Este relato está basado
en la historia real de Mariana y Pablo un matrimonio de cuarenta y tantos años
y tres hijos, ellos se conocieron jugando Teg en línea y rápidamente tuvieron
onda. Pablo es un muchacho de ojos claros, altura normal, pelo castaño que lo
lleva corto y muy buena persona, Mariana mide aprox. 1.65, tiene cabellera
castaña oscura lacia hasta la mitad de la espalda, es de contextura delgada, portadora
de una boca sensual que cuando sonríe te hipnotiza, (de verdad que solo verla
hacer un gesto con sus labios provoca erecciones masivas), una cola redondita
que tienta morderla y unos senos redondos y parados, perfectos, con unos
pezones sumamente largos y gordos que es imposible que pasen desapercibidos,
imagínense un par de fresas rojas que piden a gritos ser lamidas.
Este relato está basado
en la historia real de Mariana y Pablo un matrimonio de cuarenta y tantos años
y tres hijos, ellos se conocieron jugando Teg en línea y rápidamente tuvieron
onda. Pablo es un muchacho de ojos claros, altura normal, pelo castaño que lo
lleva corto y muy buena persona, Mariana mide aprox. 1.65, tiene cabellera
castaña oscura lacia hasta la mitad de la espalda, es de contextura delgada, portadora
de una boca sensual que cuando sonríe te hipnotiza, (de verdad que solo verla
hacer un gesto con sus labios provoca erecciones masivas), una cola redondita
que tienta morderla y unos senos redondos y parados, perfectos, con unos
pezones sumamente largos y gordos que es imposible que pasen desapercibidos,
imagínense un par de fresas rojas que piden a gritos ser lamidas.
De
ahora en más, para un mejor entendimiento, voy a narrar la historia desde el
punto de vista de Pablo.
Después de varios años de
casados y de que nacieran nuestros hermosos hijos, empecé a fantasear
constantemente en hacer con Mariana un trío o verla a ella tener sexo con otro
hombre, me costó mucho tomar valor y confesárselo, a ella al principio no le
gustaba para nada. Tras varios meses de ablande ella aceptó que pusiéramos un
aviso buscando un tercero en un afamado sitio de contactos sexuales y debo
confesar que fue un trío fallido, el señor en cuestión eyaculó antes de que yo
pudiera desvestirme prácticamente.
Pero ver a otro hombre con
la pija apuntando al techo al verla desnuda valió ampliamente la pena y fue
como gasolina que alimentó aún más el fuego de ser cornudo. Luego del horrible
bautismo de fuego, decidimos tomarnos nuestro tiempo y plantear mejor la forma
de abrir la pareja, que como dice un viejo proverbio árabe, “hay veces que las
cadenas del matrimonio son tan pesadas que se necesitan tres o más personas
para llevarlas”.
Además del aviso
clasificado que les comenté, empezamos de a poco a visitar una afamada disco
swinger del centro de nuestra ciudad, juró que la primera vez que pisé ese
lugar el corazón se me escapaba de mi pecho del nerviosismo y Mariana me
aferraba fuertemente la mano como si caminara rumbo al cadalso, pero al rato de
estar ahí y presenciar la camaradería y el ambiente de sexo liberal nos fue
relajando y embriagando de la tentación del deseo. Empezamos a ser habitués de
ese lugar y a hacernos amigos de varias parejas que al saber que éramos
primerizos nos fueron guiando de a poco, tuvieron que pasar semanas para que
nos sintiéramos seguros de hacer un intercambio, esta vez la experiencia fue
muy buena y sabrosa, pero en lugar de disfrutar estar con otra mujer con el
permiso de mi esposa, gocé de sobremanera viendo a Marina ser cogida por el
marido de mi pareja ocasional a poca distancia de donde yo estaba, escuchar
como esa nueva verga la hacía gemir, presenciar como la boca de ella
intercambiaba saliva con otro entrelazando sus lenguas, me quedaba ya más que
claro que el intercambio era la moneda que pagaba para ver a mi esposa tener
sexo con otro hombre.
