Estoy
en casado hace tres años y tenemos una hija de casi un año, el
nombre de mi esposa es Mar pero por su aspecto le dicen “India” y
yo me llamo Eduardo, vivimos en el centro de la ciudad de Mar del
Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina, ella es una mina muy
linda y sexy, tiene 24 años, uno menos que yo, mide 1,75 de altura,
es morena, cabellera lacia morocha hasta la mitad de la espalda, ojos
rasgados, nariz respingada, muy delgada con cintura marcada, pocas
lolas, pero con una culo descomunal, redondo y duro, su cuerpo es
como el de una modelo y cuando estábamos de novios ella ganó un
concurso de “Cola Reef”.
Para
los que no conocen Mar del Plata, les cuento que es la ciudad
balnearia más importante del país, con extensas playas que en el
verano se llenan de turistas que vienen de todos los rincones de la
Argentina, a India le fascina estar tostada todo el año, en invierno
concurre a solarios y en verano vive en la playa.
Yo
trabajo en un banco, corría el mes de diciembre y como en el verano
el horario laboral de lunes a viernes es de 9 a 17 hs y sábados de 9
a 13 hs, sumado a que con la llegada de nuestra beba cambió nuestra
rutina, para que mi esposa no esté encerrada en el departamento,
decidí alquilar una carpa en la playa, de esta manera ella y nuestra
hija podrían disfrutar del verano y estar cómodas. De lunes a
viernes ni bien salía del banco, las pasaba a buscar para llevarlas
a casa y los sábados después del mediodía y los domingos me
quedaba con ellas a disfrutar del verano.
En
la temporada es cuando mayor se trabaja y las amigas de ellas todas
estaban ocupadas y rara vez podían acompañarla, eso me
intranquilizaba, no tanto por la seguridad sino porque a Mar la miran
mucho los hombres, su cola no pasa inadvertida en ningún lado y
menos con las bikinis de dos piezas chiquitas que suele utilizar para
que no le queden marcas, con tangas tipo colaless que le quedan
estupendas, ver en ese tremendo culo como se mete el hilo de la maya
entre los exuberantes glúteos, hace que se den vuelta los tipos
para mirarla y que las vergas se les pare como sombrillas.
Ella
siempre fue muy sexual, cogemos casi todos los días, le gusta la
verga más que respirar, el sexo nunca lo vio como un tabú sino como
una necesidad normal del cuerpo, en varias ocasiones encontré a Mar
mirando porno en la computadora de casa como quien lee el diario, al
principio creía que era porque yo no la satisfacía y quedaba con
ganas de más, pero con el tiempo me dí cuenta que era normal en
ella, nunca le intimidó mi presencia cuando miraba en la web una
buena pija. Mis celos me hicieron sospechar que por ahí podía estar
engañándome, chateando con algún hombre o intercambiando correos,
un día esperé a que se estuviera duchando para buscar en su
whatsapp y en el historial de la pc, pero no encontré nada más que
páginas porno de sexo, sobre todo interracial, el listado era
interminable, miles de páginas porno de negros con tremendas pijas
cogiéndose individual o grupalmente a minas hermosas, los negros
esos las llenaban de leche con unas acabadas abundantes, nunca había
visto una cosa así, esas vergas deberían superar los 30 cm., lo que
dejaban a mi miembro como algo insignificante, a pesar que nunca me
lo dijo, por lo que encontré me dí cuenta que le calentaban los
negros pijudos, por mi pudor me hice el boludo y nunca hice un
comentario a su afición, lo tomé como algo natural.
Como
todos los días, a la mañana después de desayunar salíamos juntos,
yo a trabajar pero antes en el auto las llevaba a la playa. Enero
estaba terminando y no sé si era producto de un sexto sentido, una
intuición o de mis malditos celos, pero la notaba a ella rara, como
que me ocultaba algo, había algo distinto en su manera de actuar,
por tal motivo, un jueves fingí sentirme mal y pedí permiso para
salir una hora antes del banco, hacía un calor inaguantable, la
temperatura superaba los 32 grados y no corría ni una gota de
viento, el ambiente estaba pesadísimo, del trabajo fui directo a la
playa, cuando estaba llegando a la carpa, veo a Mar en una tumbona
tomando sol boca abajo, sus nalgas parecían un médano, una vista
espléndida, se las veía brillosas por la transpiración, atraían
las miradas de todos, las de los hombres por calentura y la de las
mujeres por envidia, seguramente nuestra beba se encontraba en el
interior de la carpa, al resguardo de la sombra. Estaba a poca
distancia de mi esposa cuando veo que un vendedor ambulante negro,
grandote, de alrededor de 1,80 de altura, con rastas, vistiendo un
amplio pantalón bali y una guayabera de mangas cortas, abierta,
enseñando sus marcados abdominales, se para al lado de India a
charlar, ella se levantó y se le puso al lado.
