Mi
nombre es Tomás tengo 29 años, estoy felizmente casado con
Florencia y tenemos un hijo de dos años, como resultado de un
accidente de auto estoy en silla de ruedas desde el último año y
medio, como si esto fuera poco también padezco impotencia sexual,
pues no siento nada de la cintura para abajo.
Años
atrás fui un oficinista común y corriente pero luego del accidente
quedé sin trabajo y la pensión de invalidez no me alcanza para
nada, mi esposa solamente puede trabajar por la mañana en un empleo
de medio tiempo porque es mucho esfuerzo criar a nuestro hijo y para
colmo tener que ocuparse de mí, que necesito de ella hasta para ir
al baño. Drásticamente se redujo la cantidad de dinero que entraba
a casa y las deudas se reprodujeron como conejos, debíamos doce
meses de alquiler, teníamos varios impuestos de servicios atrasados
y a duras penas nos alcanzaba para comer.
Florencia
tiene 25 años, tiene el pelo rubio hasta los hombros, es delgada y
muy atractiva, mide 1,70 mts, con un culo y busto muy proporcionales
a su cuerpo estilizado, ella ha intentado todo lo posible para
mantener la casa a flote, pero las cosas estaban muy mal, tuvimos que
vender hasta lo que no teníamos para pagar mis facturas médicas,
vivíamos básicamente de la caridad de nuestros familiares y amigos.
Una
tarde recibí una llamada del dueño del apartamento pidiendo que nos
pongamos al día o nos iban a desalojar, pero el muy hijo de puta a
los meses de alquiler que le debíamos le sumaba un interés
usurario, le expliqué hasta con llanto la imposibilidad de pagarle,
pero él dijo que nos haría una visita a mí y a mi esposa al día
siguiente. Después del telefonazo quedé estupefacto, sabía que no
había forma de aplazarlo por un tiempo o pedir prestado más dinero,
ya que estaba endeudado para pagar deudas más antiguas.
Le
expliqué a mi mujer lo sucedido...
-
Mi amor, lo siento mucho, nunca quise que pasaras por esto...
-
No es tu culpa Tomy, de alguna forma ya vamos a salir de esto...
Ella
me respondió llorando, vino a mis brazos y me besó mientras me
consolaba como si yo fuera su hijo mayor.
A
la tarde siguiente nos preparamos para la llegada de Jorge el dueño
del departamento, Florencia llevaba un vestido de verano rosa
floreado y se veía impresionante, Jorge llegó a eso de las 15:00
hs, acompañado de su chofer con más pinta de ser una especie de
guardaespaldas, un hombre de alrededor de 55 años, muy alto y
grandote, de raza negra, medio calvo y con unos brazos que parecían
poder remolcar a un porta-aviones, con una cara que verdaderamente
daba miedo, en cambio Jorge siempre fue un tipo falso, que se hacía
el simpático pero cuando se lo conoce uno se da cuenta de lo
perverso y usurero que es realmente, él es apenas algo más alto que
mi esposa, bastante gordo y suele usar barba candado, continuamente
traspira aunque sea invierno y destila un olor a sudor muy asqueroso.
Ni bien ingresaron a nuestro hogar, de forma áspera me saludó Jorge
y noté que miraba a mi esposa con un descaro que no me gustó nada,
pasamos a la sala para charlar. El dueño se sentó en el amplio sofá
y mi esposa en un sillón frente a él, el otro tipo permaneció
parado detrás de su jefe.
Como
por el miedo al desalojo yo apenas podía hablar, Florencia se hizo
cargo de la conversación y parecía entenderse bastante bien con
Jorge, sin embargo, el chofer/guardaespaldas permanecía en silencio,
vigilante, sin quitarnos el ojo de encima. De un momento a otro la
conversación fue subiendo de tono hasta llegar a ser un poco
violenta.
Jorge:
-
Vayamos al punto, Tomás usted me debe 9.600 dolares de
alquiler y otros 2.400 de interés por el retraso, sé que está
pasando por un momento difícil en este momento, pero también tengo
un negocio que administrar, se me está acabando la paciencia.