Siempre después de cada
encuentro con otra pareja, nosotros (ella y yo solamente) hablábamos en la
privacidad de nuestro cuarto sobre lo que sentimos y que tal la pasamos, no
hizo falta usar muchas palabras, ella ya se había dado cuenta que yo quería ser
cornudo y Mariana, quien se había soltado en cuestiones de sexo extramarital,
me iba a complacer, porque esto nos unía más como pareja, fortalecía nuestros
lazos, ya no había secretos entre nosotros sino complicidad.
Acordamos que yo siempre
estuviera presente en sus encuentros de ella con el amante de turno, sentado en
un sillón o incluso acostado en la misma cama, pero por lo general sin
participar, solo como mero espectador en una platea de lujo, de una película
porno protagonizada por mi esposa y rodada en mis narices. La excitación de
verla prepararse para coger con otra pija que no va a ser la mía, me hace
hervir la sangre, mi esposa elige su vestimenta, pero siempre me consulta,
claro está que la decisión final es solo de ella, y cuando la veo garchando les
aseguro que me descontrolo, tengo ganas de acabar en seco al instante, es una
ola de lujuria que me es imposible surfear.
Lo más difícil de esta
vida de cuernos es mantener a nuestros hijos al margen, que no se enteren de lo
que hacen sus padres de la puerta para afuera, desde el minuto cero acordamos
siempre preservarlos tomando todos los recaudos.
Todo lo que les acabo de
contar es a modo de introducción, para que se vayan dando una idea de nuestro
estilo de vida. Hace dos años Mariana dejó su antiguo empleo y pasó a trabajar
de oficinista en una pequeña empresa de turismo, dio la casualidad de que uno
de sus jefes era Gustavo, un vecino que vive a pocas cuadras de nuestra casa,
con el cual yo no tengo tanta confianza, pero mi esposa sí. Gustavo es más
joven que nosotros, es alto, delgado, con un cuerpo trabajado de gimnasio y con
una calvicie incipiente, carilindo y algo descarado porque a pesar de estar casado
sin hijos siempre miró con hambre a mi esposa cuando la veía por el barrio, se
le notaba que se le caía la baba por ella, con el pretexto que le queda de
pasó, la lleva a Mariana en su auto al trabajo y a la salida la trae a casa.
A todo esto, la pandemia de coronavirus había empezado y con la cuarentena ella parecía una perra en celo, estar encerrada le había pegado mal. Cuando se volvió a las actividades normales pero con restricciones, fui advirtiendo que ella se arreglaba más para ir al trabajo, aclaro que siempre fue muy coqueta, pero me refiero a que se vestía más sexy que de costumbre, empezó a usar bodys debajo del jeans, con blusas tipo top, de manera que una porción de su vientre quedara solo cubierta por la tela de encaje del body, transparentando el ombligo, sweaters ajustados, tanto que la prominencia de sus pezones eran el comentario de todos los hombres de la oficina y de las mujeres envidiosas, vestidos de amplio escote adheridos a su cuerpo como una segunda piel y de faldas cortas que llegaban hasta la mitad de sus tersos muslos, botas bucaneras, sandalias de tacos altos, etc.
Y de regreso en casa,
como quien no quiere la cosa me comentaba que su jefe esto, que Gustavo tal
cosa, que es un divino, que es super eficiente y demás… Todos estos cumplidos
me daban celos y al mismo tiempo cosquillas en la pija. Ni que hablar cuando
empezó a contarme cosas tipo:
-A mi jefe le
encantó este pantalón, me dijo que me marca muy bien la cola… ¿Amor, vos crees
lo mismo?
-Hoy me contó Gus
que cuando tenía veinte años se bancó los estudios trabajando de stripper, en
un boliche exclusivo para mujeres y que ganaba un montón con las propinas que
le daban, sobre todo cuando hacía el acto de quedarse totalmente desnudo con
una toalla colgando de su pene erecto… ¿Debe estar bien dotado para hacer eso,
no?
¡Estaba recontra alzada, la
muy puta se quería voltear al jefe!, Seguramente ya lo estaría seduciendo, mi
excitación me generaba taquicardia y sudor frío, en las horas que ella pasaba
en el trabajo con él me creaba un sinfín de fantasías con todo lo que podrían
estar haciendo. La tensión sexual llegó a su tope cuando un día Mariana me
mostró los watsapp que su jefe le enviaba, paso a relatarles:
-Pero que linda
vino hoy mi compañera de la oficina.
