 hs. sonó el despertador para ir al colegio, me asomé a la habitación de mamá pero ella no aun no había regresado, estaba muy cansado y no tenía ganas de salir de casa, las emociones de ira, vergüenza, morbo, me invadían y se mezclaban con mis sucios pensamientos, ahogado en una depresión me hundí en los brazos de morfeo.

A media mañana me desperté con un húmedo beso en la frente, era mi madre, con voz alta y un dejo de enfado me dijo:

  • Van a ser las once... ¿Hasta cuando pensás dormir?.. levantate holgazán... ya que no fuiste al colegio hacé algo de provecho con tu vida...

Se la veía espléndida, su pelo mojado y el perfume de su jabón me indicaba que estaba recién bañada, llevaba unas calzas engomadas azules muy ajustadas, tanto que denotaba que no usaba tanga, y musculosa de finos tirantes color arena que a duras penas podía contener las colosales tetas sin sujetador, en sus pies unas sandalias marrones sin taco. Su tremendo culo parecía que iba hacer explotar a la calza en cualquier momento.

  • Mamá disculpame por el dolor que te causé... estoy triste... ya tuve suficiente castigo, por favor disculpame...
  • ¿Ahora el señorito pide disculpas?... te pajeabas espiándome cuando tenía relaciones... ya me viste montando varios sementales sin necesidad de esconderte... ¿No?.. ¿Verdad que te gustó?.. ¡¡¡Contestame carajo!!!
  • Má no lo haré más, por favor...
  • Ahh, no... eso si que no... ya que te vuelve loco ver como me cogen te voy a dar motivos para que te pajees... ahora te aguantas por pervertido... ya que estás al pedo, cambiate y bajá a desayunar que tenemos que salir...


Como si el diablo se la llevara, salió de mi cuarto, su actitud me desconcertaba, pero debo admitir que me excitaba. No saber que otras cosas sería capaz de hacer me generaba angustia también.

