Dicen
que la familia es la mejor contención de cada persona, pero no
siempre es así, hay veces que conviene mantenerse alejado de algunos
familiares, porque ellos son un infierno y estar cerca de ellos nos
puede llevar a la desgracia. Mi
familia es una familia normal, trabajadora como cualquier otra, y se
compone de mi papá de nombre Andrés, camionero, 46 años, estatura
normal, un poco barrigón por su falta de actividad física debido a
que pasa mucho tiempo arriba del camión, haciendo viajes largos a
otras provincias y países limítrofes, es bonachón muy simpático.
Mi mamá se llama Jésica, tiene 41 años, mide 1,67 mts, pelo lacio
de color castaño oscuro hasta un poco más bajo de sus hombros,
delgada, tez trigueña, ojos grandes color miel, labios tentadores y
muy bonita de cara, de cuerpo exuberante, su mejor atributo son sus
pechos ya que usa talla 100 de corpiño y se le notan turgentes a
pesar de su edad y su trasero se lleva varios silbidos de los hombres
al pasar. Ella fue maestra pero ya no trabaja más porque a papá no
le gusta y el sacrificio de él nos alcanza para vivir bien, sin
lujos pero no nos falta nada.
Mi
nombre es Gonzalo, pero todos me llaman Gonza y estoy terminando la
secundaria, lamentablemente soy hijo único, me hubiera tener
hermanos, pero me conformo con ser el mimado de mamá.
Vivíamos
en paz hasta que mi tío Ramón alteró la armonía de mi hogar. Él
es el hermano de mi papá y es un vago borracho que siempre le tuvo
alergia al trabajo, se juntó con varias mujeres pero siempre sus
relaciones terminaron mal, porque vive del trabajo de ellas y cuando
se dan cuenta lo rajan a patadas.
Él
es grandote, mide más de 1,80 de altura, fornido, de modales brutos,
desprolijo al vestir, con barba de varios días, a pesar de ser
pelado al igual que papá tiene todo el cuerpo peludo en especial el
torso y los brazos, como si llevara un pullover, y no tiene hijos. Si
bien tío es mayor que papá, mi viejo siempre se sintió responsable
de él y trató por todos los medios de darle una mano.
La
ruina de mi tranquilo mundo comenzó un día que tocaron el timbre y
resultó ser mi él, mi tío, que hacia como dos años que no lo
veíamos, para contarle a papá que su mujer lo había echado de
casa. A pesar que en ese momento papá no nos contó el motivo,
transcurriendo los días, con mamá nos enteramos que Marta la mujer
de mi tío lo encontró con la hija de ella (no de mi tío), una
chica de 23 años.
Papá
sin consultarle a mamá y a mí por sobre todo ya que resulté el más
perjudicado, le dió cobijo armándole un catre en mi habitación, lo
que provocó una fuerte discusión entre mis padres y que ella no le
dirigiera la palabra por varios días.
A
pesar que mi tío se mostraba bromista y compinche conmigo, la
presencia de él me intimidaba y alteraba la rutina de nuestra vida
familiar cotidiana.
Mamá
ya no se levantaba en camisón para prepararnos el desayuno o para
andar de entrecasa y si lo hacía, se ponía esos que eran de la
época de mi abuela, largos desde el cuello a los pies, dejó de lado
los cortos y ajustados camisones por esos que se asemejaban más a
sotanas de monja, pero por lo general usaba la bata de toalla blanca.
Mi
tío solía salir por las tardes y regresaba alrededor de medianoche
con un pedo que nos despertaba a todos, hablaba a los gritos, ponía
música fuerte o puteaba contra su ex mujer. Mientras mamá le
preparaba café negro, papá trata de calmarlo.
Estando
así, en varias ocasiones se ponía cargoso con mamá diciéndole
groserías, manoseándola e incluso intentando besarla. Papá le
pedía a ella que le tenga paciencia, que él no era así, que se
debía al alcohol, que Ramón seguramente la confundía con Marta, su
ex.
Verlo
así me daba miedo, me encerraba en mi habitación y fingía dormir
cuando venía él a acostarse, pero servía de poco, porque
zamarreándome me despertaba para sacarme de mi cama, diciéndome que
él era más grandote que yo, y que no entraba en el catre. De verdad
le tenía terror cuando estaba borracho y me daba pena por papá
decírselo, porque sabía muy bien que si le contaba, mi viejo lo
tendría que echar de casa y eso le rompería el corazón.
