Que hay personas que tienen un magnetismo natural no hay dudas, ahora cómo lo usan, ese es el misterio. Algunos lo usan
para buenos propósitos, otros.......…
Mónica es una Psicóloga de buena trayectoria, siempre amo su
profesión y ésta le dio una buena vida. Lo que ella traía a la casa mas
lo de su marido Alberto, era mas que suficiente para llevar una muy
buena vida, y mandar a sus hijos Mariela de 17 años y Matías de 14 a
buenos colegios privados.
Mónica, con sus 43 años estaba lo que se dice apetitosa para
cualquier hombre. Su pelo rubio que le llegaba a los hombros, su cuerpo
cuidado con esfuerzo porque era tentador para ella luego de una jornada
laboral, llegar y preparar la comida de sus hijos, comer bien.
Esa fue su lucha de años, esos 6 kilos de mas que no bajaban y que
ante cualquier descuido tendían a subir. Era como le decía su marido "No
te quejes, los tenes todos en la cola los kilos, sino quien te va a
mirar?", algo que a ella la hacía enojar y mirarlo con sus ojos color
miel.
Pero era verdad en cierta manera lo que le decía Alberto, lo de que
la miraban mucho por la cola, la tenía hermosa, bien mullida y dura,
estaba justa para el crimen como se dice.
Ella, en sus 19 años de casada nunca una infidelidad, no lo pensó
nunca porque, amaba a Alberto, y aparte nunca fue tentada, o si lo fue
no le prestó atención. Su vida fueron y eran su marido y sus hijos.
Hacía un mes que había salido sorteada para ser parte de un juzgado y
le daban peritajes, la favorecía en lo económico y en el tiempo tal vez
le sacaba de otras cosas que hacía, pero los chicos estaban grandes y
ella podía atender esa nueva oportunidad.
Tenía su consultorio en su casa, pero ahora que los chicos eran
grandes, decidió alquilar un departamento de 2 ambientes en el centro de
la ciudad y atender allí, había que separar las aguas para evitar
cualquier conflicto con su familia.
Una mañana la llamaron del juzgado y allí el secretario le dijo café
mediante "Mónica, tenemos un caso que te necesitamos, es un tipo que sus
abogados armaron un lío tan bien hecho que estamos dudando hasta de las
pruebas. Este tipo está acusado de depravación, si vos lees el
expediente es un degenerado total, si lo ves no dudas en sentenciarlo,
pero no estamos para eso, vos sabes, estamos para ser justos, y la
defensa embarró la cancha.
Ahora necesitamos por pedido tanto de la defensa como de la otra
parte que lo analices, tomate tu tiempo, el tipo está detenido en una
unidad especial hasta la sentencia, necesitamos el perfil de él por
alguien como vos, nadie te va a presionar, cualquier cosa avísame y
liquido todo pero no son tontos, nadie te molestará. Al principio te lo
mandamos dos veces por semana, después decime vos con la frecuencia que
lo querés.".
Ella escuchó, y combinó los días y el horario, y el secretario le
comentó que el tipo quedaba libre hasta la sentencia, pero entre otras
cosas que debía cumplir era ir al consultorio de ella y que ella debía
informar de la asistencia.
Volvió a su casa pensando que era un caso mas, cuando en realidad no lo sería.
Llegó el día del "depravado", como lo bautizó Mónica, miro la agenda para ver si había mas gente, y salió a su consultorio.
Llegó al departamento luego de luchar para dejar el auto estacionado, calentó café y esperó leyendo un libro que fuera el tipo.
Había leído la causa el día anterior, estaba acusado de depravación
seguida de violación contra una madre y dos hijas menores,aunque las que
lo acusaban no daban un testimonio tan condenatorio, como que estaban
atemorizadas o confundidas, pero pensó que eso era tarea de los
abogados, ella debía sacarle un perfil sin hacerse ninguna idea antes,
debía ser objetiva.
Sonó el timbre, fue a abrir, y cuando lo hizo, casi se espanta al verlo.
Allí estaba el tipo parado, con una mano apoyada en el marco de la
puerta, con los pelos ondulados todos parados y bastantes largos, con
unos ojos negros que daban miedo, con la barba de una semana mas o
menos, con una camisa casi toda abierta y un saco gris arriba gastado
por todos lados, unos pantalones negros que brillaban de tanto uso y
mocasines marrones.