El
negro tenía en una de sus manos una tabla con pulseras, collares y
pañuelos, pero no veía en él intención de venderle su mercadería,
hablaban como si se conocieran, ella reía y el tipo frecuentemente
le tocaba un brazo, con un ataque de celos apuré mis pasos y al
llegar, Mar apenas me saludó, me ignoró por completo y continuó
conversando con el vendedor que por la inflexión en su voz, advertí
que era brasilero. Me descolocó que él en un tono de confianza la
llamaba por el apodo, increíblemente eso me excitó muchísimo,
recordé la afición de mi esposa por las vergas negras y se me hizo
la idea de verlos cogiendo como en esas páginas porno que ella
visita, sin darme cuenta, mis pensamiento causaron una erección
descomunal debajo de mis pantalones, volví a la realidad cuando
escuché sus risas y la vista de ellos mirando mi entrepierna con
sorna, apaleado en mi orgullo me aparté de ellos y me fui a ver como
estaba mi beba, sin apartarle mis ojos de encima. La verdad que el
negro parecía un actor porno de esos que a mi esposa le gustaba,
musculoso, simpático (por lo menos para ella), carilindo y por la
fina tela de su pantalón me dí cuenta que era portador de un
miembro de considerables dimensiones. Si yo estaba excitado mi esposa
volaba de calentura, lo miraba embelesada y disimuladamente cada
tanto le miraba el bulto y como no hacerlo, ni yo me podía resistir,
ese péndulo era como un imán para nuestros ojos.
Todo
el tiempo en que Mar en mi presencia fingía hacer una supuesta
compra, en mi mente al mejor estilo Homero Simpson, lo veía
cogiéndola en incontable posiciones, me ahogaba en una mezcla de
sensaciones que nunca había sentido, celos, morbo, cobardía,
excitación, es muy difícil describirlas.
Al
despedirse, ella se puso de puntas de pie y él le dio un beso que
rozó la comisura de su boca y al girar Mar para entrar a la carpa,
el negro le pegó una nalgada, un sonora palmada en uno de los
cachetes del culo, ella volteó a verlo mordiéndose pícaramente el
labio inferior, yo me quedé paralizado al presenciarlo, no sabía
qué hacer, si reaccionar trenzándome a golpes con él o quedarme
sin decir nada, era claro que ese exceso de confianza también fue
consentido por mi esposa quien se acercó a donde me encontraba con
la beba sin decir nada, como si esa acción nunca hubiera pasado, yo
me hice el distraído también, dejé que pasara un rato largo y la
mire con reproche, ella me devolvió la mirada y me dijo con tono
desafiante, como si no hubiera hecho algo incorrecto:
- ¿Qué te pasa? ¿Por qué me mirás así con cara de tarado?
- ¿A mí...?, ¿En serio lo preguntás?.. ¿Qué te pasa a vos? -respondí elevando mi voz-
Haciéndose
la desentendida volvió a tumbarse en la reposera a tomar sol,
cortando la conversación que iba en camino a una discusión.
Reconozco que esa situación con el negro me dejó caliente, pero me
molestaba que ella me ignorase y me dejara como un idiota delante de
todos y por la familiaridad que se trataron no creía que era algo de
ese día, evidentemente venía de tiempo atrás ¿A caso ella habrá
sido capaz de haberme engañado?, eso me daba miedo de perderla.
Luego de la puesta de sol, juntamos las cosas sin hablarnos, ni siquiera en el auto rumbo a casa emitió palabra, permanecía muy callada. Ya en nuestro departamento, luego de ducharnos, Mar mientras le daba la teta a nuestra hija me miraba pensativa, como buscando en su cabeza las palabras correctas y el valor de pronunciarlas.
Mar:
- ¿No te parece que tenemos que hablar?
Yo:
- Sos vos la que tenés que hablar... no yo.
Mar:
- No hice nada malo...
Yo:
- ¡¿Eh!? ¿A dejar que te toquen el culo llamás no hacer
nada malo? Si yo no hubiera aparecido, seguro te lo hubieras
garchado...
Mar:
- ¿Qué pasa si me quiero encamar con el negro?
Yo:
- …
Mar:
- ¿Me das permiso?
Ella
preguntó mirándome fijo a los ojos de una manera desafiante, la
sala se llenó de silencio por varios segundos. Buscaba en mi mente
la respuesta correcta, estaba claro que a partir de ese momento
nuestras vidas podían seguir un camino diferente, era un momento
clave, las palabras de mi esposa fueron un flechazo directo al
corazón, desangrando morbo en mi ser, de verdad no supe que decir y
solo se me ocurrió un tibio:
- ¿Qué...? ¿Vos te volviste loca?, ¿Qué decís?
- Te estoy preguntando si me dejas coger con el negro...
Dijo
en un tono más enfático demostrando firmeza y acercándose con la
beba en brazos, muy dentro de mí, desbordado por la excitación
quería gritar “Siiiiiiiiiiii”, pero la razón me obligaba a no
demostrárselo. Sinceramente desde el día que descubrí que a Mar le
gustaban los negros vergudos, fantasear que ella se cogiera uno fue
una sueño recurrente, pero una cosa era pensarlo y otra cosa muy
distinta era llevarlo a la realidad. El mundo se me venía encima y
la lujuria me hacía imaginar que la boca de nuestra beba era la del
negro mamando la teta hasta vaciarla. Tragando saliva dije:
- Hacé lo que quieras, vos ya sos grande para que yo te diga lo que tenés que hacer... es tu decisión...