Pero
lo peor no era que él usara mi cama, sino que me comentara que mi
mamá lo calentaba:
-
Gonza tu vieja tiene unas gomas que parecen dos cabezas de enano…
ufff… las turcas que debe hacer… pero no a tu viejo porque mi
hermano siempre tuvo pito corto jajajajajaja… que injusta que es la
vida él con esa pijita se garcha al hembrón de tu mamá y yo que la
tengo como un caballo tengo que pajearme…
Y
sin reparos, presenciaba como se masturbaba debajo de la sábana.
-
¿Nunca supiste si ella tiene algún macho por ahí?
-
Nooo
-
Tiene que haber alguno que le llene el tanque, esa carita de chupa
pija debe tener a todo el barrio alzado…
-
Mi mamá es fiel, no es ninguna atorranta como vos crees
-
No creo que mi hermano la deje satisfecha… cuando eramos pibes
siempre le cogía a las novias, ellas me buscaban porque sabían que
era pijudo, salían con tu viejo sólo porque el idiota les pagaba el
cine, el boliche y les hacía regalitos, pero en la cama no pasaba
nada y las dejaba más caliente que una pava, él calentaba el agua
para que yo me tome el mate jajajajajajaja…
Mi
tío se destapó y por la luz de la luminaria de la cuadra que
entraba por la ventana, pude ver una verga enorme, muy larga y sobre
todo gruesa, se masturbaba con una mano y sobraba bastante pija. Su
ancha mano no llegaba a cubrir semejante vergón.
-
De pensar en el potente culo de tu madre se me pone muy dura…
sobrino ese culo no se hace, con ese culo se nace… es una
culisuelta picante, ese orto no es broma… recuerdo cuando vos eras
pendejo y te llevábamos a la playa… mmm… las tangas que usaba
esa perra… cuando te daba la espalda podías ver ese triangulito de
luz entre la cola y las piernas cerradas que te permita ver para el
otro lado… uhhh… con esos cachetes gordos parecía una manzana,
era perfecto, tenía que meterme al mar para que se me baje algo la
verga y no me vean al palo… y esas tetas empitonadas, siempre en
punta, firmes, redondas, como le rebotaban al caminar… ahhh… tu
viejo una vez me enganchó con tremendo bulto bajo la maya y pensó
que era por las pendejas que se encontraban cerca nuestro, el boludo
no se dió cuenta que era su mujer quien me la ponía como un garrote
jajajaja...
Me
comencé a excitar escuchando como describía a mi mamá y observando
lo empalmado que estaba mi tío, sabía que era linda pero nunca
había advertido su cuerpo como mujer no como madre. Me turbaba saber
que mi pene entraba en erección por la calentura que me daba
escuchar a ese hombre hablar vulgar de mi mami.
Hasta
donde yo estaba acostado llegaron gotas calientes de la copiosa
eyaculación de mi tío, al notarlas correr por mi piel me dió asco
y me limpié con la sábana.
Al
minuto, el hijo de puta entró a roncar como un búfalo, con su chota
morcillona al desnudo; Pensando que a la mañana podía entrar mamá
para despertarme como acostumbraba hacer y ver ese bochornoso
espectáculo, decidí levantarme y taparlo. Al intentar correr la
sábana que estaba debajo de su verga, noté lo pesada que era, por
más que estaba semi flácida era el doble de la mía, Ramón tenía
un monstruo entre las piernas, a la mayoría de los actores pornos
haría envidiar.
La
cama estaba regada de su semen, por donde agarrara de la sábana, las
yemas de mis dedos percibían lo mojada que estaba y me producía
arcadas.
Con
el pasar de los días una serie de sucesos extraños comenzaron a
ocurrir, primero la bata blanca de toalla de mamá, esa que usaba
para salir de la ducha y también cuando se levantaba por las
mañanas, desapareció; Y segundo, unos días antes de una carga que
tenía que transportar papá a Bolivia, el desabillé y los camisones
tipo sotana, aparecieron rasgados y rotos, en la soga de colgar la
ropa. Por esto último papá culpó al perro, un cachorro de doberman
que teníamos en el patio de atrás, en donde se encontraba la soga,
pero me costaba creerlo, ya que nunca rompió nada.
Lo
que provocó, que a la mañana siguiente al viaje de papá, mamá
estuviera en la cocina preparando el desayuno vistiendo un escueto
camisolín negro con encajes, con un amplio escote y de largo apenas
llegaba a cubrir los cachetes de la cola dejando ver una parte de la
tanga.
