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Durmiendo Con El Enemigo


Esta historia transcurrió en el pueblo de Niherne, República Francesa, en el año 1.943, ciudad ocupada por las Fuerzas del Eje, en la segunda guerra mundial. Olivier, mi papá era el jefe de uno de los movimientos que lucharon contra las tropas enemigas de ocupación, como así también contra los sucios traidores colaboracionistas al régimen de Vichy, instaurado por el mariscal Philippe Pétain tras la firma del armisticio con el ejército invasor. Por desgracia, la resistencia de nuestra ciudad fue rápidamente aplastada por el enemigo y los pocos miembros que no murieron, fueron encarcelados por el Admiral von Garcheimler, quien impuso el terror en todo el cantón de Châteauroux-Ouest y en la región de Centro-Valle de Loirazonas, ninguna ciudad fue capaz de defenderse contra su ejército malvado y nuestro pueblo no fue la excepción a los ataques de uno de sus pelotones de élite.


En menos de una semana nuestra población fue diezmada y se redujo drásticamente a mujeres y niños, pues todos los hombres mayores a 15 años fueron confinados a trabajos forzados y los sobrevivientes de la Resistencia estaban cautivos en el antiguo hangar a las afueras del pueblo.

Todos los días escuchaba a mamá llorar por las noches, temerosa de lo que le podría pasar a papá en el campo de prisioneros. En ese tiempo era muy común que las esposas se reunieran clandestinamente para intercambiar información que escucharon en algún lugar, respecto sobre quién podría haber muerto, escapado y/o quién de los detenidos seguía vivo. Una de nuestras vecinas, era la señora Amandine de Henry, y sus visitas eran habituales a nuestra casa, recuerdo que un día la escuché a ella hablar con mamá, en nuestra cocina, comentándole que pudo ver a su esposo en el campamento enemigo, mamá al oír esa noticia quedó paralizada unos segundos y sus ojos se llenaron de lágrimas, inmediatamente le rogó que le dijera como logró ese milagro, Amadine le respondió que por intermedio de una prima, el Admiral von Garcheimler le concedió una entrevista en el castillo de Chateau de Rancay, por recato se negó a informar el sacrificio que tuvo que hacer para que le permitiera estar unos escasos minutos con su amado marido.

En este punto de la historia es preciso aclarar que yo soy el único hijo del matrimonio de mis padres y que en ese tiempo contaba con 9 años, Laure es el nombre de mi madre, una bellísima mujer conservadora de cuerpo armonioso en forma de reloj de arena, alta, de cabellera rubia, larga y lacia, ojos claros, nariz fina y recta, delgada, cintura estrecha, busto redondo y parado, poseedora de una cola voluptuosa y que con tan solo 32 años tuvo que sobrellevar la dolorosa pena de quedar sola y velar por nosotros dos, con un futuro incierto. Mis abuelos me contaron que cuando papá le propuso matrimonio, los amigos de él, le organizaron una gran fiesta de bodas, a modo de premio por haber conquistado una bomba blonda tan explosiva. Mi padre era un hombre de 47 años, médico muy respetado, religioso, nacionalista, hábil lector de Nietzsche, amante de su familia y apegado a los valores morales y las buenas costumbres.

Retomando, al día siguiente de la visita de la vecina, mamá tomó el poco dinero que teníamos ahorrado, me vistió con un sweater que me quedaba algo grande y un abrigo y más tarde subimos a nuestro Renault Juvaquatre berlina de color celeste. Fuimos al castillo para ver al Admiral y asegurarse que papá todavía estuviera vivo, al llegar allí, después de muchas súplicas nos dejaron pasar, dado que no teníamos invitación, atravesamos innumerables puertas y pasillos franqueados por soldados armados vestidos con uniformes negros, que no dejaron de admirar a mi madre mientras caminábamos hacia la oficina de von Garcheimler, ella deseaba profundamente que papá hubiera aceptado mudarnos a Suiza o a Estados Unidos cuando tuvimos la oportunidad, antes de que estallara la guerra, pero ahora, todo lo que quería era asegurarse de que él estuviera vivo y bien.

Cuando entramos en el grande y lujoso salón transformado en oficina, mamá vio al Admiral von Garcheimler, sentado en su silla, con su impecable uniforme militar verde grisaseo, con chatarreras de cordones dorados entrelazados, cuello negro, botones metálicos plateados y apoyando sus altas botas negras en su escritorio lustroso de caoba y un cigarro en la boca, al ver a esta hermosa mujer, sus ojos se iluminaron y su respiración empezó a agitarse, yo me senté un un pequeño banco cerca de la puerta, mamá con pasos timoratos se acercó a él y vio que sus ojos obscuros y hambrientos se cernían sobre sus pechos. Ella tomando valor colocó el dinero que traía sobre el escritorio y le imploró que le dejara ver a esposo.

Riéndose maliciosamente, el malvado Admiral la acusó con su voz gruesa y en tono elevado de intentar sobornarlo, mamá comenzó a temblar, disculpándose y diciéndole que solo un regalo, un gesto de buena predisposición, que ella lo único que deseaba era ver a papá y asegurarse de que él estuviera bien. El militar echó la silla hacia atrás y se levantó, con una altura de 1,95 mts, hombros anchos, cabello rubio peinado con glostora hacia atrás, barba de varios días, mentón cuadrado y con penetrantes ojos negros, el oficial de alto rango era un hombre tan guapo como intimidante.