Ella
al escuchar consentimiento implícito sonrió, esperaba el permiso
con ansias, miro hacia mi erección y me dijo:
- Mira Edu, desde hace tiempo me di cuenta que me espiabas cuando miraba porno interracial y que te calentabas, quiero decirte la verdad y no engañarte... paso algo que deseo que sepas...
- Contame...
- El negro de hoy se llama Joao...
- ¿Y?
- A ese negro le chupe la pija...
- ¡¡¡¿CÓMO?!!!
- Si, si... lo que escuchaste amor... hoy cuando viniste a la playa y vi que no hiciste nada cuando él me toco el culo, supe que eso te excitaba al igual o más que a mí... y ahora que lo consentís voy a contarte todo…
No daba crédito a lo que escuchaba, tuve que sentarme porque mis piernas no podían sostenerme, quería enterarme de todos los detalles pero antes le pedí que acostara a nuestra hija, ella accedió, pero mientras la llevaba a la cuna me seguía contando, tal vez por el sentimiento de culpa que ella tenía no podía parar de confesarme todo.
- Voy a ser totalmente franca, ese negro me vuelve loca, tiene una pija maravillosa y es muy dulce, me encanta, muero por que me la meta... no puedo dormir desde hace semanas, no quiero engañarte, buscaba la manera de contártelo y que me dieras permiso para cogerlo... y hoy cuando viniste sin aviso a la playa, me facilitó todo...
La
hija de puta estaba siendo totalmente sincera y cada palabra que
salía de su boca era como una trompada de Tyson.
- Me decís que no querés engañarme pero ya le mamaste la verga... ¿Eso qué es?
- Ay papi... una mamada es como un besito pero en la pija... bueno, te sigo contando, hace más de veinte días estaba con un hilo dental tomando sol boca abajo en la puerta de la carpa y adentro estaba la beba en el moisés durmiendo, Joao se me acercó a venderme sus collares, nos pusimos a charlar y él no dejaba de mirarme el culo, su descaro por levantarme me encantó desde el primer momento, para que no se fuera le terminé comprando la pulsera que te regalé y la tobillera que llevo puesta, como yo seguía acostada en la tumbona, el negro insistentemente no despegaba los ojos de mi cola y vi como le crecía la pija dentro de su bañador ajustado... amor mientras me seguía hablando estaba al palo muy cerquita de mi cara... me paré y le dije que pase adentro de la carpa, que le iba a pagar tu pulsera...
- ¿O sea que por esta pulsera de mierda me metiste los cuernos?
- No seas desagradecido... te decía que lo metí adentro de la carpa, le dí la espalda para buscar el dinero en el bolso que estaba al lado de la cuna, él se acercó y se puso atrás mío apoyándome la verga en el culo... no sabés, la tenía durísima... me di vuelta y si bien la intensión era echarlo, al girar mi cuerpo me comió la boca de un beso interminable, me excité muchísimo, me voló la cabeza su descaro, mientras me besaba de lengua me atrajo a él y sentí como su pija me rozaba ahora la entrepierna haciendo presión contra mi cuerpo, por un segundo pensé en la dimensión de su miembro y que seguramente era mucho más grande que el tuyo, eso terminó por hacerme explotar de placer, no me pude resistir... le toque el abdomen, lo tenía todo marcado como una tabla de lavar, esa piel tan suave y ese color me excitó tanto que no me di cuenta que pasaba gente por la senda peatonal caminando y se paraban a mirar... quedate tranquilo que pensé en vos y que los vecinos de carpa te conocen, así que cerré la cortina de un tirón... y con esa escasa intimidad continué besándolo por el cuello, por el pecho, los abdominales y sin darme cuenta llegué a su cintura quedando arrodillada frente a él, me invadió una sensación hermosa que no me pude resistir ni tampoco quería dejar pasar la oportunidad, yo estaba que no daba más, Joao sin decir un palabra dejaba que haga todo, le bajé la maya y de repente su terrible pija salió disparada como un resorte, pegándome en la mandíbula, escuché hasta el ruido que hizo... papi, la verga de ese negro era igual a la de las películas porno, no lo podía creer, era de un tamaño descomunal y yo ahí, contemplándola, toda para mí, por fin después de tantas pajas que me había hecho mirando pijas así en el monitor ahora me tocaba disfrutar una verga gigante y negra, delicadamente empecé a pajear ese falo con la mano hasta que no aguante más y me la metí en la boca, era una locura, la cabeza de esa pija no cabía en mi boca, pero hice un esfuerzo y la metí entera, no sé cómo, pero al ratito nomas me la estaba metiendo hasta la garganta... la sacaba y la metía, ya no daba más, mí excitación estaba por las nubes, me dolía la quijada de tanto chupar esa verga descomunal... ya había pasado como diez minutos de tenerla en la boca y quería tomar la lechita de ese negro divino, Joao era totalmente permisivo, me dejaba chuparle la pija como me dio la gana... llegó el momento, instintivamente me