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Cuidado mi perversa Irene

Todavía me pregunto, ¿En que fallé?, pero, ¿Fallé?

No se si fallé como esposo, o amante de mi señora Irene o si no fallé, solo no me di cuenta de quien era realmente Irene, no vi su otro lado, o no le presté atención, o no quería verlo.

Soy un tipo exitoso en los negocios, de chico siempre los vi, y los presentía y ahora gozo de un excelente pasar, cuando me casé con Irene, estaba muy bien, escalando sin parar, encontraba los negocios, o sino venían hacia mí y nunca los desaproveché.

Irene es una mujer normal, pude aspirar a bellezas pero me gustó la manera de ser de Irene, su sonrisa, como hablaba, no deslumbraba para nada, castaña con el cabello hasta la mitad de la espalda, sus 1,69 mts. de altura le daban una buena figura, sus ojos marrones claros, su linda nariz respingada, y su cuerpo tirando a flaca, pero con buenas curvas. Hay millones mas lindas que ella, pero yo la elegí, y me considero, aparte me lo dicen , un tipo con mucha presencia, apuesto.

Parejos en la edad, ella 29 y yo 32. De nuestra unión nació Matías, quien tiene 3 años ahora, en este momento, en el momento de lo que me sucedió, de lo que me hizo.

Soy una persona sensible, siempre lo fui, por eso formé un Hogar donde le damos albergue a las personas que no tienen donde comer, dormir.

No damos abasto y lamentablemente no hay lugar para todos, que son muchos. Irene está al frente de ese Hogar, pues supuse que estando ocupada se sentiría una mujer sensible como yo. Era bueno, sin pensar que allí se desarrollaría mi pesar.

Vivíamos con mucho lujo, demasiado. Ambos teníamos autos nuevos y todo el confort en una gran casa en un barrio cerrado. Nuestro hijo tenía las mejores atenciones. No bastó todo eso, porque no todo se mide por el dinero.

La historia comienza con la entrada al Hogar de un extraño tipo. Yo me enteraba por mi señora, y cada tanto iba a ver como estaba todo y a comprar las cosas que allí se necesitaban, mejor dicho, no las compraba yo, dejaba el dinero.

Una noche, cenando, Irene me cuenta sobre la entrada de este tipo, me dice que es casi mudo, aunque habla, ella supone que es muy violento, por los hechos que produce en el Hogar cuando va a comer, porque no hay lugar para que se quede a dormir, está todo ocupado.

Me comenta que se pelea con otros y ya le temen, que su aspecto es deplorable y no quiere mejorarlo. No presté mayor atención, solo la indispensable, escucharla y decirle que ella tenía que evaluar eso. Pero la curiosidad me llevó a ir al día siguiente a ver a ese nuevo visitante.

Llegué cuando todos estaban comiendo, para sorpresa de Irene que estaba en la cocina ordenando y probando la comida. Todos los empleados me saludaron afectuosamente, ellos entendía que yo era buena persona y mi actitud de formar el Hogar, no solo los beneficiaba al tener trabajo sino que me daba cierta fama de tipo filántropo.

Le dije a Irene, en un momento que estábamos solos que me muestre al tipo, y ella disimuladamente me lo marcó.

Lo miré acercándome y vi a un tipo alto y flaco, de brazos musculosos, algo extraño al no tener nada parecía bien comido, el pelo canoso y corto, horriblemente cortado, supongo que él se lo cortaría, una barba no muy larga, su aspecto era horrible, desaliñado, sucio y con los dientes amarillos, vestido con harapos malolientes. Quise calcular la edad, muy difícil de hacerlo con las personas que viven en la calle, pero estaría entre los 45 y 60 años. Su mirada era vaga, se notaba que el alcohol era uno de los tesoros preciados por él y pensé que habría pasado en su vida para llegar a estar en una situación así.

No presté más importancia al asunto y me fui, no me gustaba estar mucho allí, si estaba mi señora y no quería que piense que me metía en donde ella mandaba.

Pasó una semana y ya empezaba a notar cositas extrañas en Irene a partir de un telefonazo.

Llamó la encargada del Hogar y habló con Irene, yo estaba en mi escritorio en casa y mi señora ante mi aviso levantó el teléfono de nuestro dormitorio pero yo no colgué, no se por qué, y escuché que la encargada le decía:

-Señora tenemos que tener mucho cuidado con el RARO ( así le decían al tipo nuevo), un empleado de acá lo vio anoche de casualidad con una mujer que viene a comer también acá. Estaba teniendo relaciones con ella y la golpeó, la mujer lloraba y hoy no vino. Es muy peligroso y no sé si denunciarlo a la policía. El empleado vio que la penetraba salvajemente y la mujer se desmayó en pleno coito. El RARO lo vio al empleado y éste se fue rápido a la casa asustado, no se animó a hacer nada allí y ahora tiene miedo, pero si lo convencemos puede testificar.