Tenía razón el secretario, si era por la apariencia, ya lo estaba
juzgando como culpable, pero ella no era así y no había estudiado para
ser así. Le estiró la mano, a lo que el tipo mirándola a los ojos
respondió y le dijo que pasara.
El tipo miraba el departamento, y la volvió a mirar a ella, ahora de
arriba abajo. Ella estaba con una camisa blanca de seda y pantalones
verdes oscuros que como todos le marcaban esa terrible y hermosa cola y a
él ese detalle no se le escaparía.
Le indicó que se siente en un amplio sofá que tenía en la pieza donde
atendía y ella se sentó en otro de un cuerpo, anotó los datos y le
empezó a preguntar cosas que ella usaba para los comienzos.
La primer sesión duró casi una hora y ella no se metió en la vida de
él, solo preguntaba cosas sueltas. Lo raro que sentía algo raro por ese
individuo tan repulsivo, era como una curiosidad. El tipo toda la sesión
le tuvo los ojos clavados en ella, haciéndola desviar la vista varias
veces.
Lo saludó y se fue. Se sirvió café y quedo pensando en ese tipo tan extraño.
Su vida siguió normal hasta que llegó el viernes, día de atención de nuevo al "depravado".
Cumplió la rutina, llegó al departamento y calentó el café, se puso a leer el libro y sonó el timbre.
Estaba vestido igual que la vez anterior, y ella tenía una camisa negra y un pantalón cremita.
Esta vez le pregunto sobre su vida sexual en su adolescencia,
agreguemos que el tipo tenía ahora 36 años, y él tipo le contó con lujos
de detalles como fue su primera vez y las siguientes, la miraba a los
ojos y ella se quería esconder por el relato de él. Lo escuchaba, pero
algo rarísimo sentía y quedó absorta escuchando sin anotar cuando el
tipo con voz de susurro le dijo " Y desde allí, querida licenciada,
quede enviciado con el trasero de las mujeres, solo las penetro por ahí,
es algo que me vuelve loco, lo reconozco, nada mas que la cola, o para
decirlo rápido, me encanta romperles el culo, penetrarlas bien,
metérselo todo adentro, aunque les duela muchísimo, yo no tengo culpa si
lo tengo muy grande, largo y muy grueso, no me tienen que discriminar
por eso, no le parece licenciada?, eso no me hace culpable, no?", la
miraba sonriendo como burlonamente.
Ella contesto haciendo que anotaba "No, seguro que no, bueno, ya terminamos por hoy, el martes lo espero".
Lo saludó y después que se fue, se sintió rarísima, no quería suponer
que ese deplorable ser la había excitado, no era posible, sería otra
cosa, ya se pasaría.
El lunes fue al juzgado a informar y a la pregunta de cómo andaba
todo, ella dijo que recién empezaba y no podía adelantar nada todavía.
Llegó el martes y cumplió la rutina menos la de agarrar el libro, lo
esperó con música muy tenue, con el velador de pie prendido, no la luz
de arriba, y mirando la puerta. Estaba con una camisa verde claro y un
pantalón negro. Sonó el timbre, fue a atender y lo vio con distinta
camisa, una azul oscura tan gastada como la otra, el resto igual.
El tipo notó el cambio de escenario, pero no dijo nada, solo sonrió.
Le hizo hacer unos test, que el tipo tardo poco en completar y luego unos dibujos que también hizo enseguida.
Como faltaban 15 minutos para terminar, le preguntó cosas sin
aparente importancia pero que le servía para evaluarlo, hasta que el
tipo de improviso le dijo "Sabe que me gusta venir acá?, no se por que
será, bueno, si lo sé, pero no creo que le guste escuchar porque o tal
vez si, vaya a saber, soy muy curioso e imaginativo, por ejemplo, y no
se ofenda, me encantaría saber de que color es la ropa interior que usa
ahora, pero como no me va a decir, la imagino".
Ella no dijo nada, él se levantó y sin esperar que ella diga si había terminado la saludó y se fue.
En otro caso eso que le dijo le servía para determinar que era una persona alterada sexualmente, pero con él no reaccionaba.
Fue a su casa, preparó la comida de sus hijos, se fueron acostar,
habló con su marido, y cuando se fueron a acostar lo buscó para tener
relaciones, pero él se quedó dormido, con un poco de disgusto, fue al
baño y se levantó el camisón y se miró la cola, se estremeció con las
palabras del "depravado" cuando dijo que tenía un pene largo y muy
grueso y que solo lo hacía por atrás, no recordaba casi cuando le
hicieron la cola, era soltera pues a su marido no le gustaba penetrarla
por ahí, creyó recordar que fue cuando tenía 20 años con un noviecito de
esa época, o sea la cola estaba virgen de nuevo, trató de pensar que
era una locura todo eso y se fue a dormir.