encontré con una mano, la derecha, pajeando esa poronga y chupándola sincronizadamente, y con la izquierda tocándome la conchita totalmente inundada con mis jugos que ya se estaban chorreando por los muslos, la tanga estaba empapada, en ese momento subí el ritmo de mis dedos adentro de mi vagina y si darme cuenta también lo hice con la mamada que le estaba haciendo a ese macho negro, no podía dejar de pensar en tener esa verga adentro mío, pero ya era tarde, escuche al negro que se quejaba, gemía, tal vez lo único que dijo durante esos diez minutos, lo que me hizo dar cuenta que ya se venía, yo igual arremetí con la boca a ese trozo de carne hasta donde llegaba, menos de la mitad, seguí hasta que dijo una palabra que no entendí, tal vez en su idioma, y vi como convulsionaba... el hecho es que empezó escupir leche violentamente, los primeros chorros muy potentes me los tragué, como me ahogaba saqué la verga de mi boca y los otros me dieron en mi frente... yo arrodilladita ahí me quede quieta, veía todo en primer plano como si fuera una porno 3D, ese pedazo de carne no paraba de eyacular, caía el semen en mi cara y en la comisura de los labios, estaba toda embadurnada, por fin uno de mis sueños se había cumplido, que un negro me llene toda la cara de leche, esperé a que pare de lanzar el liquido, al ver que no salía más, me la metí en la boca, tragándome todo lo que estaba en la punta, lo ordeñe con la mano y lo que quedaba en el caño me lo bebí... desde ese día no puedo dormir, muero de ganas de que me monte, me dejó más caliente que antes... ¿Me entendés amor?.. Joao hoy, antes que aparecieras, me dijo que me quiere coger, dice que me va a romper el culo, yo no pudo más papi... ¿Me dejas amor?.. por favor…
Para
ese momento no aguantaba más, la pija me explotaba de excitación
por el relato de mi mujer, mi cabeza iba a mil, no estaba enojado
pese al engaño de Mar, era una sensación muy rara, dentro mío
quería que venga ese negro ya, que se la coja delante mío y que le
rompa bien el culo, me imaginaba la pija inmensa del negro entrando y
saliendo de ella, y que se la chupase toda, si bien eran muy morbosos
todos mis pensamientos, también tenía miedo, que influya en nuestra
pareja, que algo cambiase, yo la amo y quiero lo mejor para Mar, tal
vez lo mejor para ella era que disfrutase del mejor sexo que pudiera
tener, con una pija bien grande como nunca tuvo, que cumpla su anhelo
más preciado, no sé, tenía miedo que compare mi forma de amarla
con la de Joao, de salir perdiendo y que se fuera con el negro, todo
sucedía muy rápido y ella como leyendo mi mente dijo algo que me
aclaró toda mi confusión.
- Edu, nada va a cambiar entre nosotros, yo te amo y lo voy a seguir haciendo toda la vida, sos el hombre con el que decidí formar una familia, esto sólo tiene que ver con el sexo, no con el corazón... ¿Me entendés?..
Aquellas
palabras me hicieron reflexionar, era como hacerse una paja de lujo y
nada más, todo iba a terminar, ¿Acaso nosotros, los hombres, no
hacemos lo mismo?, ¿Qué tan distinto puede ser?, ¿Quién estando
en pareja no se folló una puta, pagando por una o dos horas de sexo
y luego regresó a su hogar como si nada? pensé; las mujeres tienen
los mismos derechos que nosotros, después de todo mi esposa tuvo el
coraje de venir de frente y decírmelo, su confesión tenía muchos
méritos para mí, lo único que me salió para decirle fue:
- Ok, está bien, pero no lo beses como a mí, no lo acaricies ni mires nunca así... sólo eso te pido.
Mar
se me abalanzó abrazándome cariñosamente, estaba contenta, me dijo
que iba a arreglar todo, me aclaró que por respeto a nuestra
relación y seguridad, el encuentro prefería que sea en nuestra
propia casa, sin ocultamientos.
Desde
ese día todo comenzó a cambiar, a pesar de sentir una lágrima en
el alma, la morbosidad comenzó a correr por mis venas acelerando mi
corazón, imaginaba como se iba a dar todo, deseaba ver a ese negro
cogerse a mi esposa, sin perderme un instante de ese encuentro,
fantaseaba en cada minuto con India cabalgando la tremenda verga,
pero trataba de disimularlo.
Llegó
un momento que no pude concentrarme en nada de lo que hacía, Mar
estaba dedicada a los preparativos de su encuentro amoroso y yo no
rendía en ningún lado, en el trabajo estaba desconcentrado, no sé
cuantos créditos otorgué sin revisar si los solicitantes eran
solventes.
A
menos de una semana, salí del trabajo directo a nuestro
departamento, pues no me daba la cara para pasar por la playa, cuando
entré me extrañó encontrarla a Mar, esa tarde la temperatura
superaba los 35 grados, era un día ideal de playa, al verme corrió
a besarme, estaba deslumbrante de alegría, acariciándome
tiernamente me dijo:
- Que suerte que regresaste temprano, por favor llevá a la bebé a la casa de tu madre que él viene esta noche...