Ante mi sorpresa Irene le contestó: 

-No haga nada Lucía, deje todo así. Mande al empleado a su casa por unos días hasta que esto se calme, no haga ninguna denuncia y fíjese si consigue una cama para el Raro, si lo tenemos allí estará contenido, busque urgente una cama y póngalo solo en la pieza de arriba.

La pieza de arriba estaba en la terraza, aislada , con un bañito que no se usaba y se guardaban cosas en esa pieza.

Me pareció muy extraña la actitud de Irene, que ni siquiera preguntó por la mujer que el tipo había agarrado.

Quedé pensando y entre esos pensamientos se me cruzó uno que me dio escalofrío, ¿Estaría caliente Irene con esa cosa?, no podía ser, no podía pensar eso. Me reí de mi propio pensamiento ridículo y seguí con mis asuntos.

Al otro día yo estaba en casa con nuestro hijo y el personal que teníamos para atendernos. Irene estaba en el Hogar y sonó el teléfono.

Atendí y una voz que se notaba estaba disimulada me dijo:

-Cuidado Señor con su mujer, si el Raro se queda a dormir en el Hogar es porque ella lo quiere ahí para algo, hay muchos que están esperando un lugar y no lo consiguen y ese monstruo lo encuentra enseguida. Ojalá me equivoque por Usted que no lo merece, pero me parece que su mujer lo mira a ese tipo con ganas de tenerlo para ella, ¿Me entiende?

Le pregunté quien era, y sabiendo lo que haría, cortó.

Ahora si me quedé pensando en serio, ya alguien mas vio algo raro que yo presentí.

Esa noche, estábamos cenando y le dije a mi señora:

-Querida, a partir de mañana voy a ir por unos días al Hogar porque voy a hacer pintar mi oficina y el escritorio de acá, no pienso interferir en tu tarea que es perfecta, solo me ocuparé de mis cosas allí.

Improvisé lo de la pintura y miré a Irene buscando algún gesto, pero no dijo nada, se puso seria y dándome cuenta que había cierta preocupación, me dijo que no había problemas, que la ponía contenta saber que estaría allí.

Advertí que no había tal alegría por su parte y terminó de dejarme la sospecha que algo había en todo esto. Llamamos a mi madre para que tuviera a nuestro hijo, algo que le encantaba.

Al otro día llegué con Irene al Hogar y me instalé en una oficina que estaba distante del movimiento, de allí llamé a un amigo y le dije que mandara urgente al pintor a mi oficina y comenzara a pintar. Miraba al personal tratando de descubrir al de la voz anónima, pero era imposible, la había disimulado muy bien.

Desde allí y por una ventanita miraba los movimientos de Irene, muy disimulado, sabiendo que ella también me miraría a mí.

Me enteré que ya estaba preparada la pieza de arriba con una cama, y que ya esa noche se quedaba el tipo.

Llegó la hora de la comida y entró el tipo junto con los otros. Irene me miró y yo me hacía el concentrado en lo mío. Le pidieron datos para que se instale acá y veo que Irene se queda sola con él y tomaba nota de no se que le estaría preguntando.

Mi esposa se levantó y quedó de espalda a él haciendo que miraba la planilla, ella estaba con un vestido negro algo ajustado que le llegaba hasta las rodillas, se agachó un poco y la falda se levantó dejando ver la pequeña tanga que ella tenía puesta. Al tipo no se le escapó eso que miró fijo el culo de mi señora en una posición más que atractiva.

Ella cerró los ojos, se mordió levemente el labio inferior y al rato se enderezó y se fue, quedando él comiendo pero ahora prestándole mayor atención a esa mujer que le ofrecía sus nalgas, o sea mi señora.

Ya confirmé mi sospecha y el llamado anónimo, ahora había que ver hasta donde llegaba esto. Vi que desde la cocina, Irene mientras hablaba con la cocinera lo miraba al tipo y éste también la miraba a ella.

Trataba de entender que podía ver Irene en ese pordiosero de mierda, en ese tipo tan horrible al que ni siquiera las mujeres que allí comían miraban, solo me quedó que Irene tenía algún tipo de perversión la cual yo desconocía.

Cada vez que mi esposa pasaba por el comedor lo miraba y él también a ella, ambos serios, pero descontaba que pronto, muy pronto, ocurriría algo.

Nos fuimos a casa, primero pasamos por lo de mi madre a buscar al nene y mi mujer estaba rara, como cambiada, alterada, excitada. Yo observaba con muchísimo cuidado todo eso, sabía que iba a ser engañado, pero tenía que ver hasta el final para tomar una decisión, aparte, algo que me asustó, yo también estaba algo excitado con eso, un tipo de perversión que tampoco me conocía.

Al otro día Irene se bañó, se colocó una tanga negra diminuta que casi nunca usaba, una blusa blanca de tirantes al cuello que dejaba su espalda al descubierto al igual que una buena porción de sus tetas por los costados, una falda negra, muy ajustada que le marcaba bien la tanga, medias negras y zapatos de tacos altos al tono.

Yo hice como si nada para que ella no me tuviera en cuenta, que pensara que yo estaba dormido con ese juego que ella quería jugar. Estuvo casi una hora maquillándose, cuando al fin terminó dejamos al nene en lo de mi madre y fuimos al Hogar.

