Todo empezó cuando aquella serpiente me trajo
una manzana y dijo prueba, yo me llamaba Adán, seguramente tú te llamabas
Eva...
Eva es una de esas hembras que provocan daños
mentales y sexuales, que cuando la conoces no dejas de pensar en ella las 24
horas del día, es esa mujer con la que todos soñamos desde el primer momento en
que dejamos de lado los juguetes por las revistas Playboy, es esa mujer que
puede ser tu ángel o demonio dependiendo de qué cara caiga la moneda, Eva es esa
mujer que le provoca celos a la mismísima sensualidad.
La tentación usando el nombre de Eva, está muy
cerca de mí y al mismo tiempo muy lejos, pues es la hermana de mi esposa, tiene
ahora 24 años, mide solo 1,60 mts de altura, es delgada y capaz de prenderte
fuego con guiño de sus ojos celestes, posee una cabellera castaña, un rostro
perfecto como si lo hubiera tallado Miguel Ángel, su cuerpo tiene las medidas
86-58-86, tiene un tatuaje en el glúteo derecho de dos corazones, muy sexy y en
el omóplato del mismo lado un pequeño dragón rojo.
Yo tengo 27 años al igual que Liliana, mi
esposa, quien, si bien comparte algunos rasgos con su hermana, es más bien como
la copia china de Eva, la mujer que me tiene febril como la carta de amor de un
preso. Cuando estoy cerca de mi cuñada me es imposible prohibirles a mis ojos
que le recorran su hermoso cuerpo, ella sabe que me tiene perdido como un santo
sin paraíso, pero siempre se escabulló de mí y los lances
sutiles que le he tirado, ella los gambeteó como Messi a un defensor del Real
Sociedad. A Liliana la amo y quiero que les quede bien claro esto, pero su
hermana es quien hace hervir mi sangre.
No quiero aburrirlos con más de mis
tribulaciones, los hechos que quiero narrarles sucedieron un verano en el que
alquilé un amplio departamento en una ciudad con playas blancas y un mar
encantador, para descansar mi cuerpo y mi alma de tanto trabajar durante el
año, pero mi tranquilidad se fue al tacho cuando mi esposa invitó a Eva para
que nos acompañara, ya que su hermana venía seguido a esta ciudad y nos podía
ayudar como guía.
Ir a la playa para mí era como ir a la silla
eléctrica, es que ver a mi cuñada lucir esos bikinis diminutos me provocaba un
ataque de nervios, por las noches recorríamos los pubs en los cuales intentaba ahogar mis obscuras intenciones en alcohol, pero las desgraciadas aprendieron rápido a nadar, demás está decir que por donde
caminaba Eva, despertaba la admiración de todos e inmediatamente un séquito de
admiradores la seguían.
Un día luego de pasar toda la tarde tostándome
bajo el sol y quemando mi cerebro observando como el hilo de la tanga de mi
cuñada se perdía entre las redondos cachetes del culo, decidimos cenar fuera
del departamento, para la ocasión ellas se vistieron despampanantes, Liliana
con un vestido blanco de una pieza que se le ajustaba al físico sin dejar nada
a la imaginación y Eva un vestido negro ceñido a su deslumbrante cuerpo con
insinuantes aberturas en la parte derecha del mismo, la falda era tipo mini y a
duras penas cubría la tanguita diminuta color carne, no se puso medias y usó
unas sandalias negras de tacos altos. Me sentía James Bond rodeado de tan
espléndidas mujeres, lo camareros del restaurante se peleaban por atendernos y
pasar aunque más no sea un segundo cerca de ellas, después de comer fuimos a
una disco, ni bien llegamos los
musculosos de la entrada nos hicieron pasar primero sin hacer cola y nos dieron
las pulseras para tener acceso al VIP, el lugar explotaba de gente y se notaba
a varios muy puestos, nosotros nos sentamos en unos de los sillones y las
bebidas empezaron a circular, arrancamos con cervezas, luego corrieron daikiris
para ellas y gin tonics para mí y más en el filo de la noche un balde con una
botella de vino blanco espumante y tres copas.