Me bañé y bajé a desayunar, ella no estaba ni en la sala ni en la cocina, pero en la mesa me dejó un sobre abultado cerrado y con una nota en el frente decía: “Hacete una buena paja". Abrí el sobre y al sacar su contenido advertí que eran casi cien fotos de mi mamá en bolas con los tipos de anoche, en un departamento de mala muerte que sería el de Randy, ella aparecía saboreando esas tres grandes vergas venosas, una a una lamiéndolas, chupándolas, era una excitación tremenda ver a mi hermosa y delicada mami al lado de semejantes pijudos, en otras salía con las tres sobre su rostro, había fotos donde estaban los negros culeándola, otras haciéndoles una cubana a cada uno de ellos, en otras penetrada en posición de perrito, unas más con su ano dilatado y extremadamente abierto chorreando semen, otras con dos vergas dentro de la concha y por ultimo unas sonriendo con su cara embadurnada de leche.
Estaba que hervía de la calentura, esparcía las fotos sobre la mesa y me empecé a masturbar como un poseído, en eso escuché la voz de mi madre:
  • Vaya con el pajerito de mamá... veo que te gustaron mucho mis fotos...
  • - Ehhh... mamá, yo...
Sujetándome de un brazo me llevó a mi habitación, una vez ahí, me sorprendió diciéndome con un tono de enojo:
  • Ahora si hijo de puta, dale pajeate, pajeate delante mío, mirando las fotos....
  • Nnnno... no puedo...
  • ¡Te digo que lo hagas, carajo!.. mirá las fotos y hacelo...
Me ordenó apretándome de la mejilla con una de sus manos y con la otra sacudiéndome el pito para recuperar la firmeza que con el miedo había perdido, me jalaba el prepucio para atrás y adelante. Sin dejar de masturbarme, con la mano que hacía un rato me estrujaba la cara, ahora me enseñaba las fotos en las que aparecía atendiendo sexualmente a sus machos.
  • ¡Hacelo, mierda!.. te morís de ganas por hacerlo, mirá que durita se te puso al ver como esos negros sudorosos me destrozan los agujeros... a tu mamita le dejaron la concha más abierta que cuando vos naciste...
Esta situación me excitaba a rabiar, con sus movimientos una lola se le escapó de la musculosa por un costado, y sin pensarlo me la llevé a la boca y la mamé como cuando era un bebé, ya no era ella la mano que me masturbaba sino la mía, lo hice tan duro que no aguanté mucho y me eyaculé copiosamente. Ella apartó mi cabeza de su seno y con seriedad me expresó:
  • Que pervertido me saliste... voy a cambiarme y vos limpia lo que ensuciaste y vestite rápido que tenemos que salir... apurate...
Mi pija continuaba vertiendo semen y mi mente estaba confundida pero descontrolada por el morbo. Limpié y me cambié como dijo, luego bajé a la sala.
Al rato largo bajó mi madre, se veía despampanante: se había puesto una minifalda muy corta color rojo, con medias de red negras, unos zapatos negros altísimos, una blusa negra de mangas cortas con encajes transparentes y el escote mas abierto que haya visto, muy maquillada y bien peinada, tomó su bolso y con la mano me indicó que saliera, subí al automóvil, en el camino le pregunté:
  • ¿A dónde vamos?
  • A su momento ya lo vas a ver, ahora cerrá la boca pendejo de mierda...
Ella siguió conduciendo por varios minutos hasta que llegamos a una conocida zona marginal de la ciudad, sobraba la mugre y la droga, se veía a muchos marginales, vagabundo y bastantes prostitutas, estaba llena de hoteluchos de paso y en las puertas decenas de mujeres con prendas mínimas y muy sensuales esperando clientes, estacionó en uno de esos lugares y mientras se pintaba los labios utilizando el espejo retrovisor, le pregunté:
  • ¿Mamá qué hacemos acá?... tengo miedo, mejor nos vamos...
  • ¿Vos me dijiste que parecía una puta?.. dentro de un rato no lo voy a parecer más... LO VOY A SER jajajajaja... ahora que lo pienso, dentro de un rato vos vas a ser un verdadero hijo de puta jajajajaja.... y vos lo vas a ver todo, no te vas a perder detalle...
  • Noooooo, por favor volvamos a casa (le supliqué llorando)
  • Ahora te lo aguantas... as a ver como la puta de tu mamá busca clientes para que se la garchen...
Acto seguido se bajó y comenzó a caminar a lo largo de la cuadra, moviendo su culazo como si fuera una coctelera, de forma obscena, muy provocadora, ninguna de las demás mujerzuelas podían hacerle sombra, no pasó ni dos minutos y un hombre se acercó a mi madre, tendría como cincuenta años, feo, pelo largo, barbudo y con pinta de roñoso, le faltaban dientes y los pocos que tenían eran de un color amarillo fuerte, hablaron poco tiempo y después de eso caminaron en dirección a la puerta del hotel más cercano, sentí que el corazón me palpitaba a mil, de lejos vi como el tipo le empezó a tocar el culo con descaro, en eso mi madre volteó a verme y me sonrió descaradamente, entraron y los perdí de vista. No sabía que hacer ni que pensar, por momentos me sentía mal y por otros una enorme excitación me desbordaba.