-
Hola hijo, buen día, perdoname por mi apariencia pero no tenía que
ponerme y me daba pereza vestirme.
-
Esta bien mami, te ves muy linda.
-
Gracias tesoro, sos muy galante.
Ella
estaba descalza sirviendo la mesa de la cocina y se la veía muy sexy
con el cabello revuelto y con el ir y venir de esas piernas bien
formadas.
Fue
muy raro que mi tío se nos uniera para desayunar tan temprano, por
lo general lo hacía solo y muy cerca del mediodía. Al contemplar a
mamá una sonrisa malévola se le dibujó en su cara.
Paradójicamente
su comportamiento fue muy correcto, pese a tener una mujer casi en
bolas a su lado, se mostró como todo un caballero.
Mamá
le pidió disculpas a él también por su apariencia, pero Ramón la
tranquilizó diciéndole que estaba vestida como una mujer acorde a
su edad y no disfrazada de bañista del siglo pasado.
-
¿No, Gonza que mamá así parece más joven?
-
Si, es verdad.
Me
descolocó la pregunta de él, ¿Pero qué otra cosa podía
contestar? Mi respuesta la alegró y si hubiera dicho que “no”,
la hubiera apenado.
Nuestros
cumplidos alentaron que ella siga usando ese tipo de prendas
ajustadas y cortas.
Ramón
cada mañana se levantaba más temprano, incluso antes que nosotros,
esperando la aparición de mamá. No perdía un sólo detalle de su
cuerpo, la miraba como queriéndola memorizarla.
Sentado
en la mesa, estaba muy torpe, frecuentemente se le resbalaban las
cosas cuando ella pasaba a su lado y al agacharse a recogerlas casi
su nariz rozaba la piel de ella, y si mamá le levantaba lo que se le
caía, obtenía de premio un panorama magistral de las tetas
colgando.
Al
terminar de comer, mientras ella lavaba la vajilla, él con la excusa
de ayudarla pegaba su cuerpo al de mamá, rodeándola por la espalda
con sus brazos sin dejarle escapatoria y le restregaba el bulto de su
short por la cola de ella. Mami intentaba disimuladamente sacárselo
de encima para que yo no me diera cuenta y se armara quilombo, pero
él estrechaba más su cuerpo al de ella:
-
Por favor Jésica, dejate… ayudar.
Como
ella es petiza y él un mastodonte, le resultaba imposible escaparse
y no le quedaba otra que soportar a mi tío paseándole su hombría
por todo el prominente culo y algún que otro “accidental”
apretón de teta.
Si
yo permanecía detrás de ellos hubiera visto todo normal, pero
sabiendo de las intenciones de mi tío, me ubicaba a un costado para
ser testigo de lujo de la escena cachonda.
Al
terminar de lavar y separarse los cuerpos, él quedaba con un bulto
impresionante en la entrepierna que mostraba como con orgullo y mamá
no podía evitar de observarlo, lo hacía disimuladamente con el
rabillo de sus ojos.
Una
noche me junté de valor y decidí encarar a mi tío:
-
Por favor tío, dejá en paz a mamá, he visto como la acosas,
debería darte vergüenza, andate de casa o le voy a contar todo a
papá cuando regresé.
Ramón
con una mano me agarró del cuello y me estrelló contra la pared, me
asfixiaba, apenas entraba aire en mis pulmones, con una fuerte
cachetada me tumbó en mi cama.
-
¿Quién carajo te crees que sos para amenazarme? Llegás a abrir la
boca y te desfiguro a trompadas, ni 15 cirujanos juntos van a poder
reconstruirte la cara… tu mamá es una buscona que necesita que un
buen macho la coja… ¿O acaso no te das cuenta como me relojea el
paquete?… cuando la apoyo me menea el culito para que le entierre
más la pija… hace mucho que no la pongo, a menos que me pagues las
putas, le voy a romper todos los agujeros, te la voy a dejar renga de
tanto culearla…
-
¿Pero si yo no trabajo, cómo voy a pagarte las putas? No tengo ni
una moneda para darte.
-
Yo tampoco tengo dinero, entonces... ¿Me entregas vos el culo o lo
hace ella?
Me
hablaba bajándose los pantalones y acercando su tremenda verga a mi
cara, sujetándome de los pelos, casi arrancándolos.
-
Nooooo, por favor… ¡Alejate!