También sé que su su bella esposa está haciendo todo lo posible
para mantener el hogar a flote, así como para cuidar a su hijo, pero
no veo como ustedes va a poder afrontar la deuda, esto no es nada
personal, pero los negocios, son negocios y a las deudas hay que
honrarlas...
Florencia:
- Por favor Jorge, tenga compasión de nosotros,
tal vez si nos hiciera una rebaja...
Jorge:
- Si les hago una rebaja el rumor va a correr y
al poco tiempo nadie va a querer pagarme.
Yo:
- Se lo suplico Jorge, no quiero dar lástima
pero piense en mi esposa y en mi hijito...
Jorge:
- Me cansé de perder tiempo con ustedes, time is
money... Joao (refiriéndose al matón) se
dará una velta por acá, más tarde, por el bien de ustedes hablen
con él y lleguen a algún tipo de acuerdo, caso contrario dentro de
5 días deberán abandonar el departamento y les doy este plazo para
que no digan que no tengo piedad de la invalidez... ahora, si me
disculpan, tengo otros asuntos... Fue bueno haberlos conocido a
ustedes dos y a su pequeño bebé, espero que no terminen durmiendo
en la calle, una hermosa mujer como Florencia merece más de la
vida...
Con
eso él estrechó nuestras manos y se despidieron.
Justo
después de cenar, cuando estábamos acostando a nuestro hijo,
golpearon la puerta:
Yo:
- Hola Joao...
Dije
tendiéndole mi mano, él me ignoró, caminó hasta la sala y se puso
manos a la obra de inmediato.
Joao:
- Mi jefe no está contento con la forma en que van las cosas,
ustedes no demuestran voluntad de pago... estoy con un camión abajo,
me llevaré todos sus muebles y el resto de la mierda que tienen...
Florencia:
- Pero Jorge dijo que nos daba 5 días...
Joao:
- A ustedes no a sus cosas, por lo menos estas
porquerías servirán para descontar algunas monedas del alquiler que
deben... (dijo
mirándome a mí y a Florencia con una sonrisa siniestra)
Yo:
- Por favor, solo danos un poco de tiempo, estoy seguro de que
podremos resolver algo...
Joao:
- Lo siento, pero realmente no tienen otra opción... y no te
encariñes con la silla de ruedas que también me la llevo
jajajaja...
Florencia:
- No, al menos tenemos que tener un abogado presente... estoy
segura que podemos arreglar de alguna manera... (dijo
con desesperación)
En
ese momento el gorila de Jorge me sujetó fuerte de un brazo y me
arrojó al piso, para quedarse con la silla de ruedas.
Jorge:
- Uhhhh (grité de dolor)
Florencia:
- ¡¡¡Hijo de putaaaaaaaa!!! (gritó)
Ella
se acercó a mí y me acunó en sus brazos, como pudo me ayudó a
subir al sofá y con los movimientos que tuvo que hacer no se dio
cuenta que la falda del vestido se le levantó dejando al descubierto
una acotada tanga blanca de puntillas, que no pasó desapercibida a
ese animal con forma humana.
Florencia:
- Tomy, no necesitamos nada de esto, no importa lo que pase,
nos tenemos el uno al otro y te amo... (me expresó llorando)
Yo
estaba con un terrible dolor, tanto espiritual como físico, porque
con la caída me golpee fuerte en la cabeza y en la espalda, ni
siquiera podía moverme, tuve la sensación de que mi brazo izquierdo
estaba roto
Mientras
Joao estaba plegando la silla entró como si fuera su casa, sin
siquiera pedir permiso, un ayudante de ese gorila a empezar a
llevarse nuestras pertenencias, lo primero que tomó fue el
televisor, luego la cuna de nuestro hijo quien quedó acostado
envuelto entre mantas en el suelo.