No
hizo falta que me aclarase a quién se refería, sabiendo que hablaba
del negro, disimulé haciéndome el boludo...
- ¿De quién hablás?
- De Joao, bobito... ¿Estás arrepentido? Si es así, decilo y lo llamo para cancelar, no quiero hacer nada que te disguste y ponga en peligro nuestra pareja, te amo, sos lo más importante en mi vida.
- No... no... está bien... quiero que seas feliz y que no te quedes con las ganas o lo hagas a mi espalda...
- ¿Ya pensaste que vas hacer?.. ¿Querés quedarte en casa o preferís salir y que te llame cuando terminemos?.. yo no tengo problemas, si querés quedarte a mirar, es más, me gustaría que estés presente, no me importa y a Joao tampoco, ya le pregunte...
- La verdad es que no quiero que nada se salga de las manos, no me gusta nada que estés con un desconocido, porque a pesar de todo eso es...
- Por eso sos el hombre de mi vida, siempre pensando en mi bienestar... voy a sentirme más segura sabiendo que estas ahí... y de paso quiero que filmes con el celular porque yo voy a estar muy ocupada tragándome esa pija gigante... con la boca y la concha... y quiero un video de recuerdo, una peli porno como las que me gusta ver...
- Dale... llevo a la nena y vengo...
Fui
a la casa de mi mamá y en menos de una hora ya estaba de regreso con
unos nervios bárbaros, mi esposa terminó de bañarse y se preparaba
en nuestra habitación para el encuentro infiel, parada frente al
espejo, vestida como una grandísima puta, viendo como le quedaba el
atuendo elegido: medias blancas con portaligas haciendo juego que
contrastaba con su piel tostada, tanga tipo vedetina negra muy
cavada y sujetador bralette de encaje negro transparente, el sensual
tul se ajustaba a su torso desde el ombligo subiendo hasta alcanzar
sus pechos, con finísimos breteles, trasluciendo sus erectos y
gordos pezones.
Yo:
- Amor que lindo que te queda el pelo recogido con una coleta
de caballo.
Mar:
- Para que el cabello no me moleste a la hora de chuparle la
verga al negro.
No
aguanté y empecé a tocarla toda, manosearle el culo parado, mis
dedos llegaron a su vagina y con asombro advirtieron que estaba
lampiña, su piel suave como la de nuestra bebé sin rastros de pelo
alguno, ella también estaba nerviosa, no me dejo hacer mucho, estaba
ocupada con sus preparativos y no quería que la moleste.
Yo:
- ¿A que hora viene?
Mar:
- Dentro de una hora más o menos y todavía me falta
maquillarme.
De
todos sus perfumes elegí la eau de toilette Dolce&Gabbana Light
Blue, que envolvía su femenina presencia haciéndola flotar en el
aire de una manera prodigiosa, con una fragancia veraniega cítrica
muy sexy. Para sus delicados pies escogí unas sandalias de tacón
negras.
- Amor que parada tenés la pija, parece que te gusta vestirme para otro hombre...
A
la hora señalada llamaron al portero eléctrico y al minuto el
amante de mi esposa ya estaba tocando el timbre de nuestra puerta.
Mar
gritó: - ¡Anda vos a abrir, apurate!
Abrí
y de pronto tenía frente a mí al tipo que se iba a coger a mi
mujer y me iba a hacer cornudo, era algo fuerte, no sabía cómo
tratarlo, le extendí la mano saludándonos formalmente y lo invité
a pasar a la sala, por primera vez y lo pude ver bien, la verdad que
era muy elegante ese tipo, nada que ver a la última vez que lo vi,
un físico perfecto, estaba vestido con un jeans gastado, una camisa
de spandex azul ajustada y zapatos, Mar cuando lo vio fue
directamente a sus brazos besándolo con pasión en la boca, beso que
duro unos segundos, me resultó un poco desagradable presenciar esa
escena. Inmediatamente Joao bajó sus manos de la cintura hacia la
cola de mi mujer y empezó a tocarle el culo.
Yo
estaba incomodo, como de más en ese lugar, pero me quedé viendo
como mi mujer no soltaba a ese ejemplar de macho, ellos se sentaron
en el sofá y ahí quedaron un buen rato prodigándose mimos, yo de
verdad no sabía que hacer, iba y venía sin rumbo fijo, al final les
serví dos Jack Daniel's en las rocas, cuando lo bebían recordé que
el alcohol la desinhibe por completo y vuelve loquita a quién era
hasta unos segundos “MI” mujer. Las manos de Mar jugaban con el
descomunal bulto que se marcaba en los pantalones de Joao, era
increíble, el tamaño llegaba hasta la mitad de su muslo, con un
grosor de 5 o 6 centímetros, era como si llevara un tubo de
desodorante.