El tipo estaba sentado en el comedor bebiendo una taza de café y observó la entrada de mi esposa, recibiendo la mirada de ella. Los ojos del tipo se clavaron en el culo de ella que dejaba ver su pequeña tanga.

Me instalé en la oficina y escuché que mi señora le decía a Lucía que iba a hacer que el tipo se bañara al fin. Dispersó al personal y fue a donde estaba el indigente, le dijo algo, él se levantó y fueron camino al baño.

Cuando vi que entraban al sector de las duchas, me levanté y me coloqué en la puerta desde donde escuchaba y veía por el gran espejo que había adentro. Irene le dijo:

-Bueno, cámbiese ahí y báñese que buena falta le hace.

El tipo con voz ronca le contestó:

 -No me baño una mierda.

Irene dijo: 

-¿Cómo va a estar así roñoso?, Báñese.

El tipo la miró fijo y le respondió:

-A mí no me mande, si tanto le molesta mi mugre báñeme usted.

 Ella desvió la mirada y contestó:

-¿Está loco?.. bueno, haga lo que quiera.

El sujeto se empezó a desvestir y ella salió a la parte de adelante, pero continuaba viendo desde ahí y el tipo sabía eso. Estaba lejos mío por lo que me quedé, después que se sacó los calzoncillos vi que Irene miró de reojo y yo también observé por el espejo. Tenía una muy buena verga, bien larga y de un considerable grosor que remataba en una cabeza que sobresalía del resto por su tamaño. Su aparato colgaba bamboleándose cuando entró a la ducha y de apoco iba parándose.

Irene miraba disimulada y cambió la cara, se notaba que la sorprendió tan buen aparato pero no la acobardó. Al lado del mío, era para que me acompleje, pero no estaba yo para esas cosas ahora, también me excito imaginándome ese buen instrumento haciendo gritar a mi señora.

Se bañó siempre mirando donde estaba Irene sabiendo que ella lo miraba también y de repente se agarró la verga mientras se secaba y la sacudió hasta que estuvo bien erguida, dura y venosa, demostrando en todo su esplendor que era un aparato generador de daño, de dolor. Irene miró y comenzó a salir del baño con cara de preocupación y yo me volví a mi oficina.

Antes de irnos, casi a la nochecita, ella lo vio al tipo y como yo estaba en el baño y ella no sabía, escuche que le dijo:

-Espero que descanse bien, arriba está tranquilo, nadie lo va a molestar.

El sujeto le contestó:

-Estoy muy solo, mañana a la noche venga que tenemos que hablar, la espero en la pieza.

Ella le respondió:

-Dígame ahora lo que tenga que decirme, tengo familia, casa y estoy con ellos.

El tipo la miró y le dijo: 

-Mañana a la noche, la espero.

Dio media vuelta y se fue a comer. Ella quedó mirándolo y al rato vino donde estaba yo sorprendiéndose al verme, hice que estaba en otra dimensión y nos fuimos. Esa noche Irene quedó pensativa y muy nerviosa, seguro buscando la manera de quedarse allá al día siguiente. Yo estaba dispuesto a hacérselo todo fácil, esperaba a ver su ingenio para arreglar.

Al otro día llegamos, yo sabía que mi esposa se iba a quedar y yo no me iba a perder eso, por eso de mi oficina llamé a mi madre y le dije que el nene se quedaba con ella esta noche, pero que Irene no se tenía que enterar que yo no iba. Mi madre pensó que yo tenía algún asunto de polleras por ahí y como buena cómplice mía me dijo que no iba a decir nada.

Irene vino a mi oficina a decirme que Lucía se sentía mal y que ella la mandaba a la casa y que estaba en problemas al no tener a nadie para dejar allí encargado de todo. Entendí que Lucía era su cómplice y me adelanté diciéndole que no había problemas si se quería quedar ella, que yo me las arreglaba bien con el nene.

Su cara denotó satisfacción por habérsele presentado todo tan fácil y mi problema ahora era como hacer para volver a entrar estando un tipo de seguridad en la puerta. El guardia de la noche era un tipo grande que conocía bien pero temía que avisara a Irene de mi regreso.

Cuando llegó el tipo para reemplazar al otro y quedarse, vino a mi oficina ante mi llamado y le informé que mi señora se quedaba esa noche ahí por la enfermedad de lucía, el tipo me miró y me vio preocupado, yo no sabía que decirle, que inventarle y de pronto él me dijo:

-Mire, me la voy a jugar con usted que es una persona excelente, entiendo que esté preocupado porque la señora se queda, yo soy el que lo llamó por teléfono, si me quiere echar, hágalo, lo entenderé.

No pude contener mi alegría y me levanté y lo tomé de los hombros diciéndole:

-No solo no lo voy a echar, sino que le quiero agradecer su aviso con un aumento de sueldo, sé que esta noche mi mujer me va a engañar y usted también lo sabe pero lo tengo que ver, ¿Qué le parece si nos ponemos de acuerdo y me deja entrar sin decirle a mi esposa?