-¿Usted cree?
-Si, totalmente,
es un bombón.
-Gracias.
-¿Te cuento algo?
Me encantaría probar ese bombón por dentro y saborear en mi boca su licor…
espero que el marido no se ponga celoso, pero su esposa es muy linda.
-Pablo no es
celoso, todo lo contrario…
-Qué bueno
saberlo, seguramente habrá ido al jardín, como yo…
-¿Por qué lo
decís?
-Porque en el
jardín enseñan a compartir…
-Totalmente… mi
esposo se recibió de mejor compañero, ¿Cómo sabías?
-Desde hace un
tiempo me lo imaginaba.
-jajajajaja
-¿Entonces él
podrá prestarme algo?
-Yo creo que si…
él es muy generoso.
-Pero lo que yo
quiero que me comparta, es algo que me gusta mucho…
-¿Qué es lo que a
usted le gustaría que él le preste?
-A vos…
-Al hueso fue.
-Preciosa vos
preguntaste, yo respondo.
-Acá todo es
charlable…
-Me encantaría
preguntarle.
-A mí también que
lo hagas.
-Solo una cosa, yo
no quiero ningún quilombo ni escena en la oficina y esto quiero que quede
claro.
-Yo lo mismo pero
en mi casa, recuerde que tengo familia.
Lejos de enojarme, como
un autómata me hice una infernal paja con su teléfono en la otra mano leyendo y
releyendo los mensajes hasta que acabé con unos intensos chorros de leche que
la alcanzaron, mientras mi esposa sonreía maliciosamente. Cada vez que ella volvía
del trabajo, mientras se cambiaba en nuestro dormitorio le suplicaba que me
preste su celular para comprobar si había nuevos mensajes y cuando ella me
respondía que sí, era como si un infarto agudo al pitocardio estuviera por
darme.
Un día ella me dijo sin
anestesia: “el sábado por la tarde va a venir Gustavo a hablar con vos,
no sé que quiere pedirte… ¿A vos se te ocurre algo jejeje?”, les juro
que a pesar que faltaban tan solo dos días, cada hora fue como una semana, el
tiempo dejó de transcurrir, lo cual me ponía como un manojo de nervios, yo que
siempre soy como una máquina en mi trabajo, estuve totalmente desconcentrado,
tanto que mis superiores me preguntaron que me pasaba, lógicamente no les podía
decir que estaba alterado porque el fin de semana iba a venir a casa el jefe de
mi esposa para preguntarme si la dejaba coger con él, solo manifesté que uno de
mis hijos estaba con fiebre. Finalmente llegó la reunión y aprovechando que
nuestros hijos no estaban pudimos hablar tranquilos y sin tapujos, le aclaré al
jefe que soy un cornudo y si mi esposa quería garchar con él, por mí ningún
problema, solamente que exigía reserva para nuestras familias y nada a la vista
de los vecinos, los dos asintieron, además en su momento él expresó que no tenía
problema en hacer un trío o que yo estuviera presente mirando, mi señora
tampoco manifestó preferencia, es que a ella le gusta todo jejejeje, en
especial la idea de estar a solas en alguna oportunidad con su jefe. Ese
acuerdo de palabra fue cerrado con un terrible beso en la boca de Mariana a
ambos, claro que el de Gustavo tuvo más pimienta, porque luego que me lo diera
a mí, ella se sentó en la falda de él y se comieron la boca con una pasión
desenfrenada, mientras el jefe le manoseaba las tetas ella frotaba su húmeda
entrepierna sobre la dura y abultada bragueta. Ni bien él se fue, nos echamos
un polvo como cuando éramos novios.
A partir de ese día mi
esposa ya no se refería a Gustavo como su jefe, sino como su novio y me
agregaron a su chat, pasando a ser el whatsapp un grupo de tres, si antes
andaba nervioso en el trabajo ahora cada vez que escuchaba a mi celular
anunciando que tenía un mensaje, parecía que tenía mal de Parkinson, temblando
como una hoja en pleno invierno ventoso de Ushuaia, mis vidriosos ojos leían:
Mariana: -Amor, ya
llegamos a la oficina.