Arrimándose a mamá, que estaba llorando, el Admiral le puso la mano debajo de la barbilla y le dijo que si quería ver a su esposo, podría arreglarse, pero con algo a cambio. Diciendo eso, él bajó la mano y le apretó el pecho izquierdo de mamá, ella lo abofeteó y corrió en mi dirección, él la sujetó por por la espalda de la blusa, rompiéndola por la mitad mientras ella intentaba escapar, mamá gritó y el malvado sujeto le dijo a su marido estaría muerto en un minuto si ella no cooperaba.

Mamá cayó al suelo derrotada, sin saber qué hacer, tratando de cubrir su sostén con la mano, se echó a llorar más. Al Admiral no le importó, permaneció un instante observándola impávido varios minutos, luego pasándole sus musculosos brazos por las axilas la levantó, estrujando las turgentes tetas le bajó el corpiño negro dejando a la vista los pezones rosados erectos por el frió invernal.

Mirando a mi madre en topless, la sangre del oficial comenzó a fluir hacia su verga, haciéndola crecer en tamaño, con sus fuerte manos, la sujetó por la cintura y le mordió las tetas, haciéndola chillar de dolor. Hasta ese momento ningún hombre, a excepción de papá, la había tocado.
  • Por favor, me estás lastimando, se lo ruego, dejeme... mi hijo está viendo... si no lo hace por mí, piense en él.

El militar se rió de las súplicas, dirigió su atención a sus grandes pezones, sosteniéndolos y tirando de ellos, mamá gimió ligeramente, mientras un extraño sentimiento pasaba por su cuerpo. Ella trató de quitarle las manos, pero él mantuvo sus antebrazos morrudos firmes mientras sus dedos gruesos jugaban con los sensibles pezones de areolas rojizas.
  • Kostbare hure, vas a ser mía, gunda.

Dijo el Admiral mientras la levantaba como si fuera una muñeca de trapo, obligándola a sentarse en el escritorio, en ese momento, mamá quedó indefensa, sabía implícitamente que cualquier intento de fuga significaría la muerte de papá como muchos otros hombres de la ciudad fueron ejecutados por las ordenes de él, perdida en sus pensamientos, sintió el rostro barbudo del oficial rozando sus blancas tetas, su aliento de cigarrillo y su lengua ensalivada lamiendo sus pezones, mordiendo la carne de sus pechos dejándoles marcas.

Von Garcheimler estaba frenético, su pija amenazaba atravesar su pantalón al tiempo que su boca devoraba salvaje las tetas de mi pobre madre, los restos de su blusa junto al sujetador fueron arrojados al suelo. Nunca la habían tratado así antes, mi papá siempre fue muy respetuoso con ella, la única vez que los pude espiar teniendo sexo, apenas se movían en la cama y el acto duró un lapso muy corto, ambos creían que el sexo era solo un deber para tener hijos y formar una familia.

Unos minutos después de chupar y morder los senos, el militar se detuvo y mientras se desnudaba comenzó a observar detalladamente las manchas rojas que evidenciaban las tetas a causa del maltrato, como un artista que admira su obra recién terminada. Mamá no pudo evitar notar los imponentes músculos desarrollados de él, su prominente pecho peludo, sus grandes bíceps de roca, su ancha espalda en forma de triángulo invertido y abdomen ondulante como tabla de lavar, la lujuria en los ojos de von Garcheimler la asustó, sabía muy bien que no iba a escapar de allí pronto, antes de satisfacer las necesidades de ese hombre.

Él continuó quitándose las botas, los pantalones y cuando llegó el turno de los calzoncillos, mamá soltó un grito al observar la descomunal verga, fácilmente mediría 22 centímetros de larga y gruesa como una botellita de Coca Cola. La boca de mi madre estaba abierta por la sorpresa, sus ojos se movían entre el cuerpo de adonis peludo de ese líder militar, su enorme miembro y sus malvados ojos claros penetrantes.

Atacándola como el verdadero sádico que era, la agarró por su cabellera rubia y la empujó en forma brusca al suelo, rompiendo uno de los tacos altos de sus zapatos al caer y haciendo que su falda le llegara hasta los muslos, mamá comenzó a suplicar y le rogó que se detuviera, pero el desalmado la agarró por el cuello e insertó su enorme pija erecta y venosa en la boca hasta la garganta, ella comenzó a sofocarse, el flujo de aire le fue cortado, su rostro se congestionó y sus ojos se llenaron de lágrimas, tuvo que hacer un enorme esfuerzo para abrir suficiente su boca y acomodar el miembro invasor para poder respirar, agitándose como un pez fuera del agua, ella pudo liberarse, al toser la saliva goteó de sus labios.

El Admiral se rió de ella tosiendo ahogada de rodillas, tratando de recuperar el aliento mientras la miraba enojado, le dijo:
  • Vuelve al trabajo zorra, el descanso es para quien se lo merece...

La montaña peluda se acercó a ella, entreabrió sus fornidas piernas y con una mano sacudió la amenazante pija a escasos centímetros de su rostro, mientras sonreía, mamá sabía que no tenía otra opción, estaba indefensa, arrastrándose hacia él, poniendo sus delicadas manos sobre los muslos masculinos, esperó la orden. El bastardo corrió el prepucio hacia atrás, dejando a la vista la bulbosa cabeza rosada y la apoyó sobre los sus suaves labios, mamá volvió a abrir su boca, sacando la lengua para dejar espacio al el grueso miembro de este cruel hombre, pero esta vez, ella se aseguró de tomarse su tiempo para acostumbrarse a la circunferencia y la longitud de la verga. Desde mi lugar presenciaba como esa bestia empujaba su culo hacia adelante repetidas veces, cogiéndola bucalmente, las lágrimas de mi mancillada madre al alcanzar la comisura de sus labios, se unían a la saliva derramada y formando un único afluente, vertía como catarata mojando el piso.
  • Ahora si sos una buena chica, chupame bien la pija putita y tal vez, si me dejás satisfecho, podrás ver al cornudo de tu marido jajaja...

