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Cuando mi descanso se transforma en... pesadilla.

Bueno Ayleen, llegó la hora de unas merecidas y sobre todo necesarias vacaciones, no tenía ganas de ir a una ciudad con mar y mucho ruido, con Damián mi marido habíamos discutido muy fuerte y necesitaba pensar, relajarme, estar en silencio, con poca gente alrededor, para pensar en mí y por sobre todas las cosas necesitaba pasar un tiempo sin mi esposo, cansada de que nos deje solos a mi hijo y a mí, de la poca atención que nos brindaba, decidí esta vez pagarle con la misma moneda, que sepa que se siente estar en soledad.


Miriam, una de mis amigas, me ofreció una casa a las afueras de un un pueblito que está al borde de las montañas, ella se iría al caribe y la casa quedaría sin ocupantes en febrero y yo acepté con mucho gusto. Lalo, mi hijito, era chico, por eso no tenía capacidad de elección por ahora... cuando creciera habría tiempo para la disputa.

Sobre la fecha conseguí los pasajes, con dificultad y con sobreprecio por supuesto, pero valía la pena, el viaje en avión fue normal, alguna turbulencia pero estaba acostumbrada a todo eso y Lalo durmió casi todo el vuelo. Luego de aterrizar nos esperaba un transfer privado que yo había contratado por internet.

Luego de una hora de ruta atravesando montañas y cruzando bosques llegamos al pueblito, lo atravesamos rápido pues era muy pequeño y tras 10 minutos más de viaje por fin estuvimos en la casita preciosa, una cabaña de madera con techo a dos aguas, en una zona tranquila y woww... las montañas.

Le pregunté al chófer mientras él bajaba el equipaje como hacía para comprar víveres por ejemplo en esa zona tan desolada.
  • No se preocupe señora, por la ruta en que vinimos a menos de un kilómetro, encontrará transversalmente un camino de tierra y haciendo 300 metros por ese camino hallará una taberna en donde se puede comer bien y beber, y el mismo dueño tiene al lado un almacén que vende de todo, desde comida hasta artículos de limpieza y otras cosas para el hogar.
  • Que bien, es muy completo...
La cabaña era preciosa, de postal y en la planta baja a modo de loft sin divisiones había un comedor enorme con una amplia cocina provista de todo alacenas, heladera, etc., y pegada a ella encontramos un living enooooooorme con un gran sofá, varios sillones, un tv led de 52 pulgadas, una chimenea, una mesa de para 8 comensales, subiendo las escaleras de madera, en la planta superior había dos habitaciones con televisor en cada una (por suerte a Lalin le traje la play), cama matrimonial de dos plazas y media con un baño en suite, en la que sería mi habitación, y en el cuarto que usaría mi hijo dos camitas de una plaza y un baño más chico.

Afuera de la cabaña había una piscina pequeña pero suficiente para nosotros dos. En ese lugar podríamos caminar, correr, descansar, disfrutar todo en intimidad, lejos del bullicio y de la locura de la ciudad. Pasamos lo que quedaba del día recorriendo el lugar y respirando aire puro, a la noche refrescó bastante, por eso preparé algo caliente para cenar y temprano nos fuimos a dormir.

A la mañana me desperté, abrí mi ventana y miré absorta la montaña a lo lejos y todo el verde adelante, el día estaba hermoso, muy cálido y para broncear bien mi cuerpo me puse una minibikini negra... “¡Por fin!”, casi estaba sin uso, pues me fastidiaba que en la playa o en las piscinas públicas me miren el culo como si fuera un portal a otra dimensión que todos quieren cruzar.

Solo en casa usaba mi amada microbikini y no siempre, ya que los vecinos y sus hijos espiaban haciéndose los tontos constantemente. Pileta y sol... “¡Esto es vida!”

Lalito estaba muy feliz y yo más que él, pero la pileta cansa, entramos a comer algo al mediodía, hicimos una siesta y decidí que iríamos al almacén a comprar provisiones y ¿Por que no, a beber algo?

Me puse mi short de jean gastado y una camisa muy cómoda, a cuadros rosa anudada por arriba de mi ombligo y me remangué las mangas... “Hmm, el short es un poco cavado y se me ven parte de los cachetes de la cola... pero naaah... es un pueblito seguro de gente amable y tranquila, no creo que nadie me diga nada...”