Yo: -Pero si
salieron hace una hora y el trabajo les queda a quince cuadras de casa…
Mariana: -Es que
antes de bajar de su auto nos quedamos chapando… el atrevido me besó y me metió
mano por todos lados.
Yo: -Uff…
Mariana: -No
llegamos taaaaaan tarde, fue solo un ratito nomás.
Yo: -Me parece que
se calentó con las fotos tuyas que le pasé ayer…
Mariana: -Con razón
estaba más caliente que una caldera, ¿Qué le habrás mandado?
Yo: -Unas fotos que
te tomé ayer mientras te duchabas.
Gustavo: -Pablo hoy
tu mujer se vino vestida muy perra, de solo verla te para la pija.
Mariana: -Gracias
jefecito.
Gustavo: -Que lindo
cuando llegue el día que en lugar de dar las gracias le digas a tu marido “Que
linda garchada me pegó mi jefe” jajaja
Mariana: -A mí
también me gustaría… suena tentador.
Gustavo: -Pablo
después de la conversación que tuvimos el fin de semana tengo la verga al palo,
no me baja con nada.
Mariana: -Es cierto
papi, hoy en el auto me hizo tocársela y la tiene muy dura… por más que le hice
sana sana y le di unos besitos ahí, la inflamación no le bajó, al contrario,
para mi que debe tener fiebre porque con mis labios sentí que estaba muy
caliente…
Por la tarde esta charla
continuó con Gustavo enviando una foto de él palpando un muslo de mi señora en
donde se veía el nacimiento de su tanga celeste y abajo decía:
-Que suave tiene la
piel.
Mariana: -¿Viste?
Amor adiviná hasta donde llegó esa manito…
Yo: -Me imagino que
mucho más arriba porque ahí es más suave jejeje… de todas maneras cuando te
decidas a apreciar mejor la sedocidad de ella, creo que no tendría que haber
látex de por medio…
Mariana:
-¡Ese es mi cornudito!
Gustavo: -Sepan que
de mi parte no hay riesgo de nada, tengo el apto médico firmado y el
certificado de vacunación al día jajaja
Yo: -De nuestra
parte tampoco…
Gustavo: -Perfecto,
que sea piel con piel entonces y TODA adentro, si se la aguanta… porque son 23
cmts.
Mariana: -Que tentación.
Gustavo: -Me gusta
que estés tentada porque yo también estoy tentado…
Esos mensajes un rato
después continuaron así:
Mariana: -Cielo, mi
jefe me llevó a la escalera y me comió la boca ¿Eso es acoso laboral?
Yo: -No mi amor,
eso es calentura, el pobre no da más y quiere romperte la concha a pijazos…
Mariana: -¿Y vos lo
vas a dejar?
Yo: -Siiiiii
Gustavo: -Pablo
mirá esta foto como está pezonenado tu esposa en la oficina, decile algo que me
está distrayendo al personal… y a mí.
Yo: -Creo que lo
mejor es que nos juntemos este fin de semana a deshagarnos, ya es hora que la
parejita de novios consumen la relación, ¿No les parece?
Obviamente que ambos
respondieron que si al unísono. Dado que el vive con su pareja y que los
hoteles estaban cerrados por la cuarentena y que nosotros vivimos con nuestros
hijos, se nos complicó bastante encontrar un lugar donde encontrarnos, por
suerte mis suegros avisaron que el sábado iban a pasar el día a una quinta y decidieron
invitar a los chicos, si supieran que gracias a su buena acción colaboraron
para que a su hija el jefe le llenara la argolla de leche…
Al fin el día “D” llegó
con la misma proporción de nerviosismo y excitación, así como todo futbolista
sueña con jugar en la selección, todo cornudo fantasea con tener de corneador
al jefe de su esposa, y a mí se me estaba por concretar el sueño del pibe. Para
la ocasión mi esposa lució un finísimo juego de lencería que yo le compré hace
un tiempo y que ella estrenaría con su macho, un conjunto de corpiño y
bombachita de raso transparente color blanco, la parte inferior era tipo
colaless, con dos cintas que se atan a los costados de la cadera, permitía ver
claramente la raja de su depilada vagina, a la mañana fue a la manicura a
hacerse las uñas de pies y manos, las cuales pintó de rojo carmín, como ven la
trola estuvo en todos los detalles, uso su cabellera suelta, pero en su muñeca
llevaba una cinta elástica para el momento de la felación, también pintó sus
sensuales labios del mismo color que sus uñas, se delineó los ojos de un tono
oscuro, perfumó su deseado cuerpo con Good Girl de Carolina Herrera, sus finos
pies los enfundó en sandalias claras de taco alto y para no parecer tan putona
uso una camisa escocesa roja mía abierta para cubrirse apenas, una HOTWIFE con
todas las letras.