Sonrió y me dijo que si. Quedamos que yo me quedaría en el auto, en un lugar solo visible de la puerta y él me indicaría cuando saliera la última persona de allí.

Irene estuvo todo el día mirando al RARO que le sonreía y le hacía gestos señalando arriba, o sea la pieza de la terraza

Era increíble ver como se miraban, se notaba que mi esposa estaba excitada pero temerosa a la vez y el tipo ya le hacía señales marcándole su bulto prominente entre las piernas y sacaba esa asquerosa lengua, ella no respondía, solo miraba.

Llegó la noche y se estaban sentando a cenar los que se quedaban a dormir. Yo saludé a Irene y de nuevo le dije que no se preocupara por nuestro hijo, a la salida le dije al guardia donde iba a estar estacionado.

Desde el auto miraba como salía el personal y después casi de 2 horas, el guardia se asomó y me señaló con la mano para que vaya. En la puerta me dijo que ya estaban todos en sus piezas y mi señora estaba en el baño y me pidió por favor que tuviera cuidado. Le juré que no iba a hacer ningún escándalo y que me iba a cuidar bien para que no me vieran.

Amparado en la oscuridad, caminé y vi la luz del baño prendida, ahí estaba Irene. Me quedé atrás de un aparador y la vi que terminaba de bañarse, se puso una tanga blanca bien cavada sin corpiño y arriba una salida de baño de toalla blanca que le llegaba arriba de la rodilla, se ató la bata y caminó hacia su oficina, prendió un cigarrillo, se quedó un rato ahí fumando y pensando y apagó la luz y se dirigió a la escalera, la subía muy despacio y cuando llegó al primer piso subí yo.

Hizo una parada en el primer piso para cerciorarse que todos estaban en las habitaciones y volvió a subir las escaleras, esta vez directo a la terraza. Yo iba detrás a una distancia prudencial y cuidándome de no hacer el más mínimo ruido.

La vi parada mirando la pieza del tipo que estaba con la ventana abierta y la luz prendida. Lentamente comenzó a caminar hacia la pieza, cruzó la terraza y se paró frente a la puerta, sin que llegara a golpear la puerta se abrió y ella entró, cerrándose la puerta atrás de ella.

Crucé casi gateando la terraza y me coloqué abajo la ventana en un costado, levantándome de a poco y de allí tenía una perfecta visión.

Estaban parados uno frente a otro, el tipo solo con una camisa larga toda sucia que le llegaba a mitad de pierna.

Irene le dijo:

-Bueno, ¿Para que quería que viniera, que tiene que decirme?

Peguntaba inocente pero había que romper el hielo de alguna manera. El tipo le contestó:

-Para esto.

Se levantó la camisa y apareció su miembro erecto y apuntando para arriba de la calentura. Ella lo vio, miró a la pija de él y le respondió:

-Sos un roñoso, un hijo de puta.

Intentó ir a la puerta, pero el tipo la agarró de los pelos y de un tirón la arrojó al suelo.

Me di cuenta que a Irene le gustaba con violencia la cosa, porque así vestida no había ido para hablar.

Mientras ella estaba aturdida en el piso, el tipo se sacó la camisa quedando desnudo, se agachó y le dijo:

-¿Me estas entendiendo?.. levántate y agarrame la pija, quiero que la vayas conociendo, que te hagas amiga de ella.

Ella se paró y frente a él le dio un sopapo diciéndole:

-Mugriento, idiota, ¿Cómo pensás que voy a sujetar esa cosa inmunda?, Mañana no te quiero ver mas acá, basura asquerosa.

Le dio otro sopapo, luego intentó darse vuelta pero no era tan fácil todo. El tipo la agarró de un brazo, la giró de nuevo dejándola frente a él y le dio una trompada en el estómago doblándola. Ella gritó y escupió, pero él la seguía reteniendo del brazo y le dio una cachetada en la mejilla que le dobló la cara y la tiró contra una pared.

Irene estaba totalmente atontada y dolorida, lloraba y con una mano se agarraba el estómago y con otra la cara. El tipo fue, la tomó de un brazo y la levantó, cuando estaba erguida la sujetó con sus dos manos de los brazos y le dijo:

-Te voy a matar a golpes hija de puta, te voy a estropear de a poco, vas a sufrir como una cerda, me vas a implorar que te deje y te voy a liquidar.

Le dio un terrible golpe en la boca que le dejó un labio lastimado. Ella gritó pero el tipo enseguida le puso la mano en la boca. A Irene le salía sangre del labio inferior y el tipo se la limpió con la lengua y la empezó a besar en la boca. Ella estaba inmóvil, pero abrió su boca y él estaba enloquecido con su lengua adentro de la boca de ella. La besaba salvajemente de tal forma que cada tanto Irene tomaba aire como si la estuviera ahogando, le desabrochó la salida de baño. Irene intentó tomarle la mano, pero enseguida lo dejó viendo venir otro golpe sobre ella. Le sacó la bata y ahora la tenía solamente con la tanga que se le metía entre los cachetes del ojete. Empezó a amenazarla con que no se iba a poder sentar de cómo le daría y alabándose de lo que se iba a comer, estoy seguro que nunca tuvo un bocado como mi señora para masticar.