Y allá fuimos. La caminata fue distendida, como disfrutando a cada paso del paisaje que nos rodea, en menos de media hora llegamos a una casa de madera junto a un tinglado que supuse era el almacén y acerté.

Entramos primero a la casa que tenía un cartel viejo y despintado, que alguna vez y hace muchos años decía “BAR”, había exactamente 8 mesas y una barra larga con taburetes para sentarse, detrás de la barra había un viejo con una rejilla limpiando vasos y a su espalda estanterías repletas de bebidas, en dos taburetes estaba una pareja de mediana edad sentada, solo había tres mesas ocupadas y en una de ellas dos hombres de mal aspecto con una botella de grapa vacía y la otra herida de muerte.

Todos nos miraron, mejor dicho, ME miraron, saludé y únicamente la pareja me respondió, el resto se limitó en el mejor de los casos a hacer gestos con sus cabezas. Camino a sentarnos en una de las mesas libres tuvimos que pasar muy cerca de los dos tipos.

Observé cuando me senté que los dos sujetos se incorporaron y tambaleándose caminaron con pasos cansinos hacia nosotros, cuanto más cerca los tenía más miedo tenía, se me paró el corazón cuando los tuve al lado mío, por suerte siguieron caminando un par de metros y se detuvieron cerca de la mesa de pool a jugar.

Estaba tan concentrada en esos dos vagos que el cantinero (¿Será ese el término?) me asustó cuando golpeó la mesa preguntando:
  • ¿Qué les traigo?
Y antes que le respondiéramos me interrogó sobre de donde veníamos, en donde parábamos, cuanto días nos quedábamos, si estábamos solos, etc., por supuesto todos escucharon mis respuestas. Gracias a mi hijo que algo fastidioso pidió una gaseosa, cesaron las preguntas y nos tomaron el pedido.

Al rato largo nos sirvió la gaseosa para mi nene y un frío y asqueroso café doble para mí. No quería mirar mucho a mis costados pues sabía que me miraban, lo percibía, sobre todo esos dos tipos que me miraban y murmuraban entre ellos, que estaban a mi derecha.

Los fui viendo por etapas para que no pensaran que insinuaba algo, uno de ellos era grandote, supongo que tendría 55 años, no sé, soy mala calculando edades, estaturas y otras yerbas, pero era el más alto, tenía pelo castaño largo hasta los hombros, con bastantes canas y entradas profundas, barba blanca de varios días, tal vez semana, desaliñado y con aspecto de sucio, fumaba mucho y sus dientes estaban teñidos de un color pardo amarronado, la única vez que cruzamos mirada observé unos ojos marrones oscuros y espesas cejas. El otro era flaco, morocho, algo más joven o eso aparentaba pues su cabello era negro también largo con una colita atrás, tenía una barba más espesa y larga que su amigo, y me pareció ver una cicatriz e la mejilla izquierda si no me engañaba la luz.

Ya me sentía incómoda de tener 4 ojos encima mío, pues el resto continuó con sus cosas pero estos dos no, me tenían clavada la vista, a la vez que reían y cuchicheaban, pagué y rápidamente nos levantamos, hasta la salida presentí sus miradas pegadas en mi culo. “No vendré mas con estos shorts” me dije.

Entramos en en el almacén donde nos atendió una mujer mayor que luego de conversar me dijo que era la esposa del cantinero, separé provisiones para varios días, pero eran tantas que no podía llevarlas, la mujer me dijo que no había problemas y en que en el trascurso de dos horas nos llevarían la compra. Genial, pagué y volvimos a la cabaña.

Lalo corrió a su habitación a jugar con la play y yo me tiré en el sofá a ver algo de TV, como estaba estaba cansada me hice un café cargado y cuando me prestaba a beberlo en el living, golpearon la puerta, abrí y ¡¡¡SORPRESA!!!, ahí estaban los dos gorilas parados con mi mercadería, sonrieron ambos y vi que la falta de dientes los hacía mas cavernícolas.