A las 15:30 hs
aproximadamente tocaron el timbre y cuando fui a ver era Gustavo que venía en
bicicleta, no pregunté, pero seguramente a su esposa le habría dicho que se iba
a ejercitar pedaleando y no garchando jejeje, la coartada perfecta. En los dos
extremos de esta relación tripartita existe un cornudo, la diferencia con su
esposa es que yo soy consciente y gozo con mi condición.
Su jefe entró a casa,
acomodó su bici por ahí y me acompaño al living, al verla tan sugerente se le
cayó la mandíbula y se le elevó la verga, todo al mismo tiempo, inmediatamente
se abrazaron y fundieron sus bocas en un beso francés con mucha lengua, las
manos de él le quitaron la camisa y bajaron las tazas del corpiño y las de ella
con ansiedad le desabrocharon el pantalón, Gustavo colaboró quitándose las
zapatillas con sus pies, quedando con un boxer abultado y una remera blanca, las
manos de uno recorrían el cuerpo del
otro, y las del jefe especialmente las tetas con los pezones desafiantes, los
cuales tironeó y pellizcó un buen rato, luego al igual que un bebé hambriento
succionó como queriéndole sacar leche, mi esposa llevó su cabeza hacia atrás y gimió
mientras le acariciaba la cabeza.
Luego ella se agachó para
retirarle los calzoncillos y lo hizo sentar en una silla, al verle la pija
inconscientemente la comparé con la mía y salí perdiendo, no mentía al decir
que eran 23 centímetros, la de él era más larga y fina, con una cabeza
triangular, además tenía los huevos y el pubis afeitados.
Mariana: -Mi amor, que
pija tenés mmm… voy a empalagarme chupándola.
Ese “mi amor” me
descolocó, hasta ahora todas las veces que ella se encamó con otro nunca lo
llamó mi amor, ese término estaba solo reservado para mí, el hecho que
existiera algo más que sexo entre ellos, llámese conexión o le que fuera, me
hacia rabiar de celos, pero extrañamente también de morbo y lujuria, era una
mezcla de sensaciones nunca experimentada en niveles tan elevados. Aclaro que
para evitar cualquier tipo de quilombo, Mariana nunca tuvo un macho fijo, pero
me daba la impresión que todo eso ya había cambiado.
Cuando dejé de aturdirme
en mis pensamientos y volví la vista a ellos, mi esposa estaba de rodillas
sosteniendo con la mano de la alianza matrimonial esa verga tan anhelada y
mamándola, lo hacía de una manera calma, prodigándole innumerables besos por
toda la cabeza, luego mirándome a los ojos, con su lengua recorrió el falo de
carne a lo largo, dejándolo brillante con su saliva, más tarde volvió a
metérsela en la boca pero esta vez la succionó con energía. Sin vergüenza me
abrí la bragueta y comencé una paja al mismo ritmo que la felación, por
momentos ella volteaba a verme, notando mi pija igual de parada que la de su
amante sonrió con picardía.
Gustavo que hasta ese
instante había permanecido quieto, se inclinó hacia delante, llevó una mano a
la concha y empezó acariciar sus labios, con su pulgar frotaba el clítoris mientras
el dedo medio desaparecía en las profundidades de esa gruta húmeda y caliente, unos
momentos después ella se saca la chota de la boca y gime como una poseída
cerrando los ojos, entonces su jefe se acercó a ella y la besó nuevamente de
lengua a menos de un metro de mí. Cuando mi esposa dejó de besarse con su
novio, volteó a verme y me sostuvo la mirada hasta que él le metió tres dedos
en la concha y la masturbó causando que se estremeciera de placer. Una vez repuesta, se paró y le dijo:
-Quiero sentirte
dentro mío, vamos a mi habitación.