Llegó el viernes, se puso por primera vez un vestido que le llegaba a
la rodillas azul, con una camisa blanca abajo, zapatos de tacos altos y
fue al consultorio.
El "depravado" estaba vestido igual que la última vez, pero miro
satisfecho cuando la vio así vestida. Le miró las piernas cuando ella se
sentó y en un movimiento le vio un poco la bombacha, ella se dio cuenta
y se bajó enseguida el vestido y él le dijo "Porque se tapa?, es digno
de mostrar lo que vi, son reflejos esos de taparse, usted sabe mas que
yo, pero seguro que son reflejos, tal vez usted me quiera mostrar algo y
no se anima, no se reprima", ella le dijo "Yo analizo acá, le pido por
favor que se remita a contestar mis preguntas y guarde sus opiniones".
El tipo le dijo "No se enoje, está bien, pero no me puede juzgar
porque le diga por ejemplo que ahora tengo una gran erección y que si me
paro se va a notar, pero lo tengo que hacer porque tengo muchas ganas
de ir al baño".
Se paró y ella instintivamente miró al bulto del tipo que parecía
explotar, él se rió y fue al baño, no cerró totalmente la puerta, la
entornó y se puso a evacuar, se asomó y la vio a ella mirando para allí,
se rió e hizo ruido al seguir evacuando, se volvió a asomar y ella
seguía mirando.
En realidad, Mónica, no entendía como no lo había echado después de
lo que estaba viendo, estaba magnetizada, sin reflejos, y ahora el tipo
se levantó desnudo de la cintura para abajo, abrió la puerta y con ella
mirándolo, muy lentamente se levantó los pantalones. Pero ella pudo ver
una cosa enorme, de un largo no imaginado y de un grosor que pensaba que
no existía, rematando eso una cabeza enorme, hinchada, muy roja, y la
dejó perpleja.
El tipo se volvió a reír, se abrochó los pantalones, se dio vuelta, tiro la cadena y se volvió a sentar en el sofá mirándola.
Mónica ni reaccionaba, estaba como noqueada, confundida, y él le dijo
en voz baja inclinándose hacia ella "Te gustó?, viste que lindo que
es?, decime , a ver?".
Ella, sin reaccionar le dijo "Terminamos por hoy, hasta el martes",
el tipo se levantó y antes de irse le dijo "Hasta el martes, y quiero
que venga de nuevo en pollera, y mas cortita", y se fue.
Mónica paso un fin de semana totalmente confundida, estaba distante y
cuando su marido le preguntó si le pasaba algo le dijo que no, que solo
era el trabajo pero que ya estaba.
El lunes, pensó todo el día en el "depravado", y cuando llegó el
martes, sin casi darse cuenta se puso un vestido negro, que le quedaba
un poco chico por eso era casi pegado al cuerpo marcándole de manera
terrible su culo, y se puso un tapado arriba para ocultarlo,
aprovechando que hacia un poco de frío.
Cuando el tipo entró , la siguió a la pieza y dijo bajo pero sabiendo
que lo oía "Ni imaginé que tenías semejante culo, necesito toda una
noche para romperlo bien", y se sentó.
Ella callada, se sentó en su sillón, tomo su anotador y su lapicera y preguntaba cosas que ni ella sabía para que.
Había pasado media hora y el tipo le dijo que iba al baño.
Esta vez dejo toda la puerta abierta y se puso a evacuar mirándola a
ella fijo y muy serio, ella tenía la vista clavada en él. Mientras
estaba evacuando, se agarró el pene que estaba hecho un tronco y empezó a
hacer movimientos de masturbación, muy lentos.
Ella miraba, él al rato se levantó siempre con su pija en la mano y
tiró la cadena y le dijo "Anda mal esto, no tira bien, puede venir a ver
por favor?", ella se levantó y fue.
El tipo se corrió a un costado y amago que se levantaba los
pantalones, pero cuando ella miró el inodoro que no había tirado todo lo
que él había hecho, volvió a apretar el botón y sintió el tronco que la
apoyaba en el culo y la voz de él diciéndole "Quédate así un segundo
que acabo y me voy, no te hago nada, no tenemos tiempo, el viernes
venite preparada que nos quedamos hasta el sábado, arregla en tu casa,
espérame con un camisón y en bolas abajo que me calienta imaginarte
así", la apoyó un rato, gimió, y se separó. Ella no dijo nada, salió lo
despidió y pensó en que decir para el viernes a su familia.