Dijo el despiadado von Garcheimler mientras se lamía los labios de placer. Como media hora después, mamá estaba de rodillas, los moretones en sus suaves tetas blancas, empezaron a tornarse violáceos y su mandíbula se entumecía, mientras los pesados testículos golpeaban una y otra vez su mentón, la garganta acogía gran parte de la verga, la nuca estaba inclinada hacia atrás para extender su cuello y no ahogarse durante la felación. La imagen era semejante a la de una puta callejera atendiendo a su cliente.

De repente, el Admiral sudando como un animal, la sujetó por la cabeza y la atrajo contra su espesa entrepierna, haciendo que el rostro de ella quedara pegado contra su cuerpo, al tiempo que él bufando fuertemente, se le clavó en su totalidad en la garganta, su gruesa y venosa pija le expandió la tráquea y explotó enviando chorros de esperma caliente directamente a su estómago. Zafándose de su agarre, mamá se sorprendió cuando la poderosa pija, aun en estado de erección, prosiguió escupiendo su veneno espeso, ensuciando la preciosa cara y las tetas.

Un instante luego que eyaculó la última gota, el Admiral recogió un retaso de la blusa y limpió con ella los restos de semen de su verga, se vistió con su uniforme y al tiempo que se sentaba, ordenó:
  • ¡Ve a limpiarte puta!.. y luego tienes diez minutos para ver a tu esposo.

Mamá nunca se sintió más humillada en su vida, tenía el estómago lleno de leche de ese semental, sus senos magullados por las mordidas que él le dio, y la quijada adolorida por mamada practicada. Ella aferró con su puño el pase que el militar le dio, y sujetándome de un hombro salimos de esa oficina y fuimos a un baño cercano, lloró hasta que sintió que se desmayaría.
  • Perdoname hijo, lo hice por tu padre, espero que algún día lo puedas entender y no me guardes rencor.

Se lavó, asegurándose de que no quedara esperma en su cuerpo, se colocó el sujetador y como ya no tenía con que cubrirse, le dí mi sweater que le quedó bastante ajustado pero era mejor que ir desnuda. Fingió recuperar sus fuerzas para que su marido no la vea apenada y me pidió que por favor no cuente nada de lo que pasó.

Ya en el campo de detención, apenas vi a mi papá corrí a abrazarlo, él parecía débil, había perdido mucho peso, su rostro estaba pálido, sus ojos distantes, no nos dijo que estaba pasando con él, pero años más tarde supe que había padecido torturas, como todos sus compañeros privados de la libertad, por las fuerzas enemigas. A papá se le mojaron los ojos por la emoción de volver a ver a su esposa, fundiéndose al instante en un beso apasionado... si tan solo hubiera sabido que la boca a la que estaba besando, minutos antes estuvo llena del semen de su encarcelador. Mi madre amaba demasiado a papá, ella decidió que haría todo lo posible para sacarlo de allí, aunque tuviera que pagar con su cuerpo, ningún precio era alto para recobrar nuevamente a su familia.

Esa noche, mamá no durmió, recordó que la señora Amandine le había dicho que el Admiral von Garcheimler era el único militar de la plana mayor de oficiales que podía liberar a los detenidos del campo de prisioneros, era el hacedor de la vida y la muerte, nada ocurría sin su voluntad, sus subalternos y hasta muchos de sus superiores le tenían terror, pues era un militar con muchas conexiones con el poder. La escuché llorar suavemente a través de la pared de mi habitación, ella bien sabía que tenía que darle a ese hombre todo lo él quisiera.

Al día siguiente, al terminar de almorzar nuevamente fuimos al castillo, cuando entramos en la oficina del Admiral, lo vimos parado frente a un espejo de pie, sin camisa y afeitándose la barba, la cara de mamá no podía negar la masculinidad y virilidad de este enemigo, más ahora que sabía el calibre del gran cañón que cargaba entre las piernas. Él al darse cuenta de su presencia, guiñándole un ojo le preguntó:
  • ¿Señora, viene por su ración de leche?

Al escucharlo, ella se ruborizó y le contestó:
  • Sé que tienes el poder de sacar a mi esposo de ahí, haré lo que quieras...
  • Bueno, me parece bien, tal vez pueda resolver algo... deja a tu hijo aquí y ve a mi habitación que está aquí junto... quítate todo ropa y espérame.

Con una mirada derrotada en sus facciones, ella como si fuera un soldado obedeció sus órdenes.
  • Cariño por favor esperame aquí, se un buen niño y por más que escuches gritos u otros ruidos, no te asustes y no salgas de esta oficina, piensa que si todo sale bien pronto volveremos a estar unidos los tres...
  • Pero mami ese señor es malo, solo quiere hacernos daño, recuerda que él tiene preso a papá.
  • Ya lo sé, por eso mismo lo hago, mi cuerpo es la llave que va abrir su celda...

Unos minutos más tarde, el semental se desnudó en mi presencia y mostrándome con malicia su rígido sable curvo totalmente erecto. El cuerpo de ese hombre era simplemente impresionante, absolutamente todo en él era gigantesco, sus inmensos y anchos pectorales estaban cubiertos por un bosque de vello rubio oscuro, que se extendía desde sus hombros hasta por debajo de su ombligo, sus brazos eran enormes y peludos también, su estómago presentaba en relieve todos sus músculos abdominales marcados y sus macizas piernas se asemejaban a las de un padrillo.