Al verlos irse el corazón
me dio un triple salto mortal, preferí darles privacidad y me dirigí al cuarto
de mi hija más grande, me senté en la cama con mi notebook y me conecté con las
cámaras de seguridad, para no perder nada de lo que aconteciera hasta ese día
en mi santa alcoba matrimonial. Mariana le estaba quitando la remera mientras
le besaba el torso, luego ella se acostó de espaldas y él le desató la
bombachita, sentándose en la cama acomodó la cabeza de la pija en la entrada de
la concha y empujando despacio la fue penetrando, disfrutando centímetro a
centímetro, aunque ella había tenido tres hijos, su vagina no está acostumbrada
al largo del nuevo ocupante, pero dado que el bombeo era lento, pronto pudo ir
adaptándose al tamaño. Cuando la tuvo enterrada toda, permanecieron quietos un momento,
para luego iniciar el clásico vaivén de una pareja amándose, cada embate que le
daba el jefe, Mariana respondía elevando la pelvis para hacer más profunda la
penetración, a media que el ritmo fue aumentando ella sentía al glande
martillear el cérvix de su útero, algo que con ningún otro hombre experimentó.
Mi señora estaba totalmente entregada, le abraza el cuello y con sus piernas abiertas al máximo, le apoyaba los talones en el culo, él chupaba salvajemente en forma alternada las tetas, sobre todos los enormes pezones duros como rocas.
En el momento que Mariana
alcanzó su segundo orgasmo, no aguanté más y me desleché manchando toda la cama,
pero la excitación era tanta que mi verga estaba morcillona, no había perdido
su erección por completo, al volver a ver la pantalla el jefe estaba
bombeándola ferozmente, hasta donde yo estaba llegaban los gemidos de ella y el
“plaff-plaff” de los duros pijazos de nuestro corneador. Así estuvieron como
quince minutos hasta que él se vino dentro de ella, quien por suerte y para
evitar sorpresas, una hora antes había tomado una píldora anticonceptiva.
Para reponer fuerzas
estuvieron un rato largo abrazados besándose, entre arrumacos alcancé a
escuchar que ella le preguntó algo puritanamente:
-¿Te gusta tener
sexo con tu compañera de trabajo?
-Claro que sí,
pero honestamente de esta forma nunca lo pensé.
-¿Te agrada?
-Me ratonea mucho
que tu marido esté del otro lado de la puerta escuchando como me garcho a la
putita de su esposa.
-mmm… entonces
vamos a darle otro show…
Ella llevó su cabeza a la
entrepierna de él y le chupó la pija con la intención de pararla pronto para
echarse otro polvo, su macho disfrutaba tomándola de la cabeza con una mano y
con la otra acariciando las blancas y redondas nalgas, una vez cumplida la
meta, ella lo dio vueltas y se sentó en las piernas de él, le tomó la verga y
apoyándola sobre su vientre de manera juguetona le dijo:
-Bebé mirá hasta
donde me llega uff… nunca tuve una tan larga, esperá que llamo a mi marido para
que nos tome una foto así la tengo de recuerdo.
Dicho y hecho, gritó mi
nombre y corrí a tomarle una foto con mi celular, fue un milagro que pudiera
lograrlo y que saliera bien porque me temblaba el pulso.
-Cielo sacame otra
así…
Y acomodándose mejor,
sujetó la pija con la mano abierta para que se advirtiera bien la alianza
matrimonial y sonriendo como una puta ninfómana la apoyó sobre su concha con la
cabeza de la poronga apuntando en dirección hacia su ombligo y aprovechando mi
cercanía se levantó un poco y se la fue incrustando hasta que los huevos
hicieran tope. Como yo no tenía mucha confianza con ese tipo, me dio algo de
vergüenza y regresé a la otra habitación para verlos en la compu. Aunque
pensándolo mejor, más que vergüenza fueron celos, es algo loco sentir eso pero
también un deseo irrefrenable que la garche hasta desmayarla.