Mi esposa me sacó a la pista y al rato se nos
unió su hermana, bailamos horas, por el sudor a mi mujer se le trasparentaban
los pezones debajo del vestido, cosa que no pasaba desapercibida para los
gavilanes que nos volaban alrededor, Eva con cada canción cambiaba de pareja de
baile, con tanto movimiento el alcohol se nos había subido a la cabeza, Liliana
estaba como mareada y al hablar la lengua se le trababa en cambio a su hermana
y a mí nos desinhibió bastante.
Con mi mujer volvimos a nuestra mesa para que
ella pueda descansar un rato y le baje el alcohol, desde nuestros sillones veía
como el galán de turno que bailaba con mi cuñada le metía mano y la besaba, eso
me mataba de celos, me causaba rabia no poder ser yo uno de ellos.
En un momento ella me pescó que la comía con
mi mirada y de la forma más desprejuiciada se abrazó a un hombre maduro y
físico trabajado, bastante grandote con el cual bailaba, se fundieron en un
beso pasional, luego ella volvió a verme y con una sonrisa sarcástica atravesó
la multitud tomándolo de la mano y tras la muchedumbre se perdieron.
El tiempo pasaba y ellos no aparecían, eso me
ponía muy ansioso, quería salir a buscarla, pero tenía que guardar mi
compostura delante de mi esposa. Los celos estaban quemando lo que me quedaba
de serenidad, pedí un whisky para calmarme, pero no lo pude terminar y salí
tras de mi cuñada, excusándome con Liliana mencionando que iba al baño.
Recorrí la pista pero no había señal de ellos,
pasé por la barra pero nada, fui al baño de mujeres y me paré ahí por varios
minutos por si salía Eva, al no obtener ninguna novedad le pregunté a una de
las chicas que pasaban a mi lado, si por favor podía fijarse dentro si había
una mujer con la descripción de mi cuñada, al minuto salió y me expresó que no
estaba. Cuando estaba regresando al VIP le pregunté a uno de los camareros si
la había visto y él me quedó mirando serio un instante, en su rostro se
dibujaba la duda, le di un billete para convencerlo y me mencionó que la vio
junto al dueño del boliche entrando a su oficina, al ver mi sorpresa me suplicó
que por favor no le cuente a nadie que él me lo dijo.
Salí corriendo hasta el lugar que el camarero
me indicó, cuando llegué no supe como entrar y en mi cabeza la duda que Eva
estuviera detrás de esa puerta cogiendo con ese sujeto me enardeció, no quería
ni imaginar que ella estuviera con alguien que no fuera yo, el solo hecho de
pensar que ese viejo le estuviera acariciando el preciado culo o sobando las
tetas me daban ganas de tirar abajo la puerta a patadas.
Al rato largo salió ese tipo, se quedó parado
en la puerta y se encendió un puro al cual le daba bocanadas muy despacio,
observaba en dirección a la pista de baile son superioridad, como si el mundo
fuera de él. Quería agarrarlo a trompadas, no podía concebir la idea que él
minutos antes, hubiera tenido sexo con la mujer que yo anhelaba, que le hubiera
manoseado todo el voluptuoso cuerpo con sus enormes manos, en mis oídos
escuchaba la voz fantasmal de ella rogándole que la garche más duro, que le
rompa el culo y que le eche el semen en la cara. Pensando en su felonía, pronto
me encontré gritando:
– ¡Mentira!, ¡¡¡Mentira!!!
Deseaba autoconvencerme que no había pasado
nada de eso, quería callar mi amargura, mi pena inaudita pronto entendió que no
podía volver el tiempo atrás y aceptando que me vencieron decidí regresar
porque si permanecía un segundo más ahí me volvería loco. De pronto salió ella
acomodándose el vestido, en su rostro se reflejaba el placer, estuve a punto de
reprocharle sus actos, pero no podía hacer eso, dado que no era mía, salvo en mis
sueños.
Cuando estaba volviendo al VIP observé que mi
esposa estaba bebiendo champaña junto a un hombre moreno y él no dejaba de ver
como sus tetas se trasparentaban en ese vestido transpirado. Mis celos se
elevaron al cuadrado, ese tipo estaba sentado a muy corta distancia de ella y
le pasaba su brazo por los hombros acercándola a él.