Al
terminar de vaciar nuestro departamento, Joao y el otro tipo que era
igual de alto pero delgado y blanco, con una pelambrera hasta los
hombros e igual de feo y atemorizante, se quedaron observándonos
burlonamente.
Florencia:
- Han tomado todas nuestras cosas, malditos perros hijos de
puta, desalmados de mierda, ahora váyanse al carajo...
(gritó con todos sus pulmones)
Joao
la miró con calma y sonrió fríamente, helándonos la sangre, unos
segundos después dijo:
-
Preciosa, esto es para el alquiler pero... aun nos falta el
interés jejejejeje... no veo ninguna manera de que podamos conseguir
ese dinero y a mi jefe no le gusta salir perdiendo,
desafortunadamente, tendremos que darles un escarmiento a su mal
comportamiento, a modo de ejemplo para otras personas que hacen
negocios con nosotros... elegí o terminamos de romper los huesos
sanos que le quedan a tu esposo, delante de tu hijo o nos permitís
pasar un buen rato con vos... después de tantos nervios ta va a
venir bien relajarte un poco jajajajajaja... incluso podamos estar
dispuestos a devolverles algo de lo que nos llevamos...
Mi
esposa estaba pálida, no dando crédito a esas palabras, trató de
parecer lo más fuerte posible, pero sentí que su cuerpo temblaba de
miedo junto al mío. Yo no supe que decir, estaba mudo, nunca se me
cruzó por mi cabeza semejante propuesta.
Mientras
con mi esposa permanecíamos abrazados, esos dos gorilas me sujetaron
de cada brazo levantándome como una pluma y Joao mirándola a los
ojos le dijo seriamente:
-
Se te acaba el tiempo ricura, realmente estamos siendo
generosos con vos... si tu marido así es un estorbo imaginalo
cuadripléjico... te va a dar el doble de trabajo... ¿Cómo te la
vas a arreglar para cuidar en la calle de él y tu niño?.. Tal vez
si lográs convencernos les dejemos quedarse un mes más acá y luego
veremos...
Para
acentuar las palabras de su amigo y aumentar el poder de
convencimiento, Hugo comenzó a golpearme.
Mi
esposa se puso de pie intentando frenar la golpiza.
Yo
me contorneaba para liberarme de esos dos sanguinarios, pero el negro
me pegó una tremenda trompada en la cara, noqueándome y haciéndome
perder el conocimiento.
Creo
que estuve desmayado alrededor de 20 minutos, cuando volví a
recuperar la conciencia, todo lo que escuché era un concierto de
gritos ahogados, quejidos y sonidos como a cachetazos, estos últimos
eran constantes, se repetían periódicamente en un determinado
intervalo de tiempo. En algún momento en el proceso de despertarme,
me di cuenta de que los quejidos eran de una mujer y los cachetazos
eran el sonido familiar que produce el choque de cuerpos desnudos
teniendo sexo, el clásico “PLAFF-PLAFF-PLAFF”, pero nada que ver
al que hacíamos con mi esposa cuando yo tenía las piernas, este era
un golpeteo muy fuerte.
Poco
a poco comencé a abrir los ojos, me encontré sentado en mi silla de
ruedas, en el pasillo que conduce a los dormitorios y al baño y
desde donde estaba podía observar nuestra habitación matrimonial
con la puerta abierta, un colchón en el suelo y la espalda de mi
mujer, con horror se me revolvió el estómago, era como una
pesadilla vívida, ella estaba siendo poseída sexualmente a lo
perrito por uno de esos gorilas, penetrándola salvajemente, yo me
sentí como si estuviera en algún tipo de sueño, desde el ángulo
en el que estaba no podía ver su cara correctamente, pero lo
suficientemente bien como para saber lo qué estaba pasando.
Florencia:
- Ahhhhh... uhhhhhhhh... mmmmm... (gemía).
En
ese instante ella sintió la profunda y dura embestida en su vagina
de quien tenía a su espalda, y volteó su cabeza para mirarlo, mi
esposa habría podido verme si hubiera levantado la mirada pero
estaba demasiado enredada en sus propias emociones, un escalofrío
recorrió mi rota espina dorsal cuando me di cuenta de que sus
gemidos eran de placer y no una protesta para que se detuviera su
violador.