Con los pezones golpeando
el pecho del tipo, ella lo cabalgó como una amazonas mientras le pedía una y
otra vez que la llene de leche, el cogedor como buen macho alfa, la giró y de
patitas al hombro la embistió con vigor hasta que se desplomó sobre ella
aplastándola con su peso inundándole las entrañas con su semen. El adulterio ya
se había consumado en dos oportunidades.
Como habían pasado
efímeramente varias horas y su pareja lo estaría esperando, se vistió y se fue,
no se bañó porque si regresaba limpio y perfumado seguro que tendría problemas
con su mujer… su otra mujer, la oficial, por eso decidió emprender el camino
transpirado y oliendo su pija a la concha de mi esposa. Una vez solos, Mariana
se me acercó con la leche de su macho escurriéndole por los muslos, me besó
tiernamente en los labios y acariciándome me aclaró:
-No tengas miedo de
nada, vos sos el hombre de mi vida y siempre estaremos juntos…. Gracias por permitirme gozar como una loca, él
tiene un pija alucinante y sabe como usarla, me encanta como me coge…
-¿Es mejor que yo?
Pregunté estúpidamente, a
lo cual me respondió:
-Es diferente,
nada más.
Mientras ella se duchaba
y luego de acomodar todo para que cuando volvieran los chicos no sospecharan
nada, volví a mirar la filmación y me masturbé nuevamente eyaculando chorros de
esperma, esa noche menos mal que ella quedó exhausta porque yo no hubiera
respondido sexualmente de la mejor forma.
Antes de dormir nos llegó
un whatsapp de él que decía:
-Espero que lo
hayan pasado bien y disfrutado, para la próxima yo estaré más relajado.
Mariana: -Nosotros
la pasamos genial, mi marido si sufrió un poco, pero es lógico, son los nervios
de la primera vez, no es tan fácil ver a su esposa ser garchada por el novio…
Gustavo: -Había que
romper el hielo y lo hicimos, la próxima fluirá todo mejor.
Yo: -Si había que
romper el hielo te equivocaste feo porque terminaste rompiéndole la concha a mi
mujer, ¡¡¡Y 2 VECES!!!
Al día de hoy seguimos
siendo una pareja de a 3, ella es como Doña Flor pero en lugar de tener dos
maridos, tiene marido y novio, cuando podemos nos encontramos, cuesta bastante
porque en el trabajo ellos tienen que disimular para que no se corra la bola,
además la esposa de él no le pierde pisadas y no hay que olvidar que nosotros
vivimos con nuestros hijos. Pero todos estos contratiempos sirven para ir
acumulando ganas, me da mucho morbo verla caliente como una perra alzada
deseando ser montada por su macho, como toda hotwife cuanto más puta, más me
enloquece y más me enamoro de ella.
Gus Becker
(Dedicado a Mariana y Pablo)
Pole + excelente relato 🙏👍👏
ResponderBorrarMuy bueno y morboso
ResponderBorrarTremendo relato, hace mucho que no escribias de cuernos y son fabulosos.
ResponderBorrarExcelente relato muchas gracias
ResponderBorrarMe encantan los relatos de infidelidades con esposas muy putas, excelente.
ResponderBorrarExcelente gus
ResponderBorrarGus , que gusto y lujo poder leer pedazo de relato. Tremendo....
ResponderBorrarGracias por compartirlo con nosotros
El mejor relato de todo de este año
ResponderBorrarGus es EXCELENTE el relato que escribiste, de verdad muy morboso, te felicito, vale la espera.
ResponderBorrarEspectacular, como todos.
BorrarGus mandame la confirmacion de relatos privados no me llega
Muy buen relato
ResponderBorrarTremendo relato cuánto morbo excelente...
ResponderBorrarEMOCION! AUN NO LO LEI JEJEJ
ResponderBorrarQUE PASO CON EL DISCOR GUS??
Buen relato
ResponderBorrarTe felicito, la verdad es que tus relatos nunca decepcionan
ResponderBorrarLa primera vez que yo estuve con una mujer casada ella hizo cornudo a su marido sin el consentimiento de él, hasta que él se entero y la esposa lo convenció de llevar una vida de cornudo. Con el tiempo el cornudo acepto que yo fuese el amante de su esposa y la primera hija que ellos tuvieron fue gracias a que yo deje embarazada a su esposa.