Me
retire de allí y en mi cabeza empecé a calcular que esa colosal
verga debería superar los 22 centímetros en erección, entre tanto
ella estaba levantando temperatura. Mar se levantó, puso un disco de
baladas de Alejandro Fernández y se paró adelante de él y empezó
a bailarle con movimientos eróticos, se daba vuelta mostrándole su
tentador culo, una puta terrible, nunca la había visto así, cuando
lo creyó apropiado se arrodillo y gateando se acercó hacia Joao que
la miraba atentamente, ella mordiéndose el labio inferior llegó a
ponerse entre las piernas del invitado, le abrió el cinto,
desabrochó los botones del pantalón y de un solo movimiento se lo
bajó de un tirón, quedando a la vista una terrible pija que
apuntaba al techo, parecía el Obelisco, ella al verla dejó escapar
un suspiro y ahí nomas acercó su rostro para empezar a lamerle el
glande, la lengua recorría todo el miembro hasta su base, majándolo
con su saliva. Yo seguía sin saber que hacer, si no fuera por la
humillación que me producía que esa puta era mi esposa, juro que
aplaudiría el espectáculo y lo felicitaría por tener semejante
pija.
La
excitación me invadió, fui hasta la mesa a buscar mi celular y
cuando volví esa verga estaba mucho más grande y erecta,
ampliamente superaba los 25 centímetros de largo y diría que 7
centímetros de grosor, ella hacia un esfuerzo tremendo por comer un
cuarto de esa gorda macana, la sacaba y metía de su garganta con
maestría impresionante, para mí era mucho mejor que una película
porno porque la estaba viendo en directo. La lengua de mi esposa
recorría esa pija por todos lados, de costado, de frente y hasta en
un momento bajó y le chupó los testículos con pendejos negros
enrulados que parecían chamuscados, Joao estaba con los ojos
concentrados en la trola que tenía adelante suyo, se retorcía de
placer.
Sin
querer interrumpirlos me acerqué a filmarlos, Mar al notar mi
presencia, sacó la verga de su boca, acercó sus labios pintados de
carmesí a la cabeza con forma de hongo y le dio un dulce beso, luego
me sonrió, le encantó y la llevó a hacer todo tipo de caras, bien
de puta, con la descomunal pija dentro de la boca y afuera, la ponía
en la cara y se golpeaba fuerte las mejillas:
Mar:
- Papi, mirá como me castigo por ser tan putita... soy una
nena muy mala...
También
puso el codo en la base de esa pija para demostrarme el tamaño del
miembro, llegando la punta del glande hasta la muñeca.
Mar:
- Amor, esta verga es muy grande... ¿Entrará en mi conchita
chiquitita? -me
preguntó con voz de aniñada-
Ahora
si podía calcular el tamaño, la pija de Joao estaba en su punto
máximo, eran como 27 centímetros, algo inmenso. A mi esposa se la
veía fantástica con semejante falo de ébano, seguía mamando sin
parar, no dejaba un centímetro de esa garcha sin chupar y babear,
con una mano se tocaba la conchita y se metía los dedos, siguió
hasta que Joao se acercó a ella para besarla y decirle algo al oído.
Mar:
- Cielo, mi macho me dijo queme quiere coger por el culo...
Se
pararon y ella sujetando con una mano la atroz verga negra, me miró
a la cara y pasaron a mi lado rumbo a nuestra habitación
matrimonial, justo en ese momento como una burla del destino sonaba
en el stereo la canción “No Lo Beses”. Para soportar lo que
vendría, bebí un trago importante de la botella de whiskey y al
llegar ala marco de la puerta de mi habitación, vi a Joao acostado
en la cama boca arriba con su mástil parado y Mar totalmente desnuda
acostada chupándole nuevamente la inmensa garcha, pero eso duro unos
pocos minutos, porque ella se le subió a horcajadas y la muy zorra
con la mano de la alianza lo masturbaba, quedando esa pija atrás de
ella, el brasilero bufaba loco de placer, hasta que en un momento Mar
empezó a buscar el agujero de su concha para meter esa barra de
carne venosa que esta dura como un poste, elevando un poco su cadera,
se empaló vaginalmente, no toda, pero si una buena parte, calculo
que dejaba afuera como unos 10 centímetros, y lo cabalgaba despacio,
se nota que estaba muy caliente porque al minuto ya se la estaba
metiendo toda, no sé como logró que le entrara completamente dentro
de la cavidad, pero aseguro que lo hacía, yo fui testigo. Dada la
estrechez de su vagina, esa facilidad me hizo dudar si esta era la
primera vez que cogían.
La
noche me tenía preparada otra sorpresa, a pesar de estar casi seguro
que ellos me habían coronado con cuernos hace tiempo, no lo sufrí,
en realidad lo disfruté, la pija me explotaba al ver lo que sucedía
en la cama en la cual concebimos a nuestra hija, mi verga chorreaba
leche mojando mi calzoncillo, al tiempo que escuchaba el ruido que
provocaban las nalgas de mi mujer al chocar con los musculosos muslos
de Joao, terrible cabalgata. Me acerqué a la cama y pude ver mejor
como entraba y salía ese caño de carne de adentro de Mar, creo que
ni cuenta se dieron ellos que yo como un pajero los filmaba de
diferentes ángulos, estaba fascinado observando como ella bajaba la
pelvis hasta hacer desaparecer por completo dentro de su vagina la
verga y la subía hasta el límite sin dejar que saliera, esto me
calentó tanto que sin poder contenerme me bajé el cierre y morí en
una terrible paja que me hice con la mano libre, sin dejar nunca de
filmar, a las pocas sacudidas eyaculé en la espalda de Mar, quien al
sentir las gotas calientes, se dejó caer hundiéndose la pija hasta
los huevos y con movimientos circulares movió sensualmente sus
caderas.