Le metió las manos en el culo, tocándolo y apretándolo de tal manera que le dejaba marcas rojas en las nalgas. Puso su cara frente a la ella y sacó toda su lengua afuera, ella entendió lo que quería y se la chupaba provocando una calentura mayor en él.

Le arrancó la tanga, la rompió y la empujó abajo para que comience a mamar su verga que estaba hinchada al máximo.

Irene se agachó, ya temerosa de que negarse a algo significaba un golpe, y fuerte tomó la pija con una mano y empezó tímidamente a pasarle la lengua por la cabeza, luego por el tronco y siguió metiéndose lo que podía en su boca, el tipo la miraba, la tomó con sus manos de la nuca y empujó la pija para adentro. Irene se sintió ahogada y con las manos trataba de empujarlo de las piernas, el tipo le seguía sosteniendo la cabeza y empujó un poco mas siempre mirándola con una sonrisa burlona. Ahora mi señora le pegaba en las piernas comenzando a ponerse colorada, como que se asfixiaba.

Cuando el tipo vio que ella no podía mas, la soltó, ella se fue para atrás y tomándose la garganta con las dos manos tosía y escupía la mucha saliva acumulada que se mezclaba con el líquido preseminal, manchándole el mentón y parte de la mejilla.

El tipo la volvió a agarrar y le enterró la pija nuevamente en la boca repitiendo todo y ella ahora con arcadas, vomitaba saliva. Era muy feo ver a mi señora babeando, sin embargo noté que yo tenía una erección y comencé a tocarme. El mendigo comenzó a mamarle los pezones y ella sentía que se calentaba porque lo tomaba de la cabeza. Luego bajó a la zona baja de ella y le pasaba la lengua por la vagina, ella sentía venir el orgasmo y lo apretaba contra allí, entonces él se incorporó y sin razón le dio un terrible sopapo que la arrojó al piso.

Ella tomándose la cara comenzó a llorar otra vez, veía que iba a ser difícil todo allí. El tipo , estando ella de rodillas, le tomó la boca con una mano y apretaba, obligándola a abrirla y cuando ella la tenía abierta le escupía adentro para que lo trague. Era terrible ver como él hacía fuerza y le escupía terrible flema que la obligaba a ella a tener arcadas de nuevo y él le cerraba la boca para que tragara eso. Todo era asqueroso y la remató orinándola en la boca y ella escupiendo ya colorada de todo lo que estaba sufriendo.

La levantó de un brazo y la arrojó en la cama como a una bolsa, la dio vuelta, se escupió la pija, le escupió el culo también, se puso arriba y empezó a meterle la pija en el ano, ella se arqueaba para arriba al sentirse ya invadida. La cabeza entró y ella empezó a gritar, pero un buen golpe en la cara fue suficiente para que se callara, reemplazando el gritó por llanto.

Ya tenía mitad de pija adentro y mi señora movía los pies girándolos del dolor y conteniéndose. La verga se escondió toda en el culo de Irene ya perforado y él con las dos manos la tenía aplastada contra la cama para que se dejara de mover. Mi señora parecía que tenía los ojos fuera de las órbitas y con un hilo de voz que casi no se escuchaba le pedía que por favor la sacara, algo que no estaba en los planes del tipo, que sarcásticamente le dijo que si y la empezó a bombear diciéndole que parara el culo para que le entrara bien.

Ella estaba en otra cosa que acceder al petitorio y sentía que su amante no estaba con ninguna gana de parar eso, sino que lo estaba incrementando con golpes en la nuca de ella. Le aplastó la cara contra el colchón y la dejó cuando vio que ella manoteaba desesperada para tomar aire, mientras la cogía con fuerza y le rompía el culo a empujones hasta el fondo. No tenía ninguna intención de meterme, aparte ella se lo buscó y yo me estaba calentando viéndola sufrir así en su aventura amorosa.

El sadismo del tipo no tenía límite, le estaba dejando un agujero impresionante en el culo de Irene, cuando la sacaba, miraba el boquete allí formado, escupía adentro y con una cara de gozo tremenda la volvía a enterrar hasta el fondo dando un empujón tal que ella se doblaba.

El tipo le dijo que él se acostaba y que ella se subiera a clavarse el culo, Irene estaba tan dolorida de todos lados y con tanto miedo, que se subió y se clavó, él empujó con toda la cintura para arriba y la tuvo ahí mirando la cara de sufrimiento de ella, la bombeaba y la sacaba, le abría el agujero del culo esperando que saliera algo de allí, nuevamente la clavaba y la bombeaba hasta que ella le dijo que no podía mas que tenía que ir al baño. Ahí él se sintió satisfecho y le dijo que vaya que todavía faltaba.