Llegó el viernes y ella dijo que se quedaba en la casa de una colega
porque tenía que hacer un trabajo en conjunto que les daba buen dinero y
no quería perdérselo.
Nadie dijo nada, ella nunca hacia cosas raras y no levantaba sospechas.
Llevó escondido un camisón rosa trasparente que nunca usaba y se fue.
Llegó al departamento y todavía no entendía que pasaba, como podía
ser que estuviera así excitada a su edad, con su vida tan bien
encaminada, era inexplicable, pero quería ver a ese tipo, a ese
repulsivo tipo, por eso se bañó, puso la música, y se puso el camisón
solo con la bombacha mas chica que encontró.
Sonó el timbre y sintió un escalofrío, tenía miedo en el fondo, miedo
a muchas cosas, al tipo, a su pene, al dolor, a la depravación, a
muchas cosas, pero el deseo es muy fuerte a veces y fue a abrir.
El tipo cuando la vio así vestida, le clavó la mirada, cerró la
puerta, la tomó de la cintura y mientras le pasaba la lengua por el
cuello le dijo al oído "Te aseguro que de esta noche no te olvidas mas".
Le lamía todo el cuello, mientras ella con los ojos cerrados le
tomaba la mano que él tenía en su cintura, cuando lo miró a los ojos, lo
vio como transformado, parecía un loco y la cara de depravado estaba
como nunca, los ojos estaban casi inyectados en sangre, le dio miedo, le
hizo acordar a los vampiros que había visto por la televisión, pero
esto tal vez sería peor.
El tipo le puso la mano en el culo por arriba del camisón y se lo
apretaba, mientras la besaba metiéndole su lengua larga hasta la
garganta casi, ella lo tomaba del cuello y sintió el bulto que la
apoyaba en la zona vaginal.
El tipo le dijo que lo desnude. Ella le desabrocho la camisa, se la
sacó, le desabrochó el cinturón, y le sacó el pantalón, luego, después
de tocarle la pija por arriba del slip se lo sacó, el tipo le sacó el
camisón, se arrodilló y estuvo mas de 15 minutos lamiéndole el culo por
arriba de la bombacha hasta que se la sacó.
Estuvieron media hora besándose y él pasándole el dedo por el agujero
del culo diciéndole asquerosidades como "Te vas a ir con diarrea a tu
casa mañana, vas a cagar todo el dia de cómo te voy a dejar el culo, no
te vas a poder sentar hija de puta".
Ella le dijo que iba al baño, entró y cuando quiso cerrar la puerta,
él puso el pie y le dijo "Nada de secretos, los dos para todo.", ella no
dijo nada, se sentó a orinar y mientras lo hacía el tipo se paró frente
a ella y le tomó las cabeza poniéndole la pija en la boca.
Mónica abrió mucho la boca para que le entre, hasta le dolió del
esfuerzo y el tipo empezó a empujar tan fuerte que le daba arcadas, la
ahogaba queriéndolo para con las manos.
El tipo le agarró las manos y le dijo "Cómela bien carajo, no empecemos con boludeces, trágala perra".
Ya empezó a mostrar la hilacha, estaba desencajado empujando la pija
adentro de la boca de Mónica que parecía que no tenía aire y que le
explotaba la boca con eso adentro.
La tuvo un buen rato sentada en el inodoro mamando y le acabo,
tapándole la nariz para que se trague y casi se ahoga, toda la leche,
cuando la sacó ella escupió y devolvió gran cantidad de leche, quedando
agarrándose la garganta.
La ayudó a salir del baño, y la llevó al sofá grande que se hace cama.
La acostó y él, de rodillas en el suelo le empezó a mamar las tetas, chupándole los pezones como queriendo sacar leche.
Estaba prendido de manera tal que ella quería sacarle la cabeza de
ahí, sentía que se le irritaban los pezones de la manera que los
chupaba.
Le dejó las tetas tranquilas después de casi 45 minutos y la miró a
los ojos, daba miedo la mirada de él ahora, estaba como transformado, y
le dijo "El placer es dolor licenciada, es la mejor manera de
satisfacción, que duela, vas a quedar llena, vas a sentir mi pija en tu
culo por un buen tiempo, vas a sufrir pero me vas a ir a buscar, te va a
doler mucho, pero te va a gustar". A ella la asustó mas escucharlo
decir eso, pero estaba entregada y ansiosa, tantos años de monotonía la
tenían ansiosa ahora con ese peligroso sujeto, portador de miedo y
dolor, ser fantasmal y dañino.