Mar:
- Parece que después de todo a mi maridito le gusta que se
cojan a su mujer... mmm... Edu acercate, dame tu mano -sujetó
mi mano y la apoyó a la altura de su ombligo- ¿La sentís?..
su verga me llega hasta el útero... me está rompiendo la concha...
¿Me vas a permitir seguir cogiendo con él?
Yo:
- Siiiiiiiii
Mar:
- Papi no te enojes pero cuando te conté que se
la mamé, también me la metió... ahhh... me viene cogiendo a
diario... ufffff... desde ese día soy su puta... una pija como esta
no se consigue fácil... perdoname amor... no sabía como presentarte
a mi machooooohhh...
La
confesión me dejó aturdido varios minutos, cuando volví en sí,
ella estaba en posición de perrito y Joao le daba sin piedad, los
gritos de mi esposa seguro que fueron escuchados en el edificio, los
vecinos pensarían muy alejados de la realidad que yo sería el
causante de semejante gozo, pero no importaba nada, ese negro era
implacable, Mar no daba más de la calentura, y la vi como entre
pijazo y pijazo el negro le arrancó un tremendo orgasmo que la hizo
vibrar, retorciéndose a lo largo de la poronga de su amante, que la
dejaba quieta y era ella la que se penetraba.
Joao:
- Eu quero foder sua bunda...
Mar:
- Amor, mi macho me está pidiendo que le entregue el culo, te
juro por nuestra hija que nunca se lo di, me da miedo... ¿Vos querés
que me encule?.. por vos lo hago...
Yo:
- Mereces que te rompa el culo por puta...
Mar:
- Ok papi, traeme de la habitación de la bebé la vaselina...
Nosotros
muy pocas veces lo hemos hecho analmente, Mar casi no tiene
experiencia por el culo y la chota de ese madingo es más del doble
de la mía, ese iba hacer un castigo ejemplar a su traición y no
menos morboso. Al acercarle el lubricante, inmediatamente él se untó
la verga y le envaselinó el ano, ella se puso en posición para que
la penetren y el negro también se acomodo para hacerlo, acomodó la
monumental verga en la puerta del culo, ella se notaba tensa pero
decidida, Joao de un solo saque introdujo la cabeza de la pija
adentro de mi mujer, Mar gritó de dolor y fruncíó el seño con
muestras de intenso dolor, pero el negro se ve que tenía la idea
fija de romperle el culo, no paraba de moverse, lo hacía lento
porque entendió que le dolía mucho, pero en cada bombeo su verga
fue ganando terreno hasta que en un momento tenía la mitad de la
poronga adentro, Mar no daba más y le suplicaba que se detenga, a
Joao poco le importó y no paró hasta que sus pesados huevos
chocaron contra las nalgas, por varios minutos permaneció quieto y
luego retomó la penetración a un ritmo violento. Verlos me recordó
a esos puzzles de encastre, el gordo culo de la India parecía hecho
a la medida de esa vergaza, eran tal para cual, habrá pasado como
media hora cuando la rotura anal terminó con una abundante
eyaculación en el interior de los intestinos, quedaron tumbados en
la cama abrazados.
Mar:
- Hijo de puta, mirá como me rompió el culo, por días no voy
a poder sentarme...
Les
traje agua para que bebieran, la verdad que era divina esa verga, a
pesar del reciente polvo, su dureza y grosor daban miedo, brillaba
mojada por la vaselina y los restos de leche. Mi esposa todavía
dolorida, se acomodó acostándose boca arriba y abrió sus piernas
enseñándole la concha, el negro sin dudarlo la empezó a penetrar
por la vagina con mucha fuerza y rapidez, le daba unos bombazos
bárbaros, ella apoyó sus talones en la cola de él y acompañaba
rítmicamente sus embates, cuando el cuerpo de Joao comenzó a
convulsionar, ella se aferró más a él, que se desplomó y chupando
con ansias una teta con vigor se la mando hasta el fondo de la
vagina:
Mar:
- Ayyyyy... ¡¡¡Edu, el negro me está acabando adentro!!!...
ahhhhhhhhhh... y larga muchaaaaa lecheeeeeee...