Imaginando a mi madre cogiendo con ese vagabundo, la calentura llevó a que sacando mi pija me masturbe, no la habré sacudido ni cuatro veces que eyaculé, me recliné en el asiento y esperé, al cabo de dos horas salieron, él tipo estaba más sonriente que si se hubiera ganado la lotería, mi madre igual, constantemente volteaba y me sonreía burlonamente, el cliente se fue y ella se paró junto a nuestro auto, en eso a los cinco minutos dos hombres llegaron y la abordaron, mi madre habló con ellos y mientras lo hacía, los hombres le sobaban las tetas y le metían manos por todos lados, le dejaron los pechos al aire y se los chuparon, de nueva cuenta entraron los tres al hotel, mamá me miró al entrar y se pasó la punta de su afilada lengua por el labio superior, yo estaba excitadísimo, de imaginarla enfiestado con esos dos malandras me calenté muchísimo y nuevamente me masturbé, tardaron algo más de dos horas en aparecer, ellos la abrazaban y besaban, mi madre los despidió los besó de lengua y se fueron.
Mamá rengueaba al caminar, se notaba que la dejaron molida a pijazos, pero a los minutos otro cliente de unos cuanta y cinco años se le acercó, hablaron y entraron al hotel, mi madre parecía ya una completa prostituta, esta vez transcurrió como una hora para verlos salir sonrientes.
En menos de diez minutos otro cliente se le acercó, este era un tipo de unos cincuenta años, muy fornido y con una cara que hasta a las ratas del lugar daba miedo, mientras hablaban el le introdujo una mano baja la falda y ella entreabrió sus piernas, al poco rato dijo si con la cabeza y se encaminaron al hotel, entrando le levantó la pollera hasta la cintura y le abrió los cachetes del culo; recién a las tres horas salieron, se acercaron tomados de las manos y a breve distancia del vehículo ella se arrodilló y le extrajo la pija del pantalón para enseñármela, era tremenda, parecía una berenjena por lo gorda, el hombre apoyó una de sus manos en el parante del auto al tiempo que ella lo felaba.
  • Pendejo como la chupa tu mamita, es una aspiradora... me costó metersela por el culo, sangró bastante pero al final se lo rompí... dos veces jajaja... y es tan puta que me devolvió la el dinero que pagué, parece que nunca conoció un pijudo como yo... portate bien que un día de estos pasó por la tarde a saludarlos... ella me invitó a tomar el té y el suyo va a ser con leche jajajaja...
Después de tragarse toda la leche, el tipo se marchó y ella se subió:
  • Ese hijo de puta tiene una guasca salada... ¿Querés probarla? jajajaja... (dijo sacando la lengua)
  • Nooooooo... ¡Que asco!
  • ¿Te gustó ver como me prostituyo?.. ¿Te gusta tener una madre putona?
  • Ssss... ehhh... mamá... terminemos por favor...
  • Yo soy la que decide cuando acaba todo... ¿Entendiste?..
Después de eso se metió la mano en su escote lleno de lamparones de semen y sacó unos billetes, me los dio y diciendo:
  • Este dinero es para tus gastos del colegio... producto de mi prostitución, de aquí saldrá el dinero que te daré... bueno y de acá también jajajaja (expresó dejando su vagina a la vista)
Nuestra vida se salía de control, me estaba entregando el dinero que había ganado prostituyéndose, pero ¿Sería capaz de seguirlo haciendo?, No sabía que pensar, ella empezó a conducir, regresamos a casa casi de noche, cada quien cenó por su lado, después me fui a dormir, mi madre se bañó y se recostó en su cama, se veía agotada, la verdad no sabía si de verdad había disfrutado acostarse con esos 5 hombres, lo único que tenía claro era el enojo de mi madre hacia mí. Ella hacia eso para darme una lección, para castigarme haciéndome sentir mal y recapacitar de mi conducta, pero la verdad aunque me desconcertaba esa actitud y acciones tan fuertes, en mí había más excitación que molestia, pero si lo percibía ella quizá el jueguito acabaría, ella quería hacerme sentir mal no darme placer, eso yo lo tenía claro.