Y si, eran altos, me llevaban mínimo dos cabezas y eso me obligaba a elevar mi mentón para verlos a la cara. El “permiso” fue solo un cumplido pues casi me empujaron a un lado y se metieron, dejaron las cosas en donde les gustó y con esa sonrisa como burlona, me dijo el mayor en altura, tamaño y edad:
  • ¿Señora, puede darnos algo para beber?.. Hace calor y su compra era muy pesada... jejejeje...
  • Si, por supuesto... ¿Qué quieren?
  • Cerveza...
Venían de tomar alcohol y deseaban quedarse. Maldije no haberme cambiado y seguir con el short pues tuve que darles la espalda para ir hacia la heladera. Saqué dos latas y preparé los vasos y cuando me di vuelta para llevarlos, mi espanto fue total cuando los vi cómodamente sentados en el sofá de tres cuerpos, uno en cada punta. ¡¿No esperarían que me siente en el medio?!

Podría haberles dicho “tomen sus cervezas y chau”, pero no dije nada, ¿Por qué?, Creo que temí por Lalo, era un presentimiento, no sé, instinto de madre.

Me senté en un sillón individual a un costado de ellos pero mirándolos, me interrogaron y respondía, el mas jóven se desabrochó un botón de su camisa harapienta, una escocesa a cuadros verdes y marrones y noté que tenía un matorral de vello en el pecho, al igual que el otro. De la nada apareció Lalo, cuando los vio los saludó como si nada y ellos sonrieron burlones.
  • Hola... ¿Mami puedo comer un yogur?
  • Si mi amor...
  • Gracias... vuelvo a mi cuarto a jugar con la play...
Mi hijo se fue y yo seguí con mis “invitados” sentados muy plácidamente bebiendo las cervezas. Por fin cuando vaciaron los vasos, se levantaron y se marcharon, pero nuevamente mi instinto me decía que esto no terminaba acá y es más, que no terminaría bien.

Esa noche, pasadas las 22 horas fuimos a dormir y escuché ruido afuera, me levanté de mi cama e intenté encontrar alguna hendija en la persiana americana pero no veía nada extraño en el exterior de la cabaña, ni escuché más nada, por lo tanto me acosté nuevamente. Al día siguiente hizo mucho calor y amaneció sin ninguna nube.
  • ¿Má puedo ir a la piscina?
  • Claro que si Lalin, es un día perfecto para eso...
  • Pero me aburro solito... ¿Te metés conmigo?
  • Dale, esperáme acá que yo me cambio y bajo...
Sin pensarlo me puse la microbikini que tanto amo y cometí otro error...
Luego de jugar por casi una hora en la piscina, me acosté a tomar sol en la reposera, con los ojos cerrados mientras Lalo pateaba una pelota contra un árbol, al rato cesó el peloteo y escucho la voz de mi hijo diciéndome:
  • Mami, te buscan estos señores....
Abro mis ojos, giro mi cabeza y zas... eran ellos. Miré fijo y con cara de espanto que el más delgado tenía a mi nene con una mano sobre el hombro y lo observaba casi amenazante. Me levanté sobresaltada y claro... cuando me vieron con el hilo dental de la tanga metido en mi culo se les cambió la cara, los ojos se les pusieron tónicos e inyectados en sangre y fruncian el ceño, parecían violentos.

¡Que boluda soy mi Dios!.. ¿Pero como mierda iba a imaginar que estos dos mutantes vendrían?”