Cuando
se la sacó ella quedó tendida en la cama y del agrandado agujero
vaginal salían ríos de leche, Mar de la excitación empezó a
juntar con los dedos ese líquido y metéselos en la boca para
beberlos. Yo otra vez al palo, tampoco aguanté más y ya sin
inhibiciones me heché otra paja, la leche que me salió era
insignificante a comparación de la derramó Joao, me salieron sólo
dos o tres chorritos, luego me fui y dejé que se recuperaran, al
ratito se levantaron y el negro se fue, siempre muy serio pero amable
a la vez, nos dimos otro apretón de manos y me salió decirle
“gracias”, él me hizo un ademán afirmativo con la cabeza y se
marchó. Me quedé pensando que encima que me cogió a mi mujer, le
di las gracias, cuando regresé a la habitación Mar estaba tendida
en el medio de la cama, exhausta de tanto desgaste físico y sexo, lo
único que me dijo antes de dormirse fue:
- ¿Filmaste todo?
- Siiii... estuviste tremenda… muy, pero muy puta...
Sonrió
y se quedó dormida hasta el otro día, obviamente llamé al banco y
mentí que no iba a trabajar porque tenía que llevar a mi hija al
médico. Mar me confesó que nunca en la vida su concha tuvo una
monstruosa verga como esa. Para nuestra sorpresa al mes no le vino el
período, a pesar de tomar la pastilla, quedó embarazada y hoy en
día tenemos un hermoso niño morocho que es la alegría de nuestra
casa, por suerte para mí, todos dicen que salió a mi mejer y nadie
sospecha que es extramatrimonial, por supuesto Joao es el padrino,
varias veces cuando estoy trabajando ellos siguen encamándose y un
sábado cada quince días arreglamos para que “se quede a dormir en
casa” y la coja en mi presencia.
Autor:
Gus Becker
RECUERDEN
COMENTAR CADA RELATO de esta forma sabemos que valoran nuestro
trabajo y nos motivan a seguir escribiendo. Creemos en la comunión
Escritor - Lector, ambos somos uno, y uno sin el otro está solo.
Cuando
supere los 15 comentarios se publicará un nuevo relato.
Muy morboso el relato, buenisimo... me encanto, en especial la parte donde le dice que ella es su puta desde hace varios dias. sigan adelante.
ResponderBorrarAunque me parece que este relato ya lo habia leido antes, me gusto mucho volver a leerlo.
Un relato bastante bueno y a la vez fuerte.
ResponderBorrarCreo que ya lo tenían antes, pero no me canso de leerlo.
Gracias por ésto
Excelente relato, cargado de mucho morbo!!! Grande Gus
ResponderBorrarOtro tremendo relaro maestro nada como una esposa emputecida por un negro de lo mejor, espero con hancias los proximos relatos y si es posible que haya esenas de orgias con negros ja ja ja.
ResponderBorrarGracias maestro
Gracias amigo Carlos, siempre estando presente y apoyando
BorrarMuy exitante los felicito
Borrarmgomezescobar1004@gmail.com
Muy buen relato , en lo personal me gusta mucho está tipología creo haberlo leído ya ,pero siempre vale la pena releerlo
ResponderBorrarExcelente relato, aunque también hace tiempo ya lo habia leido. Favor digan deleitandonos con sus publicaciones y hacen bien cuando, ya sea por tiempo o cuando la inspiración no llega, publicar nuevamente relatos antiguos, la verdad todos son estupendos.
ResponderBorrarNo recuerdo haberlo publicado en el blog, pero puedo equivocarme
BorrarLa verdad un relato maravilloso pero como dice el dicho hay que ver para creer jsjaja
ResponderBorrarNo es un relato nuevo pero disfrute volver a leerlo, muchas gracias.
ResponderBorrarMe encantó el final súper feliz! CORNICELLI
ResponderBorrarGracias amigazo
BorrarHola gente... Siempre es bueno releer estos relatos que te hacen poner a mil.. sigan así!!!!
ResponderBorrarUstedes son lo mejor de lo mejor, espectacular relato
ResponderBorrarMuchas gracias amigo!!
BorrarGracias
ResponderBorrarGenial relato, saludos y que estén bien de salud.
ResponderBorrarme encanto el relato y mas de los cuernos de la milfs, y el relato tiene connotación y muy buena secuencia, me pondría mas si le agregaran escenas de bukakkes u orgías pero cada quien con sus gustos, estoy esperando con ancianas los próximos relatos.
ResponderBorrarGracias x los comentarios
Borraraplausos!!!
ResponderBorrarMuchas Gracias! Genial estuvo.
ResponderBorrarA más tardar el sábado subo el nuevo relato, que espero les guste
BorrarJamás me canso de leer una y otra vez sus relatos son los mejores de estos son mis favoritos y más cuando cuentan un pequeño epílogo saludos desde México
ResponderBorrarjesusivanherreraavalos795@gmail.com
Excelente relatamos lo he leído como tres veces ya
ResponderBorrareste relato me golpeo un poco porque me llamo eduardo jajaja al margen de ello me encanto Mar, una mujer que disfruta de su macho y poco a poco hace que su esposo acepte la nueva condición de recibir al amante de la mujer en su hogar, como otros lectores una escena de un trio con dos negros y el esposo tomando fotos, hubiera sido muy buen final del pastel. seguire leyendo tus relatos y esperare que me consideres en la lista de privilegiada jajajaja. edueduardov@gmail.com
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