Aun no podía conciliar el sueño, pues mi excitación aun no se iba, menos tras vivir la enorme excitación de verla como toda una trola barata, en ese momento busqué el sobre y volví a ver las fotos de ella con los negros, me empecé a masturbar observándolas detenidamente, que sexy se veía mi mamá chupando pijas, que lujuriosa se veía en cuatro siendo cogida analmente, que tremendo culo tiene y con esa verga enorme más tentador se divisaba, que morbo ver su hermoso rostro lleno de semen de esos tipos, en eso se me ocurrió algo, como mi madre estaba dormida me dieron ganas de ir a su cuarto y masturbarme frente a ella como la vez fallida que originó todo este desastre, el corazón casi se me salía de excitación, tomé las fotos, salí de mi cuarto y abrí despacio el suyo, que con el cansancio ni siquiera lo cerró bien, tenía prendida la luz, dormía profundamente estaba realmente agotada, como se había bañado vestía solo un camisón fino transparente y una tanga, ambos blancos, se veía impúdicamente atractiva, estaba recostada de lado, por lo que su culo estaba al descubierto, me saqué la verga ahí mismo y me empecé a masturbar mirándole sus fenomenales nalgas, no duré mucho y terminé, lo hice una vez más esta vez acercándome a su culo y rozarlo con mi glande, el hilo de su tanga se perdía en ese increíble orto, decidí que era suficiente y podría despertar por lo que salí con precaución y me fui a dormir ya pues al día siguiente tenía que ir al colegio.
A la mañana siguiente, estando en el colegio recibí una llamada, vi el celular era mi madre, me levanté rápidamente y pedí permiso para ir al baño, al entrar contesté y empecé a escuchar gemidos, eran fuertes sin duda la estaban cogiendo, pero ¿Quién?, ¿Un compañero de trabajo?, ¿Su jefe? Luego de un rato ella habló:
  • Siiiiiii... que ricoooooh... mmm... cogeme más fuerte, empujá más duro... ahhhh... que bieen me cogeeeees papitooooo... aaaahhh, uufffff... aaaaahhhhhhhhhhhh, chupame las tetas... mordelas, pellizcame los pezones... siiiiiiii... asiiii...
En ese momento me empecé a masturbar furiosamente escuchando los jadeos de ella, a los minutos se cortó, no sabía si Randy se la estaba metiendo o era otro hombre, ¿Tal vez uno d ellos negros?
El resto del día no pensé en nada más que en mi madre y en como jadeaba al teléfono, se notaba que verdaderamente estaba excitada y disfrutando la cogida, me puso demasiado cachondo. En el trayecto a casa recibí un whatsapp de ella con una foto que decía: “hijito hoy mamá no vendrá temprano, pedite un delivery, tengo que tomarle una entrevista de trabajo a Teby, creo lo conociste el otro día en casa, te envío una foto de que dura es la entrevista y como se sacrifica mamita, besitos", la imagen mostraba a mi mamá en su oficina besando una verga larga negra, con forma de gancho, que casi abarcaba todo su rostro completo, mediría unos 20 cm por 5 cm de ancho, ella en la selfie aparecía con la mitad del glande dentro de sus rojos labios, con una mirada entre seria y lujuriosa.
Al recibir el mensaje mi excitación creció, nada más llegar a mi casa me hice varias pajas de novela, imaginando a mamá cabalgando a ese mandingo como una loca. Pedí comida por teléfono, como a las 23:30 hs ella regresó con su cabellera revuelta y su vestido desacomodado, se sentó en el sofá, con una sonrisa sarcástica y la mirada perdida me preguntó si me gustó la llamada y el mensajito, subí a mi cuarto sin contestar, de todos modos no sabía ni que decirle.
El resto de la semana pasó sin grandes novedades, ella continuaba distante conmigo, cada cuál por su lado en la casa, hasta que el sábado en la tarde ella me dijo que saldríamos en un rato y que no quería preguntas de ningún tipo, la obedecí y cerca de las 20:00 hs estaba listo, en la sala, cuando apareció se me cayó la mandíbula, estaba putísima, lucía un vestido de gasa rosa oscuro, bastante traslucido, de mangas largas y con un gran escote al frente en “V”, la falda llegaba hasta el nacimiento de sus muslos, no usaba medias medias, y se veía que debajo solamente llevaba una microtanga fucsia, zapatos de plataforma y taco aguja de color claro, pelo recogido y apenas maquillada.
Me ordenó que la siga y subimos al auto, condujo en silencio por más de media hora, hasta llegar a las afueras de la ciudad a una zona de bares, estacionó el auto y me hizo un ademan de que baje, ella caminaba delante de mí de manera felina, muy sensual, verla tan sexy y en esa zona tan peligrosa hizo que mi morbo aumente, todas las miradas se dirigían a mi despampanante madre, los hombres le gritaban cosas obscenas y ella les sonreía, cuando llegamos un lugar que con una entrada sombría y un cartel con luces rojas “La Gruta del Placer", ella habló con el portero:
  • Este chico es mayor de edad, respondo por él, dejalo pasar...
Lo besó en la boca al tiempo que le palpaba la bragueta, obviamente el hombre no se opuso a su pedido, era un lugar era un table dance, grande con un escenario al centro y un caño, había muchos hombres los cuales no dejaban de ver a mi madre.