Hubo segundos de silencio entre todos, hasta que el que sostenía a Lalo le dijo:
  • A ver lindo... ¿Me mostrás la play?.. tengo muchos videojuegos que te pueden gustar, pero quiero ver que modelo es y de paso podemos jugar a alguno...
  • Siiiiiiiii, dale, juguemos al fortnite...
  • ¿Fornicar no te gusta?..
  • Ese no lo conozco...
  • Después te lo paso, a tu mamita le va a encantar... jejejejeje...
Mis piernas comenzaban a temblar, no dije nada pues mi hijo estaba en juego, al rato, no se cuanto tiempo y viendo que el más grandote se me acercaba peligrosamente, me salió casi tartamudeando:
  • ¿Necesitan algo? (si, pelotuda a vos, pensé que me respondería)
  • Tenemos que hablar...
  • ¿?
Eso si me confundió, como soy una terrible cagona cuando de mi hijo se trata, como una escolar pregunté:
  • ¿De qué?
Se acercó hasta quedar pegado frente a mí, tanto que olí su inmundo aliento a alcohol y observé en detalle la podredumbre de sus dientes.
  • Vení un rato conmigo...
Me sujetó de una mano y comenzó a caminar hacia una esquina del jardín, donde había un árbol muy grueso y frondoso, quise correr pero lo seguí como una autómata. Desde ese lugar el árbol obstruía la visión desde la cabaña, de un empujón me estampó la espalda contra el grueso tronco.
  • ¿Qué mierda haces?... ¡Soltaaaame!
  • Mierda te va a salir del culo pronto sin poderla controlar... jajaja... y no te suelto un carajo... a ver si entendés mami, el nene está contento jugando, ¿Cómo se llamaba?, ¿Lalo?.. si, así se llama... sería una pena que escuche gritos, venga y su felicidad se convierta en dolor...
  • ¡¡¡Puerco hijo de puta, asqueroso, sucio!!!
Empalidecí del miedo y mi boca no podía articular una maldita palabra, se apretó contra mí y quedé entre él y el tronco, acercó su inmunda cara y sus inmundos labios me besaron la nariz, casi me desmayo de ese aliento fétido, podrido, cuando sentí una mano camino a mi casi descubierto culo, la agarré y con las pocas fuerzas que me quedaban le grité:
  • ¡Andateeeeeee!..
  • No
  • No me toqués... dejame tranquila...
  • No mami y no me hagas enojar o voy con mi amigo a “jugar con tu hijito”...
Parálisis total, “carajo, esto viene muy mal”.

Volvió al ataque con su asquerosa boca pero esta vez recibí su repulsiva lengua dentro mío, me absorbía la boca dentro de la suya mientras su lengua se movía frenética en mi interior. Al rato me soltó, diciéndome todo tipo de barbaridades sobre mi culo y tetas, nuevamente una mano viajaba camino a mi nalga y volví a agarrarla.
  • Nnnoo... por favor...
  • La puta madre que te parió, te voy a romper ese maldito brazo, dejame tranquilo porque ya me estas cansando...
Me oprimió la mano contra el tronco y ahora si, su mano llegó a mi culo, me estrujaba los cachetes, gemía y me besaba con fuerza, me exprimía las tetas como si fueran una naranjas, me restregaba su bulto contra mi entrepierna, lo apreciaba duro y muy grande, bastante peligroso para mis cavidades.

Se abrió la bragueta y sacó lo que imaginaba, un monstruo gordo y largo, hinchado con una cabeza enorme y llevaba mi mano hacia él cuando le dije:
  • Nooooooooo... pará, acá no...
  • Esta noche venimos a cenar, prepara al nene para que se duerma tempranito y ni se te ocurra ir a buscar ayuda, acá todos nos conocen y nadie lo hará, nos tienen miedo... no queremos lastimarte...

Se apartó de mí, metió su pija en su refugio, se cerró la bragueta, siempre mirándome fijo y comenzó a caminar hacia la casa. Yo me sequé la saliva de mi cara, guardé mis tetas dentro del corpiño y retiré parte de la telita de la tanga que con la presión de su “protuberancia” se metió en mi vagina. Cuando entramos llamó a su compinche y apareció con mi hijo.
  • ¿Vamos negro?, Ya está todo arreglado...
Su también desdentado amigo me regaló una asquerosa sonrisa y se marcharon. Le dije a mi hijo que necesitaba ir al baño y vomité, sentía revuelto el estómago y noté que temblaba mucho, me senté en el inodoro tratando de calmarme, tomé mi cabeza con mis manos y lloré, reaccioné cuando sentí golpear la puerta del baño.
  • ¿Estas bien mami?
  • Si tesoro, ya salgo.
Fingiendo que todo estaba de maravillas le dije a Lalo:
  • Los señores vendrán a cenar y es posible que se queden a pasar la noche...
  • Wooooow, que suerte... el negro es genial jugando a la play... y me dijo que te va a enseñar fornicar...
  • ¿Qué?
  • Siiii, va a traer un juego que se llama así, me dijo que te va gustar mucho... ¿Podemos jugarlo todos juntos?
  • Ese juego no es para chicos... y es muy posible que se violento, esta noche te dormirás temprano, para mañana estar 10 puntos y ganar a la play...
  • Siiiiii mami... ¡Te amo!
  • Y yo a vos...
Pobrecito, mi hijo estaba contento y ni imagina lo que será la noche para mí, él se dormirá feliz esperando que llegue pronto el día siguiente y yo tendré una noche muy agitada.