Cuando entró en la habitación dejó perversamente la puerta entreabierta permitiéndome ser testigo de lo ahí ocurriese. Mamá estaba desnuda acostada y al verlo, recorrió con su mirada todo el físico atlético de ese ser despreciable, poniendo mayor énfasis en su gigantesca verga hinchada y palpitante. El Admiral la atrapó observándolo y en un acto inconsciente de mi madre, pasándose la punta de lengua por sus tentadores labios, entonces él a modo de respuesta, contrajo un par de veces su periné haciendo que su mástil de carne se moviera de arriba a abajo por unos segundos. Mamá se sintió muy avergonzada pero él solo sonrió y le guiñó un ojo diciéndole:
  • Finalmente serás cogida por un hombre de verdad... conocerás la diferencia que existe entre un macho como yo y una basura impotente como tu marido... hasta que todos tus agujeros no estén destrozados por mi pija, no vas a salir de aquí.

A mamá se le estremeció la concha al darse cuenta de lo que el Admiral pretendía hacerle, tenía que buscar un pretexto o hacer todo lo posible para que no la cogiera, pues su dotación causaría internamente estragos y como si fuera poco, él manifestó que quería poseerla analmente también.
  • ¡Por favor, no hagas esto! Soy una mujer casada y amo a mi marido. Te conseguiré dinero... tu pito es demasiado grande, ¡Me matarás! Si quieres te la chupo hasta que tu quieras, pero por favor no me la metas, te lo suplico.

Ella infantilmente tapó la vagina con sus dos manos a modo de protección, el militar parecía enojado y lentamente se le acercó.
  • Ya no hay vuelta atrás puta, ahora abre esas piernas y déjame ver esa deliciosa conchita de esposa insatisfecha.

Mamá hizo lo que le indicó, reclinó su torso y abrió las piernas, exponiendo la parte más privada de su cuerpo, la vulva que solamente papá había conocido hasta ese momento. Al advertir la expresión de hambre en la cara de von Garcheimler, ella sintió una corriente de electricidad que corrió por todo su cuerpo, pues ese militar estaba voraz y ella era el alimento. Él con sus rudos dedos exploró un rato largo la abertura por la cual nací y balbuceó:
  • Mmm mmm... una conchita casi virgen... por como aprieta mis dedos se nota que apenas está usada.

La insinuación de que mamá era virgen fue una humillación directa a la virilidad de mi padre. Mamá pronto olvidó este comentario vergonzoso cuando el Admiral comenzó a devorar su vagina con lujuria, hundiendo su lengua hasta el fondo y moviéndola como si fuera la de una serpiente al mismo tiempo que sus gruesos dedos masajeaban el clítoris, sus movimientos eran brutales, pero también precisos, sabía muy bien lo que hacía, nadie la había tocado de esa manera, su esposo era demasiado conservador en la cama. Von Garcheimler se dio cuenta que estaba aniquilando la resistencia de ella y expresó:
  • Relájate... cierra los ojos y disfruta, no luches contra el placer.

Mi madre experimentaba sensaciones nunca vividas, desde el momento en que esos labios que no eran los de su esposo tocaron su vagina y para colmo la voz de él ya no era autoritaria, pasó a ser suave y tranquilizadora, le resultaba sexy, lo cual le provocaba mucha culpa.
  • Tienes una concha dulce y deliciosa... mmm... ¡Me encanta! Seguramente tanto como a ti jajajaja

Él seguía lamiendo y chupando, hundiendo su lengua en las profundidades de su ya tembloroso canal vaginal y ella se mordía el labio inferior tratando de no evidenciar que le gustaba.
  • ¡OH DIOS!

Gimió mamá, con sus ojos clavados en el techo, von Garcheimler con sus fuertes manos abrió más los muslos de ella y acto seguido atacó su agujero con dos dedos metiéndolos y sacándolos a un ritmo frenético, minutos más tarde zambulló su cara en la encharcada entrepierna, empujando su boca contra la concha, como queriendo penetrar en el estrecho agujero con su cabeza, mi madre no pudo controlarse y volvió a gemir en voz alta.
  • ¡AHHH! ... ufff ... por favor, detente, no puedo más...
Entonces él empujó aún más profundamente la lengua en su interior, la estaba volviendo completamente loca, un poco después se montó a un orgasmo encadenado que la hizo gritar y expulsar de su vagina pequeños chorros de un líquido abundante y transparente, seguramente todos los militares del castillo sabían que el Admiral estaba abusando de otra mujer del pueblo, pero esta vez, esa mujer era mi madre.

Cuando él apartó su empapada boca del agujero del amor, mamá poseída por la lujuria lo miró con ojos fulgentes y estiró sus manos tratando retenerle la cabeza, al no lograrlo ella se sentó en la cama, él se inclinó más cerca de su rostro, permanecieron un momento mirándose a los ojos, pocos milímetros separaban un rostro del otro, esa estrecha distancia dudo que pudiera atravesarla una hoja de papel, la quietud fue interrumpida por Von Garcheimler que le plantó un sonoro beso largo y húmedo.

El musculoso hombre se puso de pie dejándola en llamas, mami estaba realmente cautivada por ese sujeto y quería que él hiciera lo que le diera la gana con ella. El Admiral la levantó agrarrándola de los pelos obligándola a pararse en las punta de sus pies para que ella esté más cerca de la altura de su boca y la besó apasionadamente de lengua, por bastante tiempo, luego le dijo sonriendo:
  • Laure te voy a romper la concha a pijazos, te llegó la hora puta...