Después de un rato de acariciarle el pelo y mirarla, la acomodó
cruzada en la cama, de rodillas y la hizo apoyar en el respaldo del
sofá, o sea , le quedó el culo parado para afuera y él se paró en el
piso, se escupió poco la mono, se paso la saliva por la cabeza de su
pija y le escupió el agujero del culo de Mónica y empezando a decir
cosas irracionales y casi gritando le apoyó la cabeza de la pija en el
agujero y empezó a presionar.
No estaba lubricada casi, sumado a la estrechez del culo de ella y el
gran tamaño de la cabeza de la pija, le provocaron a Mónica un dolor
tal que gritó tirando una mano atrás para frenar esa carnicería.
Pero el tipo le agarró la mano y le pegó un cachetazo en una nalga
diciéndole "Nada de manotazos, no te pongas histérica y para de gritar
que van a venir los vecinos", y empujó mas fuerte. No quería entrar y a
él también le dolía, solo metió una parte de la cabeza y quedo trabado,
entonces la sacó y se escupió mas y volvió a intentar y allí si metió la
cabeza adentro.
Para Mónica fue casi el acabose, sintió como si se le estuviera
metiendo un tronco allí atrás, era brutal el dolor y gritó para
descargar porque sabía que recién empezaba y que el resto iba a ser
mucho mas doloroso.
Presionó mas y la pija con mucha dificultad empezó a deslizarse, y
ella se retorcía del dolor, mientras él le decía "Sentila adentro de tu
hermoso culo, sentí como lo rompe, te voy a dejar el culo a la miseria,
vas a llevar mi sello ahí", y siguió empujando y se volvió a trabar, la
sacó de nuevo y se puso una crema que encontró por ahí arriba y la clavó
sin piedad hasta el fondo. Mónica sintió que se derrumbaba, que se le
partía toda la parte de atrás, que de golpe le habían puesto un fierro
caliente por allí hasta el fondo, creyó que perdía el conocimiento pero
quedó lúcida o bastante.
Abrió los ojos que parecían que se le saldrían de las órbitas y lanzó
el grito de dolor. El tipo la dejó ahí quieta, toda enterrada, y le
acariciaba la espalda a ella diciendo cosas totalmente incoherentes y
amenazándola siempre con la rotura total del culo.
Estuvo casi 10 minutos con la pija toda clavada en el culo de ella
inmóvil, mirándola, y aguantando los espasmos de dolor de ella que
estaba paralizada, empalada en esa posición.
Después empezó a sacarla casi toda y empujar con todo para adentro,
golpeaba los huevos contra las nalgas de Mónica, y gritando que no
estaba bien vacía y que no podía trabajar así, después de 15 minutos que
la martirizó a empujones, la sacó y le dijo que tenía que ponerse una
enema, porque así era peor.
Vio el aparato allí que Mónica tenía y empezó a prepararlo. La llevó
al baño y la hizo arrodillar, quedó apoyada contra la bañadera, cuando
el agua estaba tibia llenó el recipiente y le puso la goma en el culo de
ella viendo como el agua empezaba a bajar. Se excito viendo como ella
se llenaba de agua y cuando le había entrado un poco mas de un litro, le
sacó la goma, se arrodilló atrás de ella y se la quiso clavar así.
Mónica, que estaba agotada con el agua en los intestinos, sintió la
cabeza de la pija meterse así y largó un grito pidiéndole que parara,
que no podía mas. Le puso la mitad de la pija adentro y se la dejó un
rato diciéndole que sentía el agua caliente en la cabeza de su pija y
eso lo volvía loco de placer.
Al rato se la sacó y ella no aguantó mas, hizo un enchastre ahí nomás, manchándolo a él y el piso.
El tipo la sentó en el inodoro para que terminara de hacer, pasó el trapo y prendió la ducha.
Después que ella terminó, tiro el botón del inodoro y se metió con
ella bajo la ducha, para al rato clavarle el culo de parados abajo del
agua.
Era un suplicio para la pobre Mónica, que estaba apoyada el los
azulejos de la pared y el tipo la bombeaba a todo lo que da, gritando
que había abierto ese hermoso culo y que ya le pertenecía. La tuvo casi
una hora a los bombazos por atrás hasta que se la enterró toda, y al
rato acabo adentro.