Bañé a mi hijo y luego de ducharme me vestí con una remera blanca larga y un jean. Iba a comenzar a preparar las tartas para tenerlas listas para hornearlas y sentimos un trueno que nos hizo sobresaltar, “¿Cuando se nubló?”. Enseguida escuché las primeras gotas en el techo y simultáneamente golpes en la puerta, abrió Lalo y con su inocencia le dio un beso a los inminentes violadores de su madre, ellos entraron justo cuando la tormenta se largaba con todo, y tiraron las camperas por ahí.
  • ¿Negro, mañana jugamos al FIFA en la play?
  • Si querido... mañana
  • ¿Y hoy?
  • Noooo hijo, nooo, esta noche dormite temprano y mañana jugan...
  • Esta noche es para los adultos, vamos a FIFArnos a mami jajajaja...
Dijo el grandote hijo de puta mirándome, corté el diálogo diciendo que en pocos minutos estaría la comida. Cenamos en silencio, Lalo devoró la tarta de jamón y queso que es su favorita y ellos bebieron vino a granel , yo no cené, no tenía apetito, solo tomé café.

Lalo bostezó indicando que le estaba viniendo el sueño, miré la hora en el reloj de la cocina, las 22:15 hs, ya comenzaba la guerra, mi hijo se despidió de los orangutanes y lo llevé a su habitación.
  • ¿Mami dónde van a dormir ellos?
  • Ehhh... en el sofá...
  • Pero ahí entra nada más que una persona, ¿El Negro no se puede quedar a dormir en mi cuarto, en la cama de al lado?
  • Nooooooooo
De mala gana fue al baño, se cepilló los dientes, se puso el pijama y lo arropé prometiéndole volver a darle un beso cuando estuviera dormido. Cerré la puerta y ya los psicópatas estaban en mi habitación, uno sentado en la cama sacándose las botas y el otro parado ya sin camisa, entré al baño a juntar fuerzas mientras lloraba como una Magdalena.

Como a los quince minutos decidí salir, dejando mis pantalones ahí, caminé descalza llevando solo la remera y una tanga blanca, el más joven se me abalanzó, me dio una terrible chupada de lengua en mi boca y me arrancó la tanga, el otro me arrojó a la cama y me rompió la remera, dejándome desnuda completamente, justo en ese momento escuché el ruido de la puerta de la habitación de Lalo abrirse.
  • Esperen, voy a ver si mi hijo se durmió...
No terminé de decir eso y Lalo se metía a nuestro cuarto. “¡MALDICIÓN!” estaba adormilado pero todavía despierto y me vio mis partes púdicas sin darme tiempo a taparme con mis manos.
  • ¿Qué te pasa hijo?, ¿No podés dormir?
  • Me asustan los truenos y los rayos, ¿Puedo quedarme a dormir acá?...
  • Tranqui, no pasa nada, regresá a tu habitación, estamos acá cerca, no tengas miedo...
Al tiempo que lo consolaba lo llevaba de la mano a su cama, le dí un beso en la frente, le dije que lo amaba, lo volvía a tapar y salí cerrando la puerta a mis espaldas. En mi cama me esperaba el grandote a quien le decían Tony y el Negro estaba parado, ambos en bolas, el de la cama, acostado boca arriba y su verga tan gorda, parada y dura que parecía un obelisco, el otro se estaba masturbando, su pija era menos gruesa pero más larga y también con una cabezota amenazante.

Yo ya estaba resignada (¿O un tanto excitada?), nunca en mi vida tuve la experiencia de tener dos en la cama, ni tan dotados, mi culo no estaba muy ejercitado en recibir invitados y por supuesto el pobre trabajaba fruncido, imaginé que debería cambiar hábitos de ahora en más.

Ellos estaban como caníbales esperando su comida... yo, iba a acostarme al lado de Tony y por supuesto quedaría en el medio de ellos pero me obligaron a sentarme en la punta de la cama y sus pijas se alternaban para llenarme la boca con ellas, estuve un rato largo mamándoles las duras vergas, luego el Negro me agarró de atrás y me apoyó su arma en mis nalgas mientras me besaba el cuello y con sus manos manoseaba mis tetas, cerré mis ojos y me dejé llevar, pero no duró mucho ese reconocimiento de mi cuerpo, me empujó a la cama y enseguida quedé encerrada entre ellos, con mezcla de curiosidad, miedo y cierta calentura me situé de costado, quedando frente a Tony que parecía el más “enamorado” de mí, con una mano en mi espalda me apretó contra él y comenzó a besarme con pasión.

