La
vida conyugal de mis padres estaba llegando a su fin...hasta que
llegó. Papá, tipo amante del dinero. Para él la vida era ganar
plata o perderla. Ganaba muy bien y también la gastaba muy bien en
el juego. Creo que eyaculaba si ganaba plata en el casino, pero con
mamá....no eyaculaba. Ya ni me acuerdo cuando fue la última vez que
los escuché tener relaciones, pero si acuerdo de las peleas, gritos
que tenían a diario, hasta que mamá dijo basta. Un día, caliente
porque papá le pidió austeridad en los gastos luego de haber
perdido en el casino, mamá lo echó, seguimos viviendo en el
departamento del barrio céntrico con mamá, hasta que salió el
divorcio. Papá, sin importarle si yo comía, estudiaba, nada, y con
una treta legal vendió el departamento. Por lo menos arregló
pasarme una cuota por alimentos, que cumpliría cuando se le
antojara. Mi mamá (Mariela de nombre), recibió su parte más una
plata que milagrosamente permanecía en el banco y decidió que nos
teníamos que ir a un departamento más chico y en un barrio mas
humilde. Ella sufrió hasta que volvió a asegurarse que tendríamos
una vida medianamente digna, nunca decayó su físico a pesar de un
principio de depresión por lo vivido, a sus 36 años era llamativa,
mide 1,70 sin tacos, su cabello es rubio claro, pasando los hombros
cortado en degradeé con unos pelos que le caen sobre la frente, ojos
grandes verdes oscuros, pechos grandes y muy firmes, fina cintura y
una cola espectacular, bien parada y redonda, bien firme, bien
provocativa, hermosas piernas firmes sin rastros de la más mínima
celulitis, o sea una hermosa mujer.
A
pesar de ser introvertida le gusta mostrar su silueta lo justo para
no pasar inadvertida. Le gustan las polleras cortas sin ser súper
minifaldas, usa calzas bien apretadas, pantalones bien justos, y en
verano hace las compras y sale con amigas en short. Tiene dos short,
uno gris y el otro negro que los bordes de abajo se levantan dejando
ver el comienzo de los cachetes de la cola. Nos mudamos a un
departamento de 3 ambientes, en un segundo piso, en un barrio semi
tranquilo. La advertencia era evitar estar en la calle muy de noche.
Por todo el desastre del divorcio, perdí mi año de estudios y mamá
tenía que buscar nuevo trabajo, por eso, por unos meses estábamos
sin hacer nada. A mamá la ayudaban económicamente sus 3 hermanos.
Uno de los shorts de mamá, el negro, fue el causante del comienzo de
la historia. Una tarde, serían las 19 y 30 hs. cuando mamá descubre
que no alcanzaba la carne para la cena y faltaban otros productos y
decidió que fueramos al súpermercado que está a tres cuadras.
Tenía puesto el short negro y una remerita rosa que le marcaban sus
grandes pechos, que como era cerca, decidió no cambiarse. Salimos y
a mitad de camino había 3 pibes sentados en un umbral. Con pibe me
refiero que andaban por los 21 o 22 años. Miraron cuando nos
acercábamos, estaban fumando y tomando cerveza; uno de ellos, que
seguramente era el líder, estaba sentado en el medio, era muy
morocho y parecía alto, el pelo lo tenía largo, enrulado y de color
negro, le caía en los hombros. Pasamos delante de ellos y el líder
(por ahora lo voy a llamar así), después que pasamos dijo:
- Ay mamita, que hermosa cola, bajate el shorcito, que se te vean las nalgas.
Mamá
no respondió nada. Compramos y a la vuelta el flaco estaba parado
apoyado contra la pared, era alto en serio, mucho mas que mamá.
- Pagaría por ser tu short, para rozarte el ojete y oler a tu conchita...
Dijo
cagándose de risa. Mamá guardó silencio y eso me puso muy mal.
Ella se había echo amiga de Doña Irma, la vecina de piso que vivía
sola desde hacía muchos años, desde antes de enviudar. Esa noche
vino a tomar mate y se quedaron hablando mientras yo estaba en mi
habitación, de ahí escuché que mamá le comentó sobre el pibe del
umbral y ella le dijo:
- Mariela, hija, cuidado con ese chico, es peligroso, viven tomando y molestando. Se comenta que roban pero nunca se les pudo demostrar nada. Por lo que me contaste, el que te dijo esas groserías, es el jefe y ese es el más peligroso.