Cuando me senté a la mesa, el negro se apartó
de ella asustado, ella me lo presentó diciendo que su nombre era Jamal y que
nos invitaba con una botella, a pesar de hablar de temas triviales con ellos,
en mi cabeza estaba Eva y no la podía borrar de mis pensamientos. A Liliana
nunca la había visto tan borracha, bebía como si se acabara el mundo y no podía
hilvanar dos frases seguidas.
Me levanté y fui al baño a mojarme la cara,
creyendo que el agua fría ahogaría a mi cuñada y dejaría de mentalizarla, tenía
que concentrarme en mi esposa. Cuando salí me crucé con Eva que estaba
caminando en dirección a la barra, abrazada por el viejo, que si bien ese tipo
tenía buen cuerpo de cara era un adefesio, parecía escapado de The Walking
Dead, ella que podía tener al hombre que quisiera a sus pies, incluso a mí,
estaba con eso, algo inentendible. Me acerqué a ellos y pregunté:
– ¿Eva dónde estabas? Te estuvimos buscando con
tu hermana, nos tenías preocupados...
Ella se separó de él y parándose frente a mí
me dijo.
– Ya estoy bastante grandecita para que te tenga
que dar explicaciones, vos no sos ni mi papá, ni mi novio... ¿O será que estás
celoso cuñado?
– Pppero... ¿Qué decís?.. Te pregunto porque nos
tenías intranquilos, nada más...te vimos con ese viejo y no me gustó nada,
tiene pinta de mafioso, vos te mereces algo mejor, sos una princesa...
– No te preocupes que no pasó nada...
Escucharla decir eso fue como si un balde de
calma me cayera encima, se me iluminó el alma. Sin proponérmelo me salió el
macho herido de vanidad y sin pensar mencioné:
– Claro, está muy mayor, seguro que no se le
paró jajajaja
– Te equivocas, se le paró y mucho... estábamos
bailando cuando me hizo sentir su hombría muy dura y grandota... entre besos y
abrazos nos calentamos, me llevó a su oficina y ahí se bajó el cierre y pude
ver una verga enorme, no pude contenerme y me tiré a chupársela, no paré hasta
que sentí su leche en mi garganta ahogándome... permanecimos unos minutos
tirados en la alfombra descansando y cuando él quiso cogerme, me negué, no
quise hacerlo ahí, intercambiamos teléfonos para encontrarnos más tarde... me
invitó unos tragos por eso estábamos yendo a la barra...
Mi cuerpo se llenó de ira y mi pija de sangre,
no sé por qué, pero tuve una erección al instante. Me quedó viéndola pasmado,
se pasó la punta de la lengua por sus labios pintados de carmesí y me dijo:
– Cambiá esa cara cuñado, mejor acompáñame a la
pista, vamos a bailar.
Como un autómata la seguí absorbido de su
belleza, estaba sonando Negro de J. Balbin y Eva se puso a perrearme
restregando su culo en mi bragueta, mi inflamado bulto se incrustó entre los
cachetes de su culo y mis manos al fin pudieron recorrer su cuerpo, olvidándome
de mi esposa. Ella se dio vuelta y pasando sus brazos por mi cuello pegó su
cuerpo al mío, la sujeté por la cintura para que sienta mi erección entre sus
piernas y sin pensar más nada la besé, nuestros labios se sellaron al vacío, mi
cara percibió su cálida respiración, mi lengua entró en su boca y bailó con su
lengua, pude sentir su aliento por primera vez, también un dejo de gusto a
semen, pero añoré tanto tenerla así que eso no me importó.
– Cuñado, parece que mi hermana no te echa de
menos jajaja
Extrañado giré mi cabeza hacia donde Eva me
estaba indicando y casi me desmayo, el negro estaba besando a mi esposa, de un
flechazo me bajaron a la realidad, intenté ir al VIP a sacar a Liliana de las
garras de Jamal, pero Eva se subió por delante la falda y empezó a frotar su
húmeda tanga contra mi bulto.
– ¿Querés ir con mi hermana y cagarle la
diversión o preferís que vayamos donde me llevó el viejo? No siempre se puede
todo en la vida, vos decidís...
La hija de puta me puso en una paradoja
asquerosa, era la decisión más importante de mi vida, como si fuera el
protagonista de aquellos viejos libros que leía en mi infancia llamados Elige
Tu Propia Aventura tenia dos opciones para escoger, dejaba que Jamal se
aprovechara de la borrachera de mi esposa para besarla y meterle más manos que
un pulpo o aprovechar la tan ansiada oportunidad de poder hacerle el amor a la
chica de mi fantasía.