La empujó tirándola a la cama, ella cayó de espaldas, él escupió una gran cantidad de saliva en su verga, el tamaño era terrible, era como si hubiera crecido desde el momento en que se desnudó en la oficina.
  • Debo usar saliva, es el único lubricante que tengo.
Esas palabras hizo temblar a mi madre, estaba muy nerviosa y miraba con miedo la exorbitante pija, con voz entrecortada dijo:
  • Admiral, no sé si me va a entrar... es demasiado grande... ¡Realmente, no voy a poder!

Él sonrió y le guiñó un ojo y le respondió.
  • No puedo no está en mi vocabulario... y desde este día en adelante, tampoco estará en el tuyo.

Saltó a la cama y se ubicó arriba de mi mamá, entre sus piernas, el cuerpo de ese militar era impresionante, a pesar del odio que me provocaba he de reconocer que su escultura era magnífica, parecía de roca, su enorme y peludo torso aplastó las redondas y delicadas tetas, ella desapareció bajo la montaña de músculos. Von Garcheimler agarró su miembro y acomodó la enorme cabeza en forma de hongo de su pija en la entrada de la concha que era propiedad de mi papá, ella esperaba ansiosamente la penetración, con sus labios vaginales sentía la punta de la verga muy caliente.

El Admiral empujaba hacia adelante suavemente pero las paredes vaginales eran reacias a admitir un atacante tan bestial y atroz, mamá tenía dificultades para respirar correctamente, lo hacía de forma muy agitada, cuando él penetró con mayor fuerza para vencer la resistencia, ella le clavó sus cuidadas y pintadas uñas de rojo en la espalda y gritó.
  • ¡NOO! Es demasiado grande... uhhh, ayyy, me duele... ayy ayyy... de verdad no puedo.... ¡Urrgghh !

Ella lo estaba pasando mal, apretaba los dientes y sus gestos eran de dolor y apretó los dientes.
  • ¡Relajate!, ¡Apenas tienes la cabeza dentro de ti... te quedan más de 20 centímetros... respira profundo...

Creo que por el sufrimiento ella no lo escuchó, permaneció casi todo el tiempo con los ojos cerrados y cuando los abrió, una lágrima solitaria corrió por su rostro. El Admiral, por otro lado, tenía una expresión facial de pura alegría y lascivia, se notaba mucho que poseer a la esposa de otro hombre y precisamente en este caso, robar a mi madre de papá le causaba satisfacción. Mamá respiraba hondo e intentaba relajarse, pero con cada centímetro que se introducía en su apretada vagina, golpeaba con sus puños el colchón.
  • Umm... siiiii... nunca he sentido una concha tan apretada... ohhh... es el paraíso.

La boca de él buscó con avidez la de ella y se besaron ferozmente, después le lamió toda la cara, siguió bajando y al llegar al cuello las lamidas se transformaron en mordidas, luego se llevó a su boca hambrienta la teta izquierda, ella le acariciaba la cabeza como cuando me amantaba, el militar succionaba con desesperación y de a ratos mordía el pezón erecto. Los dos cuerpos brillaban de sudor.
  • Ahh... falta poco, sigue así... ya vas por la mitad putita... mmm.
  • ¡¡¡¿¿¿QUÉ???!!!, ¡10 centímetros más!.. ohh... no puede ser... ah ahh... ya me estás destrozando...

Mamá cerró los ojos y rezó a todos los santos del cielo protección.
  • Siii... ya vas conociendo la diferencia entre un macho y tu marido jajaja... ¡Mierda como aprieta!.. tu concha me está ordeñando la verga... conmigo no va a pasar hambre, pienso alimentarla diariamente con una buena ración de leche... ufff... vamos amor, disfruta, ya falta poco para que la tengas toda adentro.

Al menos por ahora esa bestia era gentil, estaba dejando que mamá se acostumbre al tamaño y la circunferencia de su monstruosa pija, la vagina parecía que estaba ardiendo, ni siquiera cuando la desfloraron experimento esas sensaciones.
  • ¿Podré caminar al día siguiente?

Mamá estaba a punto de desmayarse, esa basura era un semental, creo que mamá rasgó el maldito colchón con las uñas, ya no daba más, cerró los ojos y dejó que el militar la domesticara.
  • Así, sigue así corazón que ya casi está... la siento latir a tu conchita... está por estallar jajaja...

Y tan pronto como terminó de decir eso, empujó a lo bruto con mucha fuerza, a mamá se le pusieron los ojos en blanco y me asusté.
  • Ahhhh...¡Siiiiiiiiiii!.. la tienes toda adentro... eso es... ohhhh... estás mojada, señal que te gusta puta.

Exaltada, mamá inhalaba y exhalaba de forma agitada y entrecortada, similar a cuando me dio a luz, pero al revés, en esta ocasión en lugar de sacar, le estaba entrando por la vagina algo enorme, largo y gordo, que le le quitaba el aliento, ella sollozaba impotente, sacudía la cabeza para despertarse de la pesadilla, con cada embestida su cuerpo se estremecía, estaba totalmente absorta y poseída por esa monstruosa barra de carne.
  • La luna de miel ya terminó... ahora vamos a coger.

Dijo martillando con su poderosa verga el útero, mamá arqueó todo el cuerpo y se apretó contra la entrepierna de él, ansiosa por encontrarse con el enemigo invasor de su vagina, estaba lista, dispuesta y capaz de empalarse, su corazón latía acelerado, sus preciosos y firmes senos se sacudieron salvajemente. El olor del Admiral se volvió más y más intenso y a pesar de eso, ella empujaba contra la ingle de él, no esperaba la penetración, la iba a buscar, lo único que quería era estar estar completamente empalada por la robusta y dura pija.