- Tiene chicas jóvenes para molestar, no una mujer grande con un nene de la mano.
- A ese hijo de puta no le importa el nene, me enteré por una mujer que vivía en el cuarto piso, casada, que tanto la jodió y amenazó, que un día que el marido fue al interior por trabajo, se acostó obligada con el “Rata”, así le dicen y le va perfecto. La tuvo encamada los 3 días que el marido estuvo afuera. Me contaba que nunca había imaginado que alguien poseyera un “bicho” tan grande, ni un tipo tan depravado asqueroso, ese guacho no tiene límites., la pobre mujer quedó destruida. Estuvo días sin salir hasta que se mudaron.
- ¿Y el marido?
- Si se enteró no hizo nada, todos le temen a él y sus amigotes.
Se
fue la vieja y mamá quedó rara. ¿Qué le pasaba?. Pronto me iba a
enterar. Al otro día, a la mañana mamá fue a despedir a la vieja
que se iba un mes a la casa de un hijo en la costa y seguía rara, en
silencio. A las 19 hs. y cuando pensé que mami comenzaría a
preparar la cena, se cambió. Se puso un vestido solero blanco, que
le queda muy holgado y bastante corto, me agarró de la mano y me
dijo que íbamos al súper. Me agarró miedo. Mamá estaba nerviosa,
y para colmo de males, cuando pasamos frente a ellos (había dos, el
Rata sucio ese y otro más) el viento le levanta el vestido dejando
ver la tanga blanca metida en la raya. Enseguida mamá se lo bajó,
pero ya era tarde… La Rata se paró como un resorte, caminando muy
rápido nos pasó, se paró adelante nuestro obligándonos a parar y
le dijo a mamá mirándola fijo a los ojos:
- ¿Lo haces a propósito mami?, ¿Querés joda?
- Salí pendejo, correte.
- Pendejo es el que tengo entre las piernas para vos mamita
- Seee, me imagino…
- Vení un ratito así hablamos
- ¿No ves que estoy con mi hijo?
Miró
al amigote y le dijo:
- Vení Tuli, quedate un rato cuidando al nene.
El
amigo se acercó, mamá me miró y me dijo:
- Quedate con el chico un rato, no tengas miedo, ya vengo.
El
amigo, riéndose me agarró la mano y ellos caminaron unos pocos
metros y la Rata la sujetó del brazo y la metió en la entrada
amplia de un edificio viejo. El amigo, caliente, me dijo que fuéramos
al lado de donde estaban ellos, para espiar y escuchar. Me dijo al
oído:
- Quedate calladito que vamos a ver como se la aprieta a mami.
Ahí
vimos que mamá se puso de espalda contra la pared y la Rata apoyó
una mano al costado de la cabeza de ella, estaban casi pegados frente
a frente. Mamá dijo:
- ¿Y?, ¿Acá estamos, que te pasa?
- Mirame el bulto y vas a ver que me pasa.
- Nene, estas muy nervioso
- Síííí, muy... después de verte el orto me puse muy nervioso
- Tranqui
La
Rata se inclinó, apoyó su boca sobre la de mamá, sacó la lengua y
se la pasó por los labios de ella. Mamá primero quiso separarlo con
las manos, pero enseguida las volvió a bajar. Él volvió a hacerlo
y ahora ella sacó su lengua; la tomó de la cintura, mami colocó
sus manos en los hombros de él y se besaron. Él se separó un poco,
con las manos en la cintura de ella comenzó a bajar una, la apoyó
en su culo, la siguió bajando, le levantó el vestido y le acarició
el orto por encima de la tanga. Ella cerró los ojos y enseguida le
dijo:
- Paremos acá, ¿No?
- Te la quiero meter.
- Ya sé
- Tocame un segundo el bulto mamita
Le
tomó la mano y la pasó por el contorno de un enorme bulto, mamá
lanzó un suspiro y con los ojos cerrados le dijo:
- ¡Ahh…! Es enorme, en serio
- ¿La imaginas toda adentro de tu culo?
- Realmente va a ser una guerra muy jodida.
- ¿Pero te la vas a aguantar?
- Espero
- Esta noche estoy en tu casa
- ¿Qué hago con mi hijo? No tengo donde ni con quien dejarlo
- Mamita, no vamos a tener una encamada y listo, vamos a estar muchos días en guerra y muy sucia. Que se acostumbre a verme ahí, que me tome como su nuevo papito... aunque muy chancho, jajaja
- ...mmm… está bien
- Esta noche a las 11y30, voy a llevar ropa
- Dale
- ¿Qué piso era?
- 2° B
- Esperame
El
amigo me corrió unos metros, él también estaba con el bulto
parado. Mamá me agarró de la mano, sin ir al súper, ¡¡¡O sea
que era una excusa!!! No era esa mi mamá, o por lo menos la que
conocía. Caminamos en absoluto silencio. Cuando llegamos, me dijo
visiblemente excitada y sin rodeos:
- Esta noche va a venir ese pibe acá y se va a quedar varios días, no te voy a mentir, va a ser como cuando estábamos con tu papi. Él va a dormir conmigo y vamos a hacer cosas por si escuchás, no te asustes, mamá va a estar bien.
- Tengo miedo má…
- No hijo, tranquilo, como te dije, es como si estuviera papi. Con papá hacíamos cosas, vos has escuchado más de una vez, esto es igual. La diferencia para mí es “algo” muy grande pero todo estará bien, vos quedate en tu pieza cuando te diga. Esta noche acostate y pone la tele hasta dormirte, si queda prendida no importa.
- Bueno mamá.
Mamá
me dió la cena y ella se fué a duchar. Sentí algo raro cuando la
vi, una sensación extraña, se puso un vestido que es como una
remera larga, unos centímetros por debajo de la cola. En un momento
se inclinó para agarrar el encendedor que se le había caído y vi
que estaba desnuda, sin bombacha y por como se le marcaban los
pezones por la remera también sin corpiño. Ella me pescó
mirándola, y me dijo cariñosamente:
- Picarón, no tenes que mirar a mamá así
- Perdón
Me
dió un beso, sonriendo. Ella cenó un poco de fiambre y yo apenas
probé bocado. Después de comer, la vi que del baño llevó a su
dormitorio el pote grande de vaselina líquida, ese que me da para
beber cuando seco de vientre, y una crema antiinflamatoria. A las 11
y 15 hs. mamá vio que yo todavía estaba dando vueltas inquieto y me
dijo:
- Calmate mi amor, pronto todo será normal. Andá a tu cuarto y acostate a mirar tele, ya te va a venir el sueñito.
Fui
sin chistar. Al rato sonó el portero eléctrico, ella contestó y lo
esperó con la puerta abierta. Desde mi habitación, no escuchaba
nada hasta que oí que mamá le dijo que iba al baño. Ni bien cerró
la puerta, sentí que el Rata entraba al dormitorio de mamá, y luego
apareció en mi pieza. La Rata hija de puta entró desnudo, solo
llevaba puesto una remera cortita, con una botella de cerveza en una
mano y un cigarrillo en la otra. Se cagaba de risa cuando vio que
miraba su enorme vibora colgando semi erecta. Gruesa, pero muy
gruesa, y muy larga, con una gran cabeza. En resumen, una boa
constrictor.
Me
dijo siempre cagándose de risa:
- ¿Qué pasa pendejo, te da miedo? jajaja. A la que le tiene que dar miedo es a mami que se la va a comer toda jajajaja
Escuchó
que mamá salía del baño y se fue. Enseguida apareció mamá, ya no
tenía el vestido, sino una bata muy cortita, que le dejaba ver medio
culo. Me acomodó la sábana, me dijo que me pusiera los auriculares
para la tele (era para que yo no escuchara nada de lo que pasara
fuera de mi habitación), me dió un beso manchándome la frente con
su rouge y me dijo cariñosamente:
- Descansá mi amor, todo va a estar bien.
La
vi cuando se iba, con el culo casi al aire, apagó la luz y cerró mi
puerta.Yo estaba en edad de excitarme, de echo me pasó varias veces
sin motivos aparentes, fue por eso que no aguanté. Primero me
levanté y puse mi oído en la pared pero no escuchaba, solo ruidos.
Entonces probé por otro lado. El dormitorio de mamá y el mío
tienen un balcón en común, ambos con salida al mismo. Abrí con
cuidado el ventanal porque a veces chirriaba, me asomé y vi que la
persiana del dormitorio de mamá estaba baja, pero no totalmente
cerrada; caminé y observé que había una hendija para mirar en la
persiana y como la puerta del ventanal estaba abierta, de allí veía
y escuchaba perfecto sin ser visto. La Rata la tenía a mamá contra
una pared, ambos estaban desnudos y se besaban frenéticamente,
desesperados. El se agachó y comenzó a chuparle las tetas mientras
mamá bajó una mano y le agarró la pija que ya estaba a punto de
estallar. Apenas le entraba en la mano, no la podía rodear toda.
Mamá, fuera de si, con una voz rara le dijo:
- Ahhh... padrillo hijo de mil putas, ahora entiendo porque las pendejas no te aguantan… es terrible esta verga... es mortal.
- Y las viejitas tampoco la aguantan... ¿Sabés que a la vieja del 4°, no pude terminar de hacerle el culo porque se cagó encima? jajaja… ¿La vas a aguantar vos?
- Va a ser difícil soportar esto, pero igual la quiero.
Después
que él le chupó fuerte las tetas, marcándoselas (hasta parecían
inflamados los pezones), mamá se arrodilló y comenzó a lamer la
pijaza. Cuando intentó metérsela en la boca, la primera vez no
entraba. Fueron a la cama, él se acostó de espalda, ella se acomodó
bien, agarró la boa y con esfuerzo se la metió en la boca. Se la
mamó un rato largo, chupaba, se la sacaba para descansar, gemía y
volvía a tragarla. Luego, pasó él a chuparle la vagina y el ano a
mamá. Mamá gritaba de placer hasta que llegó el plato fuerte. Ella
se acomodó de espalda, abrió bien las piernas y él se untó la
pija con vaselina, se puso en posición, le dió un beso en la boca,
acomodó la descomunal verga y comenzó a romperle la vagina. Mamá,
abriendo los ojos que parecía que se le salían de las órbitas, le
agarró con las dos manos la cabeza apretándosela y le gritó:
- ¡¡¡Ayyyy!!!... animal hijo de puta, despacio la puta que te parió
Por
supuesto no le hizo caso, siguió enterrándole la pija mientras le
escupía la cara y le gritaba:
- Tragá hija de puta… ¡Tragá!
Mamá
se relamía los labios tragando las escupidas, mientras su concha, a
punto de explotar, seguía recibiendo a la bestia. Él agarró las
nalgas de mamá, las levantó un poco y comenzó a bombearla sin
piedad. Ella gritaba y gemía. La poronga ya bien lubricada, hacía
su destrozo sin tropiezos y bombeaba sin pausa. Mamá le rasguñaba
la espalda mientras gritaba, eso lo ponía peor. La puteaba y la
bombeaba más fuerte. Cuando notó que iba a acabar, la sacó, sujetó
la cabeza de ella y le dijo que la tragara. Mamá abrió la boca y
recibió un torrente de leche. El guacho le hizo beber todo su semen,
hasta el que cayó afuera. Ahí me volví a mi pieza. Al rato mamá
se asomó y como me vio supuestamente durmiendo se fue. Me levanté
como a las 10 de la mañana del otro día. En el comedor estaban los
dos, él con un slip de elástico vencido y mami en bombacha y
remera. Ya no le interesaba como la viera. De ahí en más, mamá me
trataba como si todo fuera lo más natural. En un momento ella se
levantó y él le preguntó donde iba:
- Al baño
- Voy con vos
- Asqueroso… ¿Qué sabés que voy a hacer?
- No importa
Mamá
me miró y me dijo:
- Quedate acá un rato cariño
Fueron
al baño, pero la puerta quedó entreabierta. Me asomé y puede
escucharle a él decir:
- Dame todo, yegua
El
Rata estaba acostado en la bañera boca arriba y mamá estaba en
cuclillas con la concha en su boca, meándole. Se tragó todo el pis.
Todo ya me resultaba repugnante, ver a mi madre así, me daba bronca.
Esa noche no todo salió bien, intentó hacerle el culo, pero fue
imposible, a duras penas entró la cabeza, pero como mamá tiene el
culo muy fruncido, no la aguantó. Se la cogió por la concha dos
veces y se durmieron. A la mañana siguiente, ambos estaban cansados,
como dije, a mamá ya no le importaba que la viera casi en bolas.
Estaba con una ajustada musculosa beige y una tanga que casi no
existía, el fino hilo por atrás era comido en su totalidad por los
cachetes del culo y adelante a duras penas le cubría algo de la
vagina, en cambio él seguía con el mismo calzoncillo. Me senté en
el sofá y cuando escuché sus planes me horroricé. Él dijo:
- Bueno putita, vamos a hacer lo que hablamos anoche, le voy a decir al Tuli que venga, él tiene una pija fina, larga pero fina y va abrirte bien el culo, así después te voy a poder enterrar sin problemas la mía.
- Pero mirá que nunca estuve con dos tipos, no sé si los voy a aguantar
- Vas a acabar toda la noche. Y cuando te entremos los dos juntos vas a volar de calentura
- Y bueno… después de tu pija creo que trago lo que venga. Andá a buscarlo pero vengan a la noche, quiero descansar algo, dormir una buena siesta… Ah, Rata acordarte de traer más vaselina o lubricante, pero bastante, no te olvides
- Dale mamita
Ni
bien él se fue, ella se sentó a mi lado, acariciándome la cabeza y
la cara me preguntó con una dulce voz:
- ¿Oíste todo, verdad?
- Si mamá... tengo mucho miedo, por vos
- Yo también tengo un poco de miedo, hay cosa que ahora no entendés, pero cuando crezcas las vas a entender. Mami está enferma por así decirlo... no me puedo controlar, perdoname hijo…
- Está bien mamá… ¿Pero si estás enferma no sería mejor que vieras a un médico?
- No hijo, esto que siento no puede curarlo ningún doctor con remedios, sólo el Rata con su herramienta lo puede calmar… con el tiempo lo vas a comprender… todo va a estar bien, quedate tranquilo que a vos nunca te va a faltar nada. Ahora seguí mirando la tele.
Al
mediodía almorzamos, luego ella se fue a dormir y mi cabeza volaba.
Se levantó alrededor de las 18 hs. y antes que entrara a bañarse
sonó el celular, era el Rata que avisaba que a las 22 hs. venían.
Mamá se bañó por un largo rato, a las 20 cenamos, ella liviano.
Todo era en silencio, la notaba muy preocupada y ansiosa, nerviosa.
Se fue a cambiar y apareció tan sólo con un camisón blanco
transparente que terminaba apenas por debajo del ombligo con volados
de encaje rosa y zapatos plateados de taco aguja. El camisón exhibía
sus tetas y era muy corto, a mamá no le importaba que yo la
observara así, porque estaba desnuda, sin bombacha y le veía los
escasos pelos de la concha y el culo. Yo seguía ahí, congelado, sin
saber que hacer. Sonó el portero y ella mirándome tiernamente pero
con lujuria en los ojos, me dijo que fuera a mi habitación. Obedecí,
pero no cerré totalmente la puerta. Ellos entraron y al verla tan
putona se la comían con la mirada; el Tuli era otro tipo
desagradable, también alto, tenía el cabello muy ondulado, negro,
su piel morocha tipo chocolate, su cara era fea, con nariz ganchuda y
un proyecto de bigote. Se sentaron los tres en el sofá, se notaba a
la legua que estaban “fumados”. El Rata fue a la heladera y
agarró botellas de cerveza, mamá no bebía. No escuchaba lo que
decían porque hablaban bajo, pero podía ver como los hombres se
reían y a mi mamá preocupada y nerviosa. Después que se bajaron
casi dos botellas cada uno y se fumaron un par de “cigarrillos”,
empezó a subir el tono. El tuli, mirando las piernas de mamá, le
puso una mano en el hombro, el Rata, que ya tenía los ojos
colorados, dejó la botella que tenía en la mano. Hablando ya
fuerte, el Tuli le dijo mirándola a los ojos:
- A ver mamita que tenemos acá
Metiendo
la otra mano en la concha mientras comenzaba a besarla
apasionadamente. El Rata se paró, se sacó los pantalones, la remera
y el slip, el tripazo estaba en posición de batalla. Ya mamá y el
Tuli se besaban salvajemente, él se ensalivó un dedo y se lo metió
en el culo, ella gimió ahogadamente y pegó un respingo. El dedo
estaba todo adentro, lo sacó y se lo hizo chupar a ella. El Tuli,
sacado le decia:
- Regalame ese culo mamita linda, dámelo todo
El
Rata se paró y ordenó que fueran a la habitación. Ella fue al
baño, pasó por mi pieza para asegurarse que yo durmiera. Yo fingía
estar dormido profundamente, me dió un beso mojado en la mejilla,
acomodó mis sábanas y se fue cerrando la puerta. Cuando escuche que
el taconear de sus zapatos se alejaban y que cerró la puerta de su
habitación, me levanté volando y fui al balcón. El Rata estaba
acostado y el Tuli de pie desnudo, su pija era más fina que la de su
amigo, pero muy larga y cabezona. Mamá entró, se sacó el camisón,
revoleó sus zapatos y lo abrazó. Mientras se besaban, el Tuli le
apretaba las nalgas y el Rata se tocaba la pija. La llevaron a la
cama y mamá quedó en el medio. La chuparon toda y le mordieron con
ferocidad las tetas, ella les mamó las pijas. La pusieron de costado
quedando enfrentada al Rata que no perdía tiempo y la besaba,
mientras el Tuli abría el envase de vaselina. El Rata puso la pierna
que estaba arriba de mamá sobre su cuerpo para inmovilizarla,
quedando el culo al descubierto y presto para ser roto. El Tuli con
el dedo metía vaselina dentro del orto de mamá que comenzó a gemir
fuertemente. Se embadurnó bien la pija y mirando el carnoso y
redondo culo como hipnotizado, le dijo al Rata:
- Boludo, tenela fuerte
- Dale sin piedad que ésta mamita se va a portar bien… no vas a poder creer lo trola de mierda que es
El
Rata le agarró con la mano que tenía libre (la otra estaba bajo
ella) el brazo a mamá. Su amigo apestoso se acomodó atrás de ella
y enfiló la cabeza de la chota al agujero tan deseado, diciendo:
- Comete mi verga putita linda… quedate blandita para que entre mi poronga en ese terrible ojete
Agarró
el tronco con la mano y empujó. La cabeza entró encontrando
resistencia en el agujero que no quería entregarse. Mamá se
contorsionó y gritó. El Rata, apretándola fuerte le dijo:
- Bueno mami, bueno... quietita
El
Tuli le gritó al Rata gimiendo:
- Fuerte Rata, tenela fuerte... no me dijiste que estaba tan cerrado... me va a romper la chota este orto hermoso
El
Rata apretó a mamá contra él. Ella gritaba que le dolía mucho y
sus puteadas retumbaban en las cuatro paredes. La pija seguí
entrando, hasta que se escondió toda adentro, dejando ver solamente
esos peludos huevos. Sin pausa comenzó a bombearla a todo ritmo. El
Rata la apretaba con dificultad porque ella quería safar de ese
desastre. El Tuli gimiendo le daba sin asco, en cada empujón
gritaba:
- Aflojate nena, aflojate
El
culo de mamá comenzó a aceptar al intruso y el Rata el ver que ella
gemía y se retorcía de gusto, aflojó la presión y se acomodó
debajo de ella, mamá pegó un grito encarnizado cuando sintió la
descomunal chota de el Rata penetrándole la concha. Ahora eran dos
pijas perforando los agujeros de mamá. Los dos bombeaban, ella
estaba inerte, parecía desmayada, pero no, al tiempo, comenzó
nuevamente a gemir y a besar de lengua al Rata que tenia frente suyo.
Ahora cambiaron de posición, la giraron y ella quedó frente al Tuli
que enseguida le embocó la pija en la concha. Cuando el Rata metió
la suya en el culo, ella gritó. Era mucho más gorda que la otra,
pero el culo, ya abierto la recibió bien. De vuelta doble bombeo,
doble dolor, y doble placer. Ya mamá se movía como podía y comenzó
a gritar:
- Sííí… asíííí… ¡Que placer!... síííí… machos míos metamenla todaaa… me muero...
Paso
mucho tiempo hasta que el Rata le acabó en el culo y enseguida el
Tuli le llenó la concha de leche. Quedaron abrazados los tres y yo
volví a mi pieza. Se me cayeron las lágrimas de imaginar como sería
la vida de ahora en más. Pasaban los días y cogían a la mañana y
a la noche.
No me quedó otra que
acostumbrarme a mis dos nuevos “papás”.
La
única forma de saber si el relato les gustó y que quieren que
sigamos escribiendo, es dejando un comentario, eso nos estimula a
continuar.
Saludos
y no duden en visitar en nuestro blog, cuya dirección figura en el
perfil de nosotros.
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ResponderBorrarQue relatos más morboso y genial, me encantan estos relatos de la madre santa que cuando ve una vergota enorme se emputece y que el hijo este de voyeur lo hace mucho mejor, felicitaciones y agradecimientos por tus relatos, me encanta este página, seguiré leyendo tus relatos están geniales.
ResponderBorrarbueno
ResponderBorraruna delicia este relato, más con la temática esta genial
ResponderBorrarUff una historia me encantaria una continuacion donde el hijo comenzo a excitarle eso y cada ves les importa menos y que lo hagan hasta verlos cogiendoce a la mamá
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