Mi mente estaba intoxicada de deseo, no podía
razonar con claridad, ante mi pasividad Eva sonrió maliciosamente, me tomó de
la mano y me llevó hasta la barra, ahí le preguntó al viejo si nos permitía el
ingreso a su oficina.
– Ok, preciosa, pero acordate que tenemos algo
pendiente vos y yo...
– Cómo olvidarme de ese “pendiente” de tu
entrepierna jajajaja
El viejo nos abrió la puerta y al pasar, ella
le apretó juguetona la bragueta. Entramos a una sala insonorizada muy bien
amueblada, en una esquina había un escritorio lustroso de madera y un sillón, a
un costado un enorme sofá, una tv de 52 pulgadas, un equipo musical de última
generación, todo el piso era alfombrado y una de las paredes estaba
completamente espejada.
Cuando volví a prestarle atención a Eva, ella
se había despojado de su vestido, quedando vestida solo con una pequeña tanga y
sus zapatos de taco alto, sus pezones estaban duros y apuntándome.
Les juro que yo volaba de calentura, en un
santiamén ya estaba en bolas con mi pija tan dura que me dolía, nunca la tuve
tan parada, me acerqué a ella y nos fundimos un beso animal, le arranqué la
tanga y comencé a frotarle mi verga contra su fina mata de vellos púbicos
prolijamente recortados, el roce áspero contra mi glande hacia que las venas
del tronco de mi pija crecieran de grosor.
Pronto mi boca bajó a capturar sus pezones y a
chupar esas tatas firmes con las que tanto había fantaseado, una de las pocas
veces que la realidad no superaba al mundo de la imaginación, no solamente eran
estupendas también sabían delicioso, ella llevó su cabeza hacia atrás empezó a
gemir de placer al tiempo que una de sus manos empezó a masturbarme, devolví la
gentileza llevando una mano a su vagina la cual estaba empapada, mientras que
con mi pulgar estimulaba su clítoris le metí el dedo medio, presagiando lo que
dentro de un momento iba hacer con mi verga.
Con mi cuerpo la arrimé contra la pared
espejada, ella de la excitación arañaba mi espalda, mis besos pasaron a ser
chupones para que sus tetas tuvieran la marca del hombre que más la ansió en la
vida, como prueba de posesión y que no le quede dudas a quien viniera después
que ella fue mía.
– Ahh... siii, mi hermana siempre cuenta que sos
muy bueno en la cama... hace tiempo que quería probarte, al fin vas a ser mío
cuñadito... prometeme que nunca se lo vas a contar a Liliana, no quiero hacerla
sufrir...
– Te lo prometo.
– Nunca... ¿Entendiste? Nunca es nunca... ni a
ella ni a nadie...
– Si supieras todas las veces que soñé con este
momento...
– Que linda pija tiene mi cuñado, ¿La tenés así
por mí? Voy a tener que solucionarlo...
Ella se arrodilló, sus suaves labios
envolvieron mi verga y su lengua recorrió como una víbora el glande, luego de a
poco se fue tragando todo mi miembro, me dio una mamada tan salvaje que me
costó contenerme, mis piernas me temblaron y tuve que apoyarme en la pared,
involuntariamente toqué un interruptor y se encendieron las luces de una sala
contigua, podía verla a través de los espejos, que resultaron ser una pared
vidriada.
En la otra habitación contigua pude advertir
al dueño del boliche, que estaba totalmente en pelotas y que exhibía un cañón
muy gordo como pija, me sorprendió que tuviera un miembro de semejante calibre,
a su lado estaba un hombre negro tirado sobre una cama improvisada, al cual
solo podía verlo de espaldas. No lo podía creer el viejo estaba por encular al
negro, resulto flor de puto.
Volví a concentrarme en Eva, la hice parar y
de espaldas contra la pared se la enterré hasta el fondo, pegándole embestidas
muy fuertes y profundas, quería demostrarle que no necesitaba buscar a otros
hombres, que yo era su macho.
– AHHH... dame con todo... siii... quiero que me
la metas más duro... nunca estuve con un negro, que lindo sos... ah, ahhh,
ahhhhh...