Irene a los tumbos y cayéndose llegó al baño, cuando quiso cerrar la puerta se encontró que el tipo estaba atrás y se metió con ella. La obligó a que le chupe la pija y gozaba pegando un grito cuando sentía que ella estaba cagando. El sadismo crecía, y cuando vio que terminó, sin dejarla limpiarse la sacó afuera, la apoyó contra la pared y le empezó a coger analmente a una velocidad terrible. No tardó ni 15 minutos en que ella nuevamente le dijera que se hacía y otra vez los dos al baño.

Otra vez volvió a esperar con la pija metida en la boca de ella y de nuevo la sacó y la culeó contra la pared, esta vez no escuchó cuando ella le decía de nuevo que por favor la deje entrar al baño y le dio más de media hora con toda saña hasta que acabó.

Ella cuando notó que salió esa enorme verga del ano, entró veloz al baño, casi haciéndose en el camino y el tipo le hacía limpiar la pija con la lengua obligándola a tragar todo. Era algo realmente asqueroso lo que estaba viendo y jamás soñé que a Irene le gustara.

Salieron del baño y se acostaron, mi señora estaba muy agotada, con la cara roja de tanto llorar y a la vez estaba pálida de las arcadas y los vómitos. Como a la hora y media la pija del tipo volvió a cobrar magnitud. Estaba presta para el ataque de nuevo y mi señora, viendo eso, cerró los ojos como buscando compasión, pero no la habría. Primero la puso boca arriba y empezó a acariciarle la vagina, que era la próxima cueva para su pija, le pellizcó tan fuerte ahí que ella lanzó un grito de dolor, él quería verla sufrir, no estaba feliz si no la veía con dolor. Le tapó la boca y le dio un buen cachetazo en la mejilla que ya estaba muy colorada, se subió arriba de ella y le puso la pija en la vagina, de un empujón la metió toda provocando otra vez llantos en ella. Era un placer para él bombearla para causarle dolor, ella también intentaba gozar algo, y lo hacía pero cada tanto un golpe de él le hacía ver que manejaba el tipo la situación.

Le dio tanto a la pobre concha de mi señora que yo creo que se la inflamó, casi una hora y media estuvo, cada tanto se la sacaba, se la ponía en la boca, y después que se la chupaba un rato se la volvía a poner. Hasta que le acabó adentro y de nuevo Irene le tuvo que limpiar la pija con la boca.

Esta vez tardó poco en recuperarse y mientras ella estaba de costado casi durmiendo, le clavó el culo de nuevo lo que hizo que ella se arqueara para atrás. mas de una hora clavándole salvajemente el culo que ya estaba perforado. Le acabó, de nuevo Irene al baño con él y a limpiarle la pija otra vez, siempre tragando.

No le dio paz toda la noche, hasta que casi de día , Irene se puso la bata, estaba llena de moretones, y se fue a bañar y cambiar. El tipo se fue solo al otro día, Irene me inventó una caída por la escalera, yo no pregunté casi nada, pero no me separé, me había masturbado con ella en esa situación y eyaculé como nunca en mi vida, había encontrado una nueva forma de placer.

Escrito por: Marcel Milord

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Comentarios

  1. Neron6280, Yanina Figueroa y fenix han sido los elegidos, por favor dejen sus mails para enviarles la membresía.

    Como Suplentes: Marcos y Janet Contreras Zuñiga por favor dejen sus mails, serán los siguientes en cuanto se produzcan nuevas bajas o si los elegidos actuales no responden.

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  2. Gran relato y que gusto ser el primero en comentar siempre apoyando tus relatos y deseando te la mejor suerte debe mi Gmail davidsantiagot49@gmail.com buenas noches

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  3. Excelente, tenia que ser obra del gran maestro Marcel Milord. Releeria toda su obra desde sus inicios, ya no quedan escritores de su calibre.

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  4. vaya relato, super morboso, que gusto entrar a la pagina y encontrar una nueva publicacion "la mujer estaba exitada y temerosa a la vez..." un preámbulo de la tremenda follada que le dieron. Me encantan los relatos donde el esposo es mudo espectador de como se cogen a la mujer. Me causa curiosidad de que pasara ahora???? espero leer una segunda parte. Te dejo mi email esperando que me permitas ingresar a los relatos privado. edueduardov@gmail.com

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  5. Estimado escriba. Entiendo cuando solicitan que en los comentarios, se pongan otra cosa, que "muy buen relato", "esperamos la continuación", etc. Sumamente violento, pero entiendo que amerita, una continuación, por lo menos, para saber los motivos por los cuales Irene, hizo lo que hizo. Lo conocía de otro lado? Cómo se animó a quedarse sola? La forma en que se había preparado, da la sensación, de que sabía a lo que se exponía... Solamente fue esa noche? O hubo otras? Muchas preguntas, que quizás, tengan respuestas. Sds

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  6. Uff q buen relato me gustó ese toque que le dieron del tipo siguiendo a hurtadillas se podía sentir la adrenalina de ser descubierto y lo que iba a descubrir, buen relato sucio y morboso

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  7. No soy fan de este tipo de relatos, pero este me gustó, tiene un toque de morbo por el sado, excelente trabajo, espero y puedas agregarme a los relatos privados, luchmanmexlive@gmail.com un saludo hermano.