Ella estaba desarmada, no reaccionaba, sentía que el culo le
estallaba de dolor, y a duras penas llegó a la cama y quedó planchada.
El tipo se acostó al lado de ella y le susurraba estupideces mientras le metía un dedo en la vagina.
Mónica se quedó dormida, no sabe cuanto porque se despertó cuando sintió el timbre.
Media dormida vio con terror que el tipo fue a abrir y apareció otro
tipo. Lo reconoció porque era un tipo que mendigaba por el barrio y que
dormía en la plaza. Alto, barbudo, desaliñado, sucio. No intentó decir
nada, solo llorar porque tenía miedo a la reacción del "depravado", y
él, viéndola llorar le dijo "No te pongas así, le dije que viniera
porque yo solo no puedo, tenes mucho cuerpo para mi solo. Y hay que
dejarte bien abierto el culo. Ahora quiero que se conozcan y se amen un
ratito, a ver hermanito, veni a comerte esta pollita". El otro estaba
parado mirando como hipnotizado el culo de Mónica, hizo una sonrisa
mostrando su boca sin dientes y fue hacia donde estaba ella, se
arrodillo a su lado y con una mano le toco el culo desnudo de ella y fue
con su boca a buscar la de ella.
La beso mientras le acariciaba el culo y al ratito estaba como
temblando de los nervios y se empezó a desnudar ante la mirada del
depravado que estaba sentado en el sofá individual.
Y ahí sacó un aparato especial, un poco mas fino que el depravado
pero de un largo terrible, como dijo el depravado sentado fumando y con
un gesto burlón, "Una linda serpiente para picar el culito". Y la
serpiente picó, empezó a ponerla y Mónica ya se desorbitaba, y entraba
que parecía no terminar nunca de hacerlo ante la cara de aprobación del
depravado que miraba la escena muy divertido. El tipo la empujaba a
dentro y Mónica ahora gritó y quiso manotearlo, entonces el depravado la
agarro de las manos desaprobando la actitud de ella. El tipo seguía
metiendo hasta que no pudo mas y enseguida gritando ante cada bombeo la
empezó a coger con fuerza y velocidad por el pobre culo de ella que ya
estaba desarmado e indefenso.
Gritaban los dos, él por las metidas y ella de dolor mas el depravado que le hacía burla gritando como ella.
Pasó media hora y el tipo se la enterró en la vagina, también Mónica
gritó al principio, pero después sintió cierto gozo y se movía con las
pocas fuerzas que le quedaban.
Después de mas de una hora de sección le acabó adentro, la saco y se
la puso en la boca de ella, pero enseguida se acomodó el depravado y la
clavo por el culo de nuevo.
Le dio otra hora, y aunque el culo ya estaba roto, Mónica lloraba, no se si del dolor o del cansancio.
Se turnaron para cogerla toda la noche y hasta las 10 de la mañana que se fueron dejándola en cama.
Cuando pudo sin medir el tiempo se levantó, se vistió y se fue a su casa.
Ocultó lo mejor que pudo su estado, le costaba caminar, y una colitis
tremenda la hacía ir seguido al baño, excusa que usó para justificarse
ante su familia.
AL otro día fue al juzgado con el informe, cuando el secretario lo
leyó, la miró y le dijo "Pero, con esto le tenemos que pedir perdón, no
quiero discutir con vos, pero esto....", ella le dijo que fue objetiva a
lo que el secretario no le preguntó mas nada.
Lo absolvieron, y ella se culpa de ella, pero en el fondo espera encontrarlo de nuevo.
La
única forma de saber si el relato les gustó y que quieren que
sigamos escribiendo, es valorando positivamente y/o dejando un
comentario, eso nos estimula a continuar.
Saludos
y no duden en visitar en nuestro blog, cuya dirección figura en el
perfil de nosotros.
X favor para cuando la 3 ra parte
ResponderBorrarEste relato es único en su género, incluido la 2da parte. Ojalá pudieras publicar la segunda parte, y si el tiempo da hacer la 3ra parte. Saludos y buena pro.
ResponderBorrarMe encantó este relato, su historia te cautiva hasta el punto del morbo, ver como una maduras es sometida por su paciente a tal punto que es emputecida, mi más sinceros respetos como siempre, veo que tiene segunda parte la leeré ahora mismo jeje
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