El otro nuevamente atacó por mi retaguardia, parecía que el objetivo de el Negro era mi inocente culo y nada más (Y así fue). Tony intentaba mostrarse como el delicado y tierno pero no le iba ese papel, era brusco, su aliento seguía dándome nauseas, sus manos callosas raspaban mi delicada piel y sus susurros-amenazas no me hachan sentir como mujer protegida, al contrario, mi miedo aumentaba. Tal cual como suponía, el Negro bajó hacia su objetivo, me hizo colocar mi pierna sobre las piernas de Tony para tener mi agujero trasero más descubierto y comenzó a lubricarlo con la lengua, y ensanchar con sus dedos mi estrecho culo.

Y si, de a poco comencé a humedecerme, cuatro manos recorrían mi cuerpo, eran dos hombre bien machos los que me tocaban, manoseaban, chupaban, besaban, me decían todo tipo de asquerosidades, las peores, las que jamás en mi vida escuché, las que me daban miedo pero también me excitaban:
  • Te voy a llenar la concha hasta que aúlles... te voy a abrir el ojete hasta hacerlo hablar... vas a cagar leche todo el día... te voy a coger hasta que me hagas papá... vas a tomar la semen hasta vomitar...
Esas eran algunas de sus amenazas, que con esas terribles vergas seguro cumplirían, excepto que yo me les adelanté y tomé la píldora anticonceptiva para evitar dolores de cabeza, pues sino entre estos dos me embarazaban.

Me hicieron cambiar de posición, ahora el negro se dedicaba a besarme en la boca mientas el otro fue a mi culo, que a esta altura, era como el trofeo a ganarse, no eran tontos, tantearon la estrechez de mi ano y se relamían pensando en mis gritos cuando me lo rompieran. El negro inició su trabajo por mis tetas y lo hizo tan brutalmente que comenzaron a arderme de las chupadas enérgicas, su boca era una ventosa, con mis manos intentaba alejar su cabeza, pero todo era inútil, ellos tenían el mando de mi cuerpo y yo solo debía tratar de relajarme y aflojarme para que los dolores que seguro vendrían sean lo menos posible.

Sus pechos rozaban mi cuerpo como una lija y cuando lo hacían sobre mi pecho me hacían doler mis sensibles pezones, mi temperatura subía y ahora era mi turno de actuar, Tony puso su pija en mis labios, yo la sujeté con una mano y comencé a darle tiernos besitos, le pasé mi lengua y con esfuerzo me tapé la boca con su glande y comencé a succionarla.
  • AGGGGGGGGHHHHHHHH
Gimió con un rugido, agarró mi cabeza y me enterró la pija en el fondo de mi garganta hasta que con mis manos hice gestos, cuando me la sacó tuve arcadas y vomité saliva, estuvo al borde a asfixiarme, sus risas me indicaron que todo sería así, cuanto más dolor, más placer para ellos.

Y llegó la hora, Tony me acomodó boca arriba, abrió mis piernas, se acostó arriba mío y entre mis labios vaginales introdujo la punta de su pija, de pronto sentí que la cabeza de la verga comenzaba a invadir mi concha, “Mierdaaaa, me dolía”, solo estaba lubricada por mis flujos y su saliva, pero no alcanzaba, mi concha se expandía para recibir ese intruso que no demostraba piedad ni delicadeza, los embates me hacían gemir y gritar y él rugía o no se que carajo, pues no estaban mis oídos para escuchar, mis otros sentidos tenían la prioridad.

El Negro me agarró la cabeza y me la levantó para que mientras su roñoso amigo saltaba arriba mío, yo chupara su pene duro, pero no podía, lo soltaba para gemir dado que el dolor no cedía, yo intentaba cuidarme de no gritar pues mi hijo podría escuchar.

Como si fuera de papel, Tony giró siempre con su pija adentro y quedé cabalgándolo, yo trataba de mover lo máximo que podía mi cadera para gozar la cojida, pero él me tenía empernada con su verga, limitando mis movimientos.