Mamá gemía y abría su boca, tenía un deseo desenfrenado por los besos del Admiral, quería continuar sintiendo y saboreando su deliciosa lengua, él se dio cuenta del puro placer desinhibido en los ojos de ella y aumentó el ritmo de sus arremetidas, ella mantuvo la boca abierta de forma procaz y esperó su reacción, que no tardó en manifestarse, apoyó su tremendo peso sobre ella para destrozarle la concha con más dureza, le acercó su cara, apoyó su boca sobre los deliciosos labios de mi madre y metió su lengua en la boca de ella, sus cabezas giraban intercambiando salivas. Pronto las manos fuertes del militar se situaron en las tetas, las estrujaba, pellizcaba y hasta cacheteaba, de la cabeza de él caían interminables gotas gordas de sudor que mojaban la cara de ella pero que no lograban apagar el fuego de sus mejillas completamente sonrojadas, de un tono rojo carmesí.

Discurrió un rato largo y la masacre de la concha continuaba de forma violenta, el fornido cuerpo del Admiral estaba cubierto de grandes cantidades de sudor, las gotas que nacían de espalda corrían por sus dorsales y caían por sus greñudos pectorales y estómago, por tal motivo mamá estaba mojada como si momentos antes hubiera salido de la ducha sin secarse. En cierto momento ella dejó de besarlo, sacó su lengua y con entusiasmo lamió el sudor de la cara de su agresor sexual, de sus hombros, de sus musculosos brazos peludos, para mí asombro mi madre deslizó su cabeza debajo de las axilas húmedas y dio un gran suspiro, inhalando el aroma del cuerpo masculino.
  • ¿Te gusta mi olor, zorrita?.. es olor a macho, a partir de ahora estarás cubierta de mi aroma.

Su olor era fascinador por lo fuerte, desagradable y penetrante... ¡Jodidamente masculino! Mamá se comportaba como una perra en celo, con sus piernas torneadas le rodeó las caderas para meter más pija en ella.
  • ¡Oh siii!.. ahh, ahhh... por favor hazme tuya... ahhh

Estaban cogiendo con tanta intensidad que en toda la habitación retumbaban los sonidos del choque de sus cuerpos y gemidos, estoy seguro que todos en el castillo sabían que el jefe estaba penetrando a mi madre como un semental monta una yegua.

Él detuvo unos segundo el sacrificio vaginal para girarla y ponerla “a cuatro patas”, él se colocó de rodillas detrás de ella, ajustando su altura a la de sus caderas, con esta postura el militar tuvo total control sobre la penetración, la velocidad y el ritmo, permitiéndome observar con mejor precisión el empalamiento, el cual, le otorgaba a mami sensaciones muy intensas y un placer inigualable, von Garcheimler le metía la verga dura y palpitante más profundamente, el cuello uterino estaba al borde del knock out por los fuertes golpes que le pegaba sin piedad la gorda cabeza de la pija, además hábilmente el sujeto
con una de sus manos estimulaba al clítoris. Con cada embate el cuerpo de ella subía y bajaba, iba hacia adelante y retrocedía, con una fuerza descomunal, ambos se retorcían y sacudían.

Mamá en su agonía apoyaba su frente en el colchón y arqueando su columna vertebral, levantaba las nalgas, la pobre tenía atrapada dentro de ella una verga demencial que destrozaba todo a su paso, sentía centímetro tras centímetro de pija dura y venosa deslizándose por su vagina, con papá ni soñando podía gozar igual. El Admiral continuó cogiéndola a un ritmo electrizante e intenso durante media hora, cuando estaba a punto eyacular, se la sacó y dedicó su tiempo a besarla, morderla y lamerle el cuello.
  • Ufff... siii... como aprieta... ohhh... tu concha viciosa me quiere secar los huevos... ohhhhh... nunca sentí una tan estrecha, es la gloría... aghh...

Ella lo miraba embelesada a los ojos, sintiéndose completamente poseída y orgullosa, no había duda, en su mente y en la de él, que mamá realmente estaba disfrutando de ese polvo espectacular. Gimiendo de entusiasmo y abandono salvaje, el militar dio un poderoso empujón y se la enterró violentamente hasta los huevos, mamá pensó que su pija le había llegado hasta la boca del estómago. Él dio un salto y gritó:

  • Que concha, puta... me vieneeeeee... siii... ¡Ahhhhh!..

Mamá perdió el control y entró en un frenesí completo, giró su torso para besarlo introduciéndole su lengua hasta la garganta, mientras una corriente viscosa de esperma caliente fluía profundamente por su vagina, inundando su útero y siguiendo hacia los ovarios, su cuerpo comenzó a derrumbarse cuando sintió el terremoto de un orgasmo salvaje muy poderoso al que le siguieron algunas réplicas de similar intensidad, ella ni siquiera podía gritar porque la lengua de von Garcheimler todavía estaba jugando con la suya. Cansado, él se acostó de espaldas, su pija todavía estaba escupiendo pequeños chorros de esperma que cayeron en su panza y que ella recogió con su lengua y tragó, realmente no hay palabras para describir lo abierta y destrozada que quedó su concha.

A medida que la respiración agitada de mamá se fue calmando, el increíble falo iba recobrando vigor, como a modo de juego los dedos del Admiral recogían la leche derramada de la vagina y la esparcían en el ano, al rato un dedo atravesó el esfínter anal provocando la queja de ella, que pronto fue acallada con otro dedo en su culo, mami quiso levantarse de la cama pero él no lo permitió, la puso boca abajo y a la fuerza los dos dedos le fueron distendiendo el ojete un largo rato.
  • Por favor no lo hagas, tengo a concha peor que cuando parí a mi hijo, si me la metes por el culo me dejas renga.
  • Ya te dije que de acá te vas con todos tus agujeros rotos y por lo que veo este esta sano... tu marido prefirió alzarse en armas en lugar de probar los encantos de tu culo, o es un idiota o un impotente... yo creo que ambos.