Un escalofrío corrió por mi espina dorsal, esa
voz... conocía yo muy bien esa voz, era la de Liliana. Sin sacársela a mi
cuñada, me acomodé para ver mejor y confirmar mis sospechas. La espalda grande
de ese negro me impedía ver y para colmo se acercó el viejo para que la mujer a
la cual estaban enfiestando le chupara la verga.
– Ohh... dos machos para mí sola, siii...
cojanme como a una puta, que no me quede un agujero sano... aghh...
– Desde que te vi con ese vestido mostrando las
tetas, supe que estabas buscando pija... -dijo el negro-
– No se equivocó Eva cuando me dijo que eras una
puta... al final resultaste ser mucho más trola que tu hermana... sentite
orgullosa Liliana la chupás mejor que ella...
A mi esposa se la estaban garchando a poca
distancia mía mientras yo me cogía a mi cuñada. De sentirme un macho súper
ganador pasé a ser cornudo, sin escalas, no lo podía creer, pagué un alto
precio por morder la manzana de la tentación, mi paraíso se volvió un infierno.
– Te lo advertí cuñadito que todo no se puede...
ella te engañó pero vos le fuiste infiel...
– ¿Cómo pudiste fallarme Eva?
– ¿Te gusta ganar, pero no te gusta perder? Los
maridos son buenos amantes cuando están traicionando a su esposa y las traiciones
te marcan, nunca se olvidan, te cambian
la vida...
– ¿Fue todo una trampa?
– Nadie te obligó a nada, vos decidiste... te
enamoraste de mí y yo me enredé en tu piel... pero es mí hermana y no puedo
dejar que la caguen... y eso te incluye... es una forma de saldar las deudas,
las traiciones se pagan con otra traición también... ahora somos todos
culpables...
De nuevo escuché a mi esposa diciendo:
– Ahora vos viejo cogeme por la concha que ya la tengo bastante abierta... grrrrrrr... que pedazo de pija tenés hijo de puta,
sos una bestia... por favor metemela despacito ahhh...
No sabía que hacer, me estaba cogiendo a mi
cuñada y su mirada me decía que ella estaba gozando tanto como yo.
– No podés negarlo, te excita ver y escuchar a tu esposa con dos machos, te la siento más dura... es solo sexo, nada tiene que ver el amor con esto...
Eva tenía razón, una mezcla de celos, tristeza
y morbo me estaba excitando de sobre manera, era un placer nuevo, nunca antes
experimentado. Mis penetraciones fueron con odio, quise romperle la concha a
pijazos, vengándome por haber caído como una mosca indefensa en la tela de una
hambrienta y planificadora araña. Logré que mi cuñada tuviera un orgasmo tras
otro pero yo no lograba acabar, a pesar que ya llevábamos casi una hora, la
furia me tenía bloqueado y esto provocaba que ella disfrutara mucho más, como
si la cogida no tuviera fin. Ya no sabía si mi lujuria era por cogerme a mi
cuñada o por presenciar como mi esposa me estaba corneando con dos sementales
al mismo tiempo.
– Mirá cuñadito como el viejo la está matando a
tu esposa y el negro le está rompiendo el culo... decime que no te calienta ver
a tu mujer con dos vergas adentro... los dos son pijudos, la están partiendo y
ella lo está disfrutando...
Esas palabras me enardecieron, la hice girar a
Eva y se la enterré en ese ojete divino, sus jugos sirvieron como lubricante,
las embestidas eran criminales y los gemidos de las dos hermanas a las que le
estaban rompiendo el culo se mezclaban.
– No pares, seguí rompiéndome el orto, dame
maaaaaas... desquitate con mi culo mirá que esta será la última vez que me la
metas... disfrutalo como lo está haciendo ahora la puta de mi hermana como mi
hermana... ohhhhh...
Habrá pasado como veinte minutos, mi esposa
había logrado vaciarle los huevos a sus dos amantes quienes le empaparon el
cuerpo con sus cargadas eyaculaciones y ella les agradeció limpiándoles las
vergas con su boca hasta dejárselas relucientes.