Un orgasmo se aproximaba pero no esperaba lo que siguió, con sus manos tiró mi torso hacia él y me besó al tiempo que movía su pelvis para clavarme haciendo tope, la levantaba para que su pija estuviera bien adentro y mientras me comía mi boca, uno de sus dedos hurgaba mi culo, “Ahh bueno, dos agujeros rompiéndose en simultáneo”, al rato Tony me apretó fuerte contra su cuerpo y comencé a sentir la otra pija batallar para que mi orto se abra.
  • Ayyyyyyyyy... dueleeeeeee... nooooooo...
Mi grito fue desgarrador, no podría aguanta eso, una verga la tenía martillándome el útero y la cabeza gorda de la otra pija me estaba destrozando el ano, Tony tapó con su boca la mía en algo parecido a un beso, con la finalidad que no gritara, pero el dolor era “desgarrador”... nunca mejor usado ese término, y para colmo golpeaban la puerta.
  • Mami... ¿Estás bien?
  • Ssssssi... si hijo, estoy biiiiiien... (“COJIDA” estuve a punto de decir)
  • ¿Te estás lamentando?, ¿Te duele algo?
  • Nooooooh... soolo tengo algo atravesado... volvé a tu habitación, cerrá la puertaahh y dormí por favor...
  • Esta bien mami...
Todo se detuvo hasta que escuché la puerta cerrarse y luego de unos minutos la masacre continuó, los hijos de puta se reían, yo ahora estaba clavada por mis dos agujeros, conteniéndome de gritar por mi hijo y los embates me hicieron primero morder la almohada al lado de la cabeza de Tony, pero desbordada de placer gemí como loca porque los orgasmos comenzaron a dispararse.

Por fin mis agujeros se abrieron aceptando su destino, como a la media hora Tony llenó mi concha con su semen caliente y al rato, no puedo precisar cuanto tiempo pasó, el Negro me limpió los intestinos con una abundante enema de leche.

Después de tener una verga de gran calibre taladrándome el culo, mi ano quedó abierto por bastante tiempo, escurriendo el esperma de mi enculador, yo salí de encima de Tony y me desplomé a su lado, al rato sentí una necesidad imperiosa de ir al baño, debía evacuar y orinar, “Puffffff”, no terminaba de limpiarme nunca el semen que emanaba de mis agujeros.

De regreso a la cama, le dí un besito conejo a cada una de las vergas en la punta de la cabeza y dormí en el medio de ellos. A la mañana siguiente fui la primera en despertarme, me duché y bajé con un ligero camisón a la cocina a prepararme mate, y ahí estaba Lalo.
  • ¡Buen día mami!
  • Hooola hijo...
  • ¿Qué pasó anoche que te quejabas má?
  • Nada hijo... ehhhhh... tuve cólicos y Tony junto al Negro fueron a mi habitación para masajearme hasta que caí molida... por el sueño...
Ese día después de almorzar todos juntos, cuando me levanté de la mesa para lavar los platos, una puntada en el vientre me hizo largar un quejido por lo bajo, Lalo que estaba yendo a su cuarto con el Negro a jugar play, me escuchó y dijo:
  • ¿Tony por qué no le das a mami un masaje como el de anoche para aliviarla y que pueda descansar?
El comentario nos sorprendió a todos, sin decir una palabra nos mirábamos, y así fue que a pedido de mi hijo, Tony me llevó casi a la fuerza a mi habitación a “dormir la siesta”.

Me obligó a mamarle la pija hasta que se me acalambró la mandíbula, luego me chupó y mordió las tetas hasta dejármelas rojas y con los pezones más que sensibles. Me hizo poner la microbikini y tras jugar por un largo rato con su lengua en mi clítoris, me escupió varias veces el orificio anal y terminó por destruir lo poco que quedaba sano de mi culo, rompí la almohada con mis dientes y uñas cuando recibí esa verga gorda en mi ano.

En medio de la masacre anal, el Negro entró con la excusa de buscar no se que cosa, se la tuve que chupar y tragarme la leche, siempre con la pija de Tony dentro mío.

Seguro estarán pensando que al caer la tarde se marcharon, pues no, se quedaron a cenar y me hicieron que baje a cocinarles con la microbikini, que después de tantas horas puesta y de la cojida, expedía mucho olor a transpiración y a sexo. Los hijos de puta aprovechaban cada oportunidad para meterme algún dedo dentro de mis orificios.