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  8. Ufff da gusto meterse y encontrar otro relato, como siempre increíble he sido seguir por un par de años y siempre me maravillo de la imaginación y creatividad que tienen saludos desde mexico

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  9. MUY BUENO!! EL ENCUENTRO CON EL RARO FUE CORTO PERO DEJO MARCAS JAJA

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Es mi primer relato por lo que comenzaré contándoles sobre mi familia, esta compuesta por mi padre de 50 años de edad un gerente y hombre de negocios, mi madre es odontóloga pero dado que el sueldazo que ganaba papá nos alcanzaba para vivir más bien, se dedicó a la casa y al cuidado de sus retoños, mi hermanito pequeño de 1 año y yo 10 años, vivíamos en una comuna de clase media-alta en Santiago de Chile. Los que le vengo a contar es como mi mamá le fue infiel a mi padre, mi madre es muy guapa conocida como “Morena” por su piel, ella siembre está de muy buen humor y sonriente, lo que produce que muchos la piropeen y le digan cosas, algunas bastantes verdes, lo que provocaba el enojo de mami, sobre todo si andaba conmigo de la mano, aunque para ser precisos los comentarios que le hacen no es solamente por el color de su piel y su sonrisa Kolynos, sino más bien que su metro setenta de altura está lleno de curvas y voluptuosidades, se mire por donde se mire, cintura fina, vientre plano,

El Cambio De Mi Madre

Hola a todos, mi nombre es Sergio, tengo 19 años, y estoy cursando el segundo año de la carrera de medicina en la Universidad de Buenos Aires, estaba alquilando junto con un compañero un departamento cerca de la facultad, pero por razones económicas tuve que irme de ahí y volver a la casa de mis padres. Como soy hijo único siempre fui mimado por ellos, crecí siendo el típico chico sobreprotegido. Mi mamá se llama Sonia, tiene 42 años y sumamente atractiva, un cuerpo escultural, delgado, linda cara, alta, ojos verdes, cabellera larga castaña, nariz recta, cola exuberante y un busto deslumbrante que se lleva todos los aplausos, en su juventud trabajo como promotora de L'oreal. Papá tiene 49 años, su nombre es Patricio, es un tipo normal, de buen porte y con una calvicie incipiente. Hace algunos años mis padres estuvieron separados por más de un año, pero no llegaron a divorciarse, apenas meses antes de que yo volviera y se reconciliaron, y a pesar de esa tormenta en su

Mi Mujer y Mi Padre

La verdad es que esta es una situación extraña que todavía no he digerido demasiado bien y me cuesta expresarla, lo paradójico es que pensaba que esos relatos eróticos que se leen por en el blog de Gus Becker & Marcel Milord (www.gusbeckerelatos.blogspot.com) eran historias muy exageradas que no pasaban en la vida real, pero desde hace un par de semanas me di cuenta de mi error. Para una mejor comprensión de los hechos es mejor que me presente y haga lo propio con todos los protagonistas, mi nombre es Pablo y tengo 24 años, mido 1,87 mts y voy al gimnasio regularmente, no para ser un fisicoculturista sino para no echar panza, mi novia se llama Mariana, tiene 23 años, mide 1,71 mts de altura, delgada, cabellera ondulada castaña que le llega por debajo de los hombros, ojos celestes, una boca con labios carnosos que suplican besarlos, sus medidas son cercanas a los 90-60-90, es muy deslumbrante no solamente por su belleza, también por su forma provocativa de vestir y quien la v

La Fiesta De Mi Tío

Desde que mis padres se divorciaron papá desapareció y nunca más lo vimos, solo sabemos que se fue con una vecina a otra provincia y perdimos todo contacto, él se olvidó de nosotros y especialmente de mí, su hijo. Mi nombre es Gastón, tengo 13 años y soy hijo único, mamá se llama Sandra, tiene 38 años, mide 1,53 mts de altura, es bajita pero con buenas formas, no lo digo porque es mi madre y la quiero, sino porque es cierto, es delgada con unas medidas 95-64-105, al tener una espalda chica se destacan mucho sus redondos senos y su prominente cola, no es una modelo, pero si un linda mujer de tez blanca, cabellera morocha que le llega hasta un poco más abajo de sus hombros, lacia, nariz natural tipo griega, boca de labios gruesos, ojos oscuros y grandes. Los hechos que voy a narrar sucedieron hace solo un par de semanas nada más, en el cumpleaños de mi tío, su hermano mayor que cumplía 44 años y lo festejaba en su casa invitando a toda la familia y amigos, como era su cost