Para evitar la fuga de mamá, él se tiró sobre ella y la dedeo por varios minutos, hasta que se acomodó con su terrible garrote a punto de golpear la puerta del culo y a paso lento pero sin detenerse la fue penetrando analmente, ella gritó como si la estuvieran torturando pero él le recordó mi presencia en la otra sala y al menos que quisiera verme en la habitación le pidió que se calle, mami para contener sus quejidos, tapó su boca con una almohada, los puños de ella estrujaban la sábana.
  • ¡Oh, es tan grande! Por favor, ve con calma, ¡Ayy, por favor, no tan duro!
  • Te encanta y sabes bien que lo quieres, ¿Puedes sentir como se va abriendo tu culo?
  • ¡Sí! Sí, puedo sentirlo, hazlo despacio te lo suplico, me duele mucho... ohh.

Sentí culpa porque disfruté el dolor de ella, a modo de castigo por haber disfrutado serle infiel a mi papá, nada más ni nada menos que con su encarcelador. El oficial solamente detuvo su avance cuando tuvo toda la verga dentro del culo.
  • Ya la tienes toda adentro, quedate quietita y relajate como hiciste antes... mmm... no te muevas hasta que se acostumbren tus tripas a mi tamaño... eso, así, blandita... ahhh.

Permanecieron inmóviles un tiempo largo, hasta que el sanguinario militar sin quitársela, la hizo poner de perrito y empezó a a embestirla fuertemente, el ritmo era normal pero las intrusiones eran profundas, los brazos de ella fueron utilizados por él a modo de asas, logrando que ella levantara su torso y que sus maravillosas tetas se muevan como campanas, mamá por momentos se estimulaba los erectos pezones. Presenciar a ese coloso musculoso dominar analmente a la delicada belleza de de mi madre, me era perturbador pero a su vez atrapante, a pesar del dolor su emoción era claramente evidente mientras él aceleraba lentamente el cadencioso movimiento de su cadera, empujando brutalmente hasta el fondo, saboreando las sensaciones de cada embestida a ese túnel apretado y caliente, al tiempo que sus pesadas pelotas golpeaban en cada empuje, a modo de látigo golpeaba la concha y el clítoris provocándole mini orgasmos.

El dolor de mamá lentamente retrocedió y avanzó una marea de placer, mi madre con sus manos separaba los cachetes del culo con tal de facilitarle el trabajo a su endiablado macho, el ajetreo sexual ya estaba haciendo mella y la notaba cansada, por momentos el hedor que emanaba de él se hacía insoportable, las nalgas de ella se movían de forma espectacular, temblaban al ritmo de la pelvis que las golpeteaba, al igual que sus redondas tetas. Mi infiel madre estaba transformada, no era la misma la que yo conocía, era otra mujer, me di cuenta de eso cuando el Admiral sin previo aviso, al momento que ella respiraba de forma más agitada, le sacó la pija de los intestinos, cortándole el orgasmo que anunciaba su llegada, por consiguiente quedó descolocada, aún estaba muy excitada y de repente se sintió vacía y fue ella misma la que empujando su culo hacia atrás volvió a clavársela hasta lo más profundo.

cuerpo se convulsionaba en pequeños espasmos tremendamente placenteros en grandioso orgasmo. Sus piernas y pantorrillas no pudieron soportarla más, se dejó caer al piso con el pepino aun ensartado en el interior de su vagina, su cuerpo continuaba siendo atacado por oleadas de múltiples convulsiones que la hacían retorcer y contorsionar. Mamá intentaba juntar sus portentosos muslos pero no podía, sus articulaciones y extremidades estaban siendo dominadas por millones de sensaciones tan placenteras que le bloqueaban. Las continuadas oleadas de violentos y placenteros espasmos que estaban atacando su delicado cuerpo parecían nunca acabar; una vez que pudo juntar sus piernas envolviendo con los muslos como si abrazara la gruesa hortaliza que deseaba con plena convicción no se le saliera para nunca jamás.

La culeada continuó bastante tiempo más, ambos gemían alocadamente, sin importarles más nada, el oficial le penetraba el ano fuerte y con ira, y ella empinaba más las nalgas para que la enorme verga escurriera hasta el fondo. En un momento von Garcheimler agotado, se dejó caer sobre la espalda de ella, pero aún la cogía analmente, mamá respiraba con dificultad dado que todo el peso del andamiaje muscular la aplastaba, él gruñía de manera ronca y ella meneaba circularmente su cadera, el jerarca enemigo retiraba su estaca sin que llegara a salir el glande y se la volvía a incrustar con violencia, a pesar del cansancio la eyaculación no llegaba. Como si hubiera recobrado energía tras el breve descanso, se levantó de la espalda de mamá y retomó el bombardeo del ojete como minutos atrás. Ella se veía muy sensual, su cuerpo brillaba por el sudor y en cada vaivén, los pezones de las firmes tetas rozaban las sábanas.

El Admiral comenzó a culearla aceleradamente y los gemidos de ella se hicieron más fuertes, hasta que se detuvo por completo y tras apretarle fuerte las tetas, le propinó tres embestidas secas y en la última, como si el diablo por fin se le llevara el alma, bramó con todos sus pulmones, inundándole el culo de leche. Luego de eyacular la última gota, le retiró lentamente la imponte verga y cuando el glande a modo de tapón salió, hubo un sonido blando y mamá comenzó a sentir brotar de su ano, un río de esperma caliente, empapando su concha, ella suspiró dejando caer la cabeza en el colchón, aún mantenía las nalgas levantadas y con sus manos se tocaba el ano para evaluar los daños de semejante destrozo.