Cuando me tenían arrinconada Tony y el Negro con intenciones de volver a ponérmela, sonó mi celular, era Miriam para preguntarme:
  • Ayleen, mi amor... ¿Cómo la estás pasando?
  • No te lo imaginas...

Ayleen Love
@ok_ayleen
&
Marcel Milord
@MarcelMilord1
RECUERDEN COMENTAR CADA RELATO de esta forma sabemos que valoran nuestro trabajo y nos motivan a seguir escribiendo. Creemos en la comunión Escritor - Lector, ambos somos uno, y uno sin el otro está solo.
Cuando supere los 15 comentarios se publicará un nuevo relato. 




Comentarios

  1. Gracias Ayleen por volver a escribir, tus relatos son fantasticos y le dan un aire fresco al blog, es una suerte que hayas aparecido. Fue una putada que justo en tu presentación bajaran el blog anterior.
    Ojalá sigas escribiendo porque estoy ansioso por saber como sigue la historia.

    Te saluda René

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  2. exelente , muy bueno en la descricion de las situaciones

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  3. Que buen relato los felicito, este era el relato que estaba escribiendo Marcel?. Saludos

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    1. Marcel está colaborando un poco a Ayleen, pero creo que está enfrascado en un relato 100% de él, que no sé de que se trata porque como estuve con todo el laburo de refundar el blog, no tuvimos mucho tiempo de hablar.

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  4. me gusto el relato , abra segunda parte?.

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    1. Ayleen dice que mientas gusten sus relatos ella va a seguir escribiendo, esperemos que sea así porque es excelente escritora y una ayuda muy grande para mantener actualizado el blog.

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  5. que relato por dios, seguí así Ayleen...

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  6. Muy bueno, esperando que tenga continuación

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  7. Hola Ayleen, me gusto mucho el relato. Solo te pediria -si no es mucha molestia- que agregaras mas detalles copulatorios a la trama, pues a mi me supieron a poco. Aparte me gustaria que para la continuación del relato, pudieras set un poco más cooperativa con el acto sexual. Las relaciones sexuales tan forzadas no me gustan mucho, ademas pienso que al ser mas cooperativa le da mas morbo a la historia en general.

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  8. huuu. continuo buenisimo

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  9. Un gran relato, muchísimo morbo en el, y que de hablara desde el lado de la.protagonista, está muy bueno. Muchas gracias por este relato. Y como siempre, espero el siguiente con ansias

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  10. que buen relato y mucho morbo,

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  11. Los relatos de esta nueva autora tiene muy buen nivel, sigue así.

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    1. La tenemos que cuidar como el oro. Ya le prometí que si llega a escribir 10 relatos, voy a agregar su nombre al blog

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  12. que bueno, ojala sigan esta historia

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  13. Buen relato . Es una sugerencia nada más . Si a los relatos le pueden agregar algún vídeo que también se incluya a la historia estaría genial . Era eso nada más . Abrazos enorme y espero más excelentes relatos como estos . Gastón

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    1. Gracias que van con fotos, si fuera por mi solo pondría una en la caratula

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    2. De acuerdo con Gus, yo creo que no es necesario fotos o videos en relatos, la imaginación hace estupendamente todo el trabajo.

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    3. Exacto, uno mentaliza a la protagonista de sus fantasías y es muy difícil superar la fantasía

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  14. Muy bueno! lo voy leyendo ya mas de dos veces me gusto mucho el final

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  15. Muy buen relato, excitante de principio a fin, me encanto la forma de narrar los hechos.
    Igual me gustaría que por favor volvieran a subir el relato "Mi Amigo Freddy, El Mejor Amigo De Mamá" ese también es excelente, no se si tuvo alguna continuación, pero seria genial.
    Saludos

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  16. muy goloso ya! lo voy leyendo como 4 veces y entree a vver si no habia uno nuevo y como sigue este que es excelente lo voy a ler una vez mas

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    Respuestas
    1. Ya pronto subiremos otro relato, porque estamos en cuarentena y para ayudarlos a pensar en otra cosa, no estamos respetando eso de cada 15 días un relato nuevo, como se habrán dado cuenta.

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  17. Donde esta mi relato...Donde esta mi relato...Donde esta mi relato...Donde esta mi relato...Donde esta mi relato...

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