Ella
comenzó a jadear con más fuerza cuando las penetraciones se
hicieron más vigorosas, con el correr de los segundos mis ojos
recuperaban la nitidez y noté que era Joao quien la estaba cogiendo
violentamente con una verga descomunal, muy superior a la mía, tanto
en el largo como en el grosor, pronto apareció en escena Hugo quien
se acercó a la cabeza de Florencia con su pija erecta de un similar
largo al de su amigo, pero no tan gorda y con una leve curvatura
hacia arriba, y como si fuera un garrote comenzó a golpearla en la
cara con ella, hasta que mi mujer abrió la boca y le practicó sexo
oral.
Yo
quería gritar, pero un nudo en la garganta me impedía hacerlo, me
paralizó aun más, si me permiten la expresión, la impactante
imagen de mi rubia esposa, gimiendo por el placer que le estaban
dando esos mismos sujetos que hasta hace un rato la hicieron llorar y
aterrorizaron mediante amenazás, que me golpearon y no tuvieron
compasión ni de nuestro hijo.
¿A
propósito, dónde estaba el pequeño?
Con
mis manos hice girar las ruedas de la silla, desesperado lo busqué,
cuando me acerqué a las puertas de las habitaciones (estaban
enfrentadas) lo encontré en un rincón de nuestra recamara, siendo
testigo de la brutal cogida que le estaban dando a su madre a una
escasa distancia. Rogué que con el correr de los años, no le quede
ningún trauma y olvide todo lo que estaba presenciando.
De
pronto, escuchar el sonido familiar de Florencia acercándose al
orgasmo me extrajo del ostracismo de mis pensamientos, produciéndome
entrañables recuerdos, por primera vez en mi vida odié a mi mujer,
me sentía enfurecido y celoso, desde mi accidente no he podido
cumplir con mis deberes de esposo, ya hacia casi dos años de mi
última erección.
Después
de ocurrido el desgraciado accidente, ella un día, trajo un
consolador a casa y desde entonces, el único placer que he podido
darle es usando ese juguete y con el sexo oral, mi esposa nunca se
quejó, parecía estar conforme con eso, sin embargo, verla
disfrutando como una vulgar puta me hizo darme cuenta de lo mucho que
habrá necesitado tener una buena pija en su concha.
Florencia
emitió un fuerte gemido, en ese momento supe que ella había
alcanzado el orgasmo.
Hugo:
- Me corroooooooh... AHHHHHHHHHHHH...
Y
de la boca de Florencia empezó a caer grandes cantidades de leche,
mientras que Joao sujetándola de la cadera seguía embistiéndola
con mucha fuerza, seguramente la cabeza de la verga estaría
martilleándole el cérvix, porque se la mandaba hasta al fondo, la
destrozada vagina dejaba un par de centímetros de pija sin poder
engullir. Desbordada de calentura por tanto tiempo sin un hombre y de
repente dos bestias descomunalmente dotadas para ella sola, mi esposa
no permanecía pasiva, movía su cuerpo al encuentro de la polla del
negro.
Pasaron
unos minutos en los cuales ella con su lengua limpiaba el mínimo
rastro de semen de la pija de Hugo, cuando Joao le tiró del cabello,
obligándola a doblar su cuello hacia atrás y comenzó a embestirla
como un loco, de solo ver como esa berenjena negara entraba y salía
de la concha de mi esposa a toda velocidad, hervía mi sangre. Por
los gritos ahogados de Florencia, a pesar del dolor, supe que ella
estaba llegando al orgasmo de nuevo. Conmigo jamás tuvo tantos
orgasmos seguidos.
El
negro le pegaba golpes secos de verga, era tanta la leche que
escapaba de la vagina que su útero estaría desbordante de su
asqueroso semen.
Joao
gritó: - Yaaaaa vieneeeeee... Ufffffff... me vooooooy...
mmm... puta tenés tan apretada la concha que parecés virgen...
AAAGHHHH...
El
departamento se cubrió de gritos ahogados cuando ella se vino con
él, cerrando los dedos del pie y todo su despampanante cuerpo se
estremeció de gozo.
Joao
se desplomó sobre ella y ambos descansaron en el colchón, la verga
del gorila todavía estaba dentro de Florencia. En este momento se me
escapó un quejido sordo, mi esposa levantó la cabeza y me vio,
supongo que fue en este punto cuando se dio cuenta de que había
recobrado el sentido, ella solo me miró por un rato y sentí que sus
ojos se suavizaron como siempre lo hacen cuando me mira, estoy seguro
de que vi lágrimas en sus ojos, pero ella solo giró su rostro hacia
otro lado y se recostó sobre el vientre de Hugo, quien volvió a
apoyar su verga tiesa sobre los labios de mi esposa.
Joao:
- Vean al inútil... (dijo mirándome) estoy
seguro que disfrutó el espectáculo de ver a su esposa follando
delante de él... que bastardo patético, si yo fuera él,
preferiría morir antes de ver a otro hombre cogiendo a mi esposa...
por como disfrutó esta puta no creo que haya podido dejarla
satisfecha desde hace un tiempo jajajaja... ¿Acaso se te para?
Hugo:
- jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja
Florencia
- Por favor déjenlo en paz... hagan conmigo lo
que quieran pero no se metan con él...
Joao:
- Agradece a esta puta por el esfuerzo realizado... si fuera
por vos estarían en la puerta de la estación central de trenes
pidiendo limosnas...
Florencia:
- Joao de tan fuerte que me cogiste no siento la
concha... ya es tarde, será mejor que me vaya a la ducha...
Dijo
mi esposa mientras se retorcía entre los dos tipos y sin mirarme,
entró al baño, Joao y Hugo se levantaron y haciéndome burla, la
siguieron para unírseles.
La
verga del negro goteaba semen y cuando pasó al lado mío pude
vérsela con precisión, era monstruosa, aun en estado de semi
erección, como si leyera mis pensamientos, se la sacudió de arriba
a abajo un par de veces, me dio una sonrisa desagradable y entró a
reunirse con mi esposa, parecía muy feliz de haberlo hecho.
Me
sentí inútil al lado de ese mal parido, que le provocó tanto
placer a mi esposa como nunca lo pude hacer, contuve las ganas de
insultarlo, tanto a él como al otro desgraciado, si lo hubiera hecho
terminaría en el hospital, no era rival para esas bestias y lo peor
que Florencia recientemente lo había comprobado...
Oí
correr la ducha y mi esposa se estaba riendo de una broma que Joao
había hecho, tenía la sensación de que se trataba de mí, había
mucha juerga en el baño, eso me hizo sentir débil y enojado al
mismo tiempo, no solo había perdido todas mis posesiones, sino que
también parecía que mi esposa disfrutaba jodiendo a los hombres que
me lo habían quitado todo.
Como
a los 15 minutos, Florencia salió desnuda del baño, secándose el
cabello con una toalla, después de tanto sexo se veía
radiante, tenía los labios vaginales abiertos y enrojecidos, ella me
miró fugazmente, luego lo hizo hacia otro lado, no pude leer lo que
tenía en mente, era como si me despreciase, sólo pensaba en ella
misma.
Nuestro
pequeño hijo al verla corrió a su encuentro y se abrazó tenazmente
a sus piernas, ella se agachó para acariciarle la cabeza y Hugo
aprovecho para acomodarle su pija erecta entre los cachetes del culo:
Florencia:
- Comportate hijo de puta que está mi hijo...
-
Mamiiii... tengo hambre...
Joao:
- La concha de tu mami también jajajajajaja... y acá tenemos
los biberones cargados de leche calentita para alimentarle los
agujeros juajajajajajaja...
Los
tres rieron a carcajadas, el negro con la verga gigante, en su máxima
expresión que aproximadamente mediría los 23 centímetros y
exageradamente gorda, con todo el tronco venoso y duro, apuntando a
mi esposa, agarró al nene y me lo trajo para que me encargue de él.
Florencia
como si no hubiera pasado nada, se sentó en el borde de nuestra cama
matrimonial y Hugo se sentó a su lado, masturbándose lentamente, su
pija no era ni la mitad de gorda que la del otro tipo y quizás un
centímetro más corta, pero esa forma de gancho, con una curvatura
muy pronunciada daba miedo.
Con
semejante pollones no es de extrañar que ella llevara todo esto tan
lejos, me carcomía la cabeza por saber los hechos que acontecieron
durante el tiempo que estuve desmayado. ¿Las dos vergas la habrán
cogido o solamente una?
La
teta derecha de mi mujer era con ansias sobada y chupada por Hugo, el
negro se paró enfrente de Florencia y ella como hipnotizada por
semejante péndulo, le observaba la verga brillosa de líquido
preseminal con fascinación, el tipo con movimientos peristálticos
la hacía subir y bajar, mi esposa lo miró a los ojos, le sonrió
sexy y comenzó a hacerle una paja corriendo esa tersa piel hacia
adelante y a atrás.
Florencia:
- Amor, que dotado que estás... y es pesada... ¿Todo esto me
entró?..
Mi
corazón se partió, para ella ni siquiera existía.
Hugo
estaba desesperado por coger a mi esposa, la obligó a acostarse en
la cama y apoyarse sobre sus manos y rodillas con el culo bien
parado, él se acomodó detrás y la penetró, la cara de ella estaba
hacia el borde de la cama, y el negró aprovechó el grito de dolor
que pegó cuando su compañero la clavó, para follarla por la boca.
Ni
siquiera cuando los médicos me informaron que quedaría postrado
para toda la vida lloré tanto, a ese hijo de puta que me fajó lo
llamaba “mi amor” un adjetivo que por muchos años estuvo
guardado solo para mí, las lágrimas que caían a baldes de mis ojod
mojaban la cara de mi hijo que se compadecía de mi sufrimiento y me
abrazaba.
Florencia:
- Hugo metemela despacio que es tan ganchuda que me rompe
toda...aggggrrrrrrrr...
Luego
de retarlo a Hugo, ella volvió a paladear la pija oscura de Joao.
¿Continuaría yo desmayado y todo esto era un mal sueño? Si bien es
cierto que no he podido satisfacerla sexualmente en mucho tiempo, no
podía creer ella actuara como una puta conmigo a unos metros de la
cama y con nuestro hijo en mi regazo. El niño extrañaba a su mami,
yo como podía trataba que no la viera siendo usada por los matones
que le robaron la cuna.
Joao
aferraba con sus manos la cabeza de ella por los pelos y controlaba
sus movimientos, estaba acelerando el ritmo de las estocadas como si
estuviera cerca de correrse, al tiempo que ella movía sus caderas
con movimientos circulares, haciéndole alcanzar a Hugo el paroxismo.
De
repente el negro le sacó la pija de la boca, diciéndole:
-
Ahora vas a saber de que es capaz un macho... coloca perra las
almohadas debajo de tu vientre y pegá el pecho a la cama..
Mi
mujer cumplió con lo ordenado, en ese mismo momento se dio cuenta de
lo que estaba por pasar y ese mismo pensamiento pasó por mi mente,
también.
Joao:
- Hugo mirá que hermoso culo... y lo tiene bien cerradito...
mmm...
Hugo:
- Ahora... porque dentro de unas horas lo va a tener más
abierto que los ojos del cornudo juajajajajajajaja...
Rieron
los dos cacheteando sonoramente las nalgas, mientras el negró se
ensalivó un dedo y se lo metió en el culo a mi esposa, Hugo sacudir
su verga con más fuerza para no perder dureza, supongo que al ver a
esta hermosa y joven madre exhibiendo el culo ante ellos, realmente
los excitó.
Florencia:
- Noooooo, por favor no me culeen... nunca se lo entregué a
nadie... metanmela cuantas veces quieran en la concha, pero por ahí
noooo...
Joao:
- No puedo creer la suerte que tengo... voy a ser el primero
jajajaja...
Hugo:
- No existe puta que tenga el orto sano, esto hay que
arreglarlo inmediatamente jejejejejejeje
Joao:
- Trae al inválido para que no se lo pierda...
él es el marido, merece estar presente cuando le rompamos el culo a
su esposa ¿No? Jajajajajajjajajaja
Florencia:
- Cabrones nooooo... por favor a él déjenlo tranquilo... esto
no es lo convenido... piedad... está con mi hijo... se los
suplico...
Hugo
acomodó mi silla de ruedas a escasos centímetros de la cama y
accionó el freno, con mi brazo lastimado no podía desplazarme, me
situaron atrás de ella, en una posición preferencial de lo que
ocurría en breve.
Florencia:
- Tomás por favor no permitas que nuestro hijo vea... tapale
los ojos...
Todo
fue un shock, inicialmente el dedo Joao le desfloraba el culo a un
buen ritmo y al rato se le sumó otro dedo, a medida que
transcurrieron los minutos la cantidad de dedos aumentaron y ella
terminó con 4 dedos dentro del ano, mientras Hugo se divertía
pintándole los labios con las gotas de líquido preseminal que
escapaban de la punta de su pija, cuando Florencia comenzó a bramar
supe que estaba lista y caliente para la invasión.
El
negro flexionando sus piernas acomodó el glande en la entrada del
dilatado esfínter anal y con un movimiento brusco de pelvis empujó,
al mismo tiempo que con sus fuertes brazos la agarraba de la cintura
y empujaba hacia él, de está forma logró que le entrara sin
impedimentos hasta la mitad de la verga. Con los gritos que pegaba
Florencia, al día de hoy no sé como no vino la policía, eso
hubiera sido un alivio, ella con sus puños estrujaba las sábanas y
trataba de ahogar su dolor tapándose la boca con el colchón.
Hugo
se sentó en la cama con las piernas abiertas frente a la cara de mi
esposa y le hundió la pija en la garganta mientras que el otro tipo
la enculaba lentamente, saboreando cada momento, en un momento detuvo
sus movimientos para que ella descanse de tanto pujar, se relaje y se
acostumbre a la sensación, recién cuando las paredes elásticas del
culo se acomodaron al grosor de la tranca, Joao inició su invasión
anal a un ritmo más acelerado, la barra de carne de Hugo no impedía
que ella gimiera.
Desde
el lugar donde estaba no podía ver la cara de mi mujer pero me día
di cuenta de que estaba sollozando, el negro siguió rompiendo todo a
su paso hasta que sus enrulados huevos golpearon las nalgas de ella,
ya absolutamente toda la descomunal verga estaba enterrada en su culo
y comenzó a penetrarlo con vehemencia. A pesar de los gemidos
constantes, ella golpeaba con sus puños el colchón, de los ruidos
que emanaba su boca entaponada, podía decir que estaba sufriendo, el
gorila no le mostró piedad, se la sacaba y poco antes de que saliera
el glande la empalaba nuevamente hasta el fondo de los intestinos.
A
Hugo esta agonía lo enardecía, no le tomó tanto tiempo disparar
toda su potente carga en la boca de ella, gruñendo, luego que su
polla perdiera firmeza, se acostó al lado de mi señora para
disfrutar del show. La cama de madera que construyó de manera
artesanal mi padre, estaba chirriando como si fuera a desarmarse.
Florencia:
- Ohhhhhh... Uhhhhh... mmmmm... aiaaaaaaa...
Mi
esposa se quejaba entre gemidos sin dejar de llorar, Hugo se habrá
conmovido y con la ropa que estaba tirada en el suelo improvisó una
almohada que acomodó bajo la cabeza de ella, que descansaba de lado
sobre las prendas enrolladas. Tanto el cuerpo del chofer como el de
Florencia estaban empapados en sudor.
El
sometimiento continuó hasta que ella anunció que estaba llegando al
clímax y el negro aumentó salvajemente los movimientos ciotales.
Joao
gritó: - Putita mía estoy por venirmeeeee... voy a vaciar
mis huevos en tus ovarioooos... UGGGGGGGGGGRRRRRR...
Florencia:
- AAAAAAAAAHHHH... siiiiiiiiiii... uyyyyy...
cuanta lechita... es como si me hicieras una enema...
Después
de su intenso orgasmo, besó con pasión el cuello de mi esposa,
dejándole una marca violácea y se desplomó sobre ella. Los dos
hombres descansaron abrazando y acariciando el cuerpo de mi mujer por
más de un cuarto de hora, luego fueron a ducharse, mientras ella
descansaba acostada en la cama con su culo destruido segregando
semen. Después del baño, ambos se fueron no sin antes prodigarle un
sin fin de besos a mi mujer.
Ha
pasado una semana desde que ocurrió este incidente, estoy con un
brazo enyesado y recuperándome de la golpiza, pero de lo que no me
voy a poder recuperar es presenciar a la madre de mi hijo montar a
esos delincuentes.
Nos
devolvieron varios muebles y permitieron que nos quedemos un tiempo
indefinido en la propiedad, por el momento, sin embargo, como parte
del pago de nuestra deuda, Florencia tuvo que “dormir” con Joao,
Hugo y Jorge, siempre en nuestro departamento, durante dos semanas,
esos desalmados tenían por costumbre filmar sus encuentros sexuales
con mi esposa. Más tarde descubrimos ella y yo, que el motivo del
desalojo fue porque Jorge es un productor de películas pornográficas
ilegales que comercia en el mercado negro.
Cuando
esos tiranos se marchaban, habiendo colmado sus apetitos sexuales con
mi esposa, cogiéndola por todos los agujeros y en varias
oportunidades al mismo tiempo, ella se duchaba, luego se acostaba
conmigo en la noche y mientras fingía dormir, la escuchaba llorar.
He
de confesar que cuando llamaban por teléfono para avisar que
vendrían a visitarla, me excitaba de sobre manera verla preparándose
para el encuentro, maquillándose como una puta y vistiendo de forma
provocativa. Lo bueno es que como ya está domada, según ellos,
ahora nuestro hijo permanece encerrado en su recamara sin presenciar
los encuentros, en los cuales mi esposa insiste en que me acomoden la
silla de ruedas en un rincón de nuestra habitación, para que no me
pierda detalle de como la ultrajan siempre de manera violenta, quiero
creer que hace ese pedido para recordarles a los demás que ella está
casada y que me ama, quizás también porque la excita un poco verme
obligado a presenciar como esos sementales la disfrutan en la cama.
Siempre
es muy triste y humillante para mí, todo lo que puedo hacer es ver a
otras personas tener relaciones sexuales con mi mujer de manera
inimaginable y pervertida, el hecho de que toda esta actividad sea
filmada para las fantasías masturbatorias de otros hombres me
disgusta. Mi esposa parece disfrutar de algunos encuentros,
especialmente cuando Joao la monta, pero una vez más, dada nuestra
situación económica, no creo que ella tenga una opción, o al
menos, prefiero pensar de esa manera.
RECUERDEN
COMENTAR CADA RELATO de esta forma sabemos que valoran nuestro
trabajo y nos motivan a seguir escribiendo. Creemos en la comunión
Escritor - Lector, ambos somos uno, y uno sin el otro está solo.
Bueno
ResponderBorrarsin duda joao y hugo fueron los mas beneficiados y terminaron comiendose a florencia, sin duda le termino agarrando gusto, el marido tambien termino disfrutando de la situacion, creo que se puede denominar una familia feliz jajajaja. me gusto mucho la historia. te dejo mi email para los relatos privados. edueduardov@gmail.com
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