ResponderBorrarGane mucha experiencia esa vez y también pude convertir en una hotwife a una amiga de ella.
Buen relato, sigan asi
ResponderBorrareXXXcelente realto, cargado de morbo y erotismo, mis felicitaciones.
ResponderBorrarExelente relato gus mucho morbo como me gusta 😊
ResponderBorrarExelente relato gus mucho morbo como me gusta 😊
ResponderBorrarOtra obra de arte como siempre que bueno verte de nuevo en el ruedo amigazo saludos Gus
ResponderBorrarExcelente relato me encantaría una parte 2 donde le rompan la cola. Eres maravilloso el estilo de narración
ResponderBorrarExcelente relatos, sigan asi
ResponderBorrarMuy buen relato, gracias 🙂
ResponderBorrarEXCELENTE
ResponderBorrarBuenísimo el relato, gracias...
ResponderBorrarQue buen relato amigo
ResponderBorrarMorbo a tope, tus relatos son los mejores.
ResponderBorrarMuy buen relato
ResponderBorrarExcelente relato gus 10/10
ResponderBorrarExcelente relato Gus. Saludos jcntop
ResponderBorrarExcelente relato Gus. Saludos jcntop
ResponderBorrarExcelente relato amigo, sigue asi.
ResponderBorrarVale la pena la espera, muybuen relato,
ResponderBorrarMuy morboso!!! Excelente....
ResponderBorrarOtro muy buen relato, muchas gracias por compartir
ResponderBorrarBuen relato
ResponderBorrarLos relatos privados como estarán ...
Gran relato Gus, como siempre. Esperando el proximo con ansias :)
ResponderBorrarya me gustaría conocer a Marianita jejeje, Maestro un excelente trabajo el suyo como siempre, rebalza de morbo el relato
ResponderBorrarGran relato sigue asi
ResponderBorrarque bueno verte de nuevo en el ruedo amigo Gus muy buen relato muy morboso como siempre
ResponderBorrarMe alegro que les guste, este relato lo escribí para un matrimonio amigo al cual aprecio mucho.
ResponderBorrarPara los que me venían pidiendo más relatos de cuernos, cumplí con lo requerido.
Abrazo.
QUE PASO CON EL DISCOR GUS?! ABZ
BorrarMuy buen el relato
ResponderBorrarExcelente relato! Felicidades por la gran forma de escribir tus historias.
ResponderBorrarLeyendo la parte del chat no aguanté y me hice una paja, luego lo termino
ResponderBorrarMuy morboso el relato, tremendos los cuernos , y los mensajes de what ap estan demás ( el esposo era el mejor compañero por compartir ) , felicitaciones .
ResponderBorrarEn el anterior relato les comenté que conocí una MILF con un hijo, desgraciadamente no pudo llegar a cabo la relación, llegó otro a su vida, me siento mal.
ResponderBorrarQuiero saber más de la putita de Marianita
ResponderBorrarGus lo tuyo ya es para un museo de arte erótico, impresionante relato me encanto, ojalá Mariana se cruzara por mi camino y el detalle del video en lugar de la foto fue genial, te felicito y te estoy leyendo en el prox que publiques.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarQ lindo leer eso y fantasear con cogerse una putita asi frente al marido, excelente relato, amo tus dialogos
ResponderBorrarMuy buen relato, muchas gracias
ResponderBorrarno puedo más q felicitarte siempre le pones el morbo necesario a tus relatos para el disfrute de el lector
ResponderBorrarufff nada como la infidelidad consentida, tiene un gustillo especial. tal vez un segundo capitulo donde mariana y Gustavo salen como pareja mientras pablo los acompaña como un tercero, ya mientras están melosos en un pub encontrarse con el jefe del esposo (pablo) y al ver que este es un cornudo hacer un trio con mariana y Gustavo, todo esto bajo la mirada expectante de pablo. El personaje de mariana me encanto creo que podrías explotar al personaje en mas situaciones, todos te lo agradeceríamos. Te dejo mi email esperando que me consideres para los relatos privados. edueduardov@gmail.com
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