Darme cuenta de lo puta que era mi mujer hizo
que le llenara el culo de leche a su hermana, luego de la última gota caí
desfallecido sobre ella, ese fue el mejor polvo de mi vida, permanecimos en el
suelo un rato bastante largo, la oficina olía a sexo y a sudor. Cuando nos
tranquilizamos, con Eva nos vestimos y salimos en busca de Liliana a quien la
encontramos sentada en el VIP con un amante a cada lado bebiendo todos una copa
de champaña, el vestido estaba todo mojado ¿Sería por el semen? y
transparentaba sus tetas y vagina más que antes, ya que se notaba que no
llevaba ropa interior. El viejo al vernos pidió a uno de sus empleados otra
botella y nos sirvió, permanecimos unos minutos sentados charlando, en los
cuales Jamal le acariciaba un muslo, rozando con sus dedos la abertura
vaginal y el viejo en cierto momento tomándola del mentón la besó con
desenfreno, todo eso me la volvió a parar.
Al marcharnos con Eva tuvimos que sostener a
Liliana de las axilas, estaba tan ebria que no podía caminar, seguramente no
recordaría nada de lo sucedido al otro día. Cuando llegamos al departamento, le
quitamos el vestido y la acostamos de lado por si vomitaba, en la sala con mi
cuñada nos dimos la última cogida salvaje a modo de despedida, nunca más
volvimos a estar juntos y jamás se habló de lo que sucedió en esas vacaciones.
Autor: Gus
Becker. ®
SI TE GUSTA LEER, QUE TE GUSTE COMENTAR.
Maestro usted me deslumbra relato a relato, gracias por seguir adelante y deleitarnos con tan lindos y morbosos relatos
ResponderBorrarMuy bonita la historia
ResponderBorrarMe gusto mucho la vuelta de rosca del final jejeje
ResponderBorrarPD: gracias por acordarte de nosotros los cornudos y escribir otro relato de cuernos!
Borrarexcelente relato, felicitaciones
ResponderBorrarExcelente relato Gus
ResponderBorrarUff estuvo excelente. Duro y letal para los que nos gusta probar la manzana prohibida. Pero muy bueno.
ResponderBorrarMuy bueno!! Excelente relato.
ResponderBorrarchevere, sigue asi
ResponderBorrarExcelente relato.
ResponderBorrarSaludos y muchos éxitos.
Me encanta como llevas la trama y de a poco haces que uno se meta en los sentimientos del personaje, eres unico.
ResponderBorrarExcelente Relato y que mejor condimento que poner a Lana Rhoades la mejor perra que pario el porno
ResponderBorrarBuenísimo
ResponderBorrarCorneador corneado muy bueno
ResponderBorrarMuy buena Gus y que sexi las modelos que elegís para tus relatos espectacular
ResponderBorrarExcelente... gracias por darte el trabajo de escribir algo para nosotros los pajeros!!
ResponderBorrarMuy buena historia 👏😊
ResponderBorrarBuen relato
ResponderBorrarVolvió la alegría, volvió la ilusión, volvió Gus Becker a publicar.
ResponderBorrarCUANTOS RECUSOS AMIGO! MUY BUENO
ResponderBorrarQuizás no sea mi estilo de relatos (ya sabes que lo mío es cuckoldson) pero leer este fue un lujo, cuanto morbo por una cuñada hermosa y muy puta a la ves, te luciste capo 👏👏👏
ResponderBorrarque buen relato, maldita sea MORBO y mas morbo grande amigo excelente relato.
ResponderBorrarBuenisimo y excitante relato!
ResponderBorrarRelatazo Relatazo Relatazo 70 puntos esa cuñada es la tipica menina veneno . Muy puta . Felicitaciones Gustavo .
ResponderBorrarBueno... morbo muy bien expresado!
ResponderBorrarBuen relato, sigue asi
ResponderBorrar¿Sigue así? que forma de comentar, pera esto creo que es mejor no dejar nada.
BorrarUn relato finamente narrado el cuel expresa un cumulo de emociones maravillosas, te pasaste.
ResponderBorrarNo es de mi estilo favorito, pero haces bueno lo que sea. Una forma espectacular de narrar y perderte en el relato
ResponderBorrarOtro relato más para mi colección de preferidos. Me encantan los relatos de listillos puteros que acaban corneados. Además se lo merecia por despreciar fisicamente a su mujer (versión china de Eva,sic). Sólo espero que la esposa recuerde la follada, sería una pena (para ella, claro) que no lo hiciese.