Mi madre permanecía en silencio sintiendo latir su esfínter anal, lentamente su respiración se fue tranquilizando hasta que todo terminó, ella quedó de lado acurrucada a él, su cuerpo se encontraba muy cansado y con su precioso culo, lastimado y adolorido, no sentía ganas de moverse, estaba agotada, quizás pensaba en lo que había hecho y sentía remordimientos. Mamá con voz apagada dijo:
  • Me duele el culo, está ardiendo... ayy... me siento débil... ayyy...

El Admiral le tocó el abierto culo, sonrió, luego bajó su mano, abrió los labios vaginales, insertó un dedo y dijo:
  • Cuando llegues a casa, toma un baño tibio, hay algunas gotas de sangre en el colchón, pero eso es natural, te he desgarrado el ano.

Cuando mencionó la sangre, mamá se preocupó y el Admiral von Garcheimler dándose cuenta de la expresión de pánico en el rostro de ella, expresó:
  • No tienes que preocuparte mucho por eso, sucede y es bastante natural la primera vez... es el daño colateral de coger con un macho.

Le acarició la cara y mamá le besó la mano. Él se llevó una de las tetas a su boca y chupó unos minutos el parado y sensible pezón, posteriormente, sin dar explicaciones se levantó de la cama, recogió sus prendas, se acercó a una silla y comenzó a vestirse, la gigantesca verga ahora estaba medio dura y mamá sin quitarle la vista, le advirtió sorprendida que del glande aún goteaba semen. El militar con un dedo recolectó los restos de esperma y se los depositó en los labios de ella, quién pasando su lengua, los saboreó y tragó con gozo. El Admiral, con voz de mando le dijo:
  • Mañana tomate el día libre, pero pasado te quiero puntualmente a las 9 de la mañana aquí, serás mi secretaría y puta particular, ya tienes trabajo... mientras me tengas satisfecho tu esposo tendrá un trato preferencial, y tu un pase para verlo 15 minutos una vez por semana.


Autores: Elena X y Gus Becker®
RECUERDEN COMENTAR CADA RELATO de esta forma sabemos que valoran nuestro trabajo y nos motivan a seguir escribiendo. Creemos en la comunión Escritor - Lector, ambos somos uno, y uno sin el otro está solo.
Cuando supere los 15 comentarios se publicará un nuevo relato.


Comentarios

  1. Inconmesurable, Apoteotico, Maremagnum, ya no se que calificativo usar para felicitarte por este nuevo relato, excelente es poco, es totalmente distinto a los demas, nunca pensé que leer algo de la guerra me pararía la pija. Genio vamos por mas!!!

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  2. Me encanta estos tipos de relatos . Tengo que confesar que mí madre ya a tenido varios maridos y siempre le a metido los cuernos a sus maridos de turno . Más de una ves la e visto y ojalá que si en algún relato el hijo se la meta ya que no pude aserlo yo . Nunca tuve esa oportunidad pero bueno para un futuro relato ojalá que si podes hacerlo agradesido de leerlo . Abrazos enorme y sigan así .

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  3. Magnifica narracióny, muy erótica la hisoria, sexo 100%. Por más relatos como este. Saludos!

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  4. Tengo que confesar que al principio no me parecio tan atractivo pero conforme fui leyendo me fue llamando la atencion, muy buen relato, sigan asi...

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  5. Me encantan todos los relatos es que tienen una forma única de narrar...

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  6. Magistral relato muuuuuuuuuuy bueno, uno de los mejores que he leido.
    Le doy la bienvenida a Elena X y ojalé se sumen más autores.
    Saludos!!!

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  7. Es como una novela de sexo, excelente!!!! Por favor continuenlo, please.

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  8. Bastante bueno, me agradó la idea de una historia diferente

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  9. Que bueno es leer algo distinto, usted es uno de los pocos que se anima a experimentar siempre, le seria muy facil escribir siempre la misma historia pero a usted eso no lo complce.
    Felicitaciones!!!

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  10. Excelente relato Gus!!! Algo bien diferente. Con una temática que no es tan frecuente y la verdad que se puso muy bueno... Sigan así gussssss abrazo enormeeeeee emi de capital

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  11. Habrá continuación, es excelente?

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  12. Excelente relato felicidades

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  13. muy bueno, buenas las imagenes en el relato

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  14. Hola gus . Perdón por scribirte acá pero no puedo aserlo en el chat . Sugiero que pongas estrellas para valorar el relato ya que son ( como vos decís) más de 13.000 vicitas y solo 14 personas comentamos . Así por lo menos no se pierde el blog . Digo es una sugerencia nada más . Abrazos enorme y muy buena la pagina de gusbeker y marcelmilort y también asociados ja

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  15. No puedo evitar que se me venga a la mente las escenas calientes de Monica Bellucci en la película Malena haciendo de puta de los nazis. Una de las escenas que vi en el cine y que más morbo me da. Gracias por el relato y espero que tenga una continuación... ya sabes como me gustaría que sea.

    https://www.pornhub.com/view_video.php?viewkey=ph5c3f6ba884841

    (4:10 MIN)

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  16. Es bueno que haya relatos con distintas temáticas. Muchas gracias Saludos

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  17. Wow muy buen relato espero encontrar otros así

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  18. Quedaría perfecto si pusieras imagenes de Pascalssubsluts, ese tipo si que le hace lo mismo a las mujeres como ese militar nazi.

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  19. Escribe una segunda Parte Wey, imagino la infinidad de veces que ese Nazi se acostó con esa Milf

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