Le pregunté molesto:
  • ¿Que rayos hacemos acá?
  • Teby en agradecimiento por hacerlo entrar a la empresa me consiguió este trabajo, tratá que no se te note la pijita parada cuando me veas bailar...
Escucharla y que me ponga la palo fue lo mismo, ella se acercó a la barra y pidió 2 cervezas, me dio un chopp y el otro apenas lo bebió, luego me dijo:
  • Relajate, me voy a preparar, disfrutá del espectáculo que la puta de tu madre le va a dar a todos hombres del lugar... y si ves algún pijudo invitalo a casa jajaja.
Camino por un pasillo hasta unas cortinas pesadas negras y las atravesó perdiéndose de mi vista, en el escenario una chica muy joven que dudosamente era mayor de edad bailaba, no era linda, casi no tenía tetas, pero con el culo se defendía, demás está decir que estaba prácticamente si ropas.
Tuve que esperar más de media hora para presenciar lo que vine a ver. Una voz estruendosa anunció:
  • ¡Caballeros!, tengo el honor de presentarles a una bomba de mujer, con un cuerpo y belleza inigualable, con ustedes la sensualísima Mariana.
Por los parlantes dejó de sonar cumbia y comenzó una música lenta, el escenario se iluminó y mi madre apareció con otra vestimenta, unos zapatos altísimos de más de veinte centímetros, el cuerpo lleno de purpurina y unas pezoneras, solo conservaba la microtanga que de frente era un escueto triangulito que no alcanzaba a taparle la raja y por detrás una tira que se perdía entre medio de las voluminosas nalgas, caminó sensualmente hasta el caño, todos los hombres chiflaron, al llegar lo sujetó y empezó a mover sensualmente sus caderas, bailando al ritmo de la música, le acercó sus tetas a los hombres que estaban rodeando al escenario y entre apretones, chupones y mordidas le quitaron las pezoneras, los chiflidos se incrementaron, mi madre se tomó los senos y los empezó a lamer, mientras seguía contoneando sus sensuales caderas, aprovechando la oscuridad me empecé a pajear, mientras bailaba los hombres ponían billetes en su tanga, ella se agarró del tubo y giraba alrededor de el, le pasó su lengua como si fuera una verga una verga cromada, a esta altura los hombres bramaban y aplaudían, luego se colocó de espaldas, se agachó y bajó su tanga aferrando el caño entre sus glúteos, los hombres quedaron extasiados, me lanzó la tanga pero un tipo me la arrebato y la olió como un loco:
  • Mmmm, huele a conchita limpia ufffff...
Ella ya completamente desnuda siguió bailando al ritmo de la música, recorría con sus manos todo su cuerpo con una sensualidad tremenda, no aguanté más y me vine, nadie se daba cuenta de que me masturbaba pues no perdían detalle de la voluptuosa mujer que bailaba. Cuando ella se retiró todos aplaudieron, estaban deseosos de mi madre.
A pesar de haberme bebido las dos cervezas tenía sed y estaba bastante mareado, como a los quince minutos recibí un whatsapp:
  • Salí y subí al auto o te vas a tener que ir caminando"
Lo hice de inmediato, ella me esperaba fumando y con el estéreo encendido, vestía la misma ropa con la que había venido, pero sin la tanga .
  • ¿Cuándo va a terminar esto mamá?
Ella arrogante y tajante me contestó:
  • Te dije que eso lo decido yo... a tu mamita le queda mucho por gozar y muchos huevos por vaciar... jajaja... y todavía no estuve con ninguna mujer... y vos no te hagas el que no te gusta que desde el escenario te vi con el pito al aire pajeándote...
Arrancó el auto y al llegar a mi habitación me volví a hacer otra paja recordando su comentario, cuando ya me disponía a dormir escuché gemidos abajo, me asomé por la escalera y vi en la sala en bolas al viejo fornido del hotel, ese que tiene una verga que parece una berenjena y se la estaba enterrando hasta los ovarios, mientras ella lo aferraba con sus piernas por la cintura.
Permanecí inmóvil observándolos hasta que escuché la voz de mamá llamándome:
  • Hijito por favor traeme del baño la vaselina que Antonio me esta rompiendo la concha... uffffff... ah y también las pastillas anticonceptivas que me olvidé de tomarla...


® Autor: Gus Becker

Pensar historias nuevas y escribirlas es mucho esfuerzo, por eso solicitamos que comenten cada relato, para que exista un ida y vuelta entre nosotros.


Cuando supere los 15 comentarios se publicará un nuevo relato.





Comentarios

  1. Muy bueno me gustaría que escribieras más de este relato para saber en qué acabo

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  2. Mucho morbo ojalá y pusieras el final para saber en qué termina

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