ResponderBorrarexcelente relato, de los mejores que has hecho
ResponderBorrarExcelente relato
ResponderBorrarMuy muy muy bueno
ResponderBorrarWow, estuvo muy bueno... gracias
ResponderBorrarS2s
Muy buen relato me hiciste imaginar y vivir lo exitante
BorrarGrandioso!! Siempre se agradece una historia más de cuernos y como la cuentas es lo mejor!
ResponderBorrarMuy buen relato Gus, nunca nos defraudas eres un crack saludos
ResponderBorrarexelente historia
ResponderBorrarUn 7.
ResponderBorrarExtraordinario relato, con una trama magnifica y bien llevado, me encantó el final.
ResponderBorrarGracias por otro relato estupendo.
Muy buen relato, excelente la descripción de como se presenta la situación. Solo quisiera pedirte que incluyas algo de sexo no consentido que es el rubro que mas me agrada.
ResponderBorrarFelicitaciones y sigan con la misma calidad que hasta ahora.
Estuvo bueno, algo diferente a lo acostumbrado
ResponderBorrarNo me gustó mucho, me agradan más las historias donde el esposo descubre de la peor forma posible que le están poniendo los cuernos y queda totalmente destrozado, aquí siento que más que resultó traicionado y se llegó a enterar de todos modos salió como ganador.
ResponderBorrarExcelente relato una obra como siempre
ResponderBorrarExcelente y muy caliente me encato
ResponderBorrarAgregame a relatos privados
ResponderBorrarGran relato gus unos de mis favoritos
ResponderBorrarBuen relato
ResponderBorrarGus en poringa Vi que te chorearon el relato Del director fíjate un miguelmadurin creo que era el Nick (venezolano)
ResponderBorrarEspero ganarme un lugar en relatos privados
ResponderBorrarGracias por avisarme, el desgraciado plagió más de 20 de mis relatos. Mandame un mail así te agrego.
BorrarSaludos.
elspamdetroya@gmail.com
BorrarCuando lo vi tenía 4 relatos,
BorrarSe ve que plagio a lo loco mal ahi.
No te olvides de agregarme arriba te dejé el mail.
27 relatos plagió y ni se molestó en borrar la marca de copyright, dado que mi pedido que retire Poringa los relatos no fue tenido en cuenta tuve que enviarles una carta documento y en menos de 12 hs de recibida, el usuario fue borrado.
BorrarYa te envié x correo la invitación en manera de agradecimiento.
Bien
ResponderBorrarExcelente soy tu fan
ResponderBorrarwow! buenísimo relato. no sabes de quien te puedes. fiar
ResponderBorrarooooohhh que buen relato. sigas asi. me encatan sus relatos.
ResponderBorrarme gustaria entrar a relatos privados. pero no se como se hace
Que relato más morboso, uno se mete a la trama esperando el momento en que el morbo se vaya dando. Me recomendaron esta página soy nuevo y veo que están muchas cosas de las que me causan morbo, felicidades y agradecimientos a los creadores de estos relatos, iré leyendo cada relato a ver que joyas me encuentro. Bendiones y saludos.
ResponderBorrarMe encantó leerlo, además no tiene ese tono machista de muchos. Felicitaciones!!!
ResponderBorrarExcelente relato, la conducción en la trama y la moraleja, la ironía y la aceptación.
ResponderBorrarMe encanto!!! Me gusta como utiliza la jerga argentina, haciéndolo de alguna forma más disfrutable. PD si me agregan a los relatos privados se lo agradezco, Joaquinringo2019@gmail.com
ResponderBorrarBuen relato perversion1982@hotmail.com
ResponderBorrarUn relato bastante complejo, deseas hacerlo con la cuñada mientras un negro disfruta de tu mujer, fue bastante morboso, hay muchas escenas que rescatar comparto estas líneas: "A mi esposa se la estaban garchando a poca distancia mía mientras yo me cogía a mi cuñada. De sentirme un macho súper ganador pasé a ser cornudo, sin escalas, no lo podía creer..." un cornudo que consiente que se cojan a su mujer... felicitaciones. te dejo mi email esperando que me consideres en los relatos privados: edueduardov@gmail.com
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