-
Quedate piola y no me jodas, ni digas ni una sola palabra, mostrate
manso delante de ella y seguime la corriente o te dejo el orto como
una palangana…. pelotudo de mierda, queriéndose hacer el malo
conmigo… va a ser mejor que no te pierdas como tu mami se convierte
en mi putita, por ahí aprendés algo y hasta te guste jejejejeje…
-
Por lo que más quieras nooooooo… no le podés hacer esto a papá,
él siempre te ayudó.
-
Él siempre fue un cornudo de mierda… ¿La ves bien? Toda esta se
va a comer la tetona… por la concha y por el culo…
Me
lo decía agarrándose la verga de la base y sacudiéndola, para
mostrármela en todo su esplendor. Y era algo temible, muy gorda y
venosa, de largo superaría los 24 cms, con unos huevos peludos y
grandes y una cabeza monstruosa.
Como
no le contestaba, me golpeaba fuerte en la panza.
-
Siiiiiiii, la veo, la veeeeo… ya basta… está bien, voy hacer lo
que digas pero no me pegues más…
Recién
ahí me soltó, me sentí como la peor basura del mundo, pero no me
quedaban dudas que si no colaboraba con él me molía a palos o lo
que era peor, me rompía el orto con semejante tranca.
Me
acosté en el catre intentando dormir para despejar mi mente de lo
que le deparaba el futuro a mi mamá.
No
sé cuánto tiempo pasó, pero un duro coscorrón me despertó, era
de noche aun, mi tío me dijo que lo acompañara sin hacer ruido.
Algo
aturdido, me levanté y lo seguí hasta la puerta de la habitación
de mis padres, él sigilosamente abrió la puerta y mamá se
encontraba en la cama durmiendo boca arriba despatarrada, solo
llevaba una braga culotte.
Mi
tío me hizo seña que nos acercáramos y me percaté que él estaba
completamente desnudo, con su verga más parada que nunca.
Nos
paramos al lado de su cama, en dirección contraria a donde apuntaba
la cara de ella y mi tío me susurró:
-
Que pedazo de puta, mirá como duerme casi desnuda… esas tetas son
descomunales… ¿Alguna vez la viste así?
-
No...
-
Mira que carnosos tiene los pezones…
Mi
tío acercó su nariz a la tanga y la olió, solo la fina tela de la
prenda separaba la vagina de su cara.
-
Huele riquiiiiiiisimo… a hembra caliente… mmmm…
Con
ademanes me indicó que nos fuéramos, de regreso al cuarto me dijo:
-
Tiene la concha peluda, no me gusta se la voy a tener que afeitar…
estoy muy caliente, pero no quiero pajearme, guardo mi leche para
dársela a ella jajajaja...
No
creo que esa haya sido la primera vez que entrara a la habitación
para espiarla, el desgraciado sabía muy bien que ella tiene el sueño
pesado y no se despierta fácilmente.
A
la mañana siguiente tenía un importante examen en el colegio y por
razones obvias no había estudiado nada, salí de casa sin desayunar
porque tenía el estómago revuelto y quería arreglar para que algún
compañero me deje copiarme de él, por suerte Pablo, mi mejor amigo,
me ayudó.
A
media mañana, después de la prueba, la preceptora me notó mal, le
dije que estaba descompuesto y me dejó volver a casa.
Al
entrar percibí un ruido extraño que venía del patio trasero, me
acerqué con sigilo observando a mamá retorciéndose tirada en el
pasto boca abajo con mi tío sentado en su espalda, levantándole la
pollera dejando al descubierto un culo hermoso entangado. Ella
suplicaba que la suelte mientras él tiraba de la tanga enterrándola
entre sus cachetes como si fuese un hilo dental, y con la otra mano
se sacaba el cinturón.
Mi
tío le pegaba fuerte nalgadas con el cinturón y paraba de vez en
cuando paraba preguntándole algo que no alcanzaba yo a escuchar,
supongo que por la negativa de ella, él le volvía a dar latigazos
en el culo; Siguió esto hasta que la cola le quedó roja como un
tomate:
-
Paraaaaaaaa… está bien… calmate…
-
¿Aceptas?
-
No puedo…
-
Excusas dan los chicos y vos sos una calienta pija que lo deseas…
-
¿Estás loco?
-
Siiiii, loco de calentura por metértela...
-
Soy una mujer casada y tengo un hijo… ¿Te olvidaste?…
-
El cornudo nunca está y el pendejo no se va a enterar…
-
Noooo… si Gonza se entera me muero…
-
Si pasa eso, él es grande y va a comprender que una mujer sola tanto
tiempo tiene necesidades (expresó dándole otro sonoro cinturonazo)
-
¡OK!.. pero por favor ya no más… paraaaaaaa… está bien (decía
llorando).
Me
retiré antes que me vean y caminé sin rumbo por ahí para hacer
tiempo, volví a la hora acostumbrada.
Mi
tío estaba sentado en uno de los sillones, le pregunté por mamá y
me dijo que en su dormitorio, durmiendo, porque algo le había caído
como el culo y se río siniestramente.
Cuando
me encaminaba a subir las escaleras para verla, me dijo:
-
No la jodás, dejala sola… ¿Te acordás de la bombacha que usó tu
mami anoche?
-
Si ¿Qué tiene?
-
No me gusta, es de ama de casa y no de trola, más tarde cuando baje,
entrás a su pieza, le sacás todas las que son de ese estilo y dejás
solo las más chiquitas, ¿Entendiste?.. quiero que se vea putita...
-
Pero se va a dar cuenta…
-
¿Y? Me importa una mierda… vos hacé lo que te ordené.
Cuando
tuve oportunidad, cumplí con la tarea ordenada, contrariamente a lo
que pensaba ella no dijo nada sobre su ropa faltante.
Estaba
como rara, cambiada, antes de la llegada de Ramón, durante el día
ella usaba asiduamente ropa suelta, joggings, remeras y zapatillas,
pero dejó de lado todo eso, para vestir minifaldas, vestidos cortos,
blusas ajustadas, y demás ropa provocativa con zapatos de taco alto.
Una
noche unos ruidos me despertaron, era un rechinar de cama, al que se
le sumaban unos gemidos, pensé que serían mis padres, pero recordé
que mamá estaba sola, inmediatamente busqué a mi tío y no estaba
en mi cuarto.
Lo
más rápido que pude fui en total obscuridad a la habitación de
ella encontrando la puerta cerrada, pegué mi oreja y los gemidos se
hicieron más sonoros. Los pocos diálogos que se decían no
alcanzaba a entenderlos.
Mi
pene reventaba debajo de mi pijama y no poder saber con total certeza
que sucedía allá dentro me desesperaba y me daba un morbo de
infarto.
Permanecí
como un centinela de guardia frente a la puerta por más de una hora,
hasta que el rechinar de la cama paró, regresé a mi cuarto y
permanecí oculto tras mi puerta espiando en dirección al cuarto de
mis padres. Estaba desesperándome hasta que por fin se abrió la
puerta y salió mi tío en bolas con su verga bamboleándose como un
péndulo y caminó hasta el baño.
Mi
habitación quedaba en una punta del pasillo y en la otra la de mis
padres, entre ellas a la mitad del pasillo estaba el baño y frente a
este las escalera que llevan a la planta baja.
La
luz que salía del baño entraba a la recamara de mamá y me permitía
verla desnuda boca abajo, con las piernas ligeramente abiertas.
Al
escuchar el correr del agua del inodoro, me acosté y fingí dormir.
-
Ya sé que estas despierto jajajajjaaja… ¿No tenés curiosidad por
saber qué pasó?
La
tentación me dominó y no pude resistir contestar que sí.
-
Tu mami es una fiera, me dejó los huevos secos jajajajajajja
-
Eso no puede ser…
-
¿Y qué te crees que estuvimos haciendo encerrados? ¿Rezando por el
pronto regreso de tu viejo? jajajaja
-
Parte del trabajo ya está hecho, ahora sólo me falta profundizarlo,
ya te vas a dar cuenta… jajajaja y ahora dejame dormir que tu vieja
me fundió…
Sabía
que era cierto pero algo dentro mio lo negaba, no quería aceptar la
realidad, deseaba que todo fuera una vil pesadilla.
Esperé
a que el hijo de puta se durmiera y fui a la pieza de mis padres,
mamá estaba durmiendo de costado, abrazando a una almohada, con
mucho cuidado para no despertarla ingresé para buscar algo que me
dijera que no pasó nada, pero no fue así, hallé en el suelo la
ropa interior de ella junto a el bóxer de él y en la mesa de luz
había dos preservativos usados, escurriendo semen, manchando la
madera. Mis lágrimas goteaban de mis ojos a caudales, todo me daba
vueltas, tuve que sentarme un rato en el frío piso, pero fue mucho
peor, porque mi cara quedó cerca de sus nalgas y pude notar que su
vagina estaba depilada.
Salí
corriendo al inodoro a vomitar.
Al
otro día no me quería levantar, pero mamá me llamó desde la
cocina que fuera a desayunar.
Al
salir de mi habitación y antes de entrar al baño a mear pasé por
el cuarto de ella, ya no existían rastros de la faena nocturna.
¿Acaso
lo había soñado?
Después
de orinar, me cepillé los dientes y cuando estaba por tirar el hilo
dental al cesto de los papeles sucios, vi una bolita grande de papel
humedecido que llamó mi atención, con repulsión metí mi mano
entre los papeles sanitarios manchados con mierda para sacarla, la
desenvolví y encontré los dos condones.
El
demonio del morbo se apoderó de mi cuerpo y me masturbé frotando
los forros usados contra mi pito, sabiendo que estuvieron dentro de
mi madre. Cuando eyaculé recobré el sentido común y me metí a la
ducha para sacarme el asco de de lo que acababa de hacer.
¿Cómo
podía excitarme que mi madre le fuera infiel a mi padre con ese
degenerado? Cuanto más buscaba en mi mente una respuesta más dura
se ponía mi verga.
Bajé
a desayunar y encontré a mi tío sentado en calzoncillos y mi madre
parada a su lado, usando un camisón pequeño color beige, muy ceñido
a su cuerpo, que por el color parecía que no llevaba nada. Verla
casi me da un infarto.
Me
senté frente a él y mamá me trajo un yogur.
-
Perdoname hijo que no te sirva el café con leche, pero se terminó
la leche.
-
Tu mami se la bebió toda anoche jajajajajaja
-
Eeeee… es que me dio acidez anoche y bajé a servirme un vaso para
que se me pase… sabés que a veces que viene ese ardor del
estómago…
-
¿Del estómago o más abajo?
-
Que burro tu tío jajaja, no sabe nada de anatomía… a la tarde voy
al súper y compro para que tengas a la merienda.
-
Descuida sobrino, pero de ahora en más, mientras yo siga viviendo
acá, leche no va a faltar en esta casa jujajajajajajjaja…
Por
la cara que ponía mamá, los comentarios de doble sentido la
fastidiaban, pero la incomodidad se debía en gran parte a que mi tío
con poco disimulo le acariciaba las piernas, y para evitar que yo me
diera cuenta, ella se sentó.
Por
descuido mi servilleta se cayó y al levantarla advertí por debajo
de la mesa que mamá no usaba tanga y su pubis estaba lampiño y
colorado, con un leve sarpullido. La mano peluda de mi tío le
recorría la entrepiernas, a la altura de la ingle se detuvo y dos
gordos dedos bordearon la abertura vaginal pugnando por entrar.
Aunque quisiera no podía seguir tardando, levanté la servilleta y
al acomodarme en la silla, percibí que mami daba un respingo, señal
que uno o los dos dedos pudieron colar en su conchita.
Me
fue difícil comportarme como si no pasara nada y más fue para ella,
estaba muy nerviosa, mirándome fijamente y tratando de actuar
normal. Sus pezones comenzaron a crecer bajo el camisón levantando
la tela notoriamente, dejando más que claro que estaba excitada y
que no llevaba corpiño. Los dedos de él estaban haciendo un buen
trabajo, la respiración de ella estaba entrecortada y a pesar que se
mordía el labio inferior, de su sensual boca escapaba un casi
inaudible gemido.
La
mano derecha de mamá aferraba con fuerza el borde de la mesa y la
otra sujetaba el antebrazo de mi tío para intentar que frenase con
los movimientos, sus cuidadas uñas pintadas de borgoña se clavaban
en la carne de él. Mami se movía como si su cuerpo tuviera hormigas
y a pesar que sus ojos estaban clavados en mí puedo asegurar que no
me estaba viendo, su concentración era máxima para no exteriorizar
el placer que estaba sintiendo.
La
escena era de lo más morbosa, tanto que no pude contenerme y eyaculé
sin tocarme, una gran mancha húmeda tenía en mi bragueta, para
disimular me volqué un poco de café y dije que iba a cambiarme. Sin
perder segundos, subía a mi habitación y me puse otros pantalones,
cuando volvía a la cocina, crucé a mamá que iba rumbo al baño y
mi tío al verme, se chupó los dos dedos y me dijo:
- Que
rico desayuno sobrino, el mejor de mi vida jajajaja
Sin
despedirme, tomé mi mochila y me fui al colegio, a mi regreso ellos
no estaban en casa y me encerré en mi cuarto a estudiar.
A
eso de las 20 hs, regresaron ambos, mamá subió a su habitación a
cambiarse, se desmaquilló y quitó el vestido, quedando desnuda.
¿Cómo
era posible que saliera sin ropa interior? La misma mujer que se
cansó toda mi vida de decirme que usara ropa interior limpia y
nueva, por si algún accidente llegara a pasarme.
Se
pasó crema dérmica por su pubis y vagina, luego se puso una tanga
muy cavada que apenas cubría su tajo y que por detrás la fina tela
se perdía entre los prominentes cachetes, provocándome una erección
descomunal.
Estaba
hipnotizado admirándola y no advertí que mi tío había entrado y
le sobaba fuertemente los senos.
-
Que puta sos cuñada… me moría de envidia cuando Gonza era bebé y
le dabas de mamar, quería ser él y ahora tus gloriosas tetas son
sólo para mí…
-
Por favor Ramón soltame, que mi hijo está en su habitación.
A
él las suplicas no le importaron y se inclinó a chuparle las tetas
salvajemente, desde donde yo estaba podía escuchar los ruidos de
esos chupones, los pezones se le pusieron puntiagudos y eso no pasó
desapercibido por él, que los tironeaba fuerte y los pellizcaba. Era
delicioso ver como las rudas manos de él aplastaban esas macizas
tetas marcándole sus dedos, ella ya no presentaba resistencia,
llevaba su cabeza hacia atrás y gemía disfrutando.
Mi
tío se desnudó y se sentó en el borde de la cama, volvió a
prenderse de un seno y sujetándola de la cintura la hizo sentar en
su regazo, ella movía sus caderas de atrás hacia delante, frotando
su concha sobre la pija.
Él
le apretaba las tetas como queriéndolas reventar. Las areolas
rojizas coronaban los pezones sedientos de atención masculina.
Mamá
se quejó que las chupadas le hacían doler el seno y se levantó,
pero no para irse, sino para cambiar de posición y entregarle la
otra teta.
El
comportamiento de mami me sorprendía.
Una
de las manos de mi tío bajó hasta la vagina y la masturbaba,
frotaba su clítoris con el pulgar mientras el dedo mayor entraba en
su gruta. Ella le acariciaba la grasosa cabellera.
Los
chupones pasaron a ser mordiscos y mamá le aplastaba más la teta
contra la cara de él.
-
Siiiiiii… mamame la teta como si fueras un bebito… sacate todas
las ganas acumuladas durante tanto tiempo… así así… más fuerte
mi chiquito… ¿Le gusta como mami le da la teta?.. ¡Que
placeeeeeeeeeeer!.. Como te calienta comerme las gomas guacho, siento
como tu pija me está puerteando… ¿No te alcanzó con lo de anoche
que querés metérmela de nuevo?… mmmmm… pero no es justo que vos
mames y yo no…
Mamá
se arrodilló entre las piernas de él y se llevó la cabeza de esa
descomunal poronga a la boca, le daba suaves besos y la recorría con
la punta de su filosa lengua, le costaba poder metérsela toda, pero
tras varios intentos pudo. Mi tío aferrándola de la cabeza ejercía
movimientos coitales, metiéndosela y sacándosela a un ritmo
sostenido, provocándole numerosas arcadas.
La
boca de ella se llenó de espuma como perra rabiosa, pero era ni más
ni menos que una perra en celo. Con cada embestida los pesados huevos
repletos de leche se acercaban más a su cara, hasta golpearle la
barbilla en cada embestida.
Ella
movía los brazos como queriendo volar, pero trataba de hacerle
entender que la estaba ahogando, los ojos parecían saltar de sus
órbitas y de la nariz le caía copioso moco transparente que se
mezclaba con la baba espumosa que emanaba su boca.
Cuando
la vio cianótica al borde del desmayo, le liberó la garganta y ella
dió una contundente inspiración, la dejó unos segundos para
recomponerse y luego apretándole de un pezón la hizo levantarse y
de un fuerte empujón la tiro de espaldas a la cama.
Me
ponía muy loco verla tan sumisa, convertida en una atorranta de
lujo, que no respetaba a su familia y se acostaba con el hermano de
su esposo bajo el techo de su casa y pocos metros de su hijo. La pura
mujer que hasta días antes me había criado ya no existía, pero
lejos de angustiarme me paraba la verga como ninguna actriz porno.
Con
vehemencia mi tío se arrojó sobre ella, y le hizo abrir las piernas
al máximo.
Lubricada
la verga con la copiosa saliva de ella, se la clavó hasta el fondo
sin miramientos.
Estaba
claro que no había amor entre ellos, solamente sexo desenfrenado.
-
Ayyyyyyy… despacio que me partís… tu hermano la tiene chica y
vos como un burro… tengo la conchita muy inflamada por la brutal
cogida que me diste anoche y no me pasa…
Como
autista y alejado de los comentarios de su cuñada, aumentaba los
golpes de su cadera contra la de ella, las nervaduras venosas de su
dura pija estaban hinchadas que parecía que latían.
Mamá
estrujaba con sus puños las sábanas y mordía una almohada, sus
talones golpeaban contra el colchón.
-
No la aguantoooo, la tenés más gorda que ayer…
-
Es que vos estás más cerrada… uhhhh… siento que te estoy
desvirgando… mmmm… relajate ya te vas a acostumbrar como ayer…
Él
dejándose caer con todo su pesado cuerpo sobre ella, se la enterró
hasta el fondo de la vulva.
-
¡¡¡AYYYYYYYYYYYYYYYY!!! Bruto hijo de puta, me partiste…
ahhhhhhhh… animaaaaaaaaaal…
-
Bajá la voz que vas a llamar la atención de tu hijo… ¿Qué
pensaría si te viera con mi pedazo en la concha?
Mamá
mordía furiosa la almohada, arrancándole una esquina. Las
penetraciones eran más profundas y enérgicas. La boca de él besaba
cada centímetro de las abusadas tetas, estrujándolas.
Cuando
mis padres hacían el amor apenas chirriaba la cama y si lo hacía no
duraba más de cinco minutos y con la cogida que le estaba dando mi
tío la pobre cama se estaba desarmando, llevaban como dos horas de
sexo libidinoso.
-
Tu verga tiene la cabeza muy gorda… ahhhhhgggg… la siento
golpearme el útero… me matás…
Mamá
acompañaba con su pelvis las fuertes penetraciones y con sus manos
le ofrecía las tetas refregándole los duros pezones por la cara. Mi
tío enardecido le avisaba que estaba a punto de acabar.
-
Por favor no lo hagas adentro que me estas montando a pelooohhhh…
-
UUUUUUUGGGGGGGGGHHHHHHHHH
Retirándole
la monumental pija justo a tiempo la apoyó sobre la fina cicatriz
horizontal de su cesárea y eyaculó cargados chorros de semen que
mojaron todo el abdomen, las puntiagudas tetas y hasta la cara, un
grumo de guasca colgaba de su nariz.
Mamá
estaba hecha un asco, con casi todo el cuerpo enlechado, Ramón la
abrazaba y ella parecía casi insignificante contra su cuerpo.
Los
delicados y finos dedos de mamá, los mismo que cuando era un niño
me acomodaban el flequillo, ahora jugaban a enrular los pendejos de
los huevos de mi tío.
-
Tu hermano me deja con las ganas y vos que me rompés toda… si por
lo menos él me cogiera más seguido esto no estaría pasando…
-
¿Te arrepentís?
-
Noooooooo…
En
un principio estaba enojado por lo que le estaban haciendo a papá,
pero ya no me importaba, deseaba continuar espiando a esa adultera
pareja coger como animales.
estee relato es excelente aunque diría que pide una segunda parte
ResponderBorrarque buen relato
ResponderBorrarQue excelente relatos, tiene trama, morbo, voyerismo y dominación, de los relatos que especialmente me encantan, felicito a estos maestros del morbo y que página tan genial, me encantaría una segunda parte de este relato donde el tío siga sometiendo a la cuñada y la haga aún más su puta. Mil gracias por escribir sus relatos y darnos un momento de placer increíble, bendiciones. 🙌🙌🤝
ResponderBorrarEste fué uno de los primero relatos que leí de ustedes, me encantó y cada que puedo lo vuelvo a leer.
ResponderBorrarOjalá pudieran hacer una segunda parte.
Seguiré explorando su repertorio.
Uff quiero un tio asi espero que el niño comience a participar de alguna manera en las siguientes partes el tiene que hacer algo para convertirse en la puta de su tio
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