Las aventuras de mi madre “Morena” 2

Mateo luego de disfrutar con mi madre y sentirse victorioso, me enteré por sus familiares que al otro día por la noche salió con sus amigos, cometió un delito y volvió a caer preso, yo creo que es porque pensó que todo le saldría bien, pero nada produce más mareos que cuando se llega a la cima y uno se cree inmortal.  Después de todo lo sucedido, mamá volvió a sentirse sola y entró en una especie de depresión, Mateo aunque por un breve período fue su llave a la felicidad, a sentirse deseada y una mujer plena. La rutina volvió a ser más tediosa que antes para ella ya que mi padre agobiado por su nuevo cargo aparecía poco y nada por casa. Le empecé a pedir que me acompañe a las clases de tenis, la escuela quedaba sobre la avenida Cerro Colorado, enfrente del Golf Club Los Leones, a pocas cuadras de la casa de mi amiguito Benjamín, si bien acostumbraba a ir caminando o en taxi, creí que sería bueno que ella salga un poco y tome aire fresco, para no estar tanto tiempo encerrada en nuestr

Voyeur Por Error

Me llamó Damián, vivo en la capital de una provincia muy importante de mi país, voy al secundario como cualquier chico de mi edad, soy hijo único, mi papá se llama Miguel, tiene 42 años y es gerente de una sucursal de un Banco muy importante, mi mamá Elsa 37 años y es enfermera, lamentablemente ellos se divorciaron muy recientemente, ya que mamá contó que lo enganchó a papá con otra mujer, desde ese momento las cosas entre ellos quedaron muy mal y todo el amor que se tuvieron tiempo atrás hoy en día se transformó en odio, pero no un odio cualquiera como quien dice odio los días nublados, sino en un odio visceral, se hablan lo justo y necesario siempre y cuando sea concerniente a mí. Mi relación con papá sigue siendo buena, aunque no me gustó para nada lo que hizo con mamá porque no se merecía eso, sigue siendo el mismo padre bueno y comprensivo que fue siempre y para alterar lo menos posible mi vida, el nos dejó la casa y decidió mudarse cerca a un pequeño departamentito alquilado para

Familia Campestre 2

Ahora pasaré a narrarles un par de situaciones que me ocurrieron desde ese día tan hermoso en que me masturbé por primera vez. Al día siguiente en que ocurrió todo, almorzábamos en familia, al terminar de comer, mis hermanas se fueron corriendo a jugar a su cuarto, yo me quedé un rato más haciendo sobremesa, mis tíos conversaban con mi madre sobre asuntos que tenían que ver con el campo, pero como curiosidad, mi mamá dijo en un determinado momento: –       ¿Sabés Amalia que mi dulce hijito ya ha comenzado a masturbarse? Y me acarició en la cabeza, sonriéndome. –       ¿En serio? (respondió tía con su tan particular voz). La tía Amalia no era gorda, sino corpulenta, los kilos de más estaban bien distribuidos en sus tetas y nalgas, y además poseía ese tipo de voz que excitaba a los hombres, le hubiera ido muy bien siendo actriz de doblaje de películas porno. –        Siiii...  (confirmó mamá)  ayer le enseñamos con Braulio cómo tiene que hacerlo y parece que le gustó... ¿No es cierto, m

El Macho De Mi Madre (y de mis mujeres) -1ra Parte-

Toda historia tiene un origen y la mía comenzó cuando tenía unos 16 años, en aquella época me consideraba un chico normal, con los gustos que cualquier joven de mi edad podría tener: fiestas, conocer chicas, ir a la cancha a alentar a Independiente, etcétera, pero había un gusto oculto en mí que pronto descubriría y pasaría a formar parte de mi vida… Internet es una fuente de placer constante, barato y anónimo en donde cotidianamente descargaba mis tensiones emociones con la pornografía probando diversos escenarios, recuerdo que inicié con las típicas chicas desnudas, pasando por películas porno con trama como las del director italiano Mario Salieri y una que otra visita a los temas de sexo duro. Con todo mi placer preferido era las llamadas Milf, esas señoras de entre 30 y 50 años que en pleno desarrollo de madurez eran todas unas bellezas con sus cuerpos bien cuidados pero con la experiencia sexual desarrollada a tal grado de impartir placer a cualquiera. Quizá, ciertamente, parte de

Mi suegro se separó y con su hija se consoló

Antes de empezar con el relato debo contarles que esto sucedió varios meses atrás, antes de la pandemia tan atroz que iniciamos vivir, perdón me presento, mi nombre es Gustavo, tengo 34 años y soy médico neurólogo, estoy casado con una bellísima mujer de nombre Patricia y vivimos en un chalet en el famoso barrio Los Troncos de la maravillosa ciudad balnearia de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina. Estarán impacientes para que les describa a mi esposa, no los hago esperar, ella tiene 25 años, mide 1.72 mts, es de tez casi morocha, su cabello lacio hasta la mitad de su espalda es de color castaño claro, nariz pequeña, ojos grandes y negros, boca tentadora de labios carnosos que cuando se abre deja ver una dentadura blanca perfecta, además es delgada y de cintura marcada, su busto es de talle 95, firme y en punta, coronado de gordos pezones, piernas tonificadas y marcadas gracias al deporte y a que es surfista profesional, definitivamente los laureles se los lleva la cola