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Mi Enfermedad

De joven me enfermé mucho y mis padres me llevaron a todo tipos de médicos para poder tratarme pero ninguno tuvo éxito. Un día, un amigo de mi papá le habló del doctor Dick Alfredo, un médico muy reconocido de otra ciudad y solicitó una consulta con la esperanza que pudiera curarme.

Antes de continuar, permítanme describir a mis padres. Mi papá se llama Daniel, tenía 45 años en ese momento, altura mediana, no muy alto pero tampoco muy bajo, es oficial de la marina y debido a eso tenía un cuerpo firme y tonificado, de carácter agradable y muy envidiado por sus camaradas de armas y por todos los hombres de la ciudad, por mi madre, un auténtico bombazo de nombre Paula, 7 años más joven que papá, algunos la consideraban una esposa trofeo, es alta, de tez blanca, delgada, ojos azules, piernas largas y dos tetas del tamaño de un melón que la hacen resaltar entre todas las demás mujeres, sus nalgas provocan que los hombres giren la cabeza para mirarlas cuando camina, ya que son muy firmes producto de varias horas de gimnasio diario para mantenerse en forma, especialmente después de la cesárea por la que pasó al concebirme.

A la semana, con mis padres nos subimos a nuestro auto y conducimos casi 2 horas para llegar a la otra ciudad en donde estaba la clínica, ni bien entramos observamos a una voluptuosa secretaria rubia sentada en la recepción, que al vernos sonrió y preguntó nuestros nombres, papá le dijo que teníamos una cita y ella se excusó para decirle al médico que estábamos aquí. Cuando se dirigía a la otra habitación, notamos por su vientre prominente que esta secretaria estaba embarazada, mi padre bromeó con mamá diciendo que ella debería estar descansando y no trabajando en pleno verano. Al ratito la secretaria nos dijo que el médico estaba listo para atendernos.

Cuando entramos, nos recibió un hombre de 1.90 cm de altura, más alto que papá, con hombros anchos y manos grandes. Mientras estrechaba la mano de papá, sus ojos estaban pegados al cuerpo de mamá revisándola de pies a cabeza. Su voz era muy profunda y masculina, junto con sus rasgos, su rostro era bien parecido como galán de telenovela, con una barba de dos días, era pelado y estaba muy bronceado, su sonrisa mostraba unos dientes perfectamente blancos que resaltaban con el color tostado de su piel. El médico tendría más o menos la edad de mi papá, quien le estaba contando al sobre mi problema de salud, al tiempo que yo estaba sentado junto a mamá.

El médico estaba vestido con un ambo y las mangas cortas dejaban a la vista unos brazos muy musculosos y peludos, dando una imagen de muy macho, se apoyaba en su escritorio fingiendo escuchar a mi padre mientras estaba devorando a mamá con los ojos, especialmente sus tetas.

Papá tuvo que llamarle sutilmente la atención para que el doctor se concentrara en mi problema. Entonces el médico me pidió que me subiera a la camilla para poder examinarme. Después de hacer algunas pruebas de rutina, me recetó algunos remedios naturistas y les dijo a mis padres que regresaran la semana siguiente para que pudiera controlarme. Cuando papá le preguntó por sus honorarios, el galeno dijo audazmente que debido a que papá tiene una esposa tan hermosa, no aceptaría nada. Mi mamá se sonrojó mientras que papá se sintió un poco incómodo por el atrevido comentario.

De regreso a casa y tomé la medicina y en una semana me sentí un poco mejor. Luego de una semana, volviendo a la clínica, encontramos a la secretaria pero estaba sola, sin ningún paciente esperando a ser atendido. Cuando preguntamos por el médico, ella nos dijo que estaba entrenando en el gimnasio de la cuadra y que llegaría en unos minutos. Mientras esperábamos en el vestíbulo, mami le preguntó a la secretaria cuánto llevaba de embarazo y si ya sabía el sexo del bebé, entre otras cosas de mujeres. Entre charla y charla, la secretaría mencionó que su marido prestaba servicios en la armada, entonces mi padre le preguntó su nombre y al responder José Luís Ramírez, dio la casualidad que era cabo del mismo batallón de mi papá. En medio de la conversación entró el doctor y mi mamá dejó de hablar porque quedó con la boca abierta al ver los músculos del médico, parecía un fisicoculturista, llevaba una musculosa ajustada que dejaba al descubierto sus hombros redondos, una espalda ancha en forma de “V” y unos brazos enormes con venas marcadas, como tenía puesto un pantalón corto de lycra las piernas rocosas quedaron exhibidas, como así también el gran bulto de su entrepiernas.

Dick Alfredo sintió los ojos de mi mamá recorriéndole el cuerpo mientras nos saludaba con una sonrisa de suficiencia apareció en su rostro. Papá no se sentía cómodo al lado de este hombre portador de una anatomía amenazante y un rostro perfecto, así que interrumpió la obnubilación de su esposa contando que mi salud mejoró un poco y agradeciéndole la cura.

El médico parecía feliz y nos invitó pasar al consultorio para hacerme un chequeo de rutina. Luego de examinarme, les dijo a mis padres que tendrían que traerme una vez por semana para hacer algunas sesiones de terapia adicionales o, de lo contrario, mi condición se revertiría.

Papá expresó que en una semana se embarcaría regresando a sus deberes en la Armada y no podría traernos. El médico le contestó  que mamá conocía el camino después de visitar dos veces la clínica para poder venir conmigo y que era imperioso para mi mejoría no cortar el tratamiento. Papá me amaba mucho y estaba complacido con mi mejoría, por lo tanto aceptó que volvamos solos a la semana siguiente para continuar la terapia.

A la semana siguiente, mamá se puso un lindo vestido floreado corto, de gran escote y muy ajustado a su escultural cuerpo, tacos altos, perfume y se maquilló, para llevarme con ella en un taxi a la clínica.

Llegando allí, esperamos un poco ya que el médico estaba atendiendo a un paciente en su consultorio. A los cinco minutos, una hermosa mujer, de unos 25 años, salió por la puerta, esta mujer, al igual que la secretaria también estaba embarazada. Acariciandose la panza, saludó con cortesía despidiéndose de los presentes y salió con dificultad dado su avanzado estado de gestación.

El doctor nos llamó y entramos. Mamá se sorprendió al ver a Dick Alfredo de espaldas metiéndose la camisa dentro de los pantalones, sospechando que algo estaba pasando entre él y la mujer que acababa de marcharse, pero no dijo nada. Él nos recibió con una sonrisa traviesa y pareció sostener la mano de mamá un poco más de lo necesario mientras la saludaba. Después de que terminó mi sesión de terapia, le mencionó a mamá que yo necesitaba descansar alrededor de una hora en la habitación contigua antes de que pudiéramos irnos y le dijo que mientras tanto podían hablar de mi tratamiento en su oficina.

Mami accedió de mala gana porque no le gustó los sucedido con la paciente embarazada y quería que regresáramos lo más rápido posible a casa, pero él la convenció refiriéndose que estaba muy débil para emprender la vuelta tan rápido y que podría desmayarme. Tras dejarme descansando en un sofá de la sala contigua, ellos regresaron al consultorio, mamá se sentó mientras el doctor con voz impostada le preguntaba si quería beber algo, a lo que ella respondió que café. Mientras el médico le ordenaba el café a la secretaria por teléfono, los ojos de mami se posaron en sus pantalones, dándose cuenta que el cierre de la cremallera estaba abierto y que no usaba ropa interior.

Ella no podía apartar los ojos de la entrepierna del doctor, pensando que sus ojos la estaban engañando, pero la gruesa y larga verga que asomaba la convenció de la realidad. Nunca pensó que existieran pijas de semejante envergadura. Bajando la mirada con pudor, su boca de labios pintados de carmesí, se abrió de par en par al tiempo que calculaba el tamaño de esa anaconda dormida. Cuando Dick Alfredo la llamó por su nombre, despertó de su aturdimiento, vio que el médico la miraba con una amplia sonrisa sarcástica y al segundo dijo que lamentaba no haber notado que su cremallera estaba abierta, se acomodó el bulto y la cerró muy lentamente. Mamá estaba sin palabras y con la cara roja, tragó saliva y se aclaró la garganta mientras miraba al suelo, no sabía qué le había pasado, pero sintió que el corazón se le aceleraba. Se excusó diciendo que esperaría en el vestíbulo. Una hora más tarde, el médico me llevó con ella, mencionando que nos esperaba a la misma hora la próxima semana. Cuando salíamos, la secretaria al advertir que mamita estaba muy nerviosa y colorada, le preguntó qué había pasado, pero el doctor se apresuró respondiendo antes que mi madre pudiera hacerlo:

-Paula quedó muy sorprendida por el gran tamaño... de mi conocimiento para curar a su hijo, no todos los días se encuentra un médico de mi “talla”...

A la semana siguiente llegamos a la hora acordada y mami decidió esperar afuera del consultorio, luego de terminar mi sesión, el doctor le pidió a mi madre que pasara porque quería hablar con ella de un asunto importante. Entró, se sentó y el médico le manifestó que mi condición es de orígen genético y que necesitaba obtener alguna información de ella. Él le preguntó la edad de ella y la de su padre y alguna otra información, luego si tengo otros hermanos o hermanas. Mamá respondió que no y preguntó por qué eso era importante. El médico respondió que quería saber si otros niños tenían los mismos síntomas dado que mi condición es causada por espermatozoide débil, obviamente del padre.

Mamá se horrorizó y se sintió obligada por mi propio bien a contarle al médico que después de mi nacimiento, papá comenzó a tener erecciones muy débiles y eyaculaciones muy ligeras. Dick Alfredo afirmó con su cabeza en señal de preocupación y contestó que la condición es peligrosa y que necesita obtener más información. Mamá estaba muy asustada y le dijo que respondería cualquier pregunta que tuviera. Entonces él comenzó a interrogarla íntimamente con  preguntas íntimas sobre su vida sexual. Le resultó difícil e invasivo, pero respondió. Ella se explayó narrando que han pasado algunas semanas desde que tuvo relaciones sexuales con papá y que, por lo general, el coito duraba unos breves minutos y que la mayoría de las veces papá tiene eyaculación precoz, por ese motivo no han tenido hijos después de mí.

Luego, el médico le preguntó sobre el tamaño testicular de papá, para saber si producían suficiente esperma y y de esta forma entender si mi genética es la razón de la enfermedad. Mamá estaba confundida, como es una mujer muy conservadora le daba mucho pudor contestar y respondió que no se acordaba.

Dick Alfredo la apuró mencionando que si no completa su diagnóstico ese día y me daba el remedio adecuado, mi condición empeoraría. Mi madre a punto de llorar le rogó que hiciera lo necesario. El doctor le dijo que como su marido estaba lejos y él era el único hombre presente, podía comparar sus testículos con los de mi padre y de esta forma decirle el tamaño exacto.

Mamá envuelta en miedo y confusión, no entendió completamente la idea y asintió por los nervios con su cabeza. El médico se puso de pie, se acomodó frente a la silla de mamá y su cintura quedó directamente frente a la cara de ella. Con sus grandes manos peludas, se desabrochó los pantalones mientras miraba el rostro de mamá, dejándolos caer al suelo, una amplia sonrisa apareció en cara y la razón fue la reacción de sorpresa en el rostro de mami, casi se le cae la mandíbula, las lágrimas todavía estaban en sus ojos cuando observó a pocos centímetros de su rostro el monumental tamaño de la pija de ese semental. Como un péndulo más de 25 centímetros de verga colgaban entre sus musculosos muslos peludos, era gruesa como una lata de cerveza y la cabeza estaba cubierta con piel, pero parecía como el puño de un bebé, todo el tronco estaba cruzado por venas obscuras que corrían a lo largo.

Mientras sostenía con una mano su descomunal y temible verga, esta comenzaba a erectarse, levantándose y dejando al descubierto las grandes bolas del doctor. Mami en su mente, tenía una definición para grande, pero esos testículos excedían su definición por mucho, las pelotas de ese hombre parecían manzanas. Dick Alfredo esperó un momento a que mamá saboreara la vista de su masculinidad antes de aclararse la garganta. 

Ella inconscientemente se humedeció los labios con la punta de su lengua y lo miró a los ojos. Ese macho notó la mirada de lujuria en los ojos de mamá, entonces le preguntó:

-Paula ¿Son así de grandes las bolas de tu marido?

Sin pensar, mamá respondió:

-¿Estás bromeando? Tus pelotas son tres veces más grandes que las de él, las tuyas son enormes... que digo enormes, gigantes...

Obteniendo su respuesta, el médico dejó a mamá en su silla y se subió el cierre de los pantalones, volviendo a su escritorio. Ella desde el fondo de su ser quería decirle que se quedara, pero no pudo, más tarde advirtió que su vagina estaba empapada y sus pezones sobresalían de su blusa. Ese hombre arrogante sabía perfectamente lo que le estaba haciendo a mi mamá pero quería que ella se sometiera a él de buena gana. Actuando todo serio, le dijo que podíamos irnos y regresar la próxima semana sin apartar la vista de sus papeles.

Mami se sintió avergonzada, rechazada y excitada al mismo tiempo.

Esa semana, ella no podía dejar de soñar con ese macho musculoso, de gigante verga y de enormes bolas, la ausencia de papá y su pequeño y débil pitito tampoco ayudó. Todas las noches, mamá se despertaba con la tanga empapadas por los sueños eróticos que tenía con ese semental reproductor.

El día que debíamos regresar a la clínica, papá llamó y le dijo a mamá que se había encontrado con el esposo de la secretaria y que el cabo Ramírez no había regresado a su casa en 6 meses, que esa puta parece haberse quedado embarazada de otro hombre. Al escuchar esto, mami se sintió desvanecer y se tuvo que sujetar de una silla porque su cuerpo no le respondía, ella estaba en su período más fértil del mes ese día y para colmo no tenía anticonceptivos porque estaba tratando de tener otro bebé con papá.

Más tarde ese día, durante todo el camino a la clínica mamá estuvo incómoda y temblando. Al llegar y anunciarnos, el médico le dijo a la secretaria que saliera conmigo a caminar una hora más o menos porque necesitaba examinar mi metabolismo basal luego de una moderada actividad física. Tan pronto como escuchó esto, mi madre sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo, intuía lo que iba a pasar. Él sin decir una palabra, le hizo una seña a mami para que entrara a la oficina y luego la cerró la puerta, entonces fue cuando la secretaría sacudiéndome de un brazo me dijo:

-Vení pendejo, vamos a escondernos en la sala contigua, así observamos todo lo que pasa por la pequeña ventana que comunica al consultorio... vas a ver cosas de grandes, por lo tanto ni se te ocurra llorar o gritar porque si lo haces te voy a dar tantas cachetadas que la cara la vas a tener como una hamburguesa... no tengas miedo, el doctor va a examinar a tu mamá y le va a dar una inyección con la jeringa esa enorme de carne que tiene entre las piernas jajajaja

Desde nuestro escondite vimos a mi madre tratando de preservar su fidelidad preguntándole al médico de qué quería hablar, pero se sorprendió cuando el hombre fornido la agarró por la cintura y estrelló sus labios contra los de ella, besándola apasionadamente y haciéndola sentir que sus emociones ardían, su corazón latía con fuerza, sus pezones y su clítoris hormigueaban mientras se derretía en los bruscos brazos del apuesto semental. Mi conservadora madre perdió todas sus defensas ante ese macho viril y abrió su boca para que la lengua gruesa de él la invadiera profundamente y jugara con la suya, con los labios de ambos sellados, las lenguas se enroscaban como dos serpientes en danza de apareamiento. Al rato una de las manos de él le amasaba con fuerza una teta.

Mamá se sintió como una oveja esperando ser sacrificada cuando el fuerte médico le desabotonó la blusa salvajemente y le bajó el sostén con brusquedad, dejando al descubierto sus majestuosas tetas blancas de pezones rosados. Dick Alfredo no perdió tiempo, dejó de besarla para chuparle con desesperación una de las tetas como un bebé hambriento, sin dejar de estrujarle la otra, haciéndola suspirar.

-¿Qué está haciendo, doctor? Por favor, deténgase, soy una mujer casada, esto está mal... soy madre...

Antes de que pudiera continuar con sus suplicas, el semental liberó un pecho (no sin antes pellizcarle el pezón) y le metió una mano debajo de la falda, apartando la tanga y colándole un par de dedos en la concha. Ella gimió ahogadamente y echó la cabeza hacia atrás mientras empujaba el pecho peludo de mi médico y ahora su macho, con sus pequeñas manos cuidadas, sin lograr que su cuerpo se apartara al suyo. Mientras él continuaba mamando las apatecibles tetas y masturbaba, mami con otra mano le acariciaba la cara.

-Paula ¿Qué pensará el cornudo cuando vea las marcas de las mordidas de amor que te estoy dejando en los pechos?

Ella estaba demasiado perdida para responder, solo gimió en voz alta mientras su semental seguía con sus deberes varoniles. Unos minutos más tarde, Dick Alfredo notó que la concha estaba chorreando y que por sus dedos escurría ríos de flujo vaginal empapando la tanga, entonces la condujo a la camilla donde examina a los pacientes, la acostó allí mientras comenzó a quitarse la ropa. Mamá estaba en topless y su falda también estaba en el suelo. Cuando vio ese musculoso macho frente desvistiéndose, ella supo que no había vuelta atrás, mientras observaba su ancho pecho peludo, sus grandes bíceps musculosos y esa monumental verga totalmente erecta apuntando al techo, no pudo resistirse a frotar su clítoris con lujuria, lamiéndose los labios.

Para burlarse de ella, el doctor le preguntó:

-¿El arma de tu marido el militar, es de mi calibre o más chica?

La excitación de mi madre era tan alta que le respondió:

-Nunca imaginé que un hombre pudiera ser tan lindo, musculoso y con una pija tan grande... Ni en los videos porno que ve mi marido para que se le pare el pitito y podamos tener relaciones, aparecen machos tan dotados como vos...

Él se rió con su voz profunda mientras se acercaba a su presa y le arrancaba la tanga, para comenzar a lamer su apretada gruta vaginal, haciéndola retorcer de placer con sus tocamientos.

-Paula, apuesto que este dedo que te estoy metiendo en la concha es más grueso que la verguita de tu marido...

Dijo eso burlonamente para humillar a papá frente a ella, pero a mami no le importaba, ya que estaba tratando de alcanzar esa anaconda enorme y venosa para tocarla por primera vez y cerciorarse que era real. El semental al ver que ella anhelaba su verga, le permitió agarrarla, mamita se levantó de la camilla y se arrodilló frente al obelisco de carne admirando su tamaño, lo olió para llenarse los pulmones con el olor a macho, lo apretó con sus manos y lo acarició, apoyó sus labios en el grande y comenzó a besarlo, la verga de ese burro respondió a los estímulos creciendo en longitud y agrandando su circunferencia, lo que hizo que mamá se pusiera frenética.

Como muestra de respeto, ella esparció sus besos por todo el largo, desde la cabeza hasta los huevos, con los mismos labios que besa a papá y a mí todos los días. Los pendejos de las pelotas se llenaban de saliva. Por un instante mi progenitora se detuvo y tomó distancia de la pija, pensé que al fin mamita recobró su sensatez, pero luego intentó meter en su boca la cabeza de la anaconda de un solo ojo, después de luchar un poco y con el apoyo de su semental, pudo lograr su cometido y comenzó a chupar con fuerza, haciendo sonoros “CHUIKS, CHUIKS, CHUIKS”.

-Putita ¿Alguna vez le hiciste esto a tu marido?

Preguntó el doctor con arrogancia. Mamá lo miró a los ojos y negó con la cabeza sin sacar la verga de su boca, él se rió y le dijo que era hora del evento principal.

Agarrándola por los pezones y tironeando de ellos, Dick Alfredo la guió a la camilla nuevamente y le ordenó que se pusiera a cuatro patas, mamá obedeció al principio, pero cuando él se le acercó por detrás y la cabeza de la verga tocó su concha, ella le pidió que usara un condón antes de penetrarla, él le respondió que no tenía pero que le juraba que le acabaría afuera. Mami estaba tan caliente que no discutió. 

Conteniendo la respiración y esperando que el semental la montara, mamá sintió que los labios vaginales se separaban para abrazar a ese glande del tamaño de una ciruela. Un pequeño chillido escapó de su boca cuando la cabeza le entró toda y comenzó a hundirse en las profundidades de esa estrecha concha. El médico disminuyó un poco la velocidad ante las súplicas de ella y luego, unos segundos más tarde, se la enterró entera de un solo golpe.

-¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyyy!!!

Mami sintió que se iba a desmayar cuando el glande le martillaba su cuello uterino. Él se detuvo un momento para lograr que ella se acostumbre al tamaño y luego de unos minutos en los que se entretuvo ordeñándole las tetas y pellizcándolas, retomó el bombeo salvaje.

Fue en ese momento cuando la secretaria me dijo:

-Mirá la cantidad de chupones que tiene en las tetas tu mami, no sé como le va a explicar a tu papá esos moretones y mordiscos... se nota que tu médico le tenía muchas ganas a tu mamita... en la próxima consulta lo vas a poder llamar papi porque te aseguro que va a ser el macho de ella...

Los gritos de mamá hizo que la secretaria cerrara su boca.

-Por favor... me estás matando... paaará te lo suplico... tu verga es demasiado grande, me hace daño... ¡Sacala!

Él aminorando el ritmo de las penetraciones le respondió:

-Esto es lo que andabas pidiendo, por eso te vestías tan puta para mí... seguro esta no es la primera vez que corneas a tu marido...

El médico se aferró a mamá por sus grandes tetas y apoyó su torso en la espalda de ella, para impedir que escapara, mientras la montaba como un animal. Recién como a los 20 minutos la estrecha conchita empezó a dilatarse lo suficiente y comenzó a gemir de éxtasis. En cada embestida ella llevaba la cabeza hacia atrás y gritaba un sonido sexual primitivo desde lo más profundo de su pecho. Mi adorada madre estaba siendo cogida por un toro reproductor gigante, de seguro no estaba pensando ni en papá, ni en su hijo y mucho menos en mi enfermedad, a esta altura no le importaba ser infiel al hombre que supuestamente amaba tanto, su mundo en esos momentos giraba en torno a la gorda y larga verga golpeando su útero fértil.

El médico tenía una resistencia sexual que excedía a la de papá por millas, dijo mamá. Su macho la había hecho llegar al orgasmo en repetidas ocasiones, ella era como un juguete en las manos de ese hombre. Media hora más tarde, con el sudor cubriendo sus cuerpos y dándoles brillo,  él le ordenó que se acostara boca arriba y abriera las piernas para él, acto seguido la clavó en la posición del misionero donde podía ver las expresiones en su rostro mientras la atroz pija le daba el polvo de su vida. 

Esa mujer ya no era mi madre, sino una hembra en celo gozosa de que su padrillo la monte, incontables gemidos escapaban de su garganta, sus bellos y delicados pies de uñas pintadas de rojo, los cruzaba alrededor de la espalda de él, abrazando su culo peludo, mientras que sus manos sujetaban las tetas de la base y se las ofrecía para que las chupara, como lo hice yo cuando era un bebé. En cada embestida las gordas y cargadas bolas de semen cacheteaban en el culo de ella, al mismo tiempo que su concha era despiadadamente destruida.

-Metemela más fuerte... Nadie me ha cogido como vos... Por favor, enterramela hasta el fondo... Sos un semental y yo soy tu puta... Te amo.

Le dijo mi mamá mirándolo fijamente a los ojos y admirando ese rostro masculino de mandíbula cuadrada. Como a la hora, Dick Alfredo empezó a bufar y su rostro se llenó de éxtasis y lujuria, su hembra estaba a punto de llegar a su decimoquinto orgasmo cuando él le dijo que estaba a punto eyacular y que le iba a sacar la pija, mamá deseaba tanto este orgasmo final que instó a su macho musculoso a que se la deje dentro.

-Ni se te ocurra sacarla que estoy por llegar... Dejamela, dejamela... Siiiiiiiiiiiiii... Acabame dentro papi... Dame tu lechita... Dejame preñada, quiero tener un hijo de mi semental reproductor... ¿Querés que te de un hijo?.. Mi esposo se va a ser cargo, vos no te preocupés por nada, solo por cogerme... Soy fértil para vos, dejame tu leche bien adentrooooooh...

Cuando el médico escuchó a la perra debajo de él rogar que su esperma le hiciera un bebé, cada músculo de su cuerpo musculoso se tensó y eyaculó profundamente chorros y chorros de espesa crema blanca, sin detenerse hasta que inundó el útero de mamá con su potente semen. Estuvieron abrazados y comiéndose las bocas un rato largo, cuando por fin le sacó la pija, aún en estado de seguir dando batalla, de la abusada concha de mami se escuchó un “PLOP”, e inmediatamente un río blanco emanó de los enrojecidos labios vaginales.

-Seguro ahí esté tu hermanito... -me dijo la secretaria-

Mi madre yacía exhausta en la camilla, con su exuberante cuerpo empapado en sudor y su concha rebosante del semen de su semental, entonces él con una mano agarró al monstruo y abofeteó las turgentes tetas ensuciándolas con grumos de guasca y dejándolas aún más amoratadas.

Cuando estaba terminando, la secretaria me sacó de la sala contigua y disimulando llamó a la puerta del consultorio diciéndole al médico que habíamos regresado. Mamá entró en sí y se paró de un salto, mientras se ponía la tanga, le preguntó a su cogedor, si me iba a hacer la terapia ahora, pero el semental musculoso, desnudo y goteando leche por la pija, le respondió sonriendo diabólicamente que nunca necesité tratamiento, que lo único que me faltaba eran vitaminas.

-Pero vos putita, podés venir todas las semanas para que te aplique con mi jeringa de carne inyecciones de leche fecundativa...

Mamá no respondió, sólo se llevó esa verga lechosa a la boca y la lamió hasta dejársela limpia. Al igual que un adicto a la heroína, ella estaba enganchada a ese tipo, ese macho era su droga... y él lo sabía.

A la semana siguiente, sucedió lo mismo. La secretaria con la barriga cada vez más grande me acompañó “supuestamente” a una larga caminata, cuando en realidad nos escondíamos en la sala de al lado, mientras Dick Alfredo le administraba a mi mami el tratamiento que mi papá no le podía dar.

Ya escondidos, con  la secretaria asomados en la pequeña ventana vimos que el vestido de mi madre y su ropa interior estaban en el suelo, ella estaba sentada en el sillón del médico con las piernas abiertas y su amante arrodillado lamiéndole la depilada vagina. Gemía y se convulsionaba de placer ella cuando sonó su teléfono celular.

-Oh, es mi esposo... Por favor pará...

-Contestale.

Respondió él con un tono dominante mientras tomaba el teléfono y se le pasó. Mamá no tuvo más remedio que hablar con mi pobre padre ingenuo mientras el verdadero hombre le estaba chupando la concha, esa que antes era solo de papá.

-¿Paula por qué estás agitada? -preguntó papi con voz preocupada-

-El médico Dick Alfredo me puso en la cinta de correr mientras nuestro hijo hace su terapia... Eesso... Me encontró algo débil y me indicó ejercicios y me dá inyecciones de vitaminas para fortalecerme...

Desconocía a mi madre, además de puta ahora era mentirosa. Mientras le aseguraba a papá que todo estaba bien, el musculoso se puso de pie y con su pija dura como una roca, la penetró con su glande, el dolor hizo que mamá soltara el teléfono y gimiera en voz alta.

-¡¡¡AAAAAhhhh!!!

Al otro lado del teléfono, papá con preocupación dijo:

-¿PAULA QUÉ ESTÁ PASANDO? ¿Estás bien?

Mi padre se estaba volviendo loco sin saber lo que estaba sucediendo, escuchando los gemidos de su esposa, supuestamente mientras estaba en la cinta. Impesadamente el corneador tomó el teléfono para hablar con papá.

-Hola Daniel, no te preocupes, estoy cuidando bien de tu esposa en mi consultorio, te aseguro que a tu regreso la vas a encontrar muy feliz, ahora sé un buen hombre y por favor no nos distraigas porque no puedo interrumpir el tratamiento...

Al tiempo que hablaba penetraba a mami lentamente, pero hasta el fondo, arrancándole gemidos a ella que seguramente mi padre habrá escuchado perfectamente. Cuando el doctor cortó la llamada, rió como un hijo de puta y le puso mayor ritmo a la cogida.

-¿Con qué clase de hombre te casaste?, Es un idiota... Vos sos demasiada mujer para un bobo como ese...

Mamá se mordió el labio inferior avergonzada y arrepentida por la humillación inflingida a su marido, pero no podía negar que el placer de su concha solo este fuerte macho podía dárselo.

-Tenés razón mi amor, si mi esposo fuera un hombre de verdad le sería fiel, pero él no puede satisfacerme... Por eso ahora me está cogiendo un semental... Un macho que tiene una verga de burro y no me importa que se coja a la secretaria o a otras pacientes, con tal que no me haga faltar su tremenda pija... Me da orgullo que vos me quieras dentro de tu harém... Soy toda tuya y te doy lo que me pidas, hasta un hijo, pero no dejes de montarme...

Estuvieron un rato largo garchando hasta que él vació sus huevos dentro de la vagina de mamá, entonces Dick Alfredo se sentó en su escritorio y le pidió a mamá que le chupara chupara la verga. Ella con todo gusto lo hizo, estaba perdidamente enamorada de él, creo. Arrodillada entre sus muslos abiertos, peludos y fornidos, mami tomó la desvastadora pija en sus manos y comenzó a acariciarla hasta que se puso rígida de nuevo. Succionándolo en su boca, sintió tanto placer como cuando la tenía dentro, le gustaba el sabor de macho y el sudor de sus bolas, cuando él eyaculó por segunda vez, ella se aseguró de tragar toda la leche espesa, chorro tras chorro de semen caliente llenó el estómago de esa puta.

-Bueno Paula, ahora relajate y ponete flojita, llegó la hora que de una vez por todas te haga el culo.

-Nooo, por favor, soy virgen por ahí y vos la tenés enorme, me vas a romper el ano.

-Confía en mí, no podés ser mi puta si no me das el culito... Se hacerlo bien, hasta mi secretaria me lo da y eso que está muy panzona... Vos tenés un culo de exposición y no puedo dejarlo sano, hay que ser muy cornudo o pito corto para no culearte... Parate y apoyá el pecho en la camilla levantando bien las nalgas y separando las piernas... 

Él se agachó y abriéndole los cachetes del culo empezó a lubricarle el ano con mucha saliva, luego le metió con vaselina un dedo, luego dos, después 3 y al final los cinco, cuando logró que el esfínter anal se abriera, acomodó la cabeza de su pija en el culo, le tiró un chorrito de vaselina y empujó fuerte hasta lograr que entrara el glandeprovocando un tremendo grito de dolor en ella, esperó unos minutos y continuó introduciendo su anaconda hasta el fondo, volvió a detenerse un ratito para luego embestirla cada vez con más ritmo, de forma brusca y tosca, mientras él le pedía que se relaje, de los ojos de mami escapaban varias lágrimas, ella se aferraba a la camilla como si fuera una tabla en el medio del océano y se quejaba del dolor, suplicaba que se detuviera, pero él le estrujaba las tetas como respuesta.

A pesar de mi edad, me provocaba morbo ver a mamá empalada por una verga tan grande y comensaba a disfrutar de la dominación que su macho ejercía en ella, ver una mujer tan hermosa con un cuerpo escultural siendo mansillada por semejante macho, me paraba mi pene. La secretaria advirtió mi excitación y me empezó a tocar por arriba del pantalón mientras recibía un beso de lengua por primera vez.

-Si la puta de tu madre le está dando su culo a mi semental, es justo que a cambio yo me coma a su cachorro...

Terminó de decirlo y me comió la pija hasta acabar, que debo confesar fue muy rapido. Ella tragó todo, me guiño un ojo y me hizo jurar que sería nuestro secreto.

Cuando volvimos a asomarnos a la ventana, mamá ya acompañaba las embestidas violentas y movía sus nalgas en círculos, una mano de él frotaba el clítoris haciéndola suspirar, el torso de ella ya no estaba apoyado en la camilla y sus tetas se bamboleaban como campanas, la mano libre del médico apretó una y se entretuvo tironeando el erecto pezón. Mami giró su cabeza hacía atrás para fundirse con su enculador en un mórbido beso de lengua. Mamá lucía exquisitamente sexi, desnuda, con sus zapatos de tacos altos y una tremenda verga enterrada en el culo. En cierto momento él detuvo sus acometidas y fue mi madre quien llevando su cuerpo para atrás y adelante quien se cogía analmente. Los suspiros se transformaron en gemidos. En cierto momento las oleadas de placer hicieron que las piernas de ella se debilitaran y no pudieran mantenerla en pie, él la volteó acostándola de espalda en la camilla y prosiguió masacrándole el ano.

-Paula te gusta lo intenso, sos insaciable, así se doman a las yeguas, culeándolas... Te estás portando mal, le estás metiendo los cuernos a tu marido y eso no se hace, eso es de nena mala... De castigo te voy a romper bien el ano para que aprendas...

-Siii, hay que puta me hacés sentir... Ahhhh que dolorcito hermoso, dame un poco más... Así, así bien adentro... Me encantaaaah... Ay que pija grandeee... Mi macho me está haciendo la cola y me gustaah... Papito me estás agrandando el agujerito, nadie me cogió tan bien como vos... ¿Te gusta mi culo?.. Me lo estás estrenando vos amor... Dejamelo bien abierto para que mi marido sepa que es un cornudo y que su mujer tiene un semental que le dejó el orto bien abierto... ¿Viste cielo lo chiquito que era mi agujero y lo grande que está ahora?..

El grado de calentura de ambos llegó a tal grado que ambos estallaron juntos, a mami le llegó el orgasmo cuando él le llenó el culo de leche.

Este “tratamiento” de sexo continuó durante casi tres meses, con múltiples inyecciones de verga en los agujeros de mamá, Dick Alfredo cogió a mi madre en todos los orificios y en todas las posiciones e incluso la obligó hacer un trío con su secretaria embarazada, debutando mami también en las hustes del sexo lésbico.

El doctor con la complicidad de mami le mintieron a papá asegurándoles que mi radiante salud se debía a las terápias semanales, me dio el alta médica porque ya no necesitaba él la excusa de mi enfermedad para montarse a su hembra, ahora se encontraban donde querían, tanto en nuestra casa (cuando papá no estaba), como en la de él o en la clínica. Pero mi recuperación no fue la única alegría para mi padre, mami tenía otra buena noticias para él, cuando regresó de sus deberes en la Armada, ella le dijo que estaba embarazada.

Papá estaba rebosante de felicidad y no pensó en calcular el período en que este hecho se dió y asumió que era suyo, sin saber que el verdadero semental y padre del bebé dentro del vientre de mamá era el doctor pijudo y musculoso que me trató.

Papá pidió licencia para poder disfrutar del embarazo de su esposa, por ello, mamá volvió a concurrir al consultorio del doctor Dick Alfredo, no sé como convenció al tarambana de mi padre que el médico también era ginecólogo, claro que esta vez no fue gratis y tuvo que pagar una tarifa superior a la establecida en otros centros asistenciales, pero lo hizo contento porque le tiene mucha  al amante de su esposa. Lo morboso de la situación es que mi papá la llevaba para que el semental de mami le diera su ración de leche, mientras yo me quedaba haciéndole compañía al cornudo inconsciente en la sala. En algunas ocasiones la secretaria me sacaba de ahí con algún pretexto y me llevaba a la salita contigua para espiar como su jefe empala a mamita sin importarle su abultada panza de preñada, y luego me succionaba el pito para extraerme la lechita, incluso me dejaba chuparle las tetas. Con ella nos hicimos muy buenos amigos y cada tanto me regala alguna tanga usada que mamá se olvidaba en el consultorio o en algún encuentro con ella o cuando hacían tríos con el médico.

Resultó que mamá fue la décima mujer que el Dr. Dick Alfredo sedujo, montó y embarazó. Y papá es el décimo perdedor a quien ese semental le puso los cuernos y le hizo pagar mucho dinero por embarazar a su esposa y cogerla.

El día que mi mamá dio a luz, se podía ver la sonrisa socarrona en el rostro de su macho reproductor mientras sostenía a su hijo en sus brazos, al tiempo que mi papá, el cornudo, lloraba ingenuamente de la alegría. En la actualidad mi hermanito "Alfredito" tiene 7 años y la traviesa de mami lo lleva todas las semanas al consultorio del doctor para asegurarse que crezca sanito y al regreso a casa ella siempre vuelve exhausta.

Escrito por: Gus Becker

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Comentarios

  1. cn2qlo y luisferloco quiero agradecerles sus comentarios, dándoles una llave para RELATOS PRIVADOS por tal motivo mándenme un mail o TW con sus respectivos gmails.
    Gracias!

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  2. Colosal relato y las fotos son excelentes, tus relatos tienen esa carga de morbo unicas, felicitaciones.

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  3. Me encantó habrán relatos con ancianos que embarazen ala madre y que el anciano convenza ala madre de abandonar a su hijo y que nos cuente cómo es su vida de su madre

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  4. muy buen relato, te genera una gran cantidad de morbo al leerlo, es impresionante y gracias por publicar

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  5. Tremendo relato, morboso y caliente como siempre este tipo de relatos, saber que hay hembras así de hambrientas por vergas descomunales, esperando con ansias otro relato más

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  6. Mis relatos favoritos hijo cornudo sigue así con tus relatos

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  7. me encanto el relato, muy bueno

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  8. Oh grande maestro. Se ganó 5 estrellas con este relato que me mantuvo con una erección desde la primera enculada hasta el final.

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  9. Me gusto la relacion del hijo con la enfermera, y como el padre nunca se entero de nada, espero algun dia tener una enfermedad similar

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  10. Gus, no sé que pasó. Ayer hice dos comentarios, y desaparecieron

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  11. Bueno el relato, estaría mejor si tuviera mas acción entre el hijo y la secretaria

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  12. Uf no pude aguantar las ganas de masturbarme tremendo relato Gus

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    Respuestas
    1. a mi me pasa lo mismo jaja no lo pude terminar porque me tuve que hacer una paja antes jajaja

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  13. Magnifico relato, ojalá pudiera encontrar un médico así.
    Gracias por seguir escribiendo Gus.

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  14. Excelente relato, muy muy morboso.
    Cubanohot@hotmail.com

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  15. excelente relato, muy bueno

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  16. Que bárbaro, que buen relato!!! Me gustó que el hijo tuviera recompensa en este relato, me hubiera gustado que el hijo se estrenará con la secretaria y después se uniera a las fiestas de su mamá, excelente relato, saludos

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  17. Que buen relato, que morbo. Tal vez faltó un poco más de las andadas de la mamá y como el hijo también le aprendió a Dick Alfredo.

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  18. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  19. exelente relato
    con una buena historia crees que me podrias agregar alos relatos privados

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  20. Muy morboso!!! Pero Alfredito habrá sido blanco o moreno?

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  21. excelente relato, me encanto

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  22. Que relato tan buenísimo. Me engancho desde el principio. Gracias Gus por publicarlo.

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  23. Excelente relato. Super caliente como siempre y muy morboso. Espero el próximo! Saludos!

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  24. me encanto el relato y super morboso como siempre, gracias por publicar

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  25. Excelente relato, me dejó la verga humeando

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  26. increíble relato, muy morboso

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  27. Joder! Que relato tan excitante.

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  28. Muy bueno como siempre tus relatos, soy el usuario cuckson12 no se porque no me deja publicar con mi cuenta soy nuevo en blog, te sigo en twitter. Saludos

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  29. muy buen relato, muy excitante

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  30. uff que buen relato, sumamente morboso

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  31. Muy buen relato me calento mucho el hijo que estuviera viendo todo

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  32. buen relato, muy caliente

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  33. No hay nada más morboso que un la complicidad de un hijo que sabe que su madre le está poniendo los cuernos a su padre. Yo diría que son cuernos dobles por la naturaleza del acto. Como siempre, un relato cachondo.

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  34. un relato muy excitante

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  35. que relato, sobrado de morbo

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  36. Increíble relato todo morboso y con la secretaria dándole un plus

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  37. uff pero que relato, lleno de morbo

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  38. que increible relato, gracias por publicar

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  39. que relato, lleno de morbo

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  40. que morboso, excelente relato

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  41. un relato increíble, lleno de morbo

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  42. Muy buen relato, gracias por tus relatos, muy morboso

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  43. Excelente , tiene mucho morbo como todos los relatos que suben.

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  44. Extraordinario relato!! Demasiado excitante!

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  45. tremendo